(San Miguel de Tucumán, 6 de octubre de 1933 –Córdoba, 21 de agosto de 1975).

            Alias: “Pelado”.

            Dirigente de las FAR y de Montoneros.

            Nació en la capital de la provincia tucumana. Su padre Jacobo era dueño de un almacén y su madre, Sonia Schlosberg, ama de casa. A los 15 años de edad, en el club Judaica, ámbito de sociabilidad y recreación vinculado a la comunidad hebrea progresista local, conoció a quien fue su compañera de vida: Sara Solarz. Ambos compartieron militancia en la Federación Juvenil Comunista.

            A los 18 años partió a Córdoba a estudiar Medicina. Al año abandonó la universidad y regresó a Tucumán para retomar su noviazgo con Sara y dedicarse exclusivamente a la militancia. Fue incrementando sus responsabilidades en el Partido Comunista (PC) hasta llegar a ocupar el cargo de Secretario General de la FJC a nivel provincial. Contrajo matrimonio con Sara en 1955 y de esa unión nacieron sus dos hijos: Mario en 1957 y José en 1960.

            La Revolución cubana, con el correr de la década del ´60, produjo un cimbronazo en las filas del comunismo impactando también en la pareja Osatinsky. En 1963, Marcos se dirigió a la Unión Soviética a recibir instrucción militar, destinado por el PC argentino. A su regreso, empezó a plantear sus críticas hacia el reformismo y “etapismo” que caracterizaba la línea política partidaria, tendiente a impulsar una revolución democrático-burguesa como etapa previa a la revolución propiamente socialista.

            Eso lo llevó a integrar una red de militantes disidentes impulsada por el Secretario General de la FJC de Mendoza, Alfredo Helman. Para ese entonces, Marcos ya había sido promovido al partido y ocupaba el cargo de Secretario de Organización del PC en Tucumán. En total, los díscolos alcanzaban una treintena y entre sus líderes se destacaban, además de Helman, Alejo Levenson, Jorge Gadano y Osatinsky. Luego de lograr un compromiso con las autoridades cubanas por medio de Levenson, las expulsiones de este último y Helman fueron hechas públicas, a fines de 1966, por el semanario Nuestra Palabra, órgano de prensa del PC.

            Para ese entonces, Marcos y Sara ya se habían instalado en Buenos Aires. Él empezó a trabajar como visitador médico a la espera del viaje a Cuba. Se acordó que solo irían los hombres y a través de dos grupos diferentes de seis integrantes cada uno. En el primero viajaron los referentes, entre los que se contaban a los mencionados Helman, Levenson, Osatinsky, Gadano, además de Marcelo Kurlat y Alfredo Moles. Allí recibieron instrucción militar con el propósito de integrarse al proyecto revolucionario comandado por Ernesto “Che” Guevara en Bolivia. El objetivo era formar parte de la columna guerrillera argentina que debía ser liderado por aquel, una vez que el “foco” del Ejército de Liberación de Nacional (ELN) se hubiese consolidado en la selva boliviana. Ese plan, de alcance continental, se frustró estrepitosamente, en octubre de 1967, con la desarticulación del ELN y el asesinato de Guevara.

            Ante dicha situación las discusiones se sucedieron sobre cómo continuar y el grupo empezó a desgranarse. A principios de 1968, Osatinsky entabló relación con Carlos Olmedo, hecho que lo llevó a integrar el pequeño contingente que estaba liderando este. Lo acompañaron en esa senda: su esposa Sara, Levenson, Kurlat y Mercedes Carazo (esposa del último).

            A principios de 1969 se inició la organización de la sección argentina del ELN con el propósito de servir de apoyo al relanzamiento de la guerrilla boliviana, ahora, bajo el liderazgo de Álvaro “Inti” Peredo, uno de los sobrevivientes de la columna del “Che”. El grupo liderado por Olmedo formó parte de dicha experiencia participando del incendio de 13 supermercados “Minimax” situados en Buenos Aires y localidades circundantes como repudio  a la vistita del emisario del gobierno de Estados Unidos, Nelson Rockefeller, el 26 de junio. La acción se hizo sin firmar, ya que se esperaba el alzamiento en armas en Bolivia que nunca se produjo. En septiembre de 1969 cayó asesinado “Inti” Peredo a manos de la policía, en la ciudad de La Paz.

            Dicho suceso, sumado a otros factores, favorecieron la disgregación del ELN argentino. Entre fines de 1969 y principios de 1970 va a ver la luz el proyecto de conformar una organización político-militar: las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Desde un principio, Osatinsky fue uno de los referentes de la organización conformando el trío dirigente, junto a Olmedo y Roberto Quieto.

            El 30 de julio de 1970 fue la fecha elegida para dar a conocer públicamente la existencia de las FAR. Diversos comandos operativos tomaron la localidad de Garín, en una acción que se ejecutó con un grado de precisión notable. Marcos participó en la acción, siendo el responsable de uno de los comandos operativos intervinientes.

            En diciembre de ese año partió a Córdoba para reforzar las fuerzas que iban a perpetrar un importante operativo: el asalto de la sucursal del Banco Provincia situada en el barrio Los Naranjos de la capital cordobesa. El atraco fue defendido por un efectivo policial dando inició a un tiroteo dentro de la entidad bancaria. A raíz de ello se desató una intensa persecución policial connumerosasbalaceras. El resultado fue la muerte de dos integrantes de la policía provincial y de la militante Raquel Gelín. Fueron heridos, además, otros cuatro policías y el propio Osatinsky. Junto a él fueron detenidos también Carlos Astudillo, Alfredo Kohon y Alberto Camps. Los cuatro fueron torturados. Marcos inició un periplo presidiario a través de la cárcel de encausados (Córdoba), el penal de Resistencia (Chaco) pararecalar, ante el pedido de sus abogados, en la penitenciaría de Rawson (Chubut).

            El interés de Osatinsky en ser trasladado a la cárcel patagónica radicaba en que tenía conocimiento de que, en ese lugar, se estaba pergeñando un operativo de fuga por parte de los militantes presos de diversas organizaciones armadas revolucionarias. En su calidad de recluso, animó numerosos debates políticos y formó parte de la elaboración de un documento titulado “Opiniones sobre los problemas centrales de la guerra revolucionaria en esta etapa”, popularizado como “Balido de Rawson” entre la militancia encarcelada, que sirvió para aunar las posiciones de FAR y Montoneros.

            Fue uno de los diagramadores, junto a Roberto Santucho,del plan de escape que se llevó a cabocon el propósito de propiciar la evasión de 116 militantes. Por problemas en el grueso del grupo de apoyo que debía efectivizar el traslado de los fugados hacia el aeropuerto de Trelew, solo los máximos dirigentes pudieron alcanzar el vuelo que los condujo a Chile. Entre ellos, se encontraban, además de Osatinsky, Quieto (FAR), Santucho, Enrique Gorriarán Merlo, Domingo Menna (PRT-ERP) y Fernando Vaca Narvaja (Montoneros). El presidente chileno, Salvador Allende, denegó su devolución a tierras argentinas y les otorgó el salvoconducto hacia Cuba a los seis dirigentes, luego de haberse producido el asesinato en una base aeronaval de 16 militantes que no habían alcanzado a tiempo el avión que propició su escape. 

            En Cuba, fue atendido como huésped distinguido por las autoridades, al igual que los otros nueves militantes argentinos (los cinco mencionados y otros cuatro que formaron parte del grupo de apoyo a la evasión) y formó parte de una reunión, en conjunto con el resto de los dirigentes guerrilleros, con el mismísimo Fidel Castro. Recibió instrucción propicia para la lucha urbana y de guerrilla rural en compañía de los otros nueve. Su estadía en la isla se prolongó alrededor de 4 meses y se estima que, a principios de 1973, luego de un paso por Madrid que implicó un encuentro personal con Perón, ya había regresado clandestinamente al país.

            La fusión con la organización Montoneros, lo ubicó en la Conducción Nacional de esta ocupando el último puesto en una dirección colegiada de ocho integrantes. En dicha calidad cumplió importantes tareas y se le asigna, en virtud de su destreza militar, un rol importante en la ejecución del asesinato de José Rucci, efectuado el 25 de septiembre de 1973.

            El 6 de agosto de 1975, fue allanada por fuerzas policiales una casa operativa de Montoneros en donde se encontraba la conducción regional cordobesa. Entre los siete apresados figuraban Osatinsky y Horacio Mendizábal, integrante este último de la Conducción Nacional. Alojados en el Departamento de Informaciones de la policía provincial (D-2) fueron salvajemente torturados. Frente a las autoridades policiales, Osatinsky asumió el rol de jefe resguardando la vida de Mendizábal, quien posteriormente se fugaría, y negoció una tregua que posibilitó el traslado a la cárcel de encausados de los otros seis detenidos. El 21 de agosto fue asesinado, en represalia por un ataque del Ejército Revolucionario del Pueblo a dicha dependencia. La policía adujo que su muerte aconteció a raíz de un intento de fuga en ocasión de su traslado hacia la penitenciaría. Posteriormente, el ataúd donde eran transportados sus restos hacia Tucumán fue secuestrado, por parte de fuerzas parapoliciales y paramilitares a la orden del capitán del Ejército Héctor Vergez, y dinamitado en Barranca Yaco, provincia de Córdoba.

            El accionar represivo asoló también a su familia. Mario fue asesinado el 25 de marzo de 1976, en el complejo turístico La Serranita (Córdoba), y José el 2 de julio de ese mismo año en la capital cordobesa. El cuerpo del primero fue exhumado del cementerio San Vicente e identificado por resolución judicial en 2003, mientras que los restos de José aún permanecen desaparecidos. Al momento de ser asesinados tenían 19 y 15, respectivamente, y eran militantes de Montoneros. Sara Solarz fue detenida el 14 de mayo de 1977, en la Capital Federal, y secuestrada por una “patota” de la Marina. Fue torturada y permaneció en cautiverio 1 año y 8 meses en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Su liberación se produjo el 19 de diciembre de 1978 e, inmediatamente, partió al exilio donde brindó un valioso testimonio acerca del funcionamiento de la maquinaria represiva actuante en el país durante la dictadura militar.

Fuentes.

Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU). Testimonios del genocidio. Paris-Madrid, 1980.

Clarín, 30/12/1970, 4/01/1971.

Crónica, 30/12/1970.

Comunicado de la FJC. Nuestra Palabra, N° 857, 6/12/1966.

Dos jefes montoneros caídos. Marcos Osatinsky, N° 9, noviembre 1975.

FAR. Los de Garín. Cristianismo y Revolución, Nº 28. Abril 1971.

Juicio revolucionario a un delator. Evita Montonera, N° 8, octubre 1975.

Opiniones sobre los problemas centrales de la guerra revolucionaria en esta etapa. 10 de agosto de 1972. FAR. Boletín N° 4, noviembre 1972.

Entrevista del autor a Mercedes Carazo, CABA, 12/12/2019.

Entrevista del autor a Jorge Gadano, Neuquén, 27/09/2017, 28/09/2017 (2 sesiones).

Entrevista del autor a Alfredo Moles, Conil de la Frontera, España, 2/08/2018, 3/08/2018 (2 sesiones).

Entrevista del autor a Sara Solarz, Ginebra, Suiza, 6/08/2018.

Referencias:

Chaves, Gonzalo Leónidas y Lewinger, Arturo. Los del 73: memoria montonera. La Plata, De la campana, 1998.

Cheren, Liliana. La masacre de Trelew: 22 de agosto de 1972: institucionalización del terrorismo de estado. Buenos Aires, Corregidor, 1997.

González Canosa, Mora y Kahan, Emmanuel. Identidad, política y etnicidad. La trayectoria militante de Marcos Osatinsky, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Argentina). Rubrica Contemporánea, N° 19, 2021. Disponible en: https://revistes.uab.cat/rubrica/article/view/v10-n19-gonzalez-kahan/219-pdf-es.

Hellman, Alfredo. Il militante. Milano: Clandestine, 2005.

Levenson, Gregorio y Jauretche, Ernesto. Héroes. Historias de la Argentina revolucionaria. Buenos Aires, Del pensamiento nacional, 1998.

Levenson, Gregorio. De los bolcheviques a la gesta montonera. Buenos Aires, Colihue, 2000.

Perdía, Roberto. La otra historia. Testimonio de un jefe montonero. General Roca: Ágora, 1997.

Carlos I. Custer