(Buenos Aires, 21 de diciembre de  1930- ).

            Abel Reynoso se crió en Lanús, en un hogar humilde de origen rural. Simpatizó con el peronismo desde sus orígenes, considerándolo un movimiento reivindicativo de los pobres y marginados.

            El 22 de marzo de 1954 nació su hijo, Abel Ernesto, en el Hospital Evita de Lanús Oeste.

           Tras el golpe de 1955, Reynoso y un grupo de jóvenes organizaron una marcha para el 17 octubre. Al pasar frente a la Fábrica Pappini en Gerli, fueron tiroteados. Varios de los manifestantes quedaron tendidos en el pavimento.

            Ese grupo de militantes, estando Perón en Paraguay, tomó la iniciativa de viajar para ponerse a su disposición. Se reunieron en el café Belgrano en Lanús y la idea generalizada era acercarse a Perón. Ante las sospechas suscitadas por las reuniones en ese lugar público comenzaron a reunirse en la casa de la madre de Cacho Ferroti. A las reuniones concurrían ferroviarios de los talleres de Remedios de Escalada, sindicalistas de Avellaneda y Lanús, entre quienes estaba Gerónimo Izzeta de Munipales.  Al trasladarse Perón a Panamá la iniciativa grupal se enfrió.

             Reynoso tomó la determinación de viajar. Comenzó a recibir cartas y mensajes para Perón. En ese momento tenía 25 años, vendió su casa en construcción y se embarcó a Panamá desde Valparaiso, dejando a su mujer e hijo en la Argentina. Arribó a Panamá el 8 de marzo de 1956.

            Así, llegó hasta la modesta casa donde estaba alojado Perón en Colón. Tocó la puerta, fue atendido y al rato estaba conversando con el exiliado. Le entregó correspondencia que traía desde Buenos Aires. Perón le solicitó que se quedará a trabajar con el pequeño grupo en el que se encontraban Gilaberte y Landajo. Luego le pidió que se desplazara a Venezuela, para encontrarse con Rodolfo Martínez, otro enviado de Perón. Para ello le entregó una carta y una credencial. Según su relato, “desde allí iban a comenzar la resistencia”.

            La idea era que desde allí triangulara correspondencia con núcleos peronistas de los países limítrofes y del propio país. Portaba una credencial identificatoria en la que se lo nombraba como parte del Consejo Superior Peronista.

            Al tiempo que realizaba las tareas encomendadas sobrevivió realizando fotografías, oficio que aprendió en ese momento.

            En el momento que Perón fue intimado a salir de Panamá, en agosto de 1956, las buenas relaciones y gestiones realizadas por Martínez facilitaron el traslado de Perón a Caracas, en condición de turista.

            Por sus conocimientos pasó a ser el “fotógrafo oficial” del líder exiliado. Además de sacar las fotos de la vida cotidiana, de distintos visitantes, fue quién  foografió el auto que sufrió el atentado dirigido a Perón.

            Formó parte del grupo de apoyo a Perón, en ese momento,  junto a Ramón Landajo e Isaac Gilaberte. En esa condición, al salir del edificio donde vivia Perón, cayó entre ellos un macetón de importantes dimensiones, orientado a terminar con la vida de uno de ellos. En palabras de Reynoso, se trataba de “un mensaje para Perón” de los hombres de la dictadura militar argentina.

            Al salir de Caracas, ante la inminencia del golpe contra Pérez Jiménez, entregó un portafolio con fotos y negativos a Garabito, un mecánico con afinidades peronistas. Éste, en un momento de agobio ante el asedio de personeros del gobierno, quemó el material pensando que ello lo comprometía.

            Fue testigo de las tratativas del Pacto Perón-Frondizi, así como de las reuniones desarrolladas en Caracas por dirigentes del peronismo desde enero del 1958.

            Se trasladó a República Dominicana, reencontrándose con Perón que residía en el Hotel Jaragua. Recibió en el aeropuerto a la comitiva integrada por Isabel, Américo Barrios, John W. Cooke y Ramón Landajo.

            En sus recuerdos, Barrios, anotó: “En el aeropuerto estaba un argentino de apellido Reynoso, oriundo de Lanús, que había sido fotógrafo en Caracas, pintor de brocha gorda, pintor abstracto, modelo para bebidas refrescantes y había recalado en República Dominicana, en donde hará una exposición de pinturas al óleo…sobre cabezas de alfileres, para seguir luego su aventura por otros países”. Como remate, agregó: “El gallego y el argentino son los  más audaces domadores de la vida, ese potro chúcaro y difícil que tenemos que jinetear todos los días”.

            Regresó al país luego de las elecciones de febrero de 1958. Un tiempo después tuvo que salir por Mendoza en un camión. Trabajó como pintor y un mes después se trasladó a Chile. Llegó a Valparaiso. En tren viajó hacia el norte de Chile. En Antofagasta, estudió inglés. Se trasladó a Perú, alquilando un departamento y ocupándose en tareas vinculadas a diseño y publicidad. Tiempo después siguió su camino hacia Ecuador. Se estableció en Guayaquil, continuando con su tarea en el ámbito del diseño. Desde Quito se trasladó a Bogotá. Ya estaba sólidamente instalado en el campo de la publicidad. Se trasladó por un proyecto cinematográfico a Medellín. Reanudó la marcha y se estableció en México en 1960.  Allí organizó una empresa de publicidad con el nombre de Tanrey.

            Volvió a la Argentina en el año 1965. Se acercó a Alejandro Olmos, por mediación del General Tanco. Apoyó económicante los primeros pasos del Diario Palabra Argentina junto a Tanco y Edgar Sá. Desde una vieja casona ubicada en Azcuénaga 980, que fue alquilada a Antonio Herrera Muguerza, organizaron la salida del diario. Allí establecieron la redacción. Entre quienes colaboraron en la empresa se encontraba Arturo Jauretche. Retomaban el mismo lema de la publicación periódica: “Una trinchera del Pueblo al servicio del País”. Solo salió por espacio de quince días.

            Por ese tiempo, Reynoso evaluaba que el peronismo no tenía suficiente fuerza para alentar la opción revolucionaria. Señalaba que la mayoría peronista se expresaba claramente en las urnas, pero que no estaba dispuesta a enfrentamientos frontales violentos. En su perspectiva esta acción quedaba restringida a grupos juveniles. En base a este diagnóstico, en 1965, por intermedio del Mayor Pablo Vicente, acercó a Perón una propuesta de negociación con el gobierno del Radicalismo del Pueblo. Tomando el antecedente del pacto y gobierno de Frondizi proponía negociar y avanzar sobre posiciones de gobierno, enancados en el triunfo electoral de marzo de 1965.

            Hacia 1967 se radicó en México, llevando allí a su hijo. Su primer mujer había fallecido y el niño fue criado por sus abuelos.  Desde allí siguió manteniendo correspondencia con Perón. En la misma le remitía artículos suyos publicados en medios mexicanos como Novedades, Mañana y Hoy. Perón hacía acuse de recibo de los envíos y consideraciones sobre la situación política nacional.

            Hacia 1969 se casó con una mexicana. Regresó al país de manera intermitente.

            Tras el golpe militar de 1976 se radicó en Oregon, Estados Unidos.          Desde allí publicó una serie de libros sobre su experiencia en el peronismo a la vez que difundió sus perspectivas en videos a través del Canal de Youtube.

Obras:

Reynoso, Abel. Cómo y por qué fui amigo de Perón en el exilio. Buenos Aires, Pol, 1997.

Reynoso, Abel.  Con Perón en el exilio. Videos en Canal de Youtube.

Fuentes:                                                                                                                                                 

Carta de Pablo Vicente a Perón. 24 de abril de 1965.

Carta de Juan D. Perón a Abel Reynoso. 4 de febrero de 1967.

Carta de Juan D. Perón a Abel Reynoso. 22 de agosto de 1967.

Referencias:

Barrios, Américo. Con Perón en el exilio. Buenos Aires, 30 días, 1964.

Galasso, Norberto. Perón. Buenos Aires, Colihue, 2005. 2 T.

Monzón, Florencio (h). Llegó carta de Perón: rapsodia de la resistencia 1955-1959. Buenos Aires, Corregidor, 2008.

Julio César Melon Pirro y DaríoPulfer