(Buenos Aires, 1916- 11 de junio de 1956)

            Teniente de reserva. Casado con cuatro hijos.

            Con el derrocamiento de Perón fue detenido. Al poco tiempo recobró la libertad.

            Se sumó a las acciones de la resistencia peronista y comenzó a vincularse al movimiento conspirativo liderado por Juan J. Valle, a través de su vínculo con el Coronel Luis Cogorno.

            De ese modo participó del movimiento insurreccional de La Plata en el marco del levantamiento deL 9 de junio.

            Se lo vio en el Regimiento 7° de Ringuelet, en el comando de la 2° División Militar y en la estación de ómnibus municipal.

            En el desbande de los grupos que había comandado Cogorno los civiles y militares comprometidos en el frustrado alzamiento se dispersaron.

            Abadie estaba herido y se enteró de la puesta en funcionamiento de la Ley Marcial. Ingresó al Hospital Italiano de La Plata a las 6 y 30 horas del 10 de junio, para que le curasen una herida de bala que tenía alojada en la espalda. Le realizaron las curaciones. A las 7 y 30 se había escapado del hospital.

            Enterado de los fusilamientos de Lanús decidió fugarse. Ubicó a Cogorno, su jefe y amigo, con quien partieron en un automóvil “Sedan”, color negro, por una ruta de Buenos Aires.

            Abadie manejaba y tenía perdidas de sangre.

            Los comunicados que reclamaban la denuncia y captura de ambos era repetido de manera constante por las radioemisoras.

            Cerca del mediodía se detuvieron en Ranchos (Partido General Paz, Provincia de Buenos Aires) para cargar nafta en una estación de servicio. Un lugareño los distinguió y denunció en la Comisaría de esa localidad, quien dio parte al puesto policial siguiente.

            Fueron detenidos, identificados e interrogados en la Comisaría de General Belgrano. Luego fueron trasladados a la ciudad de La Plata en helicóptero y puestos a disposición del comandante de la Segunda División de Infantería, coronel Luiz B. Leguizamón Martínez, quien ese mismo día había propalado un Bando extendiendo la Ley Marcial en todo el territorio provincial y a todo civil que fuera encontrado con armas de reparticiones oficiales.

            Abadie fue trasladado nuevamente al hospital.

            El día 12, al mediodía, aunque no estaba totalmente restablecido, Abadie fue trasladado al departamento de policía.

            Fue interrogado por Desiderio Fernández Suárez, quien finalizó el procedimiento diciéndole que estaba condenado a muerte.

            Abadie le encargó que le entregara a su esposa algunos efectos personales y sus saludos.

            Al anochecer lo condujeron al campo de adiestramiento de perros de la policía de la provincia de Buenos Aires y fue fusilado por el marino Salvador Ambroggio, Capitán de Fragata y sub jefe de  Policía. Antes de morir le dijo: “¡Perro, vas a morir esposado como deben morir todos los peronistas”.           

            Fermín Chávez lo incluyó en dos de sus poemas para “fusilados y proscritos”.

En “Las sombras” figuró así:

-Coronel Irigoyen, tres pasos adelante.

-Albedro, Dante Lugo, otro paso hasta el plomo.

Oscar L. Cogorno, madura flor en llamas,

Jorge Miguel Costales, capitán indomado,

Eloy Caro, Noriega, Dardo Cano, Cortínez,

colmados por el agua noctura de su estrella.

Los Ross, Costa, Videla, Miguel Angel Paulini,

Gareca, Mario Brion, Ibazeta, Quiroga,

Abadie, Luis Pugnetti, Rojas, Miguel Rodríguez,

Son fantasmas plateados que el oprobio desata.

Lentamente las sombras buscan la arena negra,

La arena coagulada, su corazón caído.

La vida que tuvieron cuando el alba se enfriaba.

En “A Hugo Eladio Quiroga” fue unido a Valle:

Asesinos de gris, caras de fosa,

ordenaron formar los pelotones.

Valle, Abadie y Cortínez te acompañan

En este viaje puro de varones.

Mi sargento Quiroga, fusilado

por los que odian al pueblo y su destino,

junto al muro de cal en que caíste

han crecido mis venas de argentino.

Referencias:

Chávez, Fermín. Poemas con fusilados y proscritos. Buenos Aires, Cuadernos F.R.S.O, 1964.      

Ferla, Salvador. Mártires y verdugos. Sentido histórico del 9 de junio de 1956. Buenos Aires, s / e, 1964.

Darío Pulfer