Pedro Lizaso, nació en Olavarria. En esa localidad se casó con Juana Ramona Martínez, con quien tuvo tres hijos: Zulema, Irma Leticia y Arnaldo Oscar. Enviudó en el año 1925.

            Contrajo nuevo matrimonio con Amelia Cereseto, con quien tuvo cinco hijos: Amelia, Néstor, Carlos Alberto, Jorge Héctor y Miguel Francisco.

            Pedro Lizaso tuvo una importante acción política. Fue militante radical, integró FORJA y luego adhirió al peronismo. Fue el primer Comisionado Municipal del gobierno en Vicente López, designado por el Gobernador Mercante.

            Al cumplirse el primer aniversario del triunfo electoral del peronismo, en un mensaje al personal de la Municipalidad, además de reivindicar que luego de una década y media el pueblo pudo expresar sus anhelos democráticos en “libérrimo plebiscito”, subrayó la triple recuperación del sistema bancario, las telecomunicaciones y los transportes. En la misiva, remarcó que el último hecho “significa el 50 por ciento de la liberación de nuestra economía”, en un registro scalabriniano.

           

            En la década del cincuenta tenía un local en el que se desempeñaba como martillero público. Como otros forjistas, se había distanciado del gobierno, y se había concentrado en su actividad particular.

La familia Lizaso, c.1952

            Su hijo Carlos Alberto, colaboraba en los trabajos del estudio, habiendo dejado la secundaria. Hombre de convicciones propias, Pedro volvió a la militancia activa tras el golpe militar. Junto a su hijo Carlos, comenzaron a publicar a mimeógrafo “El Cabecita” para la zona norte del gran Buenos Aires.

            Al recrudecer la represión, hacia fines de año, el grupo familiar tomó distintos caminos.

            Pedro Lizaso permaneció en el país y en el momento en que se preparaba el levantamiento de Valle estaba pendiente del mismo. El día programado para el alzamiento se encontraba en su casa de la esquina de Las Heras y 25 de Mayo en   Vicente López.  Allí vivía junto a su esposa Amelia y cuatro hijos: Amelia “Nené”, Carlos, Jorge y  Miguel.

            Arnaldo Oscar, tenía 35 años, comenzó a militar en sectores de la resistencia peronista de la zona norte. Como su padre, había militado en el radicalismo, el forjismo y en el primer peronismo.

           Carlos Lizaso, tenía 21 años. Se movía en la zona. Antes de entrar en la casa de Florida, el día 9 de junio, fue a visitar a su novia. Su padre, deseaba que Carlos estuviera con él en la casa esperando la clave del levantamiento, con la interferencia de la pelea de box y la posterior lectura de la proclama del golpe de Valle y Tanco. Pidió que fueran a buscarlo, infructuosamente.

            Al conocerse la intervención de la Policía bonaerense en la casa donde se encontraba Carlos Lizaso esperando la señal y la posterior declaración de la ley marcial los familiares aislaron a Dn.Pedro Lizaso y para evitar que cayera preso lo disuadieron que saliera para Montevideo, con la promesa que pronto viajaría su hijo Carlos. Le ocultaron su destino trágico, a sabiendas que, de conocerlo, no saldría del país.

           

El día 10 de junio de 1956, en José León Suárez, por orden del Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires, fue fusilado Carlos, junto a Nicolás Carranza, Francsico Garibotti, Vicente Rodríguez y Mario Brión.  Algunos sobrevivientes, como Livraga y Troxler, dieron testimonio de la que se conoció como “Operación Masacre”.

            Los miembros de la familia que se quedaron en Buenos Aires no pudieron velarlo. Al llegar a la fosa abierta en el cementerio de Olivos, a los costados había flores que gente de la zona había depositado. Un furgón del Ejército trajo el cajón cerrado de Carlos Lizaso, sin permitir que nadie lo toque. Dos soldados lo bajaron a la fosa con sogas.

Como señalamos, Pedro Lizaso tomó el camino del exilio en Uruguay, compartiendo el destierro con sus conocidos Arturo Jauretche y Francisco Capelli del forjismo y otras personalidades del peronismo y el nacionalismo como José M. Rosa, Ricardo Guardo, Juan C. Parodi, Héctor Blassi, Horacio Haramboure, Domingo Mercante, Arturo E.Sampay, el gremialista Mauricio Cabistán, Carlos Seeber, Raúl Puigbó, el capitán Adolfo Phillipeaux. Para sortear la situación económica abrió y atendió una confitería con el nombre “Madrid”. Los socios del emprendimiento fueron: Francisco Capelli, Arturo Jauretche, Ricardo Guardo y el mismo Lizaso.  En ese espacio se reunían los exilados argentinos.

            En ese momento, estando Don Pedro en Montevideo “…esperó minuto a minuto la llegada del hijo de 19 (sic) años: una, dos, tres semanas de esperanza y duda. Todos los días se decía: ‘vendrá, ya vendrá Carlitos’”, narraba Martha Capelli.

            Su hijo Arnaldo junto a su hermana Tití y su esposo, Oscar Delgado tuvieron que hacerse cargo de toda la situación familiar tras el fusilamiento de Carlos y el exilio de Dn. Pedro. Fue Arnaldo el encargado de darle la mala noticia: en su primer viaje a Montevideo se lo comunicó.

            La familia estaba pendiente de la situación de Dn. Pedro en Montevideo y por tal motivo Arnaldo se trasladó allí en varias ocasiones. Tiempo después, entristecido, falleció de un infarto en el exilio el día 11 de noviembre de 1956.  Fue ese mismo hijo el encargado de repatriar sus restos, que fueron depositados en el cementerio de Olivos.

            Arnaldo escribió una carta al Presidente provisional Aramburu, en la que le decía: “Mírese al espejo de la verdad y luego retírese a esperar la hora de la justicia, o de los hombres, pues usted está ya condenado”. Poco después, comenzó a colaborar con Rodolfo Walsh en la investigación de los luctuosos hechos. Militó en el peronismo y fue electo concejal de Vicente López en las elecciones de marzo de 1962. Luego formó parte de Montoneros. Estuvo amenazado por la Triple A, tras el asesinato de Julio Troxler en septiembre de 1974, lo que lo obligó a dejar casa y trabajo. Fue parte de la creación del Partido Peronista Auténtico en marzo de 1975.  Exiliándose más tarde.

            Miguel comenzó a militar poco después de los fusilamientos. Participó de la “Marcha del Silencio”, del 8 de junio de 1957, organizada por Alejandro Olmos desde la publicación periódica Palabra Argentina en homenaje a los caídos del levantamiento de Valle. Fue encarcelado por escribir con tiza en una pared: “¡Viva Perón!”.

Junio 1958: la familia visita la tumba de Carlos Lizaso.

           

En 1973, en Malaver 3686, esquina Mitre, Jorge y Miguel Lizaso abrieron el local de la Unidad Básica “Combatientes peronistas”, que fue allanada a fines del año 1974.

            En abril de 1976 fue secuestrada Irma Lizaso junto a su esposo Pedro Oscar Delgado, quien luego fue liberado.

En un operativo del grupo de tareas de la ESMA, el 26 de abril fue secuestrado del café Los Angelitos Jorge Lizaso junto con su compañera, María del Carmen Núñez.

            Miguel Lizaso falleció en septiembre del mismo año, en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, al intentar secuestrar a un ejecutivo de Sudamtex.

            Otros miembros de la familia, fueron secuestrados el 18 de octubre de 1976 en las inmediaciones de la estación San Andrés en Villa Ballester: Miguel Garaycochea y su esposa Irma Delgado Lizaso, quienes militaban en la JTP. Irma se encontraba embarazada.

            Arnaldo Lizaso buscó afanosamente el destino de sus familiares. Al convencerse de su muerte, persuadido por sus hijas, emprendió el exilio hacia Suecia. Regresó al país en 1982 con otra identidad, siendo que tenía pedido de captura bajo la acusación de asociación ilícita en el exterior. Luego se radicó en Chile, donde falleció en 1995.

            En memoria de Pedro Lizaso, por haber sido intendente municipal de Vicente López después de las elecciones de 1946, la calle Valle Grande de ese partido tomó su nombre con el retorno del peronismo al gobierno. El Concejo Deliberante por Ordenanza Número 3688 del 3 de agosto de 1973 dispuso el cambio de nombre de la calle imponiéndole el de «Comisionado Pedro Lizaso». La ordenanza fue promulgada por decreto 1280 del 10 de agosto. El Intendente de Vicente López, Carlos Alberto López lo comunicó por carta a la familia el 29 de ese mes.

            El golpe de 1976 volvió la calle a la vieja denominación.

            En la actualidad la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia de San Martín impulsa y es querellante en el juicio por la verdad en el caso de los fusilamientos en José León Suarez 56. Abogan para que los asesinatos perpetrados por la policía de la provincia de Buenos Aires en los basurales de José León Suárez bajo las órdenes de su entonces jefe, el teniente coronel Desiderio Fernández Suárez, sean declarados delitos de lesa humanidad, o sea imprescriptibles.

Referencias:

Arrosagaray, Enrique. La resistencia y el General Valle. Buenos Aires, Ediciones Punto de Encuentro, 2016.

Ferla, Salvador. Mártires y verdugos. Ubicación histórica del 9 de junio. Buenos Aires, s / d, 1964.

Galasso, Norberto. Jauretche y su época. La revolución inconclusa. 1955-1974. Buenos Aires, Corregidor, 2006.

Limongelli, María V. El peronista, identidad montonera. En Actas de la Red de Estudios del peronismo. IV Congreso, 2014.

Solari, Ángel. Los fusilados no callan. Sepa la verdad sobre los fusilamientos. Buenos Aires, s/ d., 1958.

Walsh, Rodolfo. Operación Masacre. Buenos Aires, Sigla, 1957.

                                                                                                                Darío Pulfer