(Buenos Aires, 6 de enero de 1913 – Buenos Aires, 16 de octubre de 1982).

Político, escritor.

            Su padre, Arturo Goyeneche, fue un destacado político radical antipersonalista, quien presidió la Cámara de Diputados en tres períodos y llegó a ser Intendente de la Ciudad de Buenos Aires entre 1938 y 1940, bajo el gobierno de Roberto Ortiz. Su madre fue María Aurelia Idiarte Borda, hija de quien fuera presidente del Uruguay, Juan Idiarte Borda. Juan Carlos tuvo siete hermanos.

            Luego de un fugaz paso por la Escuela Onésimo Leguizamón ingresó al Colegio del Salvador. Allí tuvo como profesores a Leonardo Castellani y al doctor José Ignacio Olmedo.

            Comenzó sus estudios de abogacía, que rápidamente abandonó para continuar su formación en Filosofía y Letras. Fue elegido delegado estudiantil en dos oportunidades. Simultáneamente participó del Centro Santo Tomás de Aquino, que reunía a los estudiantes católicos y era presidido por José María Estrada. Egresó de la Facultad con diploma de honor.

            Escribió en la revista de orientación católica Criterio y participó del emprendimiento Baluarte de los jóvenes nacionalistas.

            Participó de los Cursos de Cultura Católica a partir de 1932.

            Simpatizó con el bando “nacional” en la Guerra Civil Española.

            En el año 1937 se unió al grupo nacionalista “Restauración”.

            Fue editor de la Revista Sol y Luna a partir de 1938. En esta empresa estuvo secundado por Mario Amadeo, José M. Estrada e Ignacio Anzoátegui.

            Formó parte de delegaciones argentinas ante Conferencias panamericanas en Lima y Panamá. De regreso de este último destino pasó por Cuba y luego por México. Se detuvo en este país, donde estrechó relación con José Vasconcelos. En su condición de periodista entrevistó a León Trotsky. Luego recorrió Centro América, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.

            A instancias de José María Pemán fue invitado por el Consejo de la Hispanidad de la España franquista para hacer una estancia en ese país. El gobierno argentino lo designó agregado cultural en ese país. En ese tiempo estudió Historia en la Universidad de Madrid. Se vinculó al mundo político español y a figuras destacadas del régimen, llegando a conocer y establecer vínculo con el mismo Franco.

Nombrado por el diario Cabildo corresponsal en Europa,  entrevistó a Pierre Laval, referente de la República de Vichy y a Mussolini.  Junto al embajador argentino ante España, Adrián Escobar, visitó al Papa Pio XII.

En otra oportunidad acompañó la División Azul española que se había integrado a la invasión alemana a la Unión Soviética, recorriendo el frente oriental. Invitado por el Instituto Iberoamericano de Berlín viajó a esa ciudad en octubre de 1942 y entrevistó a Goebbels, Reinnebeck, Ribentropp, Himmler y Schellemberg.

Luego visitó Polonia y, más tarde, la Unión Soviética.

Además de hacer periodismo de guerra aprovechó su viaje y se encontró con figuras intelectuales tales como Romano Guardini, Giovanni Papini, Piero Bargelini, Réginal Garrigou-Lagrange y Sertilanges.

            Volvió a España. Formó parte de los jurados de historia y literatura correspondientes a los premios nacionales “José Antonio Primo de Rivera” y “Francisco Franco”. Fundó el instituto Ibero-Americano de Cultura. Recibió la distinción de la Orden de Isabel La Católica. En 1944 prologó Hacia la hispanidad de César Pico y Tres ensayos españoles de Ignacio B. Anzoátegui. En 1945 prologó Historia de un año de Mussolini, para una edición española. Ese mismo año, en separatas de la Revista de Estudios políticos prologó Iberoamérica de Alberto Wagner Reyna y La Argentina y nuestro tiempo de Julio Meinvielle.

            A principios de 1946 publicó un opúsculo titulado “Mi respuesta al Libro Azul”, por las menciones a su persona del documento del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

            En 1947, al regresar a la Argentina, se incorporó a la actividad académica en la UBA y en la Universidad de La Plata. Poco después sumó a estas tareas la docencia en el Instituto del Profesorado Católico y en la Escuela Superior del Ejército.

            En 1948 pronunció la conferencia de clausura del curso dictado en la Escuela de Mandos, sección de Falange Española.

            A principios de la década del ’50 viajó a Egipto, Jordania, Israel y El Líbano para estudiar antigüedades orientales, completando su periplo en el Museo Británico. La Universidad de Oxford lo invitó en 1954, ocasión en que conoció a Winston Churchill.

            Desde 1950, participó como secretario de redacción de la revista Dinámica Social en la primera etapa de la publicación. Realizó colaboraciones en las hojas nacionalistas  Quincena y Tabla Firme.

            En medio del conflicto Iglesia-peronismo fue redactor de resonantes panfletos de circulación clandestina. Fueron conocidos como Cartas del Pueblo Argentino.

            En el gobierno militar de Lonardi, se desempeñó como Secretario de Prensa y Asuntos Culturales. Al asumir, el 29 de septiembre, pronunció un discurso prometiendo que no iban a existir directivas oficiales ni dificultades para el libre acceso a las fuentes de información.

Desde esa posición comenzó las negociaciones con las distintas fuerzas políticas para la distribución de los periódicos de la extinta cadena ALEA. Para la expectación pública organizó dos muestras: una en la Residencia Presidencial utilizada por Perón en la calle Las Heras y otra en las oficinas de la citada cadena de medios ALEA.

Muestra de la ex – residencia presidencial

            Ante la campaña en su contra de los partidos y sectores de opinión oficialistas de la Revolución Libertadora que lo acusaban de “totalitario” por sus antecedentes nacionalistas, Goyeneche presentó su renuncia a Lonardi en un texto impreso que tituló ¿Libertad de prensa?

El día 12 de noviembre, todavía en funciones, fue detenido y recluido en la Penitenciaría Nacional. Fue liberado quince días después cuando ya Lonardi había sido desplazado del gobierno por Aramburu.

            En diciembre, ante el temor que la celebración del Día de la Inmaculada Concepción derivara en un acto político, fue nuevamente apresado e internado en el Buque Washington, junto a cientos de dirigentes gremiales y políticos del peronismo.

            Participó de la empresa periodística Azul y Blanco y de su extensión política: los “Centros Populares A y B”.  

Fue orador principal en el acto de esta agrupación en el Parque del Retiro el día 13 de noviembre de 1956. En diciembre de ese mismo año el gobierno militar impidió el desarrollo de un acto planificado por esta fuerza política en el Luna Park, por lo que Azul y Blanco realizó, poco después, una entrevista a Goyeneche para que comentara el contenido de su fallido discurso. Por ese tiempo intensificó su actividad política. Participó en diversos actos, en el interior y en Buenos Aires.

En un extenso reportaje de la revista Qué del 2 de abril de 1957 se declaraba contra las inhabilitaciones y encarcelamientos de legisladores, sindicalistas y políticos de cualquier signo.

            Se opuso al apoyo del nacionalismo a la candidatura del “Frente Nacional y popular” encabezado por Frondizi.

            En noviembre de 1958 participó del Congreso de la Cultura Hispanoamericana en Bogotá, invitado por el Ministerio de Educación de Colombia.

            En 1960 invitado a escribir una carta abierta a Eisenhower por la publicación periódica Santo y Seña, junto a Jorge A. Ramos, Juan J. Hernández Arregui, Arturo Jauretche, John W. Cooke, Ildefonso Cavagna Martínez, declinó el convite y envió una extensa nota a la redacción.

            En junio de 1960 se solidarizó con el General Miguel Iñiguez ante la arbitraria detención y desaparición de su esposa por espacio de dos días.

            Siguió ligado al grupo animado por Marcelo Sánchez Sorondo, colaborando en la edición de Segunda República, cuando fue clausurada Azul y Blanco.

            En 1962 escribió para Excelsior, revista mexicana.

            Participó de la segunda etapa de Azul y Blanco, colaborando con artículos.

            En 1967 concurrió al Tercer Congreso del Comité Pro Defensa de la Civilización Cristiana en Lisboa.

            En 1970 junto a Bernardino Montejano, Juan Castro Martínez, Alberto Fariña Videla, Carlos Alberto Sacheri y Roberto Gorostiaga expuso en las Jornadas de Ortodoxia Católica.

            Escribió Revolución para la patria nueva(s/f); Fray Antonio de Monterroso (1970); La continuidad en el Magisterio de la Iglesia  (1970) y Dios en la noche (1974).

            Se vinculó al movimiento “La ciudad católica”, participando de sus encuentros internacionales. Fue quien recibió al P. Grasset en Buenos Aires. Formó parte del consejo de redacción de la revista Verbo hasta su fallecimiento en 1982.

Obras

Goyeneche, Juan C. Mi respuesta al Libro Azul. Buenos Aires, 1946.

Goyeneche, Juan C. Alocución radial prohibidad. Buenos Aires, 1958.

Goyeneche, Juan C. Revolución para la patria nueva. Buenos Aires, Vigilia en Armas, s/f.

Goyeneche, Juan C. Fray Antonio de Monterroso, capuchino. Buenos Aires, Taladriz, 1970.

Goyeneche, Juan C. La continuidad en el Magisterio de la Iglesia. Buenos Aires, Ediciones del Cruzamante, 1970.

Goyeneche, Juan C. Dios en la noche. Buenos Aires, Madrid, Ed.Teype, 1974.

Goyeneche, Juan C. Ensayos, artículos, discursos. Buenos Aires, Dictio, 1976.  

Fuentes:

Qué. Nacionalismo y proteccionismo crudos para ser una gran potencia. Número 124. 2 de abril de 1957.

Santo y Seña. En lugar de una Carta abierta a Eisenhower. Número 14. 16 de febrero de 1960.

Referencias:

Galván, María V. El nacionalismo de derecha en la Argentina posperonista. El semanario Azul y Blanco (1956-1969). Buenos Aires, Prohistoria, 2013.

Quién es quién en la Argentina. Biografía contemporáneas. Buenos Aires, Kraft, 1968.

Darío Pulfer