(Las Catitas, 28 de mayo de 1938- Capital Federal, 05 de noviembre de 2012)

            Su nombre real fue  Jorge Fuad Jury.  Nació en Las Catitas, un pueblito mendocino perteneciente al Departamento de Santa Rosa en mayo de 1938. Segundo hijo de la actriz y escritora de radioteatros que llevaba el nombre artístico de Laura Favio. Con un padre ausente y de muerte prematura, tanto él (“el chiquito”) como su hermano Jorge Zuhair Jury (“el negrito”) tuvieron una infancia difícil y complicada, alternando instancias en internados y huidas de los mismos.

Luego de haber desistido del noviciado, así como también de la carrera militar, marchó a Buenos Aires para probar suerte en la actuación. A los 20 años consiguió su primer papel en “El ángel de España” de Enrique Carreras. Al poco tiempo, conoce al director Torre Nilsson y se convierte en uno de sus actores predilectos. Con su seudónimo “Leonardo Favio” se convierte en una de los jóvenes más populares protagonizando exitosos filmes como “El secuestrador” (1958) o “Fin de fiesta” (1960).

En 1965 estrena su opera prima como director de cine: “Crónica de un niño solo”, es consagrada por la crítica. A partir de entonces, el reconocimiento como director de cine es tal que alcanza a adquirir un sello característico que se torna evidente con los siguientes filmes: “Este es el romance del Aniceto con la Francisca…” (1967) y “El dependiente” (1969).

En 1968 alcanza un nuevo suceso, pero desde el lado de la canción y con carácter internacional: su primer álbum como cantante llamado “Fuiste mía un verano”, se conviertió en el disco larga duración más vendido en la historia en la industria del vinilo nacional. En su primer trabajo reúne clásicos inolvidables como “Ella… ella ya me olvidó, yo la recuerdo ahora”, “O quizás simplemente le regale una rosa”, “Fuiste mía un verano” y “Quiero aprender de memoria”. Con arreglos de Marito Cosentino, Favio se convierte en un artista original de la nueva balada romántica incorporando no sólo un estilo de canto muy particular, sino también por la incorporación del “voseo” en las letras. Los contenidos de sus canciones representan un estilo propio de los viejos juglares, apelando a historias que remiten la nostalgia, junto a letras de carácter intimistas. Las imágenes que fluyen en su repertorio son coherentes a su labor cinematográfica.

Representado en los medios como un joven “rebelde”, muchas veces exacerbado por la crítica que lo presentaba como un iracundo de orígenes marginales, se acerca al peronismo a mediados de los 60. Reconoce en Arturo Jauretche a uno de los principales formadores de su pensamiento y responsable de su acercamiento al movimiento.

Entre 1970 y 1971, realizaba una gira que culmina en Madrid, España. Durante su noche de debut en el Florida Park se acercaron a su camarín Isabel Perón y López Rega. El motivo era invitarlo a la residencia de Juan Domingo Perón para conocer al líder. Aquel momento sería de enorme trascendencia para Favio, que reforzará su sentido de pertenencia identitario.

“Perón era como yo me lo había imaginado, su cuerpo armonioso con andar elástico, a pesar de los años. Su voz era la misma que escuchábamos en las fiestas patrias, en la Casa del Niño, mientras tomábamos chocolate con facturas”.

En 1972 formaría parte de la comitiva que acompañaría a Perón a su regreso al país, junto a una nómina de artistas populares, como Hugo del Carril y Marilina Ross.

El 23 de mayo se estrena una de las películas más taquilleras de la historia del cine nacional dirigida por Favio: “Juan Moreira”. En junio de 1973 estaría a cargo de la animación y locución del acto en Ezeiza que reflejaría el encuentro definitivo de Perón con su pueblo. Tuvo que intervenir para detener torturas realizadas en el Hotel Internacional e intentó infructuosamente frenar el enfrentamiento que se desarrollaba velozmente impidiendo el descenso del avión que traía a  Perón al país.

Para fines de ese año sale un nuevo disco de Favio bajo el sello de Parnaso Records que contiene la canción “Estoy orgulloso de mi General” (top ten en el Billboard). La canción que cabalga entre lo épico y lo testimonial, habla más de Favio como militante peronista que del General:

“Cantando voy por los caminos/ Porque es mi destino/ Cantar y cantar;/ Soy amigo del amigo /Y a los enemigos/ Yo no le doy paz. /Soy dueño de mi destino, /de todos mis sueños/ Y mi libertad. / Me siento hermano del viento/ Y si un niño llora/ Me pongo a llorar”. “(…) Amo la vida y el canto, /Me gusta gritarlo/ Porque es mi verdad. / Soy soldado de mi pueblo/ Y estoy orgulloso/ De mi General”

La mención resulta sumamente ilustrativa para exponer el posicionamiento de Favio en tiempos de alto enfrentamiento dentro del movimiento peronista. La postura de él siempre fue coherentemente distante de dichos litigios partidarios, a punto tal que supo entablar amistades con personalidades tanto del peronismo ortodoxo como de la “Tendencia”.

Luego de la exitosa película “Nazareno Cruz y el lobo” (1975) y de la infructuosa película “Soñar soñar” de 1976, tras el golpe cívico militar y de numerosas amenazas e intimidaciones, logró marcharse del país y exilarse en México y, al poco tiempo, se estableció en Pereira, Colombia.

Durante esos años hasta su regreso definitivo en 1987, Favio estuvo siempre atento al derrotero partidario, siempre defendiendo la postura “doctrinaria” por encima de los vientos “renovadores” que interpelaba a parte de la dirigencia, luego de la derrota electoral a manos del radicalismo en 1983.

En los noventa retomó su carrera como realizador cinematográfico filmando “Gatica, el mono” en 1993. A pedido de Eduardo Duhalde realizó en 1996 un documental titulado “Perón, sinfonía del sentimiento”, dicho documental de cinco horas y cuarenta y cinco minutos le terminaría llevando varios años de realización, estrenándolo en 1999. Dicho relato, como su título lo indica, refiere a la “experiencia del sentir” que representa el peronismo para Favio.

Figura notable de la cultura popular, siempre alternando su creatividad entre el cine y la canción, murió a los 74 años en una clínica de Buenos Aires debido a una fatídica neumonía.

Referencias:

AAVV. La memoria de los ojos. Filmografía completa de Leonardo Favio. Buenos Aires, Editorial La Nave de los sueños y La Boca Editora. 2011.

Chávez, Fermín & Aurora Venturini. 45 poemas paleoperonistas. Buenos Aires, Pueblo Entero. 1997.

Farina, Alberto. Los directores del cine argentino: Leonardo Favio. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina. 1993.

Galasso, Norberto. Leonardo Favio. Buenos Aires, Ediciones Nuevos Tiempos. 2020.

Otal Landi, Julián. Era… cómo podría explicar. Biografía musical de Leonardo Favio. Buenos Aires, Ediciones Fabro. 2022.

Schettini, Adriana. Pasen y vean. La vida de Favio. Buenos Aires, Sudamericana, 1995.

Julián Otal Landi