(Buenos Aires, 5 de septiembre de 1881- Buenos Aires, 24 de mayo de 1956).

            Es una de las figuras más representativas de la tradición del “actor popular nacional”. Hijo de inmigrantes gallegos, abandonó tempranamente sus estudios primarios debido a la situación económica. Descubrió su vocación artística desde su experiencia como espectador, accediendo al teatro por la obtención de entradas de la claque o a cambio de tareas de limpieza. Pronto comenzaría su actividad artística.

            Tras su paso por la Armada, se dedicó de lleno al teatro. Su primera incursión fue en la compañía de Jerónimo Podestá, en calidad de comparsa, sin sueldo. Con el inicio de su profesionalización, ocurrió su encuentro con Ezequiel Soria, quien desempeñó un rol tutorial, ayudándolo a perfeccionarse en lo artístico y también en su formación cultural e intelectual. Así retomó su educación escolar, se dedicó al estudio del teatro universaly perfeccionó sus conocimientos de guitarra y acordeón.También participó de tertulias donde acudían personalidades como José Ingenieros, Florencio Sánchez, Joaquín de Vedia, entre otros, que lo incitarona determinadas lecturas que complementaron sus estudios y cultura general. Esto ayudó a incrementar el nivel de reflexión que tenía sobre su práctica artística.

            En 1907, fue contratado por la compañía de Pepe Podestá. En 1908 se incluyó en la de Parravicini, ganando ya un sueldo de primer actor. En 1916, se produjo la unión conElías Alippi, con quien conformaría una de las compañías más exitosas.

            Muiño constituye uno de los ejemplos más cabales de la concreción de la síntesis integrada por su desempeño en los espectáculos, sus recursos actorales, su movilización y su vinculación activa con el contexto social, político y cultural en el que estaba inserto. Tanto sus composiciones artísticas como sus intervenciones intelectuales estuvieron vinculadas con las representaciones vigentes en el imaginario social de la época, respondiendoa los debates establecidos en torno a la identidad nacional.

            Cuando el peronismo apareció en la escena política, Muiño ya era una figura consagrada por el público y la crítica periodística, con una trayectoria de cuarenta años en el teatro y una presencia notable en el cine nacional. Desde los comienzos del peronismo, manifestó su adhesión política. Su militancia se restringió al ámbito artístico y gremial, aunque participó en algunas ocasiones en el aparato propagandístico del Estado: intervino en actos como representante de la Gremial Argentina de Actores, tal como ocurrió en el estreno de El conventillo de la Paloma (1953), en el Teatro Colón; en el aparato de propaganda estatal con el cortometraje La payada del tiempo nuevo; o en festejos oficiales como los de la Semana de la Lealtad en 1950, en una audición radial donde recitó poemas alusivos e interpretó una obra teatral de Claudio Martínez Payva con Fanny Navarro.

            Tantosu carisma como el lugar central que ocupaba dentro del imaginario de los sectores medios y populares forjado debido a su extensa trayectoria operaban como factores efectivos a la hora de concretar una identificación con el público. En el caso de La payada …, que protagonizó, que consistía en el relato en tono gauchesco de los logros del gobierno de la Nueva Argentina, se explotaba una de las representaciones de tipos populares, el gaucho, que había realizado a en su carrera.Del mismo modo, la inscripción ideológica de su poética actoral, y la reflexión que él tenía sobre la misma, respondía a una concepción nacional de la cultura, que durante el peronismo cobró protagonismo.El desempeño de Muiño dentro de la esfera política había tenido su inicio en el contexto de las elecciones de 1946, cuando se produjo la división en el seno de la colonia artística que se sustentaba en su adhesión o no al peronismo. Allí, junto a otros colegas, decidieron abandonar la Asociación Argentina de Actores y crear la Gremial Argentina de Actores, contando con el aval de Perón para la resolución de los conflictos sindicales.

            Pero su nexo con el peronismo iba más allá de su identificación política. Su posición ideológica con respecto a la tradición del actor nacional, que es anterior al surgimiento de este fenómeno político, resultó adecuada a su proyecto político-cultural. Esa posición ideológica está presente en la revaloración de los personajes populares del compadrito y del gaucho, que había dado a conocer en la conferencia brindada en el Instituto Nacional de Estudios Teatrales en octubre de 1936, sobre las que se sustentaron todas sus creaciones. Esta posición también se hizo extensiva a la elección de su repertorio y a su labor en el cine, tanto desde sus composiciones como el héroe gaucho, el prócer,o el padre de familia, como desde su participación en Artistas Argentinos Asociados, que se creó con el compromiso de preservar la producción cinematográfica nacional. En ese sentido, consideramos que la posición ideológica de su producción actoral, basada en la preservación de lo nacional, coincidió con la instauración de una cultura nacional popular presente en el Segundo Plan Quinquenal.

Con elderrocamientodel peronismo en 1955, la dictadura militar implementó lasinvestigaciones y persecuciones a los artistas identificados como peronistas. Sus casas fueron revisadas violentamente y muchos bienes fueron confiscados. Desde los medios de comunicación se reclamaba “una labor higiénica” refiriéndose a las sanciones aplicadas a los peronistas. Se cometieron atrocidades llegando a las agresiones físicas. En el caso de Muiño, mientras realizaba una versión de Así es la vida en Radio Belgrano, un grupo de civiles lo expulsó a empujones. Murió en una situación precaria y en el anonimato e indiferencia de sus pares. Insaurralde y Maranghello relatan que su velatorio se realizó en la Casa del Teatro con la ausencia de colegas y la indiferencia de la Asociación Argentina de Actores: estono tenían otra causa que su militancia peronista.

Durante el primer peronismo, el actor nacionalpopular encontró la posibilidad de desarrollarse tanto en el teatro oficial como en la radio y el cine. Pero las represalias planteadas por el antiperonismo, relegaron a la marginalidad el desarrollo de las carreras de una gran cantidad de artistas, muchos de ellos de origen popular. Sin embargo, la calidad de las composiciones de Muiño, de las que quedan testimonio en el cine, lo constituyeron en uno de los más notables actores nacionales. Su trayectoria artística avalada por su talento e inteligencia, pudo trascender las prohibiciones y persecuciones políticas.

Referencias

Insaurralde, Andrés y César Maranghello, 1997. Fanny Navarro o Un melodrama argentino. Buenos Aires, Ediciones del Jilguero.

Leonardi, Yanina, 2009. “Enrique Muiño y la concreción de la identidad nacional”, en Teatro XXI, año XIV, n° 27 (otoño): pp. 69-72.

Lusnich, Ana Laura, 2004. “Enrique Muiño: Los modos de producción de un actor integral”, en Pellettieri, O., De Totó a Sandrini. Del cómico italiano al “actor nacional” argentino. Buenos Aires: Galerna, pp. 163-177.

Muiño, Enrique, 2004. “El compadrito y el gaucho”, en Teatro XXI, año X, n° 18: 30-35.

Pellettieri, Osvaldo, 2001. “En torno al actor nacional: el circo, el cómico italiano y el naturalismo”, en Pellettieri, O., De Totó a Sandrini. Del cómico italiano al “actor nacional” argentino. Buenos Aires: Galerna: pp. 11-40.

Yanina Andrea Leonardi