Resulta conocido el relato sobre los días que siguieron al golpe militar de 1955 para los hombres cercanos al Interventor del Partido Peronista de la Capital Federal, Dr. John William Cooke. Tras un tiempo de custodia del local central del PP los últimos hombres leales, entre quienes se encontraba Jauretche, decidieron dejar ese bastión bajo la presunción que podía sufrir el mismo destino de los locales de la Alianza (Martínez, 1958).

            Cooke había caído preso a fines de octubre de 1955. En la desbandada de sus huestes se asumieron distintas posiciones. De manera inmediata dos de ellos, Raúl Lagomarsino y César Marcos, luego de buscar distintos refugios, constituyeron el Comando Nacional Peronista.

           Como otros grupos dispersos del naciente peronismo “resistente”, alentaron la salida de una publicación para sostener un discurso de identidad y participar en la confrontación electoral del año 1957.

            El nombre del medio resultó contundente en relación a la afirmación identitaria: El Peronista. Comenzó a publicarse en el mes de abril del año 1957 y solo tuvo tres salidas. Como otros emprendimientos resulta perseguido y deja de salir.

           Ambos dirigentes estaban encarcelados. Tras el cierre de la primera publicación lanzaron un nuevo órgano del Comando: El Guerrillero.

           En la superficie estuvo orientado por Mario Massouh y contó con la colaboración de otros militantes de base. Su producción fue artesanal y salió en dieciséis entregas desde septiembre de 1957 a marzo de 1958.

           El Guerrillero, entonces, se ligó a  una forma organizativa creada con anterioridad y denominada “Comando Nacional Peronista”, orientado por César Marcos y Raúl Lagomarsino, quienes  fueron los directores efectivos de la publicación, aunque estaban encarcelados.

            Marcos había nacido en 1907. Solo terminó la primaria, convirtiéndose en un autodidacta. Tras la conscripción, participó en la compañía de Archivistas Ciclistas, comenzando a escribir textos y discursos. Llegó a ser sub-oficial del Ejército. Militó en las filas del nacionalismo de la época; participó de conspiraciones y reuniones, adoptó el revisionismo histórico y colaboró en el diario Crisol. Producido el golpe del año 1943 y como parte de los elencos provenientes del nacionalismo se desempeña como Director General de Espectáculos.  Trabó relación con John William Cooke, a quien acompañó como asesor en su desempeño como Diputado Nacional y en la Revista De Frente. En el año 1955, al producirse la intervención del PP de la Capital Federal, Marcos siguió cerca de Cooke. Tras  el golpe militar y la detención de Cooke, constituyeron el Comando Capital.    Marcos junto a Raúl Lagomarsino buscaron ampliar la base de irradiación de sus actividades y conformaron el Comando Nacional Peronista. El 24 de febrero lanzaron el Manifiesto de esta agrupación.

               En el año 1956 César Marcos fue detenido una semana antes del levantamiento de Valle y Tanco. Más tarde lo trasladaron a Caseros. Desde la cárcel publicaron un Boletín Informativo, El Peronista y El Guerrillero.

             Otra es la historia de Raúl Lagomarsino, proveniente de una familia acomodada que se dedicaba a fabricar de sombreros de marca.  Conocía a Marcos desde inicios de la década del ’50. Formó parte de los núcleos de la intervención del PP en la Capital encabezada por Cooke y  siguió el derrotero de Marcos organizando primero el Comando Capital y luego el Comando Nacional. También, cayó preso en junio de 1956.

           Otra de las figuras entreverada en esta aventura periodística es Mario Massouh. Con Fermín Chávez y Tristán había publicado la hoja De Frente para reivindicar la fuga del penal de Rio Gallegos de su antiguo director. Fue parte de varias acciones de ese tipo, como la edición clandestina de La fuerza es el derecho de las bestias, de Juan D. Perón. Se contaba entre los voluntarios para escribir notas y sueltos para el CEIPAP.

         Rodolfo “Copete” Rodríguez (h) fue otro del grupo de Marcos, quien se desempeñó como director de El Guerrillero en el momento del procesamiento de Massouh.

        La primera de las publicaciones que dieron a luz fue El Peronista. El Comando Nacional del peronismo, luego de la salida de sus comunicados y de sus acciones en el contexto político de convocatoria a convencionales constituyentes quería contar con un órgano que expusiera sus puntos de vista. Así nació, pues, El Peronista.

       Por los datos con los que contamos estuvo orientado desde la cárcel por Lagomarsino y Marcos. Tuvo tres entregas. Se trató de una publicación modesta de cuatro páginas, con un tamaño de 23 por 29 cm. Su lema: “En la línea intransigente y con Perón como bandera”. El pie de imprenta: “Órgano oficial del Comando en la Resistencia del Movimiento Nacional Peronista”.  Asumió las características de un boletín clandestino.

          El primer número sale a la calle en la segunda quincena de abril del año 1957 (El Peronista, segunda quincena de junio de 1957). En la primera entrega escribieron una nota titulada “EL PERONISTA frente a la dictadura”, afirmando que su “objetivo es difundir fielmente las directivas del Gral. Perón y mantener la organización clandestina del Movimiento preparada para la hora de la ofensiva. EL PERONISTA es una prueba de la fuerza de nuestra organización. A pesar de la violenta persecución de que somos objeto, los esbirros de la canalla oligárquica no han conseguido quebrar uno solo de nuestros Comandos. EL PERONISTA es totalmente intransigente. No pacta ni con militares traidores ni con políticos ventajeros. Toda debilidad es traición. El momento de la Revolución Social se acera. Para ello, cada peronista debe ser un jefe y un soldado. Todos los días, en el puesto de combate, cada argentino debe cumplir una tarea para arrojar a los invasores. Los que aconsejan calma y prudencia son traidores a la Patria porque el Peronismo es la Nación. La canalla dictatorial no se irá por las buenas ni entregará el poder que usurparon por elecciones limpias. El pueblo los echará a patadas…EL PERONISTA declara una guerra implacable contra los traidores que valiéndose del título de peronistas que tuvieron en el pasado, pretender usarlos para erigirse en ‘caudillos’ y pactar con el enemigo… Un solo jefe: PERON. Un solo camino: LA INSURRECCION POPULAR. Un solo objetivo: LA REVOLUCION SOCIAL”. 

        Su propósito político era atacar a las posiciones “blandas” representadas por Alejandro Leloir, último dirigente del PP nacional que estaba preso.  Contra sus seguidores lanzaron la una dura calificación en el lenguaje político del peronismo: “Están en la traición”.  En su lenguaje, en otro artículo, propalaron la consigna: “PERON O MUERTE”. Las cuestiones gremiales no estaban ausentes del medio: en la última página describían “la resistencia en el frente gremial”.

           En el número 3, correspondiente a la primera quincena de septiembre de 1957, luego de las elecciones de convencionales, colocaron  una foto autografiada de Perón enviada al grupo promotor de El Peronista.  Además, reproducían dos cartas remitidas, también, por Perón. La primera era aquella en la que éste designaba a John W. Cooke su delegado y heredero. La segunda analizaba los resultados de las elecciones de julio.

          A esta publicación le siguió El Guerrillero, editada por el Comando Nacional Peronista (CNP).  Tenía cuatro páginas. Sus medidas 29 por c42 cm. La impresión se realizaba en el taller The Standard.

         Como su predecesora  El Guerrillero tuvo su origen en la cárcel de Caseros por inspiración de César Marcos, jefe del denominado Comando Nacional Peronista. En la “legalidad” quien la producía era Mario Massouh. Entre ellos intercambiaban cartas y notas para salir a la calle con la publicación. Ello incluyó algunas notas cómicas, dejando de lado las condiciones extremas en las que se producía y difundía la publicación: “Le escribe ‘Mario’ (Massouh), el director del periódico El Guerrillero, a César Marcos: ‘Tengo un nuevo proceso 4161, esta vez a cargo del juez Klappenbach. Veo que están ustedes decididos a jugarse hasta la última gota de sangre… ¡mía!’. Le contesta César: ‘Saludos a Klappenbach. Hacéte socio de algún instituto de hemoterapia” (Cichero, 1993: 219).

           En cada número les aplicaban el decreto 4161 y en todas las ediciones había orden de secuestro. Al caer preso Massouh la dirección rotativa pasó a Rodolfo Rodríguez, alias “Copete”, hasta que a partir del número 7 se estabilizó la situación y apareció como director-responsable Héctor Saavedra.

           En la lista de colaboradores de la publicación podemos encontrar a Celso Castiñeira de Dios, Carmen Hussein de Castiñeira de Dios, Emi González, Albino Galante, Gabino Saavedra, Saúl Hecker, Juan Carlos D’Abate, José Manuel Buzeta, Osvaldo Morales, Carlos Held, Carlos Ponce, Ana María Lagomarsino, Mercedes “Púpele” Marcos, Jorge Pérez y Rodolfo Rodríguez (Carman, 2015. 250).

           Marcos se desenvolvió en esas páginas como editorialista, bajo el seudónimo de “Juan Caracas” (Juan por Perón, y Caracas por el lugar de residencia forzoso del líder justicialista) para protegerse de sanciones mayores.

           El humor y las ilustraciones estuvieron cargo de Cátulo, uno de los militantes del grupo de nombre Carlos Ponce.

          Otra sección fija fue la titulada “Una soga para…”, donde se fundamentaban las razones por las cuales la persona indicada era “gorila” (por ej. Balbín, Damonte Taborda, Colom).

            Otro espacio fue el destinado para la “Carta de un Grasa”.

          Desde el primer número fijaban posición: “El Pueblo tiene un solo partido: el proscripto. Ni pactos, ni entendimientos, ni Ateneos. La consigna es INTRANSIGENCIA” (EG. Número 1. 16 de septiembre de 1957).

           En el número 2, el editorial redactado por Marcos, firmado con el seudónimo Juan Caracas, clamaba: “¡No aflojen! Sobre las masas obreras recae todo el peso de la lucha. Con la gran abstención se cumple un ciclo. Estamos contra los sectores reaccionarios y logreros” (EG. Número 2. 3 de octubre de 1957).

            En la entrega del 17 de octubre, conmemorando la fecha, llaman a luchar contra la “Goligarquía”. Advertía Juan Caracas-Marcos contra los acuerdistas: “Hambre, cárcel y tumbas ofrece el Gobierno al pueblo trabajador. La aventura golpista y el oportunismo electoral acechan a las masas. Los ex – jerarcas, los pseudo-dirigentes, los ‘blandos’ están asistidos por la misma fiebre electoralista. Para nosotros los proscriptos, los inhabilitados, los encarcelados, los exiliados, la ‘legalidad’ es una trampa” (EG. Número 3. 17 de octubre de 1957)

            A inicios de noviembre, tras el paro general convocado por las fuerzas gremiales identificadas con el peronismo, decían: “No pudo gobierno gorila quebrar el paro”. Advertían que “La tiranía tenía los días contados. El Movimiento no es una estancia ni tiene patrones”. En esa entrega aparecía en contratapa una entrevista a José I. Rucci (EG. Número 4. 1 de noviembre de 1957).

             En la entrega siguiente remarcaban una secuencia política que posicionaba favorablemente al peronismo: “El triunfo de la Gran Abstención del 28 de julio, la huelga general del 27 de septiembre y el paro de 48 horas en todo el país del 22 y 23 de octubre, son las manifestaciones más visibles de esa fuerza social masiva que, a la corta o a la larga, ha de transformar inexorable e integralmente el falsos sistema levantado sobre la estructura real del país”. Juan Caracas-Marcos titula “Las masas obreras tienen la palabra. Asistimos al choque de fuerzas caducas y fuerzas en ascenso. Nuestra Época no es política y por lo tanto no es época de transacción. La oligarquía antinacional, extraña y bárbara está irremisiblemente agónica” (EG. Número 5. 15 de noviembre de 1957).

          En el número 6 criticaban la posición de algunos gremios que podían atentar contra la unidad del movimiento obrero. En línea con la argumentación la columna de Marcos se titulaba: “¡Ladrones! Acecha la traición en los gremios. La línea intransigente es dura, rígida y dogmática” (EG. Número 6. 25 de noviembre de 1957).

            En la entrega número 7 bramaban: “¡Abstención!” es la consigna de Juan Caracas. Y agregaban: “Perón denuncia a los pescadores de votos. INTRANSIGENCIA Y ABSTENCION. El desviacionismo conduce a la frustración del Movimiento con la ‘salida electoral’ justificamos el continuismo” (EG. Número 7. 6 de diciembre de 1957).

            Por ese tiempo, en diciembre de 1957, comenzaron a reflejarse las discusiones sobre la conducta a seguir en las elecciones de febrero con otros sectores políticos y de la “resistencia”. Las “10 cosas claras de EL GUERRILLERO” fijaban posición de intransigencia y abstención:

1. Estamos con el único mandatario que supo cumplir las aspiraciones de su pueblo.

2. Estamos con el pueblo que sigue fiel a su consigna y dispuesto a llevar adelante la revolución.

3. Estamos, por principio, contra las Fuerzas Armadas en cuanto son –como ahora- casta privilegiada.

4. Estamos con la insurrección popular, que reconocemos como único medio para luchar contra esta tiranía y las que vengan.

5. No estamos con los ex dirigentes y personajes del peronismo que traicionaron a su conductor.

6. No estamos con los ex dirigentes y personajes que, sin haber caído en la traición, fueron superados por la masa.

7. No creemos en ninguna salida legal o semilegal.

8. La insurrección popular, frente al poder armado, se manifestará con la abstención y el repudio.

9. El 23 de febrero será para nosotros una fecha más; para los que la impusieron y la toleraron, una ignominia más.

10. La oligarquía y las fuerzas armadas son los enemigos tradicionales del pueblo; los enemigos circunstanciales son los partidos políticos de toda laya y los dirigentes desplazados una y mil veces por la decisión popular”.

            En la penúltima entrega de diciembre y ya en pleno debate sobre la estrategia a seguir seguían sosteniendo la abstención “ante la maniobra, el problema es de Lealtad o Deslealtad. Son siempre los mismos con las mismas matufias y las mismas declaraciones. La desesperación electoral promueve sucias alianzas y los lleva al envilecimiento” (EG. Número 8. 19 de diciembre de 1957).

           En el número 9 de fin de año, Marcos- Juan Caracas reafirmaba que “cualquier participación del Movimiento, directa o indirecta, en el plano electoral, equivale a convalidar, legalizar, dar juridicidad a todos los actores realizados desde septiembre de 1955 por el Grupo de Ocupación. La posición del Movimiento es, pues, una sola: Intransigencia y Abstención”. A su vez señalaba: “No nos silenciará la tiranía. Frondizi, aprendiz de brujo” (EG. Número 9. 31 de diciembre de 1957).

             En la décima entrega  titulaban “Un final de traidores. La intransigencia y la abstención como principios tácticos”.  En su desarrollo Marcos-Juan Caracas, haciendo gala del conocimiento histórico, entroncaba las posiciones actuales con las del radicalismo yrigoyeneano (EG. Número 10. 9 de enero de 1958).

              El número 11 contenía las noticias del cónclave de Caracas de ese momento y titulaban: “Perón dio la orden ¡Abstención!”. Comentaban “De allí vinieron muchos jerarquitas compungidos porque el hombre los sacó poco menos que a patadas, entre ellos, los emisarios de Frondizi y Leloir. Con nuestro enviado la cosa fue muy distinta y así tenemos esta consigna revolucionaria: ¡ABSTENCION! Abrimos, pues la página, para llevarla a los cuatro vientos. Abstención significa, lisa y llanamente no concurrir. Ya vendrá el incendio total”. Marcos escribía “Contra el fraude y la traición: ABSTENCIÓN” (EG. Número 11. 16 de enero de 1958).

               La siguiente entrega sostenía la misma posición valiéndose de declaraciones que Perón habría realizado al referente de EG en Caracas: “No voy a ser cómplice de esta porquería. Quieren utilizarme para traicionar a mis leales grasas” (EG. Número 12. 23 de enero de 1958).

            El número 13, una vez más citando a Perón anatemizaba al sector político: “’LOS EX JERARCAS ESTAN EN LA TRAICIÓN’ dijo Perón” titulan de manera sensacionalista. Reafirmaban su posición desestimando las acciones pro-Frondizi: “…dentro de poco los esbirros concurrencistas darán a publicidad una presunta carta del hombre exaltando la adhesión a Frondizi. Es falsa. Perón ha reiterado una y mil veces la ABSTENCION, o sea no asistir al acto electoral por ningún concepto” (EG. Número 13. 30 de enero de 1958).

              En la entrega siguiente seguían con los mismos argumentos y posiciones. Citaban fragmentos de la obra Los vendepatria de Perón, a su favor: “la lucha entre el pueblo y la oligarquía sólo puede resolverse por la insurrección” (EG. Número 14. 6 de febrero de 1958).

          Poco después, al conocerse la directiva de Perón en favor de Frondizi se produjo una estruendosa ruptura entre el Comando Nacional y el Delegado Cooke.

          En el número 15 los titulares fueron terminantes: “¡Compañeros, el Movimiento está en peligro! ¡Venden a Perón! Ni Frondizi ni los ‘neos’: ¡Abstención! Borlenghi y el Comando Táctico están en la más sucia entrega: tenemos pruebas. Ni Frondizi ni Balbín: Perón” (EG. Número 15. 13 de febrero de 1958).

         Tres días antes de las elecciones apareció una foto de Perón en tapa: “Perón sí otro no!” (EG. Número 16. 20 de febrero de 1958).

            “Operación ‘Canalla’ fue la maniobra de los traidores de toda laya” titulaban para criticar a los sectores políticos que actuaron en favor del acuerdo con Frondizi. Acusaban a Cooke de “mentalidad subjetiva, intelectualista y pequeño burguesa” (EG. Número 17. 6 de marzo de 1958).

            Su campaña abstencionista los dejó en una posición incómoda frente al liderazgo de Perón, que había sostenido la posición concurrencista. Los obligó a un análisis y cierto reposicionamiento: “Por nuestra parte, aprendamos la lección que nos ha vuelto a dar el jefe. Y no olvidemos que, ni siquiera de pensamiento, podemos suponer que Perón no esté con el Pueblo. No demos el gusto al enemigo de adentro y de afuera, de que pueda existir ni la posibilidad de una fisura entre el Jefe y nosotros. Que los pastenacas y chantapufis sigan detrás de los ex jerarcas y seudo dirigentes de pacotilla” (EG. Boletín especial. 3 de octubre de 1958).

           Avanzado el tiempo realizaron una edición especial de El Guerrillero cubriendo el desarrollo de un cónclave de las 62 organizaciones.

           En su trayectoria este medio resulta de utilidad para captar algunos fenómenos que fueron desarrollándose en el seno del peronismo. Marcos percibió un movimiento  de renovación en la dirigencia, del que podemos encontrar eco en el intercambio entre Perón y Cooke. Así anotaba: “…nuevos hombres, nuevas fuerzas, son las que han asumido, en calidad y en profundidad, los comandos efectivos de la conducción…hemos sido espectadores, de primera fila, de una crisis total de la antigua dirección…pero de la misma entraña del pueblo, de las filas del Movimiento, fueron surgiendo nuevos dirigentes” (EG. Número 2. 3 de octubre de 1957).


          A través de referencias y documentos de época podemos reconstruir las posiciones y tensiones que albergaban ellas frente a las estrategias políticas de otros actores.  Por ejemplo las que se derivaron de los resultados de las elecciones del mes de julio de 1957. Tras ellas John William Cooke se envalentona y envió a Perón un largo informe conteniendo un plan de acción político.  A su vez se lo envió a otros amigos y sectores. Entre los receptores del documento se encontraban José M. Castiñeira de Dios y Fermín Chávez, César Marcos y otros.  La reacción de Marcos fue destemplada. Envió a Cooke, residente en Chile, un largo memorial crítico. En otras ocasiones le cuestionaron medidas que tomaba en su función de delegado y miembro del Comando Superior. Cooke se quejaba a Perón: “Incluso he tenido que contrariar a mis propios amigos, que muy frecuentemente se encierran en extremismos pueriles y , como el ajedrecista inhábil, no ven más que la movida que tienen por delante y son incapaces de prever con varias jugadas de anticipación. Un ejemplo: cuando di la conformidad para copar la Comisión Intersindical, Lagomarsino y Marcos me enviaron un trabajo de 40 páginas demostrándome que con eso quebraba la línea intransigente y terminaría perdiendo toda influencia en el Movimiento Obrero. Sin embargo, los hechos han confirmado que con esa jugada tomamos la dirección del movimiento gremial y pudimos llegar a los triunfos recientes del Congreso de la CGT, las huelgas de julio, del 27 de septiembre y del 22/23 de octubre” (Cooke, 2007).

       Como hemos visto Marcos y Lagomarsino mantuvieron su línea autónoma y para las elecciones de 1958 promovieron el voto en blanco.

        Esas posiciones los distanciaron de varios de los actores políticos y de la prensa de la época y los llevó a quedar marginados de los intentos de reorganización partidaria posterior.

Fuentes:

Colección El Guerrillero.

Referencias:

Cichero, Martha. Cartas peligrosas. Buenos Aires, Planeta, 1993.

Cooke, John W. Obras Completas. Correspondencia Perón-Cooke. Buenos Aires, Colihue, 2007.

Martínez, Rodolfo. Grandezas y miserias de Perón. México, Ed.del autor, 1957.

Monzón, Florencio. El peronismo del silencio. Con los escritos ocultos de César Marcos. Buenos Aires, Corregidor, 2012.

Julio Melon Pirro y Darío Pulfer