En el marco del gobierno de los primeros meses de gestión del gobierno de Frondizi, Perón decidió reformular el funcionamiento del peronismo en el territorio.
En agosto de 1958, la complejidad de las líneas internas y de las representaciones sectoriales y territoriales del peronismo, amén de los datos del contexto político, que habían aumentado los márgenes de libertad pero no garantizaban los requerimientos de las fuerzas peronistas (la CGT seguía sin normalizarse, el Partido Peronista no era reconocido, etc.) llevó a Perón a relevar al Comando Táctico y reemplazarlo por una estructura menos numerosa y más ágil denominada Delegación Nacional.
Por Resolución del Comando Superior Número 21 / 58 del 10 de agosto de 1958, dada en Ciudad Trujillo, Perón estableció la nueva organización. En los considerando señalaba “que las actuales condiciones político – sociales requieren que el Comando Superior Peronista cuente en el país con una dirección centralizada que pueda adaptarse rápidamente a las necesidades tácticas de cada situación, a fin de cumplir con las líneas estratégicas fijadas por el General Perón”. Luego consideraba “que a tales efectos se hace necesario separar las tareas de conducción de las vinculadas a la organización del Partido Peronista, dejando las primeras a cargo exclusivamente de un cuerpo de reducido número de miembros y plena autoridad”.
Si bien reconocía que el Comando Táctico “ha cumplido con eficiencia y abnegación las difíciles tareas encomendadas por el Comando Superior y merece el agradecimiento de todos los peronistas”, era sustituido “por otros organismos más adecuados a la nueva etapa de la lucha por la liberación nacional”.
Por tal motivo el Comando Superior Peronista resolvía actuar “por intermedio de una Delegación Nacional, integrada por el Jefe de su División Operaciones Dr. John W. Cooke y quince delegados”, teniendo a su cargo la Dirección del Movimiento Peronista en todo el país. En el mismo acto establecía que a ese organismo estaban sometidas “todas las organizaciones clandestinas y de superficie del Movimiento”.
La Delegación podía dictar su propio reglamento, quedando facultada para crear los organismos que estime convenientes para el cumplimiento de sus funciones.
Designaba para integrar la Delegación nacional del Comando Superior Peronista a Avelino Fernández, José Alonso, Eleuterio Cardozo, Andrés Framini, Amado Olmos, Armando Cabo, Manuel Carulias, Dante Viel, Ramón Prieto, René orsi, Juan Puigbó, Oscar Bidegain, Audelina D. De Albóniga, Ana Macri y Elena Fernícola.
Como resulta fácil apreciar avanzaba el sector gremial en la representación del peronismo local. El sector de la “resistencia” quedaba representado por Ramón Prieto y Juan Puigbó y la rama política reducida al platense René Orsi. Las mujeres quedaban reducidas a tres, siendo Audelina Albóniga una mujer proveniente de los núcleos cercanos a Alicia Eguren, por tanto a la “resistencia”, mientras que las otras dos venían del Partido Peronista Femenino.
La decisión de pasar a un esquema más chico, generó reacciones: algunas mujeres excluidas cuestionaron las designaciones (Hortensia García Marín, Ema Gemelli y Susana Farías); Ana Macri y Elena Fernícola fueron impugnadas señalando que representaban a sectores minoritarios del sector femenino y Audelina Albóniga fue puesta en entredicho señalando que no era representativa de la “resistencia” en su totalidad.
Ese mismo día, por resolución Número 29 del Comando Superior Perón les recordaba a los miembros de la Delegación la “línea política”, cuyo “objetivo último es la Revolución Social”. Para ello señalaba que la misma estaba fijada en las “Directivas Generales para todos los Peronistas N°1”; “Documento Mensaje” del 26 de mayo de 1958; las “Instrucciones y Directivas Generales para todo el Movimiento Peronista” del 1 de julio de 1958 y las “Directivas Generales para todos los Peronistas N° 2”, del 21 de julio de 1958. Ello debía ser complementado con “El Mensaje a los Dirigentes” y “Un punto de vista y recurso táctico (el Número, el Poder y la Fuerza)”.

En base a su designación, integración y misión fueron creadas tres comisiones: la gremial (integrada por las 62 y la CGT Auténtica); la política y de la resistencia y la femenina.
Por ese tiempo Cooke escribió a Perón dos cartas, el 1 y el 4 de septiembre, y Perón le respondió el 5: “A Usted no le deben preocupar las ´cartitas chismosas’ que me puedan escribir a mí, porque no sólo no les llevo el apunte, sino que se las cuento a Usted para que tenga una idea de lo que me dicen… Como Usted dice, todo terminará con la organización del Partido y por eso es que me apuro para que así sea cuanto antes”. Le sugería no intervenir en la reorganización de la rama femenina. Criticaba el accionar del CTP por su posición débil en relación al gobierno de Frondizi y llamaba a hacer una intensa campaña de agitación y provocación: “Tres temas deben ser el pan nuestro de cada día: la vuelta de Perón, el cadáver de Eva Perón y la carestía de la vida”. Perón escribe nuevamente el 16 de septiembre una larga carta en la que deslizaba críticas por la débil actitud hacia Frondizi y por cuestiones vinculadas a su conducción.
El 25 de septiembre Perón escribió “A los compañeros de la Delegación del CSP” con consideraciones acerca de la situación, lamentándose de los escasos avances en materia de organización. A través de la misma comunica la creación del Consejo Coordinador y Supervisor del peronismo, que convivirá con la Delegación: “Este consejo ha sido creado para que, conectado con la Delegación del CSP se encargue de lo relacionado con la organización de las fuerzas políticas del Movimiento Peronista e intervenga para solucionar controversias de todo orden y supervise la conducción táctica del Peronismo”.
Las intrigas y contradicciones en el sector político del peronismo van in crescendo. El 27 de septiembre Cooke escribió a Perón. Al día siguiente Oscar Albrieu se dirigió a Alberto Manuel Campos, quien por entonces se encontraba visitando al ex presidente, tratando de explicar y documentar su actitud antes, durante y después del voto a Frondizi, aunque lo característico del mensaje resultaba de su animadversión declarada hacia Cooke, Ramón Prieto y Alicia Eguren. Acusaba a Eguren de querer copar la “lista” de la resistencia a la vez que la “lista” del partido femenino. El 30 de septiembre la Delegación del CSP, en nota formal, elevó informe a Perón donde detalló el conflicto de Eguren con la rama femenina, siguiendo la argumentación y perspectiva de Cooke. Ese mismo día Perón le expresaba destempladamente: “me parece que todo se va complicando de manera inusitada”, y le anunciaba la creación del referido Consejo. El 2 de octubre Cooke escribió a Perón, sin haber recibido aún la mala noticia de su desplazamiento. En el tráfico de misivas se vislumbraba, pues, el relegamiento de Cooke, a la vez que la aparición de la nueva instancia de organización política.
La vida de la Delegación fue breve. En octubre de 1958 Perón creó el Consejo Coordinador y Supervisor del peronismo, que tuvo la pretensión de contener a las distintas expresiones del movimiento, además de la misión de regir sobre la forma en que debería darse la organización partidaria, conculcada desde 1955. Al mismo tiempo relevaba a Cooke de su función como delegado, siendo reemplazado por Alberto Campos.
Fuentes:
Correspondencia Perón-Cooke. Buenos Aires, Colihue, 2007.
Referencias:
Cloppet, Ignacio. Las claves secretas de Perón. Buenos Aires, SB, 2025.
Eguren, Alicia (2023). Escritos. Buenos Aires: Biblioteca Nacional.
Gorza, Anabella (2022). Insurgentes, misioneras y políticas. Mujeres y género en la resistencia peronista (1955-1966). Buenos Aires, Biblos.
Mazzeo, Miguel (2022). Alicia en el país. Apuntes sobre Alicia Eguren y su tiempo. Buenos Aires: Colihue.
Melón Pirro, Julio. Después del partido y antes del partido: El Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo. En Chiaramonte, Juan C.; Klein, Herbert S. El exilio de Perón. Los papeles del archivo Hoover. Buenos Aires, Sudamericana, 2017.
Julio Melon Pirro-Darío Pulfer