Enero de 1956

Aramburu recibió el llamado Plan Prebisch, en el que se dejaba constancia del acuerdo entre el autor y el equipo económico y se fijaba una política de ortodoxia monetaria.

El país sufrió los efectos de una epidemia de poliomelitis.

1.Perón redactó las primeras “Directivas generales para todos los peronistas”. 

Enero de 1956

OBJETIVOS. MISIÓN. DIRECTIVAS GENERALES. DIRECTIVAS PARTICULARES AL PARTIDO PERONISTA MASCULINO. PARTIDO PERONISTA FEMENINO y CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO.

l. OBJETIVOS

El Justicialismo es una revolución social. En 10 años de realidades, su doctrina y su mística han mostrado los objetivos que se pueden alcanzar y han indicado el camino para lograrlos.

Hemos cometido el error de creer que una revolución social podría realizarse incruentamente. La reacción nos ha demostrado que estábamos equivocados y hemos pagado un caro precio por nuestro humanitarismo. El motín militar y la dictadura que siguieron a esa etapa justicialista son meros incidentes de la lucha. Lo permanente es nuestra revolución. Este lapso de tiranía es lo indicado para salvar a la revolución social, después del error inicial cometido por nosotros. Era lo único que podía darle vigor, extenderla y purificarla.

Es una «poda» que nos devolverá la dinámica revolucionaria.

Es también la única manera de salvar ese error cometido en nombre de un sentimiento humanitario que, los mismos por él favorecidos, han desmentido con la saña más feroz en la desposesión y el asesinato a mansalva de los trabajadores. Por eso, los trabajadores argentinos y los peronistas, que se unen en la doctrina justicialista, ante el fracaso de las formas incruentas ensayadas, debemos preparamos espiritualmente para una revolución social de proporciones definidas, destinada a realizar sus objetivos con el desarme de la reacción y su extinción absoluta.

El Pueblo Argentino ha presenciado los métodos de la reacción. La ruina progresiva de los obreros y el robo de sus bienes en los sindicatos y en la Confederación General del Trabajo son ejemplos elocuentes. La muerte de miles de trabajadores, asesinados por la reacción, nos está demostrando el camino en esta lucha, que nos negamos a iniciar nosotros pero que nuestros enemigos han desencadenado.

A nosotros ya no nos interesan las elecciones sino como un medio más para el logro de nuestros objetivos. Debemos estar decididos y preparamos minuciosamente para una nueva acción: la revolución social. Será a corto plazo si todos se unen detrás de las banderas justicialistas y cumplen con el deber de la hora. Si no, será a largo plazo. Pero de todas maneras, será.

Debemos vengar a nuestros hermanos asesinados en todo el territorio de la República. Debemos vindicar a los miles de compañeros aprisionados y escarnecidos por la reacción. Debemos volver a los trabajadores dignificados y reivindicados. Ello sólo se puede obtener mediante la revolución social.

Que el recuerdo de nuestros compañeros muertos impulse a los trabajadores en el cumplimiento de su deber solidario. Que la memoria de Eva Perón, escarnecida por la tiranía, dé a nuestras mujeres el aliento y el valor necesarios para luchar. Que nadie falte en la hora decisiva y que cada uno sepa lo que debe hacer: ésa es la tarea a preparar ahora y hasta el triunfo.

2. MISION

Es menester aprovechar la situación de fuerza para salir de ella mediante la fuerza o, en su defecto, por la acción política, e instaurar el Estado Justicialista integral.

Ello impone: luchar con la dictadura mediante la resistencia pasiva hasta que se debilite y nuestras fuerzas puedan tomar el poder. Para eso es necesario mantener en toda vigencia la resistencia pasiva, organizar nuestras fuerzas totales, planificar y preparar la revolución social.

Si es posible se dará un golpe revolucionario, si no mediante la acción persistente de nuestras masas en la acción política, para llegar al poder y desde allí accionar.

3. DIRECTIVAS GENERALES

No me había equivocado al confiar en el instinto y sentido político de las masas. Ellas han superado a los dirigentes, señalan el camino y, sin su voluntad, ninguna acción es posible. Las masas en ningún momento fueron vencidas. Los incapaces y traidores hicieron posible la derrota de las fuerzas del orden y la ley. Los dirigentes no estuvimos en muchos casos a la altura de nuestra misión. Siendo esta hora de decisiones, los dirigentes deben surgir espontáneamente de las masas y su autoridad se afirmará en los hechos. La prisión de los dirigentes no debe ser una dificultad para la dirección, pues nuevos hombres deben reemplazarlos.

Es menester que los dirigentes interpreten a la masa y se dediquen a servirla y no a servirse de ella con fines personales. Tales dirigentes deben ser observados y apartados.

Los cambios de nombre, el acercamiento a caudillos alejados del Movimiento, los contactos con los dirigentes militares de moda y la exposición de consejos amistosos al actual equipo de la tiranía son inadmisibles. Los dirigentes que intervengan en éstos deben ser repudiados por traidores y disociadores.

La posición del Movimiento es clara. Estamos en vigilancia para resolver a su hora. Los «madrugadores» no trabajan para el conjunto sino para ellos. Nosotros debemos mantener la unidad partidaria en la organización y la unidad doctrinaria en la acción. Estas directivas son conjuntas para todo el Movimiento. Por razones de claridad, han sido ordenadas por título, pero, todo sirve para todos. No se acatarán órdenes que contradigan estas directivas sin recibir, por el mismo conducto y forma, la nueva directiva. Estas directivas son amplias para que cada uno pueda adaptarlas a las circunstancias.

4. DIRECTIVAS PARTICULARES

  1. Partido Peronista Masculino

Debe mantener una línea de absoluta intransigencia. No queremos servir intereses políticos de nadie y menos favorecer las ambiciones personales de caudillos, se llamen como se llamen. Nuestro fin no es únicamente político sino social. La política es sólo un medio. «Que todos sean artífices del destino común pero ninguno instrumento de la ambición de nadie.»

El Consejo Superior debe organizar y dirigir la acción orgánica pero no debe y no puede juzgar la decisión partidaria, menos aún fuera de la línea política trazada, sin el acuerdo del Movimiento. El Movimiento tiene un Jefe. La tiranía reaccionaria busca destruir nuestras fuerzas por disociación y divisionismo. Los dirigentes que pretendan formar nuevos partidos están entendidos con la tiranía y son simplemente traidores a nuestro Movimiento: hay que desenmascararlos y repudiarlos. 

Es menester mantener el Movimiento a toda costa en su organización permanente, mediante la unión indestructible de las fuerzas que lo componen (PPM – PPF – CGT). Ninguna decisión partidaria debe tomarse sin la consulta previa entre las partes y, en lo posible, con el Jefe del Movimiento.

En la acción política ningún apuro puede ser conveniente. Es menester mantener la orgánica y organizar las fuerzas, manteniéndolas unidas e informadas. Siempre habrá tiempo para tomar decisiones. Luchamos por una causa no por un candidato. La causa debe apasionamos. Los candidatos deben despreocupamos. Nuestro candidato es el que sirva de mejor manera a nuestros objetivos y misión. Es sólo un medio. El fin es el indicado en la misión. Trabajar incansablemente por la causa común es la misión de cada peronista en esta hora de prueba. Cada casa debe ser una unidad básica y cada peronista un jefe y un vigía de nuestro Movimiento.

Para la decisión que buscamos no interesa tanto el aspecto cualitativo de la organización, cuanto su sentido cuantitativo. Debemos mantener la mayoría y aumentarla, sosteniendo nuestros principios y ayudándonos con los errores y abusos de la tiranía. Debemos trabajar para todos en general pero para ninguno en particular. Sólo unidos venceremos.

b) Partido Peronista Femenino

Como una re afirmación de su conducta invariable y de la acertada conducción de las mujeres peronistas en esta emergencia, en la que han mantenido la mística y la orientación de Evita, vale también para el Partido Peronista Femenino, cuanto se dice para el Masculino. Toda la acción de esta hora debe recaer en la organización del Partido Peronista Femenino en todo el país. Es suficiente con mantener la cohesión partidaria y el sentimiento peronista ‘latente. La hora de las decisiones no ha llegado aún en lo político. Esta es hora de organización.

Cada casa de un peronista debe ser una unidad básica y cada mujer peronista debe sentirse dirigente y luchar como tal. Mantener la disciplina partidaria y orientarse en la palabra y lit acción de las dirigentes del Partido Peronista Femenino que deben mantener contacto permanente con las demás fuerzas del Movimiento.

c) Confederación General del Trabajo

La clase trabajadora en los sucesos pasados ha puesto en evidencia que posee la clara conciencia de su gravitación política. Sin mayor experiencia en la acción directa demostró sorprendente unidad político-gremial forjada exclusivamente mediante la doctrina peronista. Ha demostrado también, que las masas trabajadoras han superado el ámbito de sus propios problemas sindicales para intervenir enérgica y activamente en la realización de sus propios destinos consustanciados con el de la Nación.

Por primera vez en la historia del gremialismo argentino, el Movimiento Obrero reacciona y cumple sus objetivos frente a un poder contrarrevolucionario triunfante, que tiene en sus manos toda la fuerza de la represión y no vacila en emplearla sangrientamente.

Demuestra así que está capacitada y dispuesta, en un futuro inmediato, a alcanzar los objetivos que una buena conducción le señale. Es evidente que los trabajadores han quedado sorprendidos, de que triunfantes en los sucesos de) 17 de octubre y del 2 y 15 de noviembre, sus dirigentes no hayan sabido obtener los frutos que todos esperaban. Es menester seleccionar mejor a los dirigentes, radiando a los que no sirvan por debilidad, comodidad e incapacidad y reemplazándolos sin más por otros hombres mejores. Hoy lo único respetable es precisamente el éxito que se debe alcanzar.

Es imprescindible reestructurar los cuadros dirigentes sobre la base de una estrecha unidad con el resto del Movimiento poniendo al frente hombres enérgicos y capaces. Los trabajadores en estos’ momentos necesitan dirigentes audaces y valientes, que enfrenten a la dictadura con las verdades del Peronismo.

Es necesario constituir Comités de Huelga con carácter permanente y organizar las autodefensas sindicales que oportunamente deben pasar a ser ofensivas.

Es necesario que los trabajadores y sus dirigentes se persuadan que están empeñados en una lucha decisiva y que como tal impone una conducta valiente, enérgica y decidida. La revolución social impone esfuerzos y sacrificios mancomunados de carácter permanente.

Es menester no dar tregua a la tiranía. El trabajo a desgano, el bajo rendimiento, el sabotaje, la huelga, el paro, el desorden, la lucha activa por todos los medios y en todo lugar debe ser la regla. Sin esta preparación la revolución social no será posible a corto plazo, porque la tiranía sólo caerá por este medio; luego, es necesario incrementarlo diez veces más cada día. Siendo la finalidad básica la revolución social todos los demás objetivos deben subordinarse a esa finalidad. La conducta de cada obrero estará fijada cada día en lo que pueda hacer para derribar a la tiranía e imponer el Justicialismo integral y absoluto por la forma más rápida y definitiva.

Prepararse para explotar el éxito, es la tarea de la organización. Es necesario que cada hombre tenga su misión personal en la tarea común de aplastar y destruir definitivamente la reacción, por todos los medios.

Juan Domingo Perón

(SECRETO – Sólo para conocimiento de los dirigentes responsables y seguros.)

 Estas directivas fueron recibidas por Enrique Oliva, a través de Chile.

2. Fue disuelta la Fundación Eva Perón.

Carta de Juan D. Perón a Jorge Antonio, escrita desde Colón en Panamá.

Mi querido amigo:

Desde que nos separamos en la Residencia el día 19 de septiembre he pensado en el error que cometió al no salir conmigo ese día. He sufrido con Usted los vejámenes de esos miserables que en toda su vida no hicieron por el país lo que Usted hizo en un día.

En cuanto lo pongan en libertad salga de allí. Esa es gente sin conciencia y sin escnipulos. No se quede, escuche esta vez. Si le es posible véngase por aquí que tenemos mucho que hablar sobre el futuro. Creo que ahora más que nunca es necesario accionar inteligentemente. Los hemos de doblegar y entonces será para siempre. Las empresas se pueden reconstruir, Usted no. Entre Usted y yo podemos levantar el mundo contra esta canalla. Tenga fe en el Pueblo, allí están los valores. Con ellos los aplastaremos. Es cuestión de tiempo; Usted es joven y yo creo que todavía les voy a dar mucho trabajo.

Yo hablé aquí con el Doctor Mayoral. El le hablará a Usted en cuanto llegue a Buenos Aires. Esté seguro que esto no va a durar mucho; se está accionando con energía y espero que dentro de poco se aumente esa decisión y esa energía. Con lo recibido yo duplicaré la acción; era precisamente lo que me faltaba.

Muchas gracias por su recuerdo. Recibí a su amigo de Montevideo que me trajo todo. Espero ahora emplear bien ese todo.

En cuanto salga hable enseguida con el amigo Raúl Lagomarsino (el de los sombreros) que le informará de todo.

Yo estaré en Panamá mientras sea conveniente y cuando convenga acercarme iré a Brasil o a Chile, lo que sea mejor. En caso de cambiar de opinión le haré saber oportunamente.

Mi contacto en Chile: María de la Cruz; en Brasil, el Doctor Gerardo Rocha; en Paraguay, Ricardo Gayol; en los demás países en caso necesario le indicaré. Hay contacto en todos. Cualquiera de ellos se conecta en el día conmigo.

Espero verlo pronto aquí o allí, donde sea posible. Ya llegará la hora. Cometí un gran error: creer que se podía hacer una revolución social incruenta. La próxima dejaré pálidos a los comunistas. La oligarquía debe desaparecer y desaparecerá a corto a largo plazo. Recién hemos empezado. Después de esta depuración y purificación la cosa irá en serio y, entonces, que se ajusten los pantalones.

Un gran abrazo y que 1956 nos sea más propicio.

Firmado: Juan D. Perón.

3. Fue reemplazado el Ministro de Aeronáutica Brigadier Ramón Abrahaim por el Comodoro Julio César Krause.

El periódico Lucha Obrera, dirigido por Esteban Rey, difundió la “Carta Obrera de Avellaneda”.  El texto comenzaba de este modo:

“Con la caída del peronismo culminan en nuestro país los extraordinarios esfuerzos que desde hacia diez años venían realizando la Oligarquía nativa y el Imperialismo para poner fin al más vigoroso Movimiento de Liberación Nacional que conoce la historia de nuestro país y América Latina.  Su caída trajo como consecuenica la vuelta al poder de la oligarquía vacuna y terrateniente que intentó ocultar todo su reaccionario contenido ideológico y político con las fórmulas y vacías consignas de ‘Libertad’ y ‘Democracia’. Los incautos e ingenuos revolucionarios de facultades, bufetes, consultorios y otras yerbas, junto con los extremistas de izquierda, comienzan a despertar ya de sus románticos sueños idealistas con los ojos enrojecidos por los gases lacrimógenos y alguna que otra ducha que les proporcionan ‘democráticas’ mangueras”.

4. Difusión de un informe que señalaba que el ex ministro Borlenghi había gastado 12 millones de pesos en el rubro “Propaganda y publicidad”.

5. Creación de la Universidad Nacional del Sur.

10. Carta de Juan D. Perón al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Mi estimado compañero y amigo:

Acuso recibo de su carta del 8 ppdo. y le agradezco su recuerdo y su saludo. Yo contesté ya otra anterior que no sé si la habrá recibido a estas horas. Por las dudas no deseo quedar en deuda con usted que ha sido tan amable.

Las cosas en Buenos Aires no van tan mal para nosotros. Los líos que se producen son grandes y los que hay en perspectiva, son tremendos. Es menester esperar. Según mis informes, lo bueno es precisamente lo malo que se está poniendo aquello.

Espero yo también que María le arregle allí su asunto pues veo que usted, como todos nosotros, está varado. Y pensar que estos canallas, que nos han robado todo, dicen que nosotros somos los ladrones. Algunas veces me arrepiento de no haber robado unos millones, total, por boca de estos infames, no hay gran diferencia entre la honradez y la deshonestidad.

Estoy escribiendo un artículo para Italia que me han prometido pagar. En ese caso veré de ayudar con un poco a los amigos. Nuestros amigos ricos interdictos y presos poco han podido hacer por los demás. Debemos defendernos mientras podamos.

Pienso que, en Buenos Aires, puede producirse algo en cualquier momento. La situación de la dictadura es muy difícil e inestable. Los aplastarán un día sus errores y su violencia. De eso no tengo la menor duda. Es sólo cuestión de saber esperar.

Yo estoy trabajando fuerte, escribiendo para revistas extranjeras. El libro quiero que llegue primero a la Argentina y en esas diligencias estoy. No me interesa tanto en que su contenido se conozca en los demás países porque se trata de cuestiones nuestras. Conviene no dar injerencia a los demás sino después se creen con derecho a meter las narices donde no deben. Los argentinos podemos arreglarnos solos. Muchas gracias por todo y un gran abrazo.

Juan Perón.

17. Aramburu visitó Corrientes, su provincia natal, rindiéndole homenaje por haber “tenido la valentía de ofrecer resistencia al régimen depuesto”, en referencia a la elección de 1946 en la que no fueron electos senadores de orientación peronista.

18. El Comité Metropolitano de la UCR, ratificó su apoyo al gobierno.

22. Carta de Juan D. Perón  a Rodolfo Martínez:

Mi querido amigo:

Recibí su carta del 15 ppdo. Le agradezco las informaciones, recortes, etc., etc. Pascali ni sabrá lo que publique. Yo cumplí sólo un deseo de él que es viejito, aunque se enoja cuando se lo dicen.

Enterado de lo que me dice del teniente Briceño Eckey y del Dr. Rodríguez Herrera, me satisface que estos dos buenos muchachos se acuerden aún de mí y, si puedo, les haré más adelante una visita aunque sea para agradecerles las amabilidades que tuvieron conmigo. Verdaderamente son dos grandes muchachos. Le encargo que si los ve les transmita un gran abrazo de mi parte y les diga que no los olvido. Un día de estos les escribiré una carta a ellos.

Aquí seguimos bien. Ayer llegó el Dr. Bustos Fierro de paso para Cuba donde ha conseguido un trabajo para ir tirando hasta que se arregle todo esto. Creo que las cosas se ponen cada día peor para esos canallas y no pasará mucho tiempo sin que se produzcan allí líos suficientemente gordos como para hacerlos sonar. Las noticias que me llegan a través de los muchachos son cada vez más alentadoras en el sentido de que todo se va haciendo despacio pero bien. Las represiones son tan violentas que cada día el odio y los rencores crecen. Como estamos en la época de irritar, todo eso viene bien. Lamento sólo los sufrimientos que se están haciendo pasar al pueblo y a nuestra gente en especial. Sin embargo, dado el espíritu un poco pasivo de la gente, es bueno que le den fuerte para que reaccionen. Estábamos acostumbrados a que todo se resolviera enseguida y bien, si no, protestábamos. Ahora, los tiempos han cambiado; no hay soluciones ni buenas ni malas, y todo se va encaminando de manera que cuando acuerden, será tarde.

El dólar ha llegado, según informan, a 47 pesos por dólar y sigue con tendencia a bajar más. Veremos cosas que ni siquiera imaginamos, si antes no los rajan a estos bárbaros. Italia, Francia y Alemania han cerrado el crédito a los argentinos y sólo comercian al contado. Japón parece que tomará iguales medidas. Chile está a la espera de los acontecimientos por la cuestión de límites. Uruguay protestando por la violación de su soberanía en el caso Rumbo y Rivas Argüello. Paraguay a las patadas como siempre. Panamá en proyecto de lío igual. Brasil no le da ni siquiera corte. Inglaterra tratando de sacar ventajas y Norte América protestando por las casas yanquis que han sido interdictas. Es decir, un panorama no muy claro para estas bestias.

Ellos siguen difamando, persiguiendo, encarcelando y confinando. Ese es el único gobierno que hacen del país. El peso baja, piden mil millones de dólares a U.S.A. (que no les prestará), aumenta el número de desocupados, los inversionistas extranjeros rajan, la Bolsa baja el cincuenta por ciento de sus valores, el Comercio comienza a cerrar, lo mismo que la Industria, en tanto Aramburu visita guarniciones militares, Prebisch hace nuevos informes, un tanto cínicos, un poco peregrinos ¿Y el país? ¡Bien, gracias!

Usted ve, amigo Martínez, que lo bueno es lo malo que se está poniendo esto. No podemos predecir que se acabará pronto; pero sí podemos afirmar que se acabará.

Veo la polémica con los argentinos. No les hagan caso a esos piojosos. Es perder el tiempo. Si acaso denle unas patadas en vez de refutarlos. Es tirar margaritas a los cerdos. Hay que decir que al Decreto de confiscación de bienes, los peronistas no pondremos inconvenientes pero, que tenemos ya preparado un decreto similar para aplicarles a todos que, directa o indirectamente, hayan intervenido en esta revolución y la confiscación comprenderá a todos desde 1850 hasta nuestros días. Verá el efecto.

Muchas gracias por todo.

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón

23. Carlos Malagarriga publicó el artículo “Nuestra trahison des clercs” en el diario El Mundo, en la que denunciaba la colaboración de figuras de valía de la intelectualidad argentina con el régimen de Perón.

24. Difundieron los gastos del gobierno de Perón en apoyo a la “cadena periodística”.

En Brasil, asumió como Presidente Juscelino Kubitschek.

Continuaron las investigaciones sobre ministros y legisladores afines al peronismo así como el contrato petrolero.

Ante una comisión investigadora compareció por espacio de dos horas Nelly Rivas.

Fueron denunciadas conspiraciones peronistas en las provincias de Jujuy y San Juan.

Los periódicos Lucha Obrera, Federalista, Norte, El DescamisadoEl Proletario y la Revista De Frente resultaron clausurados. Las ediciones de El 45  fueron secuestradas y su director Jauretche partió al exilio en Montevideo.

Juan D. Perón concluye su libro La fuerza es el derecho de las bestias.

Rodolfo Puiggrós envía a los talleres la obra Historia crítica de los partidos políticos argentinos.

Son clausuradas los periódicos Lucha Obrera del PS RN y De Frente.

Primer encuentro de Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio, en casa de Delia Machinandiarena de Jaramillo, responsable de la Revista Qué sucedió en siete días.

Febrero de 1956

2. Fueron imputadas graves irregularidades a la gestión del ex ministro Armando Méndez San Martín.

Rojas declaró ante AssociatedPress que “no existen diferencias en el gobierno”.

3. Después de la devolución por parte del Gobierno, reapareció el diario «La Prensa» con la dirección de Alberto Gainza Paz.

4. Perón estableció relaciones con Juan Garone de la Asociación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS) mediante carta enviada desde Panamá.

5. En el diario La Nación, Federico Pinedo escribió unas “Reflexiones sobre la situación económica”: “Para no dejarse dominar por la ilusión industrialista basta pensar que es sofisticada la argumentación que, del hecho de ser ricos algunos países industriales y pobres algunos países preponderantemente agrarios, infiere que hay relación de causa a efecto entre incremento del bienestar colectivo se requiere que hay relación de causa a efecto entre industria fabril y riqueza, y entre producción agraria y pobreza…tenemos que producir lo que mejor producimos”.

7. El gobierno ratificó la prohibición de la instrucción religiosa en las escuelas oficiales.

8. Carta de Juan D. Perón desde Panamá al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Mi querido amigo:

Recibí su carta del 4 ppdo. y le agradezco sus amables palabras y sus informaciones que me llegan a tiempo de contestar a María…. Luchar por pobres tiene el inconveniente de la persecución de los ricos pero no todas son desventajas, pues donde quiera que uno va recibe satisfacciones. Yo, desde que salí de Asunción y recorrí casi toda Sudamérica y Centroamérica, no hice más que recibir muestras del cariño de los pobres que me siguió durante todos los viajes, reflejado en la sonrisa del changador o en las palabras de miles de trabajadores con quienes uno debe cruzarse cuando viaja. Lo mismo pasa aquí en Colón, donde los pobres son mis amigos y me protegen y me defienden y me ayudan. No saben los tontos lo que vale ser sincero y leal con ellos.

Es, como usted dice, necesario trabajar. Es necesario también trabajar ordenadamente y de manera efectiva. Yo veo la situación clara: la dictadura busca una salida política por medio de los partidos que sirve. Pero la inmensa mayoría peronista no les da ninguna puerta de escape. Algunos traidores han sido hablados por la dictadura para intentar formar un partido Unión Popular que divida los votos peronistas. A esto se ha prestado Bramuglia según me dicen pero no va a tener resultados, por lo menos apreciables si, en su hora, yo digo lo que debo decir al respecto. Que está entendido con la dictadura es lógico porque sino ésta no los dejaría organizar.

El camino es uno solo: seguir con la resistencia pasiva. Los sabotajes, el trabajo a desgano, los paros, las huelgas, los boicots, las perturbaciones, etc., harán que la dictadura tome cada día represiones más violentas y ejerza un gobierno cada día más arbitrario y tiránico. Esto aumentará la resistencia a su vez creando así un círculo vicioso en el que entrará la dictadura, sin encontrar salida. Eso creará miles de pequeñas conspiraciones en todos los ambientes donde la arbitrariedad se haga presente, las que se unirán poco a poco para formar una gran conspiración y una verdadera subversión. El clima popular revolucionario es necesario y previo, para contagiar a las fuerzas armadas que finalmente entrarán como han entrado siempre, al final. Tenemos hombres en el Ejército y en todos los sectores pero aún no ha madurado este proceso. Las revoluciones necesitan que se gesten desde abajo, no desde arriba. Primero debe estar el pueblo, después actuar los jefes. Por otra parte nuestro pueblo necesita sufrir para colocarse en situación de reaccionar. Está muy mal acostumbrado a que todo se lo haga yo, como en los diez años de gobierno. Ahora debe hacer él, para merecer la libertad que ha perdido y el bienestar que antes no supo apreciar correctamente.

Nosotros desde todos los ángulos debemos hacerle llegar la orden de provocar la resistencia pasiva en todas sus formas, haciendo que todos, en todas partes y en todo momento, se dediquen a las acciones pasivas de sabotaje, trabajo a desgano, perturbaciones, etc. Nuestro pueblo si tiene que exponerse no hará nada, menos aún si debe pelear, porque ha perdido el espíritu combativo, como consecuencia de una larga era de felicidad y comodidad. Por eso cuadra en él la acción indirecta de la resistencia pasiva, sin peligro, sin lucha aparente, pero de efecto colectivo terrible. Si tiene que exponerse a algo pensará que los otros lo van a hacer y que él no tiene que exponerse. Las mujeres le aconsejarán que no se exponga y la familia influirá grandemente. En cambio en la resistencia pasiva no hay necesidad de que nadie se exponga, por eso es apropiada. El esfuerzo de todos terminará con la dictadura. Cada uno hace lo que puede, los esfuerzos de todos se suman y la resultante es una acción aplastadora. El gobierno de facto no podrá resistir si sólo un 30% se dedica seriamente a hacer resistencia pasiva con sabotaje individual…

Para mayor seguridad, le ruego que le diga a María que en el futuro, su correspondencia, en vez de mandarla al gerente del Hotel Washington, como hasta ahora, la mande al nombre y apartado que le indico al pie.

Muchas gracias por todo. Mantengan bien en secreto ese domicilio y nombre. Allí pueden mandar con confianza cualquier cosa.

Un gran abrazo.

Perón 

9. La revista italiana Tempo comenzó la publicación de la serie titulada Mi historia. Del poder al exilio escrita por Juan D. Perón.

17. Prorrogaron los convenios colectivos de trabajo vigentes, acordándose un aumento del 20% sobre los salarios del 31 de diciembre del año anterior.

Sindicatos obreros siguieron siendo tomados por comandos civiles y representantes del “sindicalismo libre”.

18. Aramburu anunció un Plan Político de ocho puntos.

24. Manifiesto del Comando Nacional, en el décimo aniversario de las Eleciones del Pueblo, firmado por César Marcos y Raúl Lagomarsino.  Denunciaron la usurpación de bienes del PP, la CGT y de las organizaciones profesionales y culturales del pueblo. Caracterizaron como oligarquía sangrienta y usurapadora al gobierno militar. Reivindicaron las acciones de resistencia y el papel del Partido Peronista. En las nuevas circunstancias propusieron al Comando Nacional como forma aglutinante llamando a la reunificación de las fuerzas en torno a esa organización. Propusieron la reasunción de Perón, mediante su vuelta en base a las tres banderas del peronismo.

Después del asalto al poder, por los asesinos de Junio y Septiembre que ensangrentaron la Plaza de Mayo, las calles de Córdoba, Rosario y Avellaneda, y los surcos de Tucumán, cuna de la Independencia Política y Económica, las condiciones generales del país cambiaron totalmente.

Los locales y los bienes materiales y económicos del Partido Peronista, de la Confederación General del Trabajo y de todas las organizaciones gremiales, profesionales y culturales del Pueblo, fueron avasallados, confiscados o destruidos en operaciones militares, mediante el empleo de fuerzas de ocupación, aviones, tanques y ametralladoras. Los asaltantes del poder pudieron obrar con toda impunidad y alevosamente, frente a la masa trabajadora, inerme y sin defensa. La operación militar se redujo a un cobarde atraco a mano armada.

Desde entonces asistimos al espectáculo indigno y humillante del manejo del poder, por una Oligarquía Sangrienta y Usurpadora. Una Oligarquía que no sólo es la más ilegal e impopular que conociera nuestra historia, sino que no es ni gobernante ni dominante. Con su servidumbre de capitanes y tenientes, que desertaron de sus fragatas y sus navíos para ejercer de sicarios e inquisidores, su cohorte sucia y despreciable de policastros vendepatria y su prensa renegada y mercenaria, es una Oligarquía lisa y llanamente Asaltante.

Pero la vida del país no se cambia ni con la fuerza ni con la violencia, ni mucho menos con decretos leyes, que carecen de los dos elementos esenciales del Derecho: el poder legal y el consenso público. La Oligarquía Asaltante ya debiera saber que las masas trabajadoras no se dominan ni se convencen «a palos», ni tampoco con bayonetas o ametralladoras. Porque el Pueblo será siempre lo que quiera ser. Pero todas las Oligarquías son iguales: incapaces de aprender las lecciones de la experiencia e incapaces de olvidar sus privilegios y sus sentimientos de casta y de clase. Así se explican sus trágicas torpezas y su típico odio revanchista. Sólo pueden obrar con la fuerza y la violencia, sin  llegar a comprender jamás que las corrientes sociales, económicas y políticas del Pueblo terminan por encontrar sus cauces ya que. en la medida de su propia fuerza, arrollan todos los obstáculos y son incontenibles.

Mientras tanto el Peronismo se expande y manifiesta en toda la extensión de la Patria. Al adquirir su propia y dura experiencia, frente a los acontecimientos actuales, re firma su convicción inconmovible y fervorosa de que nada ni nadie alcanzará a quebrar el proceso iniciado de la Liberación Nacional.

El Pueblo Argentino, espontánea y vigorosamente, está organizando centenares de comandos peronistas que cubren toda la República. Es su respuesta patriótica y viril al alarde prepotente de «desperonízar al país», lanzado por la Oligarquía Sangrienta que asaltó el poder. La adhesión popular a la Doctrina Nacional y al General Perón nunca ha sido tan pura, tan combativa y tan consecuente como en estos momentos. Es así como el Pueblo fervoroso e insobornable del 17 de Octubre mantiene su continuidad ininterrumpida.

Hasta aquí, tal es el panorama nacional. Pero el Manifiesto del Comando Nacional Peronista sería inoperante si se limitara a meras formulaciones y exhortaciones ya completamente superadas por los hechos. Con elevado sentido de la responsabilidad, no tememos ni rehusamos la autocrítica y, al

completar el análisis de la realidad actual, enunciamos un claro y concreto programa de acción.

Hasta el 16 de septiembre de 1955 el Partido Peronista, bajo la Jefatura y la Conducción del Líder, el General Perón, estaba regido por una estructura orgánica que, desde el Consejo Superior hasta las Unidades Básicas, respondía a las condiciones generales del país y a las particulares del Peronismo en el poder.

De esta manera y como expresión auténticamente democrática y mayoritaria de las masas populares argentinas, el Partido Peronista actuaba como instrumento político del Pueblo.

Después de esa fecha, cambian las condiciones generales y particulares del país y del peronismo, respectivamente. Casi la-totalidad de los cuadros dirigentes partidarios son detenidos y confinados, al mismo tiempo que se persigue encarnizadamente a su masa de afiliados.

Es explicable que el cambio sustancial de las condiciones políticas del país haya sacudido de arriba abajo a nuestro Partido y originado una crisis de organización. Si bien es cierto que, durante estos cinco meses, la dirección partidaria ha sido más nominal que efectiva, más un símbolo que una fuerza, ha cumplido, sin embargo, una misión de gran importancia al mantenerse como expresión deünidad y de disciplina de todo el Partido en su conjunto y háber levantado sin vacilaciones, desde el primer momento, bien en alto, la bandera de la intransigencia.

En torno de esa bandera, la gran masa popular ha realizado una hazaña épica y anónima de sacrificio, de heroísmo y de lealtad, plenas de actos individuales gloriosos que pusieron de relieve frente a la prepotencia ensoberbecida de la Oligarquía Sangrienta, el valor y el temple de la clase trabajadora argentina.

Mientras tanto, el Partido Peronista, al que un decreto ley de la Oligarquía Usurpadora y Asaltante pretende dar por disuelto como instrumento político único e indiscutido del pueblo, no abandona ni rehúye el cumplimiento de su misión histórica. Pero la realidad argentina de hoy le impone nuevas, inmediatas y urgentes tareas y responsabilidades que no pueden ser abarcadas ni sostenidas con la primitiva estructura orgánica, ni por sus antiguos cuadros partidarios hoy casi virtualmente inexistentes.

Para tal fin, y en las actuales circunstancias, debem.os reconstruírlos sobre nuevas bases y afirmar férreamente una unidad de orientación y de mando.

Entre esos cinco meses el Peronismo se ha purgado de arribistas, de logreros y de vacilantes. La unidad, la disciplina y la intransigencia, se han mantenido inconmovibles desde abajo. La Base del Partido ha superado a los desviacionistas, ha arrojado de sus filas a los elementos espúreos y ha marcado con desprecio a los traidores.

Actualmente están dadas todas las condiciones necesarias para pasar rápidamente, con audacia y decisión, a la etapa superior del proceso en desarrollo gel Movimiento Peronista. Poseemos en la base la unidad, la disciplina y la línea intransigente del Partido. Militan con nosotros, codo a codo, hombres y mujeres puestos a prueba día a día en una lucha sin cuartel contra el enemigo despiadado y cruel.

Son esos hombres y esas mujeres quienes, anónima y esforzadamente, organizados en cada casa, en cada fábrica, en cada barrio, en cada pueblo, los comandos básicos de nuestro Movimiento.

La estructura orgánica real y actuante del Partido Peronista de hoy, superando las antiguas formacionespartidarias, está forjada e integrada, desde abajo, en nuevas unidades creadas fervorosa y espontáneamente, respondiendo a las  necesidades imperiosas de la hora actual. El proceso dialéctico de los hechos es irreversible y los hechos deben encararse tal como son. Este es un momento revolucionario y el dispositivo del Partido Peronista debe responder, precisamente, al hecho Revolucionario, para ser la expresión auténtica del dinamismo de las masas populares y no traicionar su papel histórico de instrumento político del Pueblo.

Reflejado ese gigantesco movimiento que nace y se desarrolla en las entrañas mismas de las masas populares argentinas, respondiendo a la exigencia clamorosa, general y unánime de todos los peronistas y con el fin de coordinarlos y orientarlos hacia los objetivos comunes, ha quedado constituido el Comando Nacional Peronista.

Con las factulades de comando único y superior, el Comando Nacional Peronista está destinado a dar a todas las agrupaciones y formaciones populares del país, creadas espontáneamente desde abajo, la organización necesaria que requieren las condiciones actuales así como su correspondiente representación en el seno del Comando Nacional. De esta manera, la coordinación, la acción y la conduccíón de todas las fuerzas del Movimiento Peronista, no estarán inspiradas por consideraciones retóricas, personalístícas y arbitrarias, sino que han de ser la expresión cabal e integral de la realidad viva y palpitante del momento argentino y de las masas populares revolucionarias.

Concretamente, el Comando Nacional Peronista será base y dirección, que, al recibir desde abajo, mediante las legítimas representaciones de los comandos gremiales y políticos, las sugestiones y problemas de zona y de región los traducirá a su vez, desde arriba, en las directivas que corresponda en cada caso, dentro de la línea general del Movimiento.

Con este esquema y este planteo básico el Comando Nacional Peronista se crea para la unificación, coordinación y conducción de todas las agrupaciones y fuerzas peronistas. Su lucha es la lucha de todos los peronistas por la vuelta incondicional del Conductor de una Nueva Argentina, el General Perón.

El Comando Nacional Peronista no viene a spplantar ni a excluir a nadie. Sus cuadros están totalmente abiertos. Su fin esencial es sumar, sin excepciones, las voluntades coindicentes en la tarea histórica de restaurar los principios de la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social. Su creación responde a la necesidad indiscutida de obedecer a la exigencia peren­

toria, que se hace sentir en cada peronista, de crear un organismo único y de ámbito nacional que los vincule entre sí y los conduzca a la Victoria. No reconoce otra Jefatura que la del General Perón y expresa Su íntegra solidaridad y su lealtad inquebrantable con todos los compañeros y dirigentes que, en la dura prueba de la persecución, de la cárcel y del confinamiento, siguen manteniendo la fe y la abnegación por la gran causa del pueblo.

El Comando Nacional Peronista proclama que l¡i masa trabajadora, los de abajo, los que hoy forman este movimiento de reconquista de la Patria, expulsaremos para siempre a las fuerzas de oéupación; jamás fuimos vencidos. La traición y la incapacidad, la perfidia y la felonía de los responsables de uno y otro bando, cargaron fraudulentamente los dados de este juego sangriento cuyas apuestas hoy estamos pagando sin que hayamos intervenido para nada. A nosotros no se nos dejó intervenir. Y cuando quisimos acudir en defensa de Perón, ya todo estaba terminado. Nos engañaron y nos traicionaron.

Todo queda pues, reducido a su verdadera expresión: de un lado, la Oligarquía Sangrienta y Usurpadora, la Fuerza y la Violencia, la Incapacidad y el Engaño; del otro, la Voluntad Soberana del Pueblo. Esta vez la lucha será decisiva ysu resultado señalará la Victoria definitiva del Pueblo.

El Comando Nacional Peronista proclama que el Peronismo es uno solo: el Peronismo de Perón y del Pueblo que está con Perón y por su retorno al frente de los destinos de la Patria.

Cualquier otra interpretación es falsa porque Perón y el Pueblo forman una unidad indestructible y mil veces fracasarán quienes intenten introducir cuñas entre ambos para sacar miserables ventajas y desvían la lucha por la Nueva Argentina Justicialista. El Peronísmo no es ni será fácil y propicia carne de cañón para uso de politiqueros con ventaja ni de golpistas precipitados y ambiciosos.

Nuestra dura, arriesgada tarea consiste en unificar y coordinar todas las fuerzas peronistas para una acción enérgica y armónica en toda la extensión del país.

La Oligarquía Sangrienta y Usurpadora, con sus apoyos minoritarios y entregadores no significa Nada. Los Peronistas con Perón, lo son Todo.

Con una sola insignia -la del General Perón- y una sola doctrina -la Doctrina Nacional- el Comando Nacional Peronista se dirige a todos los comandos y agrupaciones del país y a todos los peronistas individualmente a fin de aunar los esfuerzos bajo una misma conducción, disciplina y directiva.

La lucha heroica de! Peronismo, mantenida y sustentada desde un comando único dará a nuestra acción toda la Unidad y la fuerza para que el triunfo de nuestro destino inalienable sea un hecho.

La hora de la Victoria se acerca a grandes pasos. Con disciplina y coordinación, sin desviacionismos, impondremos la Reasunción de la Primera Magistratura de la República por el General Juan D. Perón, Presidente Constitucional de los Argentinos, elegido en comidos libérrimos por la Voluntad Soberana del Pueblo,

¡Por la vuelta incondicional de Perónl

¡Por una Argentina Socialmente Justa, Económicamente Libre y Políticamente Soberana!

¡Viva la Clase Trabajadora!

¡Viva el Partido Peronista y la Confederación General del Trabajo!

¡Viva la Patria!

Buenos Aires, 24 de febrero de 1956.

En el décimo aniversario de las Elecciones del Pueblo.

C. F. Marcos

Secretario

General

H. Raúl Lagomarsino

Comando Nacional del Partido Peronista

Una asamblea general de la Federación Obrera en Construcciones Navales, con la participación de 3600 asociados, resolvió declarar una huelga general en todos los talleres de ese rubro, “como expresión de repudio ante los hechos conocidos y hasta tanto la Unión Patronal y Dodero reconozcan a la Federación”.

25. Las autoridades del Hotel Washington de Panamá ordenaron al General Perón abandonar sus instalaciones.

25. Kruschev realizó su informe ante el XX Congreso del PCUS en Moscú, condenando los “efectos perjudiciales del culto a la personalidad” e inició el proceso de desestalinización.

27. Fueron reveladas irregularidades en obras de la ex Fundación Eva Perón.

El Comando Nacional del Partido Peronista distribuyó un Manifiesto denunciando los atropellos del gobierno militar.

Confiscación de la Revista Esto Es, de los hermanos Jacovella.

Desde principios de año, azotaba al país una grave epidemia de poliomielitis.

Marzo de 1956

2. El Presidente del Comité Nacional de la U.C.R. reclamó la caducidad de la intervención de los sindicatos y la convocatoria a elecciones en 18 meses.

3. Lonardi regresó al país, luego de un viaje al exterior, realizado por motivos de salud.

5.  El gobierno dictó el decreto 4161/56 con la prohibición de todo lo relativo a los símbolos del peronismo.

Carta del General Perón al General Aramburu desde Panamá retándolo a duelo:

He leído en un reportaje, que Ud. se ha permitido decir que soy un cobarde, porque ordené la suspensión de la lucha en la que tenía todas las probabilidades de vencer. Usted no podrá comprender jamás cuanto carácter y cuánto valor hay que tener para producir gestos semejantes. Para usted, hacer matar a los demás, en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones, es una acción distinguida de valor.

Para mí, el valor no consiste – ni consistirá nunca- en hacer matar a los otros. Esa ida sólo puede pertenecer a los egoístas y a los ignorantes como usted. Tampoco el valor está en hacer asesinar a obreros inocentes o indefensos, como lo han hecho ustedes en Buenos Aires, Rosario, Avellaneda, Berisso, etc. Esa clase de valor pertenece a los asesinos y a los bandidos cuando cuentan con la impunidad. No es valor atropellar los hogares humildes argentinos, vejando mujeres y humillando ancianos, escudados en una banda de asaltantes y sicarios asalariados, detrás de la cual ustedes esconden su propio miedo.

Si tiene dudas sobre mi valor personal que no consiste como usted supone, en hacer que se maten los demás, el País tien muchas fronteras, lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más valiente que yo. Lleve sus armas porque el valor a que me refiero sólo se demuestra frente a otro hombre y no utilizando las armas de la Patria para hacer asesinar a sus hermanos. Y sepa para siempre que el valor se demuestra personal y que, por ser una virtud, no puede delegarse; hágalo, sólo así no podrá probar que no es la gallina que siempre conocí.

Si usted no lo hace y el pueblo no lo cuelga, como merece y espero, por salvaje, por bruto y por ignorante, algún día nos encontraremos. Allí, le haré tragar su lengua de irresponsable.

9. Frondizi fue reelecto presidente del Comité Nacional de la UCR, tomando distancia progresiva del gobierno provisional.En ese momento declaró:

si el pueblo argentino nos entrega a través del voto, la responsabilidad de ejercer el gobierno dentro de la República, de ninguna manera realizaremos un gobierno partidista. Apelaremos a la voluntad de todos los argentinos y solicitaremos la colaboración de cuantos coincidan con nuestras orientaciones, aunque no militen en nuestras filas.

Carta de Juan D. Perón escrita en Panamá dirigida al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Sr. D. Florencio Monzón

SANTIAGO

Mi querido amigo:

En estos días he estado de mudanza de Colón a Panamá, es decir del Atlántico al Pacífico…
…Veo que las noticias allí menudean. Aquí también las recibimos, si bien un poco mas tardíamente y menos explícitas, a menudo desfiguradas. Por esas noticias se ve claramente que la maldita dictadura militar está pasando las de Caín y a fe que bien lo merece por salvaje y asesina.
Es necesario seguir dando fuerte con la resistencia pasiva pues ella es la llave de nuestra victoria y el «Tendón de Aquiles» de la dictadura. Intensificarla al máximo, haciendo que todos, en todas partes y durante todo el tiempo, realicen acciones destinadas a aniquilar a los enemigos mediante un desgaste decidido y eficaz. Usted verá que al final esa resistencia, si se ejecuta bien, será la clave del éxito. Es menester insistir en ella por todos los medios.

Algunos políticos de la oposición ya han tirado líneas para ver si yo, mediante un arreglo con ellos suspendería la resistencia. Eso quiere decir que la cosa va mal para ellos y bien para nosotros. Yo no les he contestado ni que sí ni que no pero, no soy hombre de hacer arreglos a espaldas del pueblo y cualquier arreglo de ese tipo no contará jamás con mi aprobación. Los sacrificios que ha sufrido ese pueblo le da derecho a que todos seamos con el leales y sinceros. La política no cuenta cuando de traiciones se trata. La primordial condición y la principal virtud de un político, como lo concibo yo, es precisamente la lealtad. Yo, además, no soy un político, por eso conservo sano aun el corazón al servicio del país y no de los intereses de nadie sea este quien sea o se llame como se llame…

…Me halaga que haya tantos chilenos peronistas allí. Quiere decir que la doctrina cunde y eso me gustaría porque yo quiero a los chilenos de corazón. Me parece que, con todos los defectos propios de todos los pueblos, son buenos y capaces. Creo que los chilenos tienen valores extraordinarios y que la necesidad los ha hecho luchadores, fuertes y sufridos, condiciones que harían un poco falta al pueblo argentino que, como producto de la abundancia, son un poco menos decididos y menos luchadores de lo que deberían ser. Por eso me gusta Chile y quiero a esa tierra que conozco y aprecio bien.

Sobre mi viaje a Chile no sé aún cómo lo realizaré y de instalarme allí oportunamente elegiría un lugar donde no perturbara y pudiera cumpla con mi misión. Quizá seria mejor en el sud o en el norte, porque de lo contrario debería dar muchos dolores de cabeza al gobierno de mi amigo el general Ibáñez. No sé en qué estado de espíritu se encontrará él Per0′ tengo la seguridad que ayudará en lo que pueda, dentro de las limitaciones propias y naturales que su función le impone. Él ha sido exilado en Argentina y nunca dio que hablar con su conducta y su actitud. Yo deben observar allí la misma conducta…

JUAN PERÓN

10. Primera edición de La fuerza es el derecho de las bestias de Juan D. Perón en Lima con pie de imprenta en los talleres gráficos “La Milla”.

12. La Comisión investigadora de la conducta de funcionarios del gobierno anterior formalizó la acusación de la quema de las iglesias del 16 de junio de 1955.

20. Carta de Juan D. Perón desde Panamá al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Mi querido compañero y amigo:

Acuso recibo de su carta del 1 de marzo próximo pasado y le agradezco todas sus preocupaciones y fatigas en apoyo de nuestra causa y de nuestra lucha. Las informaciones muy buenas y muy completas. Me parece muy bien todo lo que ustedes están haciendo allí. Yo trato que lo mismo se haga en Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay. Creo que todo se va organizando poco a poco. Yo no creo tanto como ustedes en una solución inmediata, rápida y fortuita de la situación, creo que será necesario prepararnos para una lucha que puede ser larga y penosa. Si en tanto se solucionan las cosas por un golpe de la fortuna, mejor pero, de lo contrario es necesario organizar la resistencia para una acción de aliento. Es solo en el camino de ésta que puede producirse la anterior.

Por eso, preparo las instrucciones para enfrentar una organización de aliento para la lucha futura. En pocos días más les he de hacer llegar mis ideas al respecto. Con las instrucciones impartidas y las aclaraciones que hoy le remito a María, que han sido ya cursadas a Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, para ser metidas en nuestro país a través de la frontera, se completan las bases para la lucha actual por medio de la resistencia. El segundo paso será sistematizar esa lucha mediante organismos permanentes que permitan una perfecta coordinación y dirección con unidad de acción. Por la carta que dejó allí el amigo Enrique Oliva veo que los muchachos trabajan activamente en el interior de nuestro país. Le adjunto una para que le haga llegar a este muchacho. Estos comandos Coronel Perón, según tengo entendido han sido organizados por los peronistas y coordinan su acción con los trabajadores que son parte de la lucha ilegal con las organizaciones. Es precisamente esta organización la que ha de servir de base, extendiéndose lo necesario, hasta montar una máquina poderosa. Los ciudadanos irán perdiendo el temor a la represión violenta y a las armas de la dictadura. El hombre se acostumbra a todo, incluso al peligro. Cuando ello suceda, lo que ha de lograrse sólo con el tiempo, la lucha entrará en su fase decisiva y efectiva. Hasta entonces es una especie de gimnasia destinada a adquirir la experiencia y la eficacia.

Es necesario también que la juventud peronista actúe activamente movilizando a los estudiantes secundarios y universitarios en la agitación, constituyendo los comandos necesarios, para establecer también en este campo, la resistencia. Creo que el trabajo ha de ser arduo en este año, hasta que se produzca la decisión o se establezca la lucha sistemática. La intervención de los militares que actualmente conspiran (Lonardi, Bengoa, Uranga, etc.) no ha de ser lo decisivo para nosotros, porque ellos trabajan por su cuenta con las fuerzas que les responden. Es indudable que ellos serán una ayuda, pero debemos cuidar que en caso alguno le entreguemos el pueblo a ellos porque, al final, harán lo mismo que éstos, ya que obedecen a directivas preconcebidas y a una ideología que no es la nuestra.

Nosotros debemos defender al pueblo contra estos «libertadores » y la única forma de hacerlo es asegurando que, en caso alguno, el pueblo vaya a ser engañado y metido en una empresa en su contra.

Ayer le escribí a María dándole detalles de todo esto. Le mando los retratos que me pidió. Espero que me siga informando como hasta ahora, porque sus informaciones me son muy útiles.

Muchas gracias por todo, le incluyo mi nuevo domicilio para que me escriba directamente a él. Pronto les he de hacer llegar los contactos directos en Brasil, Uruguay, Bolivia, etc., a fin de que ustedes puedan comunicarse con ellos en caso de necesidad. Será útil que estemos siempre en comunicación permanente y rápida cualquiera sea la región, porque ello acelera la ejecución de cualquier asunto y permite la coordinación de todo lo que se ejecuta.

Un gran abrazo.

Juan Perón

22. Muerte del Teniente General Eduardo Lonardi a los 59 años.

27. Carta de Juan D. Perón desde Panamá al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Mi querido compañero y amigo:

De acuerdo con lo que le decía en mi anterior, le adjunto las directivas para la organización de los comandos de exiliados, que se constituyen en estos momentos en todos los países.

Serán de gran utilidad para la preparación sistemática de la lucha, por si este proceso se prolongara más de lo que nosotros prevemos y para tener siempre organizadas las fuerzas en todas partes por si fuera necesario antes, durante o después de los acontecimientos que son de prever.

Nuestra función de dirigentes no es sólo la de ejecutar por nuestra cuenta todas las acciones destinadas a combatir a la dictadura, sino también la de organizar y preparar las fuerzas que han de posibilitar tal combate en todos los terrenos y en todas las circunstancias.

Los que por la fuerza de los hechos hemos seguido el camino del exilio, tenemos la obligación moral de no permanecer inactivos donde nos encontremos, sino de poner toda nuestra inteligencia, nuestra decisión y nuestra acción, al servicio de nuestros ideales, hoy defendidos heroicamente por nuestros hermanos de la Argentina que, desafiando las violencias de la lucha, enfrentan la infamia y la traición con sus pechos valerosos.

Debemos ponemos a la acción inmediatamente. La reunión con los demás exiliados permitirá también ayudar, a los peor dotados o con menor fortuna, para que puedan sobrellevar su vida con dignidad y sin penurias. Aquí es mas cierto que nunca que la unión hará la fuerza y que la ayuda generosa del hermano, cuando es mutua, es la mejor ayuda.

Yo le pido a usted compañero y amigo Monzán que, consulte con María, y luego hagan llegar donde corresponda, si ya está constituido en comando de exiliados, las directivas, como ustedes lo crean conveniente y se encarguen de esto. Instrucciones similares han sido mandadas ya a casi todos los países que interesan.

Un gran abrazo

Juan Perón.

General.

28. Carta de Juan D. Perón desde Panamá al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Señor D. Florencio Monzón

SANTIAGO

Mi querido amigo:

He recibido todas sus valiosas informaciones que se escalonan en sus cartas del 13 al 23 de marzo ppdo. y le agradezco mucho todo ese trabajo que me permite mantenerme al día en lo que pasa en la Patria …

.. . Le adjunto también algunas palabras para sus pibes y la Señora, a los que le agradezco sus amables palabras y recuerdos. Conjuntamente le escribo a María sobre la posibilidad de que yo viaje a Chile en el futuro, pero creo que es mejor dejar pasar un tiempo y tomar todos los recaudas necesarios para que las cosas estén bien claras …

… Lo que interesa allí es saber a ciencia cierta cómo va la resistencia y si los peronistas siguen firmes en la tarea de combatir a la dictadura y su organización ilegal progresa y se cumple lo ordenado que cada casa peronista sea una unidad básica. Las instrucciones cursadas, si han llegado a la masa, son bien claras y firmes. De Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Chile, que son los centros de difusión deben haber pasado ya las informaciones y órdenes correspondientes. Interesa saber como va todo eso.

Allí en Chile, conviene hablar bien claro con los que se encuentran exiliados. Yo no deseo entenderme con cada uno de ellos porque se pierde mucho tiempo y se alarga mi trabajo de correspondencia que ya excede todos los límites. Por eso es necesario que cada uno de los que trabajan en estos asuntos se dedique a hacer lo necesario sin consultar mucho. De todas maneras yo les hago llegar a ustedes lo que considero oportuno, aparte de que ustedes conocen allí mejor la situación que yo y pueden accionar sin más. La iniciativa es la base de la resistencia en todas sus

formas ejecutivas y conceptivas.

Ya en mi carta anterior le explicaba a usted cómo creo yo que es necesario que se geste y realice la resistencia por obra del pueblo y cómo deberá después explotarse el éxito emergente de esa resistencia. Si el pueblono es capaz de concebir, elaborar y explotar el éxito solo, merece seguir un tiempo más bajo la férula de la dictadura, hasta que aprenda que la libertad y la felicidad hay que conquistarla para disfrutarla.

Que el camino de la felicidad pasa siempre por el sacrificio si no, no se llega a ninguna parte …

. .. Le ruego que me» haga el favor de decirles a los compañeros que están en Chile que me perdonen si no les escribo en estos momentos pues toda mi correspondencia se me ha atrasado en forma abrumadora debido a que el cambio de domicilio de Colón a Panamá me ha llevado mucho tiempo y que la correspondencia aun viene en su mayoría a Colón, donde se han juntado quintales de ella. Como soy yo solo, con Pascali, para contestarla y aun escribirla, se imaginarán la tarea a que estoy abocado para satisfacer a todos los que me escriben en la esperanza de tener noticiar máis.

Un gran abrazo para todos.

Juan Perón.

El “pequeño panfleto” era la “Sintesis de las instrucciones generales para los dirigentes peronistas:

31. La revista Elite de Caracas comenzó la publicación de la serie La verdad sobre mi caída de Juan D. Perón.

Mario Amadeo, dirigente nacionalista que se había desempeñado como Canciller de Ernesto Lonardi, publicó el libro Ayer-Hoy-Mañana.

Ernesto Sábato publicó El otro rostro del peronismo: “Aquella noche de septiembre de 1955 mientras los doctores, hacendados y escritores festejábamos ruidosamente en la sala la caída del tirano, en un rincón de la antecocina vi como las dos indias que allí trabajaban tenían los ojos empapadosd e lágrimas . Y aunque en todos aquellos años yo había meditado en la trágica dualidad que escindía al pueblo argentino, en ese momento se me apareció en su forma más conmovedora. Pues, ¿qué más nítida caracterización del drama de nuestra patria que aquella doble escena casi ejemplar? Muchos millones de desposeídos y de trabajadores derramaban lágrimas en aquellos instantes, para ellos duros y sombríos. Grandes multitudes de compatriotas humildes estaban simbolizados en aquellas dos muchachas indígenas que lloraban en una cocina de Salta”.

Abril de 1956

3. Fallecimiento del escritor de origen salteño Carlos Ibarguren. Promotor de ADEA. Por su relevo de la Comisión de Cultura, de la Comisión de Cooperación Intelectual y de la Academia Nacional de Letras tomó distancia del primer peronismo.

5. Por Decreto se dio de baja del Ejército al General Perón.

6. Aramburu se dirigió al país y prometió erradicar todo recuerdo del Gobierno de Perón y anunció el Decreto Ley 4161 fechado el 5 de marzo.

VISTO

el Decreto N° 3.855 de 1955, por el cual se disuelve el Partido Peronista, en sus dos ramas, en virtud de su desempeño y vocación liberticida, y

CONSIDERANDO

Que en su existencia política, el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana, para lo cual creó imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina, artículos y obras artísticas;

Que dichos objetos, que tuvieron por fin la difusión de una doctrina y una posición política que ofende el sentimiento democrático del pueblo argentino, constituyen para éste una afrenta que es imprescindible borrar, porque recuerdan una época de escarnio y dolor para la población del país, y su utilización es motivo de la perturbación de la paz interna de la Nación y una rémora para la consolidación de la minoría entre los argentinos;

Que en el campo internacional también afectan el prestigio de nuestro país, porque estas doctrinas y denominaciones simbólicas, adoptadas por el régimen depuesto, tuvieron el triste mérito de convertirse en sinónimos de las doctrinas y denominaciones similares utilizadas por las grandes dictaduras de este siglo, que el régimen depuesto consiguió parangonar.

Que tales fundamentos hacen indispensable la radical supresión de esos instrumentos o de otros análogos y esas mismas razones imponen también la prohibición de su uso en el ámbito de las marcas y denominaciones comerciales, donde también fueron registradas con fines publicitarios y donde su conservación no se justifica, atento el amplio campo que la fantasía brinda para la elección de insignias mercantiles.

POR ELLO,

el Presidente Provisional de la Nación Argentina, en ejercicio del Poder Legislativo

DECRETA CON FUERZA DE LEY:

ARTICULO 1°. Queda prohibida en todo el territorio de la Nación:

  1. La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, afectando públicamente, o de propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados, grupos de individuos aislados, grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina, artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales, pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del peronismo. Se considerará especialmente violatorio de esta disposición, la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios peronistas o de sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones «peronismo», «peronista», «justicialismo», justicialista», «tercera posición», la abreviatura «P.P.», las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales denominadas «Marcha de los Muchachos Peronistas» y «Evita Capitana» o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto y de su esposa, o fragmentos de los mismos;
  2. La utilización, por las personas y con los fmes establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina, artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales, creadas o por crearse, que de alguna manera pudieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o ideologías del peronismo;
  3. La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los dos incisos anteriores;

ARTICULO 2°. Las disposiciones del presente Decreto-Ley se declaran de orden público y en consecuencia no podrá alegarse contra ellas la existencia de derechos adquiridos. Caducan las marcas de industrias, comercio y agricultura, y las denominaciones comerciales, principales o anexas, que consistan en las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los incisos a) y b) del artículo 1 0. Los ministerios respectivos dispondrán las medidas para la cancelación de tales registros.

ARTICULO 3°. El que infrinja el presente Decreto-Ley será penado:

a) Con prisión de 30 días a 6 años (treinta días a seis años) y multa de quinientos (500) a un millón (1.000.000) de pesos;

b) Además, con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena, para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial;

c) Además, con clausura por quince días y en caso de reincidencia clausura definitiva, cuando se trate de empresas comerciales. Cuando la infracción sea imputable a una persona colectiva, la condena podrá llevar como pena accesoria la disolución. Las sanciones del presente Decreto-Ley no serán susceptibles de cumplimiento condicional, ni será procedente la excarcelación.

ARTICULO 4°. El presente Decreto-Ley será refrendado por el Excmo. Señor VicePresidente Provisional de la Nación y por todos los Señores Ministros Secretarios de Estado en acuerdo general.

ARTICULO 5°._ Comuníquese, publiquese, dése a la Dirección General del Registro Nacional y archívese.

Firmado: ARAMBURU – E. Busso – PODESTÁ COSTA – L. LANDABURU – R. MIGONE – A. DELL’ORO MAINI – R.MARTINEZ – L. YGARTÚA – P MENDIONDO – S. BONET – E. BLANCO – A. MERCIER – A. ALSOGARAY – J. LLAMAZARES – J. ALIZON GARCIA – A. OSORIO ARANA – T HARTUNG – J. KRAUSE.

12. Carta de Juan D. Perón desde Panamá al Profesor Florencio Monzón, exiliado en Chile:

Mi querido amigo:

Adjunto le remito un pequeño panfleto que creo es de oportunidad hacer llegar a nuestros compañeros de la Argentina para hacer recrudecer y fortalecer la resistencia y dar un nuevo impulso a las acciones activas y pasivas.

Ustedes desde allí pueden hacer los necesarios para la zona Oeste, porque también mando a Bolivia para el norte, Paraguay para el Nordeste y Brasil para el Este. Creo que unos diez o veinte días estarán repartidos.

Quiero también hacer la experiencia, para ver cuanto tiempo tardan en saturar la masa, como un ejercicio de transmisión de órdenes. Por eso le ruego tomar el tiempo e informarse cuanto tarda la orden en saturar la masa peronista combatiente.

Un gran abrazo.

Juan Perón.

19. Argentina ingresó al “Fondo Monetario Internacional”.

27. Renunció Eduardo Busso, Ministro del Interior desde el inicio del gobierno de facto, siendo reemplazado por Laureano Landaburu.

El gobierno de facto proclamó vigente la Constitución Nacional de 1853 con las reformas de 1860, 1866 y 1898 y exclusión de la de 1949.

27. El Gobierno anuló la Constitución de 1949 y volvió a poner en vigencia la Constitución de 1853, por medio de una proclama.

28. Se dio a conocer el documento titulado Pastoral Colectiva del Episcopado Argentino sobre la promoción y la responsabilidad de los trabajadores. Encabezaba las firmas el Cardenal Santiago Luis Copello, Arzopisbo de Buenos Aires, seguido de Antonio Caggiano, Obispo de Rosario, Fermín Lahitte, Arzopispo de Córdoba, Nicolás Fasolino, Arzopisbo de Santa Fe; Roberto J. Tavella, Arzopisbo de Salta, entre otros. El borrador del documento fue elaborado por Enrique Shaw, empresario fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa.

La “resistencia peronista”, comenzó a utilizar pintadas en las ciudades del país con la sigla “VP” o “PV”, es decir “Viva Perón” y “Perón vuelve”.

Como efecto de la misma medida el diario La Prensa comenzó a referirse a Perón o a su gobierno como “el tirano prófugo” y “el régimen depuesto”.

El Capitán Francisco Manrique desarrolló una misión de carácter secreto ante el gobierno de Ibañez del Campo con la finalidad de neutralizar el accionar de peronistas exiliados en Santiago de Chile.

Durante este mes se difundieron instrucciones del Comando Superior Peronista (Perón), abogando por un “Paro General Revolucionario” que “presupone un trabajo intenso para producirlo y una organización férrea para mantenerlo, recurriendo a todos los medios”.

Mayo de 1956

1.Acto de Aramburu en Concepción del Uruguay, en el aniversario del “pronunciamiento” de Urquiza, el 1 de mayo de 1851.

Mediante el Decreto 9.270 el gobierno militar modificó el régimen de Asociaciones Profesionales, armazón jurídico del modelo sindical peronista. Por otro decreto, el 2.739/56 derogó el permiso de agremiación conjunta de personal técnico, vigilancia y supervisión con los obreros propiamente dichos, a modo de atomización de su organización.

1. Mensaje de Arturo Frondizi a los trabajadores del país, manifestándose en contra de las intervenciones a sindicatos decretadas por el gobierno de facto y condenó la persecución de lso dirigentes gremiales. De ese modo, además de distanciarse cada vez más del gobierno, se alejaba de las posiciones antiperonistas “gorilas” de buena parte de la propia dirigencia radical.

11. Fueron tomados varios establecimientos educacionales por grupos de estudiantes en huelga que reclamaron la renuncia del Ministro Atilio dell’OroMaini.

12. Comunicado de prensa de la Federación Universitaria Argentina.

En la entrevista mantenida en el día de hoy por la mañana con el Secretario General de la Presidencia, éste informó al Presidente y Secretario General de la Federación Universitaria Argentina, compañeros Norberto M. Rajneri y Mario Tamarit, respectivamente, que el Ministro de educación Dr. Atilio Dell’oro Maini, había presentado espontáneamente su renuncia desde Lima, Perú, en mérito a las situación estudiantil imperante.

Por la tarde se realizó uan entrevista con el Presidente de la República, Gral. Pedro Eugenio Aramburu, quien interiorizado de la situación y reclamaciones estudiantiles, expresó que el Gobierno estudiaría el actual decreto ley de las Universidades, así como los estatutos vigentes a fin de realizar por la vía respectiva las modificaciones oportunas teniendo en consideración las demandas estudiantiles.

Igualmente, el Presidente comprometió su mayor interés por las demandas y por el sector que las formula, según un comunicado difundido por la Presidencia de la Nación.

En consecuencia la Mesa Directiva de la Federación Universitaria Argentina entiende satisfechas las demandas estudiantiles con la renuncia del Ministro de Educación y con el compromiso de estudio e introducción de las reformas necesarias al actual Estatuto Universitario y demás disposiciones vigentes.

Considerando lo anteriormente expuesto, la Mesa Directiva exhorta a los estudiantes y recomienda muy especialmente a sus organismos adheridos a proceder a la inmediata desocupación de las casas de Estudio y al pleno restablecimiento de la normalidad educacional, en la convicción de que los estudiantes darán fe a la palabra presidencial empeñada.

17. El doctor Carlos Alberto Adrogué reemplazó al Dr. Atilio dell’OroMaini en el Ministerio de Educación.

William Beulac fue designado embajador norteamericano en Buenos Aires, en reemplazo de Albert Nufer, sindicado como “amigo” del gobierno anterior por la promoción de los contratos petroleros con la California Co.

23. Huelga de transportes en Buenos Aires.

24. Creación de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires.

29. El diario Pueblo de Madrid comenzó a publicar la serie de artículos de Juan Perón titulados La verdad sobre mi caída, publicados con anterioridad en Roma y Caracas.

La Federación de Empleados de Comercio denunció que fue “atropellada e intervenida con las mismas fuerzas que derrocaron al gobierno del pueblo”. Llamó a no colaborar con los interventores ni con las juntas asesoras; no concurrir a ninguna asamblea convocada por estos; y tampoco aceptar cargos de ninguna naturaleza que provengan por parte de la intervención.

Junio de 1956

Aramburu cenó en Olivos con Arturo Frondizi y Ricardo Balbín. El dirigente platense declaraba: “la Revolución Libertadora terminó con la dictadura de Perón y, en consecuencia, yo le voy a prestar todo mi apoyo público, hagan bien o no las cosas”.

Se produjeron renuncias en el equipo económico. Alvaro Alsogaray se alejó del cargo de Ministro de Industria y Comercio, señalando que el gobierno no corrigió el dirigismo heredado del peronismo.

5. El teniente general Francisco José Zerda fue designado como nuevo Comandante en Jefe del Ejército, reemplazando a Julio Alberto Lagos.

8. Pedro Eugenio Aramburu viajó a Rosario.

Fusión de las carteras de industria y comercio bajo el mando de Rodolfo Martínez, abogado y político cordobés. Abandonan sus cargos Juan Llamazares y Álvaro Alsogaray.

9. Inicio de la rebelión del «Movimiento de Recuperación Nacional» de origen peronista, que encabezaron los Generales Juan José Valley Raúl Tanco, acompañados, entre otros, por los Coroneles Fernando González, Oscar Cogorno y Valentín Irigoyen, el Mayor Pablo Vicente y el Capitán de Navío Ricardo Anzorena.

La proclama del movimiento señalaba:

Las horas dolorosas que vive la República y el clamor angustioso de su pueblo, sometido a la más cruda y despiadada tiranía, nos han decidido a tomar las armas para restablecer en nuestra patria el imperio de la libertad y la justicia al amparo de la Constitución y las leyes.

Como responsable de este Movimiento de Recuperación Nacional, integrado por las Fuerzas Armadas y por la inmensa mayoría del Pueblo –del que provienen y al que sirven-, declaramos solemnemente que no nos guía otro propósito que el de restablecer la soberanía popular, esencia de nuestras instituciones democráticas, y arrancar a la Nación del caos y la anarquía a que ha sido llevada  por una minoría despótica encaramada y sosenida por la violencia y el terror en el poder.

Conscientes de nuestra responsabilidad ante la historia, comprendemos que nuestra decisión es el único camino que nos queda para impedir el aniquilamiento de la República en una lucha estéril y sangrienta entre hermanos, cada día más inevitable e inminente. Deploramos que precisamente desde el gobierno se haya cerrado sistemáticamente toda posibilidad de pacificar la República y alcanzar la armonía entre los argentinos, en contraposición con el sentido de responsabilidad, la tolerancia y la paciencia patriótica del Pueblo.

La Nación entera, y con ella la tranquilidad, el bienestar y la dignidad de los argentinos han caído en manos de hombres y de fuerzas que aceleradamente retrotraen a la Patria a épocas de sometimiento, de humillación y de vergüenza.

Su acción nefasta ha desquiciado y lesionado profundamente el orden político, económico y social de la República”.

I.EN LO POLÍTICO, Han violado y desconocido el imperio de la Constitución y de las leyes, sustituyéndolo por un llamado “derecho de la Revolución”, que no es otra cosa que el entronizamiento de la arbitrariedad, sin más normas ni vallas que la omnímoda voluntad de los que detentan el poder.

-Se han avasallado así las garantías y derechos individuales sustituyéndose a instituciones y personas de la jurisdicción de sus jueces naturales, sometiéndolos a tribunales y comisiones especiales expresamente prohibidas por la Constitución.

-Se ha perseguido, encarcelado y confinado en verdaderos campos de concentración a miles de argentinos no sometidos a proceso y privados del derecho de defensa, por razones ideológicas o políticas.

-Por idénticas razones se ha privado a miles de argentinos de derechos esenciales, como el acceso a los empleos públicos y la participación activa en la vida cívica de la Nación, sin que tan graves penas provengan de la decisión de la justicia y ni siquiera del juzgamiento de la conducta de los inculpados.

-Como consecuencia de esta arbitrariedad discriminatoria, que divide a los argentinos en réprobos y elegidos, se ha privado de sus empleos a miles de ciudadanos, sin tenerse en cuenta ni su antigüedad, ni su idoneidad, ni su conducta.

-Se ha excluido de la vida cívica del país a la fuerza mayoritaria con el pretexto de inmoralidades y desviaciones en la conducta de algunos de sus dirigentes; verdadera aberración jurídica y moral que podría llevar a la exclusión de todos los partidos, desde que todos padecen o padecieron en algún momento de males similares.

-Se ha fomentado y organizado desde el gobierno la delación y el espionaje contra personas e instituciones, inclusive contra las Fuerzas Armadas.

-Se ha impedido la libertad de prensa, uniformada al servicio del gobierno, interviniendo y entregando arbitrariamente los diarios y revistas a sectores políticos minoritarios adictos al mismo, clausurando los desafectos e impidiéndose la aparición de nuevos órganos de opinión independientes.

Todo ello unido a la monstruosidad totalitaria de un decreto-ley que bajo penas gravísimas prohíbe a los ciudadanos hasta el uso o empleo individual de palabras, fechas, símbolos, fotografías, nombres y expresiones que se proscriben, configuran los hechos más salientes de un plan siniestro destinado a ahogar la libre expresión de la ciudadanía, y entronizar en el poder a minorías antinacionales que en su hora enajenaron el patrimonio del país y traficaron con el hambre y el dolor de los trabajadores argentinos.

-Este desborde de la arbitrariedad ha culminado con la abolición de la Constitución Nacional vigente, sancionada por una Convención Reformadora libremente elegida por el pueblo, con la participación de los mismos sectores políticos que apoyan a la tiranía. Constitución que juraron acatar y defender los mismos que hoy la vulneran y suprimen a espaldas del Pueblo y al margen de su libre voluntad soberana, con el evidente propósito inconfesable de abolir disposiciones como las del artículo 40, que impiden la entrega al capitalismo internacional de los servicios públicos y las riquezas naturales del país, juntamente con otras también fundamentales como las que sancionan los derechos del trabajador y las que estatuyen la función social de la economía y la riqueza.

-Por un acto arbitrario y despótico se reimplanta una Carta Fundamental ya superada por la realidad política, económica y social de la República, al amparo de cuya imprevisión y laxitud fue posible en otras épocas la entrega del país a las fuerzas internacionales del capitalismo y el sometimiento, el hambre y la humillación de nuestro pueblo.

Y para hacer más evidente la burla a la ciudadanía y la prepotencia de la arbitrariedad, ni siquiera se la reimplanta en todo su vigor como norma de convivencia o valla del poder, sino ‘en tanto y en cuanto no se oponga a los fines de la Revolución’, vale decir, en cuanto no se oponga a la voluntad omnímoda e incontrolada del gobierno. Jamás, en toda la historia, gobierno alguno ha tenido el descaro de hacer semejante profesión de tiranía y despotismo.

II. EN LO ECONOMICO, se han tomado medidas tendientes a quebrantar la industria nacional, depreciar la moneda, crear el desaliento en la inversión de capitales útiles, elevar los precios acentuando el desequilibrio entre éstos y los salarios, provocar sectores importantes de desocupación, que llevarán por hambre a los obreros a someterse a la voluntad del capitalismo. Todo ello unido al desprestigio internacional de nuestra economía por el propio gobierno, a la acelerada contratación de empréstitos extranjeros y a la adopción de determinados compromisos anteriores, constituyen etapas de un plan destinado a retrotraer al país al más crudo coloniaje, mediante la entrega al capitalismo internacional de los resortes fundamentales de su economía.

III.EN LO SOCIAL se han desconocido legítimas conquistas de los trabajadores, se ha destruido la organización sindical -base indispensable de la paz social y del progreso del país-, mediante la intervención a la Central Obrera y a todos los sindicatos y el asalto a de las organizaciones, propiciado desde el gobierno con elementos reconocidos como agitadores al servicio de ideologías o intereses internacionales.

Se ha perseguido, encarcelado y confinado a miles de trabajadores, y se los ha privado arbitrariamente del derecho elemental de intervenir activamente en la vida de las organizaciones a que pertenecen.

En síntesis, desde el propio gobierno se ha realizado una acción sistemática tendiente a destruir la organización sindical y anarquizar a los trabajadores, acción que persigue la finalidad inconfesable de debilitar el frente social para posibilitar el camino del sometimiento del pueblo, y con él, del sometimiento de toda la Nación.

IV. EN EL ORDEN DE LAS FUERZAS ARMADAS, se ha tratado en toda forma de minar su unidad y su armonía y se han desquiciado sus cuadros con baja o retiro obligatorio de centenares de jefes, oficiales y suboficiales que honraban a la institución por sus virtudes morales y su capacidad profesional.

Al mismo tiempo se ha obligado a muchos oficiales al desempeño de funciones civiles incompatibles con su estado militar, creándose hacia la institución un lógico resentimiento y desconfianza del pueblo, difícil de superar, y que es la semilla más criminal que podía haberse sembrado para dividir y anarquizar a la Nación.

Esto es, en lo fundamental, el panorama trágico de las horas difíciles que vive la República. La proliferación de conflictos sindicales, los actos diarios de sabotaje en todo el territorio del país y el continuo descubrimiento en toda la República de planes subversivos o actos de insurrección, denunciados por el propio gobierno, no son (como él pretende, para encubrir su responsabilidad y engañar a la opinión) fruto de la acción aislada de personas perturbadoras, sino síntoma del clima de opresión y subversión en que vive la República y expresión evidente del espíritu indomable y de la decisión del pueblo de reconquistar la libertad.

Tan grave estado de cosas impulsa nuestra determinación y nos decide a recoger el clamor unánime del pueblo, antes de que la República desemboque en una lucha fratricida que terminará por destrozarla.

Este Movimiento de Recuperación Nacional, se lanza a la acción revolucionaria con objetivos claros y un programa concreto para restablecer la soberanía y la justicia social y devolver al pueblo el pleno goce de su libertad y sus derechos.

Declara objetivos fundamentales de su acción:

I.EN LO POLÍTICO:

-Restablecer el Estado de derecho mediante la vigencia plena de la Constitución Nacional y el imperio de la justicia en un ambiente de real libertad y pura democracia.

-Consolidar la soberanía popular mediante la realización de elecciones generales en todo el país en un plazo no mayor de 180 días, con plenas garantías para todos los partidos políticos en el proceso electoral y preelectoral, incluida la utilización con iguales derechos de todos los medios de expresión y difusión.

-Prescindencia absoluta del gobierno en materia electoral y fiscalización de los comicios por las Fuerzas Armadas.

-Libertad efectiva y absoluta de prensa para todos los sectores de la opinión.

-Amnistía general y derogación de todos los decretos y medidas discriminatorias dictados por razones ideológicas o políticas.

-Libertad de todos los presos políticos y sometimiento a la justicia competente de los que hubiesen cometido delitos comunes.

-Reincorporación de los empleados y obreros eliminados arbitrariamente por razones ideológicas o políticas.

-Levantamiento de las interdicciones a personas y empresas e intervención de la justicia en los casos de violación de las leyes en vigor.

-Rehabilitación de los partidos políticos privados de personería y plena libertad para la formación de nuevas fuerzas, dentro de las normas establecidas por la legislación vigente

II.EN LO ECONÓMICO

-Revisión de las medidas de carácter económico y financiero que pudieran lesionar los intereses nacionales.

-Revisión de las medidas económicas y financieras que afectan seriamente el desarrollo de las actividades productivas.

-Restablecimiento de la plena ocupación y adopción de medidas para contener el alza del costo de la vida.

III. EN LO SOCIAL

.Devolución del gobierno de los sindicatos a los trabajadores y elección por los mismos de las autoridades de la Central Obrera en un plazo de 45 días.

-Libertad inmediata a todos los dirigentes y obreros detenidos por razones políticas o gremiales.

-Renovación de los convenios de trabajo, de común acuerdo entre los trabajadores y empresarios, mediante los procedimientos determinados por la legislación vigente al 20 de setiembre de 1955.

-Derogación de los decretos y medidas discriminatorias que impiden a miles de obreros su participación en la vida de los organismos gremiales.

IV. EN EL ORDEN DE LAS FUERZAS ARMADAS:

-Reestructuración de las mismas con vistas a las necesidades de la defensa nacional.

-Reincorporación de jefes, oficiales y suboficiales que poseyendo valores profesionales y morales hayan sido dados de baja o retirados por razones políticas o ideológicas”. “Mantenimiento de los actuales cuadros con la única excepción que determinen los tribunales y organismos competentes que establece la ley.

V. EN EL ORDEN INTERNACIONAL

-Respeto y cumplimiento de todos los convenios, pactos y compromisos internacionales concertados por el país dentro de las normas constitucionales y legales.

-Suspensión de la ejecución de aquellos compromisos contraídos en violación de tales normas, a fin de que oportunamente sean considerados por las autoridades legalmente constituidas por los órganos y procedimientos que estatuye la Constitución Nacional

Sosteniendo tales principios y comprometiendo ante el pueblo de la República el fiel y estricto cumplimiento de los objetivos señalados, el Movimiento de Recuperación Nacional toma las armas, en defensa de la patria, decidido a pacificar la Nación por el camino de la verdadera libertad, en el respeto de la Constitución y la ley.

No hacemos cuestión de banderías porque luchamos por la patria que es de todos. No nos mueve el interés de ningún hombre ni de ningún partido.

Por ello, sin odios ni rencores, sin deseos de venganza ni discriminaciones entre hermanos, llamamos a la lucha a todos los argentinos que con limpieza de conducta y pureza de intenciones, por encima de las diferencias circunstanciales de grupos o partidos, quieren y defienden lo que no puede dejar de querer y defender un argentino: la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria, en una Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

                                                                                          ¡VIVA LA PATRIA!

                                                                                          MOVIMIENTO DE RECUPERACION NACIONAL

                                                                                          General de División Juan José Valle

                                                                                          General de División Raúl D. Tanco

                                                                                          Buenos Aires, 9 de junio de 1956.

El Presidente Aramburu no se encontraba en Buenos Aires (quedó en su lugar el Vicepresidente Rojas) pero dejó firmado el Decreto-Ley 10.362 que declaraba la ley marcial y que autorizaba la sustanciación de «juicio sumarísimo con atribuciones para aplicar o no la pena de muerte por fusilamiento a todo perturbador de la tranquilidad pública».

En las primeras horas de la mañana fue descubierto y detenido el Coronel José Albino Irigoyen en el momento que instalaba el transmisor desde donde el General Valle leería la proclama. Este acontecimiento dio por fracasada la rebelión, demostrando que el Gobierno estaba en conocimiento del movimiento y lo abortó rápidamente deteniendo a numerosos militares en distintos cuarteles, que fueron fusilados de inmediato.

El General Tanco se exilió en la Embajada de Haití.

11. El Comisario Cámara allanó la casa del periodista Luis Sobrino Aranda en Rosario. Al no encontrarlo detuvo a su padre y hermano y amedrentó con una ametralladora a su madre.

12. El General Valle decidió entregarse bajo la promesa de terminar con los fusilamientos y el respeto a su vida, pero en conocimiento de que el compromiso no iba a ser respetado, le envió una carta al Presidente el día 12 de junio:

Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y militares, movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido.

Para liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y sacrificarnos luego fríamente. Nos falto astucia  o perversidad para adivinar la treta. Así se explica que nos esperaran en los cuarteles, apuntánonos con las ametralladoras, que avanzaran los tanques de ustedes aun antes de estallar el movimiento, que capitanearan tropas de represión algunos oficiales comprometidos en nuestra revolución. Con fusilarme a mí bastaba. Pero no, han querido ustedes escarmentar al pueblo, cobrarse la impopularidad confesada por el mismo Rojas, vengarse de los sabotajes, cubrir el fracaso de las investigaciones, desvirtuadas al día siguiente en solicitadas de los diarios y desahogar una vez más su odio al pueblo. De aquí esta inconcebible y monstruosa ola de asesinatos.

Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija, a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes, hata ellas, verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos.

Y si les sonríen y los besan será para disimular el terror que les causan. Aunque vivan cien años sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos, bajo el terror constante de ser asesinados. Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones. La palabra ‘monstruos’ brota incontenida de cada argentino a cada paso que da.

[…]

Como cristiano me presento ante Dios que murió ajusticiado, perdonando a sus asesinos, y como argentino, derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos, no sólo de minorías privilegiadas. Espero que el pueblo  conocerá algún día esta carta y la proclama revolucionaria, en la que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Así nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de mentiras contradictorias y rídiculas con que el gobierno trata de cohonestar esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias de sangre. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la Patria.

Valle y Aramburu habían sido compañeros, habían realizado una inversión inmobiliaria conjunta en Mar del Plata y guardaban cierta cercanía.

Según Aramburu “cuando se producen hechos de esta gravedad hay que terminar en forma muy rápida y muy drástica…si yo soslayo esto, que es gravísimo, el país va a ir por mal camino. Por otra parte, después que hemos fusilado a suboficiales y a civiles le perdonamos la vida al máximo responsable, a un general de la Nación que era el jefe del movimiento. Estamos creando un antecedente terrible. Va a parecer que la ley no es pareja para todos. Y que entre amigos y jerarquías parecidas no ocurre nada. Se consolidaría la idea de la que la ley se aplica solo a los infelices”.

Como conclusión de los acontecimientos fueron fusiladas las siguientes personas:

Tte. Gral. Juan José Valle; Generales de Brigada Alcibíades E. Cortines, Ricardo S. Ibazeta, José A. Irigoyen y Oscar L. Cogorno; Capitanes Dardo N. Cano, Eloy 1. Caro y Jorge M. Costales; Mayores Jorge I. Noriega y Néstor M. Videla; Subtenientes de Reserva Alberto J. Abadie; Civiles Osvaldo A. Alvedro, Mario Brion, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Irigoyen, Carlos A. Lizaso, Dante H. Lugo, Miguel A. Mauriño, Vicente Rodriguez, Clemente B. Ros, Norberto Ros, Ramón R. Videla y Rolando Zanetta; los Suboficiales Mayores Miguel A. Paolini, Ernesto Gareca e Isauro Costa; Suboficial Principal Luis Pugnetti; los Sargentos Ayudantes Hugo E. Quiroga y Luciano I. Rojas y el Sargento Primero José M. Rodríguez.

La proclama del movimiento había sido redactada por Enrique Olmedo y José María Castiñeira. Luego fue revisada por Leopoldo Marechal.

El ex-diputadode origen peronistaJoséGobello escribió los versos de El Presidente duerme, desde la cárcel de Las Heras.  José María Castiñeira de Dios compuso el poema Al fusilador del General Valle.

En las razzias subsiguientes fue detenido Juan José Hernández Arregui. Luego de unos días fue puesto en libertad sin interrogatorio ni explicaciones.

José María Rosa, delegado civil en la provincia del levantamiento de Valle, fracasada la intentona revolucionaria se exilió en Uruguay.

12. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke.

Mi querido compañero y amigo:

Contestando su carta del 20 de mayo próximo pasado le adjunto una comunicación con mis puntos de vista sobre la actual situación, como asimismo sobre la conducta que debemos seguir según mi manera de apreciar las actuales circunstancias.

El golpe militar frustrado el 10 de junio es una consecuencia ló­gica de la falta de prudencia que caracteriza a los militares. Ellos están apurados, nosotros no tenemos por qué estarlo. Esos mismos militares que hoy se sienten azotados por la injusticia y la arbitrariedad de la canalla dictatorial, no tenían la misma decisión el día 16 de setiem­bre, cuando los vi titubear ante toda orden y toda medida de repre­sión a sus camaradas que hoy los pasan por las armas.

Yo no he querido decir la verdad de por qué no se accionó decidi­damente contra los rebeldes de Córdoba y de Bahía Blanca. Tanto Lucero como Sosa Molina se opusieron terminantemente a que se los entregaran armas a los obreros; sus generales y sus jefes defeccio­naron miserablemente, si no en la misma medida que en la Marina y en la Aviación, por lo menos en forma de darme la sensación que ellos preferían que vencieran los revolucionarios (sus camaradas) antes que el pueblo impusiera el orden que ellos eran incapaces de guardar e impotentes de establecer. El propio jefe de operaciones de Lucero era un traidor que estaba saboteando la conducción de la represión. Los revolucionarios lo nombraron después jefe de las tropas blindadas.

Qué fe puedo tener yo en la acción de esos militares que no su­pieron cumplir antes con su deber de jurado. Si ellos hacen ahora algo es porque están enconados con sus ex-camaradas que los expulsaron del Ejército, cosa que ellos no esperaban. Si yo no me hubiera dado cuenta de la traición y hubiera permanecido en Buenos Aires, ellos mismos me habrían asesinado, aunque sólo fuera para hacer méritos con los vencedores.

Algún día yo podré hablar con claridad sobre estos puntos que de­liberadamente he dejado para después, en forma de que, enfriado, no pueda cometer alguna injusticia en mi opinión. Pero de muchos, ya tengo firme opinión formada como traidores, como cobardes y como felones, aparte de otros que, como Sosa Molina, han sido incapaces de comprender lo que estábamos realizando para el pueblo y consi­deraron en los momentos decisivos que valía más el buen nombre de un Ejército (que hoy está demostrando que es inmerecedor de ese honor) que el destino de nuestro pueblo que estaba en peligro. Todos ellos han sido sancionados por los hechos de manera que no puedan olvidarlo nunca más. Lástima que ya no les servirá de nada.

Ni yo he renunciado a luchar, ni he sido tan débil como algunos creen. He sido traicionado o por la mala fe de algunos o por la estú­pida ingenuidad de otros. Yo no acuso de traidores a mis ministros que fueron fieles, pero sí los acuso de haberme impedido de usar al pueblo para la defensa, con el tonto concepto de que lo harían las fuerzas militares que, en la prueba, demostraron que no valían nada o no querían defender al pueblo. Esa es la verdad, dura pero la verdad. Yo debía haberlos destituido, pero desgraciadamente ya era tarde.

Ahora, sus camaradas, hasta tengo entendido que los han casti­gado corporalmente y que es difícil que sobrevivan a esta prueba: eso les ocurre por creer en un honor que no se realiza. A nuestros años, el que no ha aprendido que el honor es muy relativo en las personas, es un «pajarito en polenta». El 16 de setiembre, todos los juramentos y todas las palabras de honor se quebrantaron por lo menos en los hechos. No había con quien hacer frente a cuatro locos revoluciona­rios. Las tropas que marcharon a reprimir no llegaron nunca y des­pués he sabido que estaban vivaqueando a pocos quilómetros del ene­migo y sus comandos escondidos para que no los encontraran, como pasó con el General Moschini que venía del Norte y el General Morelo que dijo que le era indiferente pelear por los revolucionarios o el Gobierno y se quedó durmiendo debajo de un árbol.
Usted imaginará querido amigo cuánta amargura hay en todos mis recuerdos. Esos pillos, que se hacen llamar camaradas, son cual­quier cosa menos eso. Yo no tengo más camaradas que los hombres del pueblo que están dispuestos a todo sacrificio por servirlo. Mis cama­radas son ustedes. Si algún día el Ejército quisiera devolverme el grado que estos canallas me han quitado, después de cuarenta y cinco años de servicios continuados, les arrojaría a la cara el nombramien­to, porque yo no quisiera pertenecer más a una institución deshonra­da y envilecida por sus propios Generales, que demostraron ser cual­quier cosa menos hombres de guerra y de deber.

Yo he estado un poco enfermo estos últimos días pero creo que sea sólo una gripe pasajera que aquí, suele dar con violencia inusi­tada, debido a este clima terrorífico. El ánimo va todo lo bien que puede ir en las circunstancias que vivimos. Mi fortuna más grande es sin duda mi sistema nervioso que me ha permitido en todas las ocasiones sobreponerme a las cosas y a los hechos.

Es indudable que estoy un poco viejo y eso me hace pensar que ustedes deben irse preparando para tomar la manija. Hombres como usted, que han sido moldeados por todas las pruebas, son los que el Movimiento necesita en esta nueva etapa de su desenvolvimiento, que ha de ser cruenta y difícil. Pero lo peor ya ha pasado. No se apu­ren y vayan despacito, si quieren llegar lejos. Está bien que los vie­jos se apuren porque la visión de la tumba les perturba la calma, pero, los muchachos jóvenes tienen una vida por delante. No olvide mi consejo: no se apure. Los políticos apresurados son políticos fra­casados.

Me llena de satisfacción lo que usted me dice de los muchachos dirigentes que, a pesar del rigor de la canalla dictatorial, se mantie­nen firmes y decididos. Ellos, como usted, son la esperanza de nues­tro Movimiento. Nosotros, quemados en la etapa inicial, sólo queda­remos para formar las bases tradicionales del Movimiento. Ustedes, los jóvenes, que hayan demostrado poseer suficiente «óleo sagrado de Samuel», serán los triunfadores y gozarán de la gloria, después de haber sufrido las heridas de la lucha.

Yo me siento feliz de poder entregar a ustedes todo lo que he hecho que subsistirá a pesar de la canalla dictatorial y sus persecu­ciones. Yo lo he perdido todo, pero nunca luché por nada mío. Hoy, que poseo sólo lo que llevo conmigo, me siento más libre y más feliz. Sólo me interesa lo que ha perdido el pueblo que hay que reconquis­tarlo de cualquier manera con el pueblo mismo: ese es el objetivo de nuestra lucha y, no teniendo nada nuestro, lo podremos defender me­jor y con más decisión.
Le ruego que haga llegar mi abrazo más afectuoso a los compa­ñeros que allí, con usted, comparten el honor del sacrificio por el pue­blo. La canalla dictatorial podrá mentir cuanto quiera, pero nunca sus mentiras podrán tapar la verdad. Nosotros seremos siempre los defensores del pueblo y ellos serán sus tiranos; nosotros somos los que luchamos por la justicia social y ellos los que han vuelto a la explotación de los trabajadores; nosotros hemos sido los que arroja­mos a los imperialistas y ellos los que los han introducido de nuevo; nosotros representamos el gobierno legal del pueblo, ellos son los usurpadores, asesinos y ladrones.

Acepte un abrazo muy afectuoso.

PERON

Otra carta de Juan D. Perón a John W. Cooke del mismo día:

Mi querido compañero y amigo:                                                         

Contesto su comunicación del 20 de mayo próximo pasado y le agradezco su amable recuerdo y sus saludos. Agrego a ello mi admiración a su espíritu de sacrificio y a la clarividencia de sus juicios, dos condiciones que hacen a los hombres dignos de ser seguidos.

La canalla dictatorial no es, como algunos pretenden, un gobierno revolucionario, sino una banda de ladrones, asaltantes y asesinos que, mediante la fuerza, se ha apoderado del gobierno para servir intereses foráneos y satisfacer pasiones propias mediante el asalto, el robo y el asesinato. Por eso emplea el terror, la tortura y el crimen, como medios para satisfacer sus infames designios. En consecuencia, debe ser tratada como tal por la ciudadanía y en especial por el pueblo que sufre sus depredaciones de todo orden.

Millones de argentinos sufren directa e indirectamente su terrible acción. Sus robos cuantiosos en las organizaciones sindicales, Fundación Eva Perón, y en los bienes privados de los peronistas. Sus crímenes abominables que comienzan por la masacre de la Alianza y siguen con el asesinato de obreros en Rosario, Avellaneda, Berisso, Capital Federal y fusilamiento de trabajadores. Aparte de estos asesinatos en masa, el ensañamiento con los peronistas detenidos, ha sido de una crueldad inaudita. Numerosos compañeros han enloquecido y otros han muerto.

Aparte de todo esto, la tiranía inaudita de estos monstruos ha impuesto a la población el terror y, mediante él, el hambre y la miseria a toda la población proletaria, produciendo la desocupación y la destrucción sistemática de las fuentes de trabajo nacional, para servir a los fines de la recolonización del país, por las fuerzas capitalistas que financian y dirigen este abominable acto de vandalismo internacional.

Se ha privado a los obreros de todos sus derechos, de todas sus organizaciones, de todos sus bienes conquistados en años de economía y esfuerzo, se ha vuelto al trabajo de explotación, con salarios de hambre frente al costo de la vida, se los ha despojado de sus diarios y sus empresas compradas legalmente, para devolverlas a los pulpos que las explotan en perjuicio del pueblo. Se ha derogado la Constitución Justicialista por decreto y con ella los «Derechos del Trabajador». Ahora se deroga la independencia económica conseguida con el esfuerzo popular de diez años de trabajo y sacrificio. Se está destruyendo la industria argentina, a fin de someter al país a la explotación de las industrias imperialistas.

Este cuadro de desolación parece imposible a sólo ocho meses de la acción de estos bandidos pero, estoy persuadido que siguen sembrando vientos y que llegará el día en que recojan tempestades. El odio y el deseo de venganza que existe hoy en millones de argentinos, ha de transformarse un día en «fuerza motriz» y esa fuerza aprovechada a través de una buena organización ha de dar resultados extraordinarios. La desesperación, el odio y la venganza, suelen concitar fuerzas aún superiores al entusiasmo y al ideal. Los pueblos que no reaccionan por entusiasmo sólo reaccionan por desesperación: es a lo que se está llegando en nuestro país. Los fusilamientos no harán más que acelerar el proceso.

El fracaso de la asonada del 10 de junio ha sido la consecuencia del criterio militar del cuartelazo. Los dirigentes de ese movimiento han procedido hasta con ingenuidad. Lástima grande es que hayan comprometido inútilmente la vida de muchos de nuestros hombres, en una acción que, de antemano, podía predecirse como un fracaso. Yo vengo repitiendo, a los mismos peronistas precipitados, que no haremos camino detrás de los militares que nos prometen revoluciones cada fin de semana. Ellos ven el estado popular y quieren aprovecharlo para sus fines o para servir a sus inclinaciones de «salvadores de la Patria» que un militar lleva siempre consigo. Pero aquí se trata del destino de un pueblo y no de las inquietudes o ambiciones de ningún hombre.

Hace cinco meses impartí las instrucciones sobre la forma en que debíamos encarar el problema: mediante la resistencia civil. Durante estos cinco meses no he hecho sino repetir que los golpes militares no interesaban al peronismo porque no era solución salir de las manos de una dictadura para caer en otra. Que la única solución aceptable para nosotros era la voluntad del pueblo y que para ello debíamos recurrir a las fuerzas del pueblo y no a las fuerzas militares. Que la acción de las fuerzas del pueblo eran operaciones de resistencia y no golpes de estado. Que mediante aquéllas se podría llegar al caos que era el único momento en que  el pueblo podía tomar las cosas en sus manos. Que la nuestra era una revolución social y que este tipo de revoluciones habían partido siempre del caos y, que en consecuencia, nosotros no debíamos temer al caos sino provocarlo, teniendo la inteligencia de prepararnos para dominarlo y utilizarlo en provecho del pueblo. Todo ello lo he repetido miles de veces a todos los apresurados que confiaban más en un golpe de la fortuna que en la preparación sistemática y racional de un trabajo adecuado.

Desgraciadamente, el golpe fallado del 10 de junio, me ha dado la razón pero, el precio ha sido demasiado grande. Hubiera preferido equivocarme. Sin embargo, esto ha de servirnos para no insistir en un camino inconveniente. Nuestra finalidad ha de ser la Revolución Social, con todas sus características y con todas sus consecuencias. Para ello es menester que nos preparemos concienzudamente y que estemos resueltos a realizarla en un año, dos, cinco o diez, pero decididos a realizarla. Nada hay que pueda apurarnos en forma de poner en duda el éxito que, por lo que estamos viendo, tenemos asegurado. Aunque nosotros no trabajemos, tenemos allí a dos que trabajan por nosotros: Aramburu y Rojas.

Como en las demás etapas de la historia del mundo, en esta segunda mitad del siglo XX, se está gestando y consolidando la ideología que ha de presidir al siglo XXI, que va afirmándose en las «Democracias Populares» y en repudio de las «Democracias Imperiales». En estos cincuenta años que quedan del siglo XX se han de afirmar «las horas de los Pueblos» mediante revoluciones sociales. Las haremos nosotros o las hará el Comunismo. No volveremos al Siglo XIX, es lo único que podemos asegurar, aunque los anglosajones estén empeñados en ello. La historia no tiene reversión. Nos basta ver lo que está pasando en nuestro desgraciado país, cuyos vándalos dictatoriales se encuentran empeñados en hacernos volver sólo a 1913. Lo que ocurrirá será que ellos volverán pero el pueblo seguirá adelante y su despertar será tan trágico como grande sea el tiempo en que tarden en persuadirse de ello.

Las grandes decisiones ideológicas se han de decidir en Europa. Nosotros seremos después lo que debamos ser por reflejo, ya que carecemos de luz propia. Quizá en el Siglo XXIII o XXIV nos toque a nosotros pero todavía no estamos maduros. Los yanquis están peor porque, en este sentido, han sido arrancados verdes, pero ese es otro asunto. Nos basta a nosotros saber todo esto para darnos cuenta que estamos en el camino correcto, ahora, no nos queda más que caminar pero caminar despacio y bien. El tiempo trabaja para nosotros, ¿a qué pretender abreviar inútilmente este tiempo que nos es favorable, para reemplazarlo con acciones aleatorias? Nosotros los viejos debemos saber que las grandes transformaciones que aparejan las revoluciones sociales, rara vez pueden ser ejecutadas por una sola generación. Debemos estar prontos a entregar la divisa y la bandera a los jóvenes que, templados en la lucha, serán mejores que nosotros. Cuando leo cartas como la suya, yo no tengo la menor duda de nuestro triunfo, porque veo en ellas la superación de una nueva generación que ha de perpetuarnos con sus éxitos. Debemos anhelar el éxito de una causa, mejor aún si es realizada por nuestros muchachos, porque entonces la aseguramos para siempre.

Nuestro camino es simple: organizarnos concienzudamente en la clandestinidad. Instruir y preparar a nuestra gente, con todo el tiempo que sea necesario para los fines que nos proponemos, agruparnos en organizaciones disciplinadas y bien encuadradas por dirigentes capaces, audaces y decididos, que sean respetados y obedecidos por la masa, planificar minuciosamente la acción y preparar adecuadamente la ejecución mediante ejercitaciones y «gimnasia» permanente. Si para ello es menester utilizar al Diablo, recurrimos al Diablo oportunamente. Para esto el Diablo está siempre preparado.

Es indudable que el Movimiento Obrero, como el Movimiento Político, a pesar de los golpes sufridos y las bajas ocasionadas, deben haberse fortalecido extraordinariamente tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo. Los desaciertos políticos de estos animales nos irán haciendo cada día más poderosos y nuestra responsabilidad irá también creciendo con ello. Ahora no quedará duda de los errores y de la infamia de muchos de los dirigentes gremiales y políticos. También ustedes, los que han soportado virilmente los golpes de la canalla dictatorial, se han afirmado definitivamente en la dirección. Los jóvenes dirigentes estarán también firmes en el encuadramiento de la masa y muchos otros estarán aun surgiendo en las actuales circunstancias. Todo conforta, a pesar de la desgracia, pero el camino de la felicidad pasa siempre por el sacrificio.

También es necesario que el pueblo se convenza que su liberación debe ser obra suya. Si yo, por arte de algún sortilegio, le resolviera hoy su problema le habría hecho el más flaco servicio y quizá poco tardaría en ser dominado. De qué podría valerle lo que le diéramos si no es capaz de defenderlo y mantenerlo. Los pueblos que no saben defender sus derechos y su libertad, merecen la esclavitud. El pueblo argentino, por primera vez en su historia política, está haciendo escuela de sacrificio. Nosotros los dirigentes tenemos la obligación de hacer, pero también tenemos el deber de educar. Construir para el pueblo es grande, pero mayor es aún enseñarle al pueblo a construir por sí. Por eso creo, como usted, que estos días han sido grandemente beneficiosos para nuestro movimiento que crecerá en extensión pero mucho más crecerá en profundidad moral.

Nosotros estamos asistiendo a los prolegómenos de esta lucha, desarrollada por la reacción frente a los elementos entusiastas del peronismo. En ella participan nuestra juventud, los obreros que tienen conciencia y los elementos políticos que tienen arraigada la causa que nos promueve. El caos económico y las miserias y privaciones emergentes harán que muchos otros se incorporen a la resistencia. Nuestro pueblo, en una gran parte compuesto por conformistas y «panzistas», indiferentes a la lucha idealista, se sentirán tocados en sus vísceras sensibles (el estómago y el bolsillo) y entonces reaccionarán también para incorporarse. Todo ese trabajo nos queda por realizar, ayudados por la incapacidad, la ignorancia y la violencia de nuestros enemigos, que cada día se sienten más solos, en medio de su fuerza.

De ahora en adelante hay que organizar la lucha integral por todos los medios. Cada hombre, cada entidad, cada gremio, cada organización debe tener por finalidad la lucha. Pero es necesario que la lucha sea básicamente de guerrillas. La fuerza de la reacción no debe encontrar nunca donde golpear pero debe recibir todos los días y todo el día los impactos de la resistencia. Hay miles de formas de combatir en la clandestinidad, sin ofrecer blanco.

La RESISTENCIA es una lucha intensa diluida en el espacio y en tiempo. Ella exige que todos, en todo lugar y momento se conviertan en combatientes contra la canalla dictatorial que usurpa el Gobierno. A las armas de la usurpación hay que oponerle las armas del pueblo.

El epílogo de este terrible drama que vive el pueblo argentino es el caos del cual solamente pueden salir soluciones definitivas. A él nos llevará la banda de ignorantes y bandidos de la canalla dictatorial. Pero, el caos será la hora del pueblo, porque destruida la fuerza y disperso el gobierno, todo quedará en sus manos. Habrá llegado la hora de la justicia.

Para ello hay que dedicarse a la resistencia. Mientras ésta se realiza, las fuerzas populares deben prepararse para la segunda acción: la paralización y el derrumbe. La resistencia no depende en sus resultados de realizar grandes acciones de sabotaje, sino miles de acciones de todo tipo realizadas por todos individual y colectivamente. Es la suma de millones de pequeñas cosas en todo el territorio del país y en todas sus actividades, lo que hará realmente efectiva la resistencia. Nuestro pueblo es más apto para esta lucha subrepticia e insidiosa, que para la lucha abierta. Hay que aprovecharlo entonces.

Mucho me temo que el pueblo no sea capaz de encaminar su acción en la resistencia por desorganización, temor o simplemente por despreocupación en la lucha. El espíritu individualista de los hombres es muy poderoso, especialmente en los momentos difíciles, cuando algunos creen que solos se pueden salvar, sin darse cuenta que cuando una comunidad sucumbe nadie puede quedar fuera del cataclismo. En cambio la clase proletaria, que es la preferentemente perjudicada en este caso, optará por la ruina de todos si ve que puede evitar su ruina. Es precisamente allí donde hay que hacer hincapié. Cuando gozamos, lo hicimos todos, ahora que hay que sufrir, suframos también todos. Este ha de ser el slogan.

La RESISTENCIA ha de ser de dos tipos: 1) Resistencia Organizada y 2) Resistencia individual.

La resistencia organizada, es la que se realiza en distintas formas y con diversas finalidades, ya sea en el campo militar, en el económico, en el social y en el político. En cada uno de estos campos tiene una función y aspira a alcanzar un objetivo.

Militar: copar las fuerzas que la usurpación ha puesto al servicio de los enemigos del pueblo, para volverla a su función específica, es decir al servicio del pueblo.

Económica: operarla de modo que, cada día que pase, el problema de la economía nacional sea más grave para la canalla dictatorial que, al final, caerá aplastada por sus propios errores y violencias.

Social: proceder de modo que este campo esté en constante perturbación ocasionada por los paros, las huelgas, el más bajo rendimiento, el trabajo a desgano, etc. para lo que se tienen suficientes razones: destrucción de las organizaciones, prisión de los dirigentes, salarios insuficientes, despidos en masa, trabajo sin garantía, etc.

Política: mantener la permanente agitación por todos los medios, operando con las propias fuerzas e influenciando a las minorías mediante la infiltración, la provocación, intimidación, etc.

La resistencia individual que tiene acciones activas y acciones pasivas. Consiste en los actos de sabotaje (individual y colectivos) y todo ataque directo o indirecto que presuponga una acción activa. La resistencia pasiva es la que ejecutan todos, todos los días, desde que se levantan y consiste en acciones depredatorias individuales de todo tipo, murmuraciones, protestas, rumores, panfletos, perturbaciones de todo orden, etc., etc.

Si estas acciones se organizan bien y se realizan por todos los peronistas todos los días y en todas partes, la canalla dictatorial no puede resistir mucho tiempo y si lo resisten ellos, será el país el que no la pueda resistir, en cuyo caso se llegará al caos por otro camino.

En vez de pensar en revoluciones militares, es decir oponer la fuerza a la fuerza en una decisión de conjunto, el pueblo tiene que hacer guerra de guerrillas, que en la resistencia se caracteriza por la acción de todos sumada. Esta lucha puede organizarse y realizarse sin peligro porque en caso alguno se trata de una violencia conjunta sino de la suma de millones de pequeñas violencias cometidas cuando nadie nos ve y nadie puede reprimirnos, pero que, en cambio, en conjunto, representa una gran violencia por la suma de sus partes. El efecto es tremendo.

De cualquier manera, si mediante este procedimiento combativo, no llegáramos a provocar lo que anhelamos, prepararíamos en la mejor forma las condiciones para hacerlo después, cuando las circunstancias nos sean más propicias. Nuestro objetivo debe ser imperturbable ya sea en el tiempo como en las circunstancias. Trabajando siempre por lo mismo, llegará un día en que lo haremos. En esta lucha no vence el que tenga mayores medios de fuerza sino mayor voluntad de vencer y más perseverancia para lograrlo. Esa debe ser nuestra decisión y nuestro empeño permanente.

Perón

13. Marcelo Sánchez Sorondo comenzó con la publicación del semanario Azul y Blanco.  En el primer editorial señalaba: “no nos mueve ningún afán opositor. Quisiéramos, por el contrario, coincidir con un gobierno que asume la causa de la Revolución Libertadora, en la que intervinimos para defender los derechos conculcados y la unidad nacional. Por eso podemos hoy hablar. No aceptamos que sea consigna patriótica el apoyo incondicional, es decir, la actitud de los secuads.  Cuidado con los arrebatos salvadores que cierran el debate y abren el juego de la violencia y la revancha. Cuidado con que el delito político muestre al sentimiento del pueblo su reverso de heroísmo. Cuidado con la seducción del triunfo fácil y pasajero, que lleva en su seno el desastre del porvenir. Ningún gobierno – y menos un gobierno surgido de las Fuerzas Armadas, bajo su directa responsabilidad- puede olvidar que su primera obligación es extender a todos los habitantes el amparo de su abrazo y la protección de la ley. Ningún gobierno puede quebrantar impunemente esa innata solidaridad que está en las cosas, en el ser de voluntades individuales. Una sola es la nacióno de los argentinos y por eso su gobierno es para todos…Es demasiado serio esto de que nuestra política se colme con el veneno del odio y la abominación de la sangre. Desde que fue consolidada nuestra organización, jamás hasta el presente en nuestras luchas internas se castigó con pena de la vida al adversario vencido”.

14. Américo Ghioldi publicó en La Vanguardia: “Es dato fundamental de los hechos acaecidos la absoluta y total determinación del gobierno de reprimir con energía todo intento de volver al pasado. Se acabó la leche de la clemencia…Parece que en materia política los argentinos necesitan aprender que la letra con sangre entra”.

25. Arturo Frondizi declaró que el gobierno debía fijar la fecha de elecciones, sin convocar antes a una asamblea constituyente. La Revista Qué, aliada ahora a Frondizi, reorientó su prédica hacia una conciliación con el peronismo.

Perón le escribió a Eustaquio Tavares Castillo: “Conozco la situación del país por las noticias que de los muchachos me llegan. Están trabajando duro, y es necesario –para lograr el éxito- tomar el paso al tiempo. Desgraciadamente, muchos de nuestros buenos y fieles soldados son víctimas del odio y de la “canalla”. En toda lucha hay víctimas y desgraciadamente para nosotros unas son esos amigos comunes. Indirectamente he logrado informarme de nustros compañeros Leloir y Albrieu, los cuales por ser gente de bien y leales defensores del Justicialismo. son mantenidos en esos presidios que nosotros mismos cerramos. Ironía del destino. Ellos, que se titulan libertadores, ha enido que habilitar nuevas cárceles – cerradas por los peronistas- para encerrar a quienes elevaban la voz en defensa de una causa justa. Los crímenes y desaciertos que los ‘gorilas’ cometen, están apresurando el desmoronamiento del gobirno  de traidores y falsarios. Los ánimos están cada día más caldeados, lo cual demuestra que nuestra labor no fue tan mala como muchos pretendieron pintarla. Todos los muchachos están en la lucha. En esa endita tierra de  valientes, hay muchos compañeros que como Usted han sido perseguidos por las bestias aramburistas o rojistas. Unanse y trabajen organizadamente. Con nervios de acero, que es la forma de actuar en estos instantes, podremos ganar más y apresurar nuestro retorno triunfal”.

La Federación de Industrias Metalúrgicas, con el apoyo del interventor militar de la UOM, coronel Bartolomé Gallo, propuso modificar el convenio colectivo de trabajo. Entre otras cosas, buscaban quitarle poder a las Comisiones Internas, que se estaban eligiendo en ese momento, consolidando una nueva camada de dirigentes.

Reapareció Palabra Argentina de Alejandro Olmos. Marcelo Sánchez Sorondo comenzó a publicar el semanario Azul y BlancoyLuis B. Cerrutti Costa, abogado laboralista y ex – ministro de Trabajo de Lonardi, lanzó Revolución Nacional.

El dirigente nacionalista Mario Amadeo publicó su libro Ayer, hoy, mañana. Tuvo varias ediciones sucesivas.

Julio de 1956       

2. Pasaron a poder del Estado todos los bienes del General Perón.

6. En la cena anual de las Fuerzas Armadas el General Aramburu anunció elecciones para el último trimestre de  1957. También anunció que se estudiaba la posibilidad de convocar a una convención constituyente para reformar la restituida Constitución de 1853.

Inicio de una misión económico-financiera a EE.UU encabezada por Carlos Coll Benegas, manteniendo reunioes con representantes del Eximbank, Banco Mundial, BIRD, Tesoro y Departamento de Estado durante los meses de julio, agosto y septiembre.

11. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Colón, Panamá.

Mi querido amigo:

Aún cuando no sé si esta carta llegará a sus manos no deseo por lo menos dejarlo de intentar. Por ello la remito por intermedio de Montevideo en previsión de que usted aún pueda estar en comunica­ción con alguien allí, a pesar de que, al no haber recibido contestación a mi anterior, he supuesto lo peor referente a la posibilidad de su contacto con el «mundo exterior». Si así no fuese me alegraría mucho.

No sé si serán ciertas las versiones de las nuevas canalladas a que han estado ustedes expuestos por parte de los sicarios de la Tira­nía pero, por si ello es cierto, usted verá en las directivas adjuntas que le vamos a contestar poco a poco con las mismas medidas. Ya no es posible seguir poniendo la otra mejilla. Ahora le vamos a poner otras cosas que aseguro que no los va a hacer muy felices. Se acabaron los pacifistas y se acabaron para siempre. Sin necesidad de decirlo, lo vamos a nacer y han de rendir cuentas de cuanto han hecho con nues­tra gente.

Si fuera posible, estas directivas deben ser distribuidas profusa­mente allí, porque es indispensable comenzar por hacer desaparecer un poco de incertidumbre que hay entre la gente peronista, como con­secuencia de los hechos pasados que muchos creen que ha sido un fracaso nuestro, influenciados por las mentiras que propalan las radios y los diarios de la canalla dictatorial.

Volvemos a empezar cuando debíamos estar terminando, porque a pesar de que hace cinco meses que vengo insistiendo en la necesi­dad de dedicarse sólo a la resistencia, muchos dirigentes, atraídos por un golpe de fortuna de una acción militar, descuidaron ésta para en­trar en un golpe militar que a pesar de ser intrascendente e inope­rante costó preciosas vidas de la mejor gente.

Para el pueblo no será nunca una solución salir de las manos de una dictadura militar para caer en las de otra. O se libera solo, quizá con alguna colaboración militar, o no se liberará nunca. El camino está en la resistencia civil. Tenemos una inmensa masa popular con nosotros, pero, las medidas tiránicas la han desorgani­zado y la persecución más cruel ha impedido toda acción para re­constituir los cuadros que se encuentran en las prisiones en número impresionarte. Entonces debemos recurrir a la organización clandes­tina a base de los dirigentes que en gran número están decididos y prontos para actuar. Esa inmensa masa no tiene ningún valor si su estado de inorganicidad no permite conducirla con unidad de acción.

Como usted verá por las directivas se trata de1 una cosa vieja pero muy eficaz si se realiza con intensidad y extensión. Todo el se­creto estriba en que nuestra gente conozca lo que hay que hacer. Por eso es necesario llegar a cada peronista, si es posible, con estas di­rectivas. Yo sé que el Pueblo lo hará y lo hará bien. El odio y el deseo de venganza ya ha sobrepasado todos los límites tolerables has­ta en nosotros mismos frente a tanta infamia y espíritu criminal. Es necesario confesar que aunque fuéramos santos tendríamos deseos de descuartizar a los traidores y asesinos de inocentes ciudadanos v prisioneros indefensos. Yo dejé Buenos Aires sin ningún odio pero siento que ahora, ante el recuerdo de nuestros muertos por millares y nuestra gente asesinada en las prisiones, torturada en toda forma y sacrificada con el sadismo más atroz, tengo un odio inextinguible que no puedo ocultar. Me imagino como será el del Pueblo y el de nuestros hombres que lo han sufrido todo. Yo no puedo ni podré nunca ser hipócrita por otras conveniencias políticas que ya poco me interesan.
Un gran abrazo.

Las instrucciones van en sobre aparte por el mismo correo.

PERON

15. Carta de Juan D. Perón a Juan Garone, en respuesta a una suya del 11 del mismo mes. Señalaba:

“Ese Boletín no tiene desperdicio pues presenta descarnadametne la infamia cometida por la canalla dictatorial al atropellar bellacamente una organización internacional con la cual no tiene nada que ver. Le quedará el derecho a esa organización, en su momento, a reclamar todo más los daños y perjuicios. Este Boletín presenta tan claramente la cuestión que es conveniente que se difunda en las organizaciones del ATLAs en todos estos países y que los compañeros traten de hablar con los trabajadores y explicarles lo que ha pasado en la Argentina, oportunidad que se presta para decir también lo que está pasando en todos los demás aspectos de nuestro país. Si esto fuera suficientemente conocido podría servir de base para cursar una comunicación a todos los países de manera que las filiales de ATLAS se dedicaran a agitar el ambiente obrero contra el Gobierno de Facto de la Argentina como culpable de un atropello inaudito contra la organización internacional de los obreros latinoamericanos. Esto podría ser de gran efecto en estos momentos.

A continuación refiere a las instrucciones entregadas en el mes de junio llamando a la resistencia civil y descartando la opción de un golpe de origen militar para recuperar el gobierno. Le remite ejemplares para su distribución y argumentó en favor de la estrategia allí señalada, pidiéndole colaboración en la difusión y en los trabajos allí señalados.

23. Dictamen imponiendo la pena de veinte años de prisión al dirigente gremial metalúrgico de Bahia Blanca y delegado regional de la CGT, Roque Azzolina, quien había sido detenido tras el golpe militar por los Comandos civiles revolucionarios y entregado a la “Policia Naval” de esa ciudad. La acusación,  basadas en testigos forzados, señalaban “instigación de incendios intencionales calificados; incendios intencionales simples,  y daños simples y calificados reiterados”. El periódico oficialista Avanzada, considerando la arbitrariedad manifiesta del fallo consignaba: “Veinte años para Azzolina, ¿cuántos para el fiscal?”.

26. Con el seudónimo Cruz Jimenez, el escritor Fermín Chavez hizo circular una hoja dactilografiada que llevaba por título general Del Cancionero de la Patria Ocupada. En el mismo incluyó 26-VII-1956 y 17-X-1956.

Aramburu viajó a Panamá a la reunión de presidentes de América, haciendo escala en Lima. A su regreso pasó por Montevideo.

Para evitar la proximidad Perón temporariamente se trasladó a Managua.

Agosto de 1956

2. Le DerniereHeure de Bruselas comenzó a difundir Las Memoires de Juan D. Perón.

4. El Gobierno informó que lanzará un plebiscito para encarar la reforma constitucional.

8. Muerte de Oscar Nicolini, ex – secretario de Comunicaciones de los gobiernos peronistas,  en la Penitenciería de Las Heras, por falta de adecuada atención médica a una dolorosa enfermedad.

El gobierno militar rehabilitó a 92.000 sindicalistas caídos en desgracia por las imposiciones de la “Revolución Libertadora”.

14. Por entender que estaba conspirando fue detenido el General Juan José Uranga (cercano a las posiciones del General Eduardo Lonardi).

Traslado de Perón a Caracas, permaneciendo en Venezuela hasta enero de 1958, en el momento del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez.

20. El Sindicato de Prensa lanzó una campaña de repudio contra la familia Gainza Paz,  dueños del  diario La Prensa, que se negaban a indemnizar a los cesantes tras reasumir la dirección del medio gráfico.

26. Publicación del Decreto – Ley 14.988 que dicta en su artículo primero: “Con la designación de ‘Libro Negro de la Segunda Tiranía’ dése a publicidad el resultado de las actuaciones practicadas por la Comisión Nacional de Investigaciones”.  Aconsejaba redactar la publicación en “lenguaje simple y director”, cosa que llegue a todo el pueblo argentino, sin excepción de niveles educativos.

29. De los talleres gráficos Sophos salieron los ejemplares de la Historia crítica de los partidos políticos de Rodolfo Puiggrós. Si bien la obra había sido escrita entre diciembre de 1955 y febrero de 1956 en la zona sur del gran Buenos Aires, recién salió a luz para esta fecha.

Septiembre de 1956

4. Fue pasado a retiro el General Arturo Osorio Arana, Ministro de Ejército.

4. Se dio por terminada la investigación en el Instituto Argentino de la Promoción del Intercambio (I.A.P.I.).

6. Tras largas negociaciones se otorgó una línea de créditos a la Argentina por valor de 100 millones de dólares, una cifra notoriamente más baja que la solicitada. El embajador argentino Adolfo Vicchi expresó su protesta ante el secretario de Estado norteamericano, Foster Dulles.

12. Carta de Juan D. Perón a Enrique Olmedo, escrita desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 6 de setiembre pasado que recibo en este momento. Le agradezco sus amables palabras y su recuerdo que retribuyo con mi más grande afecto. Ignoraba que Usted se encontrara en Montevideo, a pesar de que sabía por los muchachos que estaba Usted entreverado en lo del 9 de Junio.
Me alegra coincidir con Usted en todo cuanto me dice en su carta.yo vengo sosteniendo lo mismo desde hace ocho meses y, en mi libro, ya lo sostengo hace casi diez meses. Los tontos que andan levantando banderas de pacificación se van a llevar un buen chasco, si es que lo piensan sinceramente. Es muy fácil hablar de paz después de haber asesinado a mansalva, de haber masacrado al Pueblo, fusilado a los ciudadanos, perseguido a todos, encarcelado, torturado, escarnecido, etc.; pero cuando el odio y el deseo de venganza acumulado por las infamias de la canalla dictatorial salgan a la calle convertidos en fuerza motriz, ya no habrá nadie que hable de pacificación sino de salvar el cuero. Yo que siempre he sido un estúpido pacifista no me animaría hoy a hablar de pacificación, sino de justicia. Nosotros hemos pagado un alto precio y una contribución cuantiosa de sangre; ahora es justo que los enemigos hagan la suya que ha de ser. en el mejor de los casos, menor que la nuestra. Lo que sí P emos asegurar es que esto no se arregla», como quieren los Políticos, con unas elecciones.

Que nosotros la ganamos, yo no tengo la menor duda. Todo es cuestión de tiempo. Se trata de un conflicto de opinión y a esta clase de conflictos no se los arregla sino de una manera: dejando decidir a la opinión. La fuerza puede postergar esa decisión, puede retardarla, pero no puede resolverla por sí. Nuestro Pueblo está firme en sus trece y no habrá fuerza capaz de doblegarlo; ello hace que este asunto esté ganado a corto o a largo plazo.

El panorama argentino de este momento está terriblemente variado, como consecuencia de la gran cantidad de traficantes que se entrecruzan para negociar y sacar ventajas; pero, en lo fundamental solo cuentan unos cuantos infelices a quienes las circunstancias de que otros más infelices que éllos se encuentran en el gobierno les han hecho creer que éllos pueden ser gobernantes dé la Argentina que surja de esta terrible encrucija­da. La canalla dictatorial busca un escape político que le cubra las espaldas y les asegure el cogote en tren de perderlo. Bengoa y su corte de’ traidores quiere hacer una revolución, poner un títere en el gobierno para que por medio del fraude o del engaño le brinde la Presidencia Constitucional que ha de surgir de esta inconstitucionalidad; los radicales, peleados y ventajeros como siempre, están tentando una alianza con el peronismo para lo cual ya nos han tanteado con mano lerda para una fórmula mixta radical peronista. Usted ve, todos quieren solo el gobierno que ha de surgir de los despojos que deje la canalla dictatorial; pero ninguno ha dicho una palabra del Pueblo que es, en última síntesis, quien ha de decidir. Pero éllos luchan por sus ambiciones y deseos sin que el Pueblo tenga nada que ver con sus cálculos y proyectos. Así es todo

¡y quieren ga­nar. . . !



Estos idiotas conservadores y clericales creen todavía que pueden ganar algo de esta aventura siniestra pero, los destinos nuestros como los destinos del mundo se decidirán todavía en Volga o en el Rhin y no en el Río de la Plata. En este mun convulsionado en que nos ha tocado vivir se está dilucidanhoy el signo que ha de presidir la ideología del Siglo XXI que no fj sin duda —porque la historia no retrocede—, la democracia imperialista y capitalista del siglo XX de los anglosajones, sino las democracias populares, que las haremos nosotros o las harán los comunistas. Baste mirar lo que ha pasado en el mundo en esta primera mitad del siglo XX, para poder deducir lo que ocurrirá en la segunda. Hace cincuenta años los comunistas eran cuatro tirabombas. Después de la primera guerra ya eran doscientos millones y veintiocho millones de kilómetros cuadra­dos (es decir Rusia); cuando terminó la segunda guerra su influencia y dominio se extiende a las tres cuartas partes del mundo y a unos 2.500 millones de los 3.500 que el mundo tiene. Sinó veamos: 200 detrás de la cortina en Europa, más 200 millones de rusos son cuatrocientos y 600 millones de chinos son mil millones. A ello se agregan 200 millones de indochinos, polinesios, vietnameses., etc., que con los 800 millones de indúes suman ya dos mil millones. Si a éllos se agregan los árabes llegaremos pronto a los 2.500 millones. El mundo occidental «libre» queda reducido a solo 1.000 millones pentra- dos, infiltrados y casi dominados por los comunistas. Si no sucede un milagro, antes de treinta años el mundo será comu­nista lo querramos o no. Por eso digo que si a los conservadores y clericales argentinos no los colgamos nosotros a corto plazo, los cuelgan los comunistas a largo plazo. Lo que sí podemos afirmar es que esos no se salvan de la cuerda y del árbol. A lo mejor los colgamos entre los dos. . .

Eso le explicará que hace diez años, cuando yo hice la apreciación de estos problemas para fijar nuestra doctrina, no me equivoqué. Todo esto lo dije yo en aquel entonces, y llegué al convencimiento de que la liquidación del imperio anglosajón «o tPOdíasigniflcar !a liquidación nuestra sino que, por el n rano, había que prepararse para sobrevivir, cualquiera fuese -instancia que sobreviniera. Así como hemos vivido un «Ioajo la férula del imperialismo capitalista, podremos
vivir otro siglo bajo la comunista. El secreto está precisamente en no enfrentar la destrucción en defensa de un sistema anacrónico que nos ha explotado y escarnecido durante más de un siglo. Que nos importa a nosotros si esos miserables han de hundirse, con tal que nosotros sigamos flotando, sobre todo si pensamos que nuestros días se acercan con la misma velocidad que los de éllos se alejan y para siempre.

Dentro de ese panorama me encanta estar en la situación nuestra y no en la de éllos. Nosotros nacemos en los momentos que estamos preparando el entierro de nuestros enemigos, que sabemos que sucumbirán irremisiblemente exterminados por nuestra mano o por la mano del destino que, para desaparecer, lo mismo da.

Cómo puede haber peronistas tan ,estúpidos que estén pensando en pactos y soluciones. Solo un tarado puede pensar así. Menos mal qué todos esos «ingenuos» sucumbirán víctimas de su propia incapacidad y estupidez, lo que será mejor poique en nuestros días ni un bruto ni un estúpido merece vivir, aunque simule muy bien lo contrario. Nuestra posición es una sola, se la mire de donde se la mire: la intransigencia absoluta.

La lucha política es, en último análisis, la lucha de dos voluntades. En élla vence el que dispone de un más firme y decidida voluntad. De allí surge la necesidad de mantenernos hoy más que nunca firmes e intransigentes. Sobre todo sabemos que a la corta o a la larga vamos a vencer. Ni dar esca a la canalla dictatorial ni ayudar al traidor de Bengoa, ni alia con los radicales también en el fondo traidores de su pueblo. Todos esos son ya resaca en el temporal que se aproxima; irán ¡ servir de bosta para abonar las nuevas formas que esta naciendo y que florecerán mañana.

Me alegra que esté ligado a Colom porque aún cuando e medio soñador algunas veces es leal y es vivo, cuando no ve lo intuye, pero en su corazón no encarna la traición nij defección a la causa. De los demás que están allí le recomier

Antonio Rodríguez, el ex-intendente de Vicente López, que es un muchacho macanudo y cabal. Hay otros que son buenos y le ruego que usted me complete el panorama allí con la posición que dada uno tiene, porque me es indispensable para ir organi­zando el conjunto. Nosotros hemos organizado Comandos en todos los países que podemos para ir neutralizando a la dictadura, y el conocimiento de los hombres nos es indispensa­ble. Por eso le pido este favor.

Yo pienso trabajar aquí a fin de dedicar un poco de dinero a los compañeros que necesitan para vivir en el exilio y no tienen condiciones para ganarse la existencia. Ya dediqué a eso todos los fondos que como autor me corresponden por la publicación del libro’ «La fuerza es el Derecho de las bestias», en Chile, Perú, México, Cuba, Colombia, Brasil Europa, etc. No es mucho pero una ayudita para los primeros esfuerzos. . .

Le ruego que salude a los compañeros que se encuentran en esa y acepte un gran abrazo de su amigo.
Firmado: Juan Perón

14. En un reportaje con AssociatedPress, Aramburu declaró que «Perón no volverá jamás, ni por revolución, ni por evolución».

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas

Mí querido amigo:

Su carta de agosto me ha llegado con retraso y deseo contestarla de inmediato porque, no siendo contestación de mis dos anteriores, me ha impresionado el hecho de que nuestras ideas que se han cruzado en el aire, parecen las mismas. Nuestra unidad doctrinaria hace milagros y los hará aún más en el futuro.

Su nueva carta y sus impresiones e ideas referentes a la situación que vive el país.

15. Allanamiento de las instalaciones de los locales de «Unión de mujeres argentinas», «Liga argentina por los derechos del hombre», «Consejo argentino de  la paz» por considerarlas organizaciones comunistas.

16. Realización de una concentración en Plaza de Mayo, festejando el primer aniversario de la Revolución Libertadora, convocada bajo el nombre de “Marcha Cívica de la Libertad 1810 – 25 de mayo – 1956”.

18. Carta de Juan D. Perón a Alcides R. López Jove.

Querido compañero:

Los motivos de mi viaje a Venezuela y mi instalación posterior en Caracas, han hecho que mi correspondencia se me haya atrasado y, tal vez, algunas de sus cartas hayan quedado retrasadas en Colón (mi anterior residencia). Espero que ahora instalado aquí podamos mantener mayor coherencia en nuestro enlace. Le hago llegar mi pésame por el fallecimiento de su hermano y mi pesar por las circunstancias que le han impedido llegar hasta la Patria. Todo ello lo hemos de cobrar a su tiempo.

Como usted sabe nosotros tenemos organizados «Comando de Exilados» en casi todos los países. Por motivos especiales del Gobierno que funcionaba allí, no lo tenemos en el Perú, que puede ser de gran importancia.

Las misiones de esos Comandos son las siguientes:

1. en lo exterior: Hacer la propaganda y contrapropaganda a favor de nuestro Movimiento, replicando al servicio exterior de la canalla dictatorial y, en lo posible, haciéndole la vida imposible. Buscar la forma de hacer posible publicaciones en su contra. Hacer circular panfletos y volantes contrarios al desgobierno de la canalla. Tomar contacto con los otros comandos y articular un trabajo coordinado y eficiente, en el orden internacional, para hacer conocer la verdad argentina.

2. en lo interno: servir de enlace con los grupos organizados en el interior del país para mantener y desarrollar la resistencia civil en la forma prevista por las instrucciones del Comando Superior Peronista que le acompaño en copia.

3. Hacer toda acción que permita mantener una guerra sin cuartel y sin descanso contra la canalla dictatorial que azota a nuestro país, en todas las formas y por cualquier medio. Reunir a los compañeros exilados, organizarlos para los trabajos y mantenerlos permanentemente informados impulsándolos para trabajar por la causa.

Yo le pido a usted que se reúna allí con los compañeros que actualmente se encuentran allí y organicen el Comando de Exilados de Perú. Tome contacto con Rubén de Cabral – Apartado 231 – Callao que está en contacto con nosotros. También con Tomás del Piélago Delboy —peruano— del Movimiento Democrático Pradista – Indpendencia 529 Breña – Lima – Perú. Para el que le adjunto carta.

La situación en nuestro país cada día nos es más favorable, pues la canalla dictatorial no deja macana por hacer. Nuestra gente se organiza en la clandestinidad y cada vez estamos en mejor pie de organización. Contamos con el 80 % del Pueblo solo que debemos organizarlo de nuevo para poder conducirlo. Esa organización marcha bien y sólo es asunto de tiempo. En eso estamos, mientras seguimos con la resistencia y preparamos la acción decisiva, en la que han de intervenir coordinadamente el Pueblo y las fuerzas armadas en las partes que nos son afectas. Es menester trabajar solamente en lo que las instrucciones fijan. Si ello se cumple bien como esperamos, en poco tiempo más estaremos en condiciones de salir a palestra sin peligro de nuevos fracasos.

Por las directivas usted se habrá dado cuenta de cómo pensamos llevar adelante las cosas. Ahora todo es asunto de planificar bien y coordinar mejor. No debemos exponer más nuestra gente a la cárcel ni menos a la muerte frente a la alimaña que desgobierna al país.

Le ruego que salude a los compañeros que se encuentran en esa. Mi domicilio: Av. Andrés Bello y 4ta. Transversal de Guaicaipuro – Edificio «josmary» – Dto. 19 – Caracas – Venezuela. Mi dirección Postal: Francisco Deleonardis – Casilla de Correo 3067 – Caracas – Venezuela.

Hágame llegar sus noticias de allí.

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

20. Carta del P. Hernán Benítez a Perón con reflexiones sobre el conflicto entre la iglesia y el peronismo, la persecución sufrida, el estado de situación del país y las iniciativas de la prensa afines al peronismo.

Sr. Juan D. Perón

Querido General:                

El viaje de un amigo me permite franquear las aduanas y censuras del correo y hacerle llegar un fuerte abrazo a través de tanta distancia y de tantos acontecimientos. Desde la muerte de su señora —¡Santa y ejemplar muerte que no olvidaremos jamás!— no he tenido oportunidad de conversar ni un instante con Ud. ¡Y cómo lo hubiera deseado tantas veces! Puede Ud. imaginar mis sufrimientos de estos años al contemplar cómo fue formándose, impulsada desde la sombra, por  los enemigos de nuestro movimiento de justicia social, la tormenta artificial del diferendo entre Iglesia y Estado. El alto clero se dejó envolver por la oposición. Y vistió apariencias de lucha religiosa, la que no fue nada más que intriga política de los sectores de la burguesía, sobre todo la liberal e internacionalista. Hoy, creo, la Iglesia ha comprendido que se usó y abusó de ella, que luego de septiembre se la burló, y que el liberalismo, masonería y ateísmo militante, entronizado en todos los puestos expectantes, descristianizarán a corto plazo las conciencias juveniles, sobre todo en los colegios y universidades. Y no sé para qué le escribo esto que Ud. sabe mejor que yo. Espero que Dios se compadecerá de este pobre pueblo absolutamente ausente, desde hace un año, de todo acto público, de toda concentración ciudadana, radiado de la vida nacional y herido en todo lo que amó, ama y amará. Cuanto Ud. y su esposa hicieron por él y por la hegemonía del proletariado el pueblo se los está pagando con creces en moneda de amor, de un amor que arraiga más cuanto más se lo pretende extirpar. Esto debe llenarlo de satisfacción en medio de sus amarguras. 

Casualmente llegó a mis manos un número de «Élite” en el que leí su artículo «¿Yo, perseguidor de la Iglesia?». En su parle final cita Ud. páginas de mi libro «La aristocracia frente a la revolución». Muy bien citadas. Todo cuanto allí escribí es absolutamente conforme a la verdad. Pero, a mi entender, mucho más importante es, para probar los merecimientos del Gral. Perón para con la Iglesia, cuanto escribo en págs. 378 a 381 donde pinto el cuadro espiritual del país antes y después de 1945. Hoy ha vuelto el ateísmo a señorearlo todo. Se imprimen y vocean en las calles «Órganos de la masonería» y se palpa en el aire un espeso vaho de cipayismo, ateísmo y liberalismo, plagas siempre juntas. 

Ha sido una catástrofe para el país la crisis político-religiosa del pasado año. Sus trágicas consecuencias recién ahora las comienza a sentir el pueblo.  Todos hemos perdido. La Iglesia, porque ha germinado en el corazón del pueblo un terrible y justo resentimiento contra ella. El pueblo, porque se le ha retrotraído a los tiempos del más furioso individualismo. Pero, como no hay mal que por bien no venga, el justicialismo argentino, al que no pudieron imponer en América la propaganda oficial, las revistas y las embajadas rentadas, lo ha impuesto el dolor de los peronistas de la diáspora o del destierro, lo han impuesto sus perseguidores, lo han impuesto nuestros mártires de Junio, nuestros heroicos mártires, cuya grandeza espiritual asombrará al mundo el día que sea conocida. Hoy las masas populares de toda América Latina son justicialistas. Hemos llevado ahora a otros países la libertad social de los trabajadores como hace ciento cincuenta años llevamos la libertad política. Entonces las banderas de liberación las pasearon nuestros soldados. Hoy las pasean nuestros exilados. El mismo destino y la misma vocación entonces y ahora. Dios quiera que todos los peronistas de la diáspora (así llaman los judíos a su dispersión por el mundo) se hagan dignos de su grandioso destino. He escrito mil veces que la obra de redención social no la haremos sino por íntimo toque de corazón a corazón, y más con nuestro renunciamiento y ejemplo de austeridad de vida que con medios materiales. Es la nuestra una suerte pareja a la del cristianismo en sus primeros tiempos. Y no menos conspiran a nuestro triunfo las minimísimas minorías, adueñadas ahora del poder, con su babelismo, desenfreno e insolencia. Es ésta tanta que los gritos de las masas peronistas en las concentraciones de Plaza de Mayo sabían a piropos si se los compara con los sangrientos aullidos que arrojan ahora las élites pidiendo matanzas y más matanzas. ¡Linda manera de matarse ellos a sí mismos para siempre!

¡Y qué lección nos hemos recibido! Hasta yo, que en mis escritos le he sacudido a la burguesía andanadas soberanas, yo mismo creía, como creían todos, que la flor y nata del pensamiento, de la exquisitez intelectual y de la alta cultura era patrimonio de nuestros opositores. ¿Nosotros? Pobres gatos, tendríamos que soterrarnos de vergüenza el día que ocuparan ellos las altas tribunas. Ese día soltarían su vuelo bandadas de líricos ruiseñores. Nuestros eximios maestros, académicos y truchimanes de ASCUA habían tenido diez años para componer el garguero, retinarse, decantarse, alquitararse. Y por fin les tocó el turno y salieron de sus estuches. ¡Qué espectáculo de bochorno! ¡Qué desilusión la nuestra! ¡Qué olor a moho, a ratón y a gato en sus ideas sociales, políticas y económicas! ¡Apestan! Hasta el lenguaje es de una vaciedad y pedantería nauseabunda. Se han pasado ya un año entero repitiéndose las mismas sonseras, todos con el mismo tono, todos con los mismos gestos. Ni una idea nueva. Ni un pensamiento generoso.

Incomprensión del pueblo, furor, odio, revanchismo y estupideces a kilos. Todo fue echar a Perón y ese mismo día vender la Argentina. ¡Y si la hubieran vendido bien; pero no, no han hecho toda la vida otra cosa que venderla y aún no han aprendido a venderla bien! 

He leído todos los libros publicados este año contra nosotros. Excepto uno, «El otro rostro del peronismo» de Ernesto Sabato, hondo y sereno y digno de tomarse en cuenta, todos los demás ¡qué bazofia! «Ayer fue San Perón», «Eva Perón la mujer del látigo», «¿Qué es esto?» deben ser analizados en institutos frenopáticos. Están hechos de odio demencial, de odio patológico. Ni que decir las gacetillas de escándalo de las no pocas revistuchas pornográficas que, tras nuestra caída, salieron enseguida a negociar con la infamia, la calumnia y la inmundicia. ¡Y gozan de absoluta impunidad! El furor de los pasquines, de las «Brigadas Investigadoras», de los intelectualoides y de la prensa en cadena nos puede hacer un gran mal. No el que ellos quieren, el de pulverizamos y raernos de la faz de la tierra, sino el de que no meditemos sobre nuestros errores lo suficientemente o nos demos por muy satisfechos comparándonos con ellos. ¡Pobres de nosotros si la medida de nuestra grandeza es la chatura de nuestros enemigos! 

Voy escribiendo cada día una especie de historia de la «Revolución Libertadora». Son reflexiones pintorescas sobre los acontecimientos. Me acerco ya al medio millar de páginas. No trato tanto de pegarles a «los libertadores» (cosa, por otra parte demasiado fácil, porque donde pone uno el dedo, aun a ciegas, toca llagas) sino de aprender de sus errores a ver los nuestros. Porque, en el fondo, ellos no hacen nada más que afirmar nuestros errores, que desmesurarlos y llevarlos hasta lo patológico. Por ejemplo, su odio al pueblo es rebote de nuestro desprecio por la oligarquía. Hay que confesarlo. Fue grave disparate nuestro (¡así lo estamos pagando!), en nuestros diez años anteriores, haber desestimado, apuntando a fines electoralistas, los importantísimos sectores de la burguesía y clase media. Esto nos hizo más daño político que la lucha con la Iglesia, con habérnoslo hecho ésta tan enorme. Porque toda fracción política se empobrece cuando se la encierra en clases o castas. El partido popular se daña a sí mismo menospreciando la burguesía y clase media, como se dañan éstas menospreciando al pueblo. Aun en lo electoral le hizo daño al peronismo el presentarse como partido clasista. Y no lo necesitábamos para presentar un frente social arrollador al frente político opositor. 

El panorama del país es sombrío, tremendamente sombrío. No veo que aclare por ningún horizonte. A mi juicio —¡Ojalá me equivoque!— nos queda por pagar mucho dolor, lágrimas y sangre. De esta terrible prueba, nuestro pueblo, si la supera, saldrá con el carácter cambiado. Dejaremos de ser, de ahora para siempre, el pueblo niño, generoso, indulgente que éramos. Se han arrojado simientes de odio para un siglo. Queda abierta una espantosa cuenta de sangre que todos vamos a pagar. Nuestros errores, nuestros graves errores ¡qué insignificantes aparecen al lado de las monstruosidades perpetradas en tropel durante este año! Y para qué abundar más. A Ud. no le faltarán —supongo— apreciaciones objetivas y veraces sobre nuestras cosas. Aunque es tan difícil, tan difícil ver bien en medio de este caos… 

¿De mi vida? ¡Qué he de decirle! Me echaron de la cátedra el mismo día que los «libertadores» tomaron el mando. Y me hubieran echado también de mi Iglesia si ésta me reportara la menor ventaja. Como todo mi trabajo en ella lo hago gratis y encima sostengo el templo de mi bolsillo, no me han tocado. Tampoco habrían hallado —creo— un sacerdote dispuesto a aceptar este presente griego ni aun con pingües rentas de capellán. Ardían de ganas «los libertadores» de pegar el grito en los diarios: «El Confesor de Eva Perón se robó millones, tiene tantos coches y tantas queridas…» Durante meses las «Comisiones Investigadoras» lo hurgaron todo en busca de algo suculento. Pero nada, nada. No hallaron absolutamente nada con que barullar. Se dieron con las puertas en las narices. No lo querían creer que jamás hubiera recibido un solo centavo ni de la Fundación, ni de Ud. o de la Señora, ni de nadie. Sin embargo, tenía yo que purgar mi peronismo, mi amistad con Ud. y con su señora, y mis escritos y discursos en favor del pueblo. Para esto proyectaron asesinarme. Como lo oye. Después de haberles fracasado otros medios, asaltaron mi casa en la madrugada del 12 de febrero. Me tuvieron a un paso de distancia. Me escapé de ellos, aquella noche, porque Dios es bueno y ellos fueron unos brutos. Cuatro meses los pasé escondido, jugando al juego del zorro. En mi casa hicieron cuanto quisieron. Una de las veces que la tomaron lo hicieron con dos grandes camiones del Ejército y veinte soldados con ametralladoras. No me atrevería a contar la cosa por inverosímil si no la hubiera presenciado todo el barrio. Pues el despliegue se realizó a media mañana con el consiguiente alboroto del chiquillerío. Cuando amontoné pruebas sobre el propósito criminal de los asaltantes, de cuya complicidad difícilmente podía escapar el gobierno porque exhibían ellos chapas de «Personal de Investigaciones», le escribí al ministro Busso la carta cuya copia adjunto. De ella envié ejemplares a varias embajadas y a la UnitedPress. Si después de ella me mataban, el gobierno era responsable. Un capellán de la Marina me dio mil vueltas para que retirara el escrito. Se me prometió el oro y el moro. Lo mantuve y exigí una investigación. Esta corrió la misma suerte que la investigación sobre el asalto a la casa del Embajador de Haití. Pero, por lo menos, me dejaron en paz. Desde comienzos de junio estoy otra vez en mi casita del Barrio. Ud. la conoce. De no haber estado escondido los meses anteriores, de seguro caía en la sangrienta barrida de junio. 

Si no hubiera sufrido persecución ninguna, me sentiría avergonzado ante el pueblo. Este lo ha enfrentado todo con heroísmo: las cárceles, incomunicaciones, torturas, hambres y aun el odio de los familiares. Lo peor son las traiciones y delaciones aun entre parientes. Para dividir a las familias de prestigiosos peronistas se está echando mano de todo, de anónimos al marido levantando sospechas de su mujer, o enamorando a ésta para arrancarle secretos y sembrar odios. El clima es de guerra intestina. El Gral. Tanco y el Capitán Bruno, héroes de las jornadas de junio, le habrán detallado todo esto. Los familiares de nuestros mártires están sobrellevando la prueba con gran espíritu. Hace pocos días me visitó la Señora del Gral. Valle y su hijita, ¡qué ejemplos magníficos de entereza moral! No sé qué sea más heroico en estos casos: si afrontar la muerte o afrontar la vida. No podrá decirse de nuestro pueblo que le faltó pecho de héroe por sobra de espalda de esclavo. 

Por aquello de que «el enemigo de mi enemigo es mi amigo» y por carecer el pueblo de prensa propia lee ávido «Azul y Blanco» de los nacionalistas, «Revolución Nacional» de Cerruti Costa, ahora preso, «Justicia Social» de un grupo de obreros alentados por un sacerdote obrerista, el P. Esperanza, «Unión» de la Unión Federal Demócrata Cristiana. Todos estos semanarios le pegan al gobierno sin asco. Entre las revistas descuella «Qué», parecida a «De frente» de Cooke. Han contraído méritos insignes con nuestro pueblo y es de justicia hacer mérito de ello nuestros escritores Scalabrini Ortiz, formidable, Jauretche, Güemes, Olmos. Este último, el próximo lunes saca a la calle otra vez «Palabra Argentina» y tiene en prensa un libro ruidoso. Se lo enviaremos ni bien podamos. Tiene este muchacho una constancia indomable. Ha padecido de todo desde que secuestraron 5 números. Le allanaron la casa. Lo persiguieron. Y sigue como si tal cosa. ¿Y nuestros presos políticos, hombres y mujeres? Están dando un ejemplo heroico. Espero en Dios que ha de premiar aún en este mundo a quienes con tanto coraje han sufrido tanto por la causa del pueblo tan íntimamente unida a la causa de Dios. 

Lo abrazo. 

Hernán Benítez

21. Renunció Raúl Migone, Ministro de Trabajo, en un marco de huelgas y sabotajes que no logró controlar.

25. Horacio Aguirre Legarreta, médico y político porteño,  fue nombrado Ministro de Trabajo.

27. El Fondo Monetario Internacional informó que Argentina fue incorporado a su Directorio.

28. En un severo discurso en la provincia de Corrientes el General Aramburu pidió  a los partidos políticos mayor tolerancia.

Arturo Jauretche escribió una extensa carta a Ernesto Sábato con motivo de los argumentos vertidos en su libro El otro rostro del peronismo.Contra un argumento en torno al móvil de la adhesión al líder le señalaba: “Lo que movilizó las masas hacia Perón no fue el resentimiento, fue la esperanza. Recuerde usted aquellas multitudes de octubre del 45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios. Recuerde esas multitudes, aun en circunstancias trágicas, y las recordará siempre cantando en coro –cosa absolutamente inusitada entre nosotros- y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley. No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida ‘occidentales’ que hasta entonces les habían sido negadas”.

Octubre de 1956

9. Constitución de la Comisión de Defensa de la Democracia para combatir al Peronismo y al Comunismo.

17. El Gobierno publicó la nueva ley de partidos políticos. La legislación establece la prohibición del uso de patronímicos en los nombres de los partidos.

18. La Policía Federal anunció que frustró un atentado contra la CADE, empresa de electricidad. Lo atribuyó a fuerzas asociadas al peronismo.

20. Carta de Juan D. Perón a Enrique Olmedo.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 9 de octubre y le agradezco sus amables palabras y recuerdos, como asimismo retribuyo su saludo con todo mi cariño.

Debo agradecerle sus excelentes informaciones que me dan un cuadro claro de todo y, sobre todo, que es lo qeu interesa. Muchas gracias y en el futuro no tenga temor de ser extenso, pues, para nosotros, aqui las informaciones son extraordinariamente valiosas.

Sobre la situación en la Patria veo que se comienza a trabajar con un sentido más práctico que hasta ahora: considero que la creación ,de un clima integral de insurrección es lo fundamental y permanente, lo político es solo circunstancial. La que fijará la permanencia es la línea histórica y esa es la que hay que seguir. Los apresurados y los miopes no verán ésto que es lo fundamental y, en cambio, se aferrarán a lo secundario despre­ciando lo principal. Ese será su error y, en política, un error de esta magnitud representa el fracaso. Las masas peronistas siguen y seguirán firmes porque, medianamente adoctrinadas y afe­rradas a sus necesidades y conveniencias, seguirán la línea histórica y no la política. Si se consigue una buena organización clandestina y una resistencia más o menos permanente, la batalla está ganada para ahora y para después: no importa el tiempo, importan los objetivos. Por eso todo el trabajo ahora debe estar encaminado a conseguir esa organización.
Los que especulan ganar a río revuelto, como los de FORJA, se quedarán como en otras ocasiones, en la mitad del camino. Si ya no han aprendido, no creo que en el futuro puedan aprender. Ellos no solo son desleales, sino que también son torpes. Esta vez, como las anteriores, han sido incapaces de interpretar a la masa. Por eso son generales sin Ejército y seguirán siendo siempre lo mismo, lo que en último análisis los convierte invariablemente en amanuences del General que tiene la tropa. ..

Para ser dirigente no basta querer serlo, sino que es necesa­rio primero jugar limpio, luego luchar con lealtad y con sinceridad y servir una causa y no intereses personales. Ellos sonl incapaces de todo ésto; por éso nunca serán nada. Este no es un fenómeno solo de los exilados en el Uruguay, lo es de todas partes. Muchos dirigentes se la han «pillado» en serio y creen realmente que éllos pueden hacer muchas cosas que en realidaw no pueden. Como Usted dice, el milagro fue hacer la revolución con lo que había, y el nuevo milagro será la consecuencia del adoctrinamiento de la masa, de donde saldrán miles de dirigentes nuevos. Por lo pronto el primer acto está cumplido: el repudio de los viejos dirigentes; ahora vendrá su reemplazo. Eso es lo que han ignorado muchos dirigentes políticos y iales que quieren tomar rumbo propio, sin darse cuenta, que al hacerlo, lo seguirán éllos solos.

Algunos creen que las soluciones políticas se hacen en la Ap] café charlando. Otros creen que las revoluciones se realizan en reuniones de amigos. Todos esos envejecen discu­tiendo y siendo sobrepasados por los acontecimientos. Para poder resolver estos dos problemas hay que accionar y trabajar incesantemente, de lo contrario no se llega a nada. Nuestra intransigencia es lógica: darle salida política a la canalla dicta­torial está en nuestras manos, porque este problema es de opinión y solo la opinión puede resolverlo y nosotros tenemos la opinión. La oposición está convencida que la dictadura dará elecciones en 1957. Ese es un error de apreciación: las dará si con éllo encuentra un escape político, mediante un gobierno que le cubra las espaldas, sino no dará elecciones. Para eso necesita nuestros votos, porque la orfandad de los otros es calamitosa. No dando votos peronistas, no tendrán votos para simular la elección que les permita hacer el fraude que preparan. Veremos un Gobierno «Constitucional» producto del fraude, frente a un Pueblo insurreccionado ¿Cómo le irá?

No deje de escribirme. Saludos a todos los compañeros. Mi Pedido, que le metan allí en la mayor medida. Las demás Jgamzaciones de exilados trabajan con gran decisión y veo por ciertas noticias que la masa del Pueblo sigue firme en la acción por todos los medios previstos en las Directivas e Instrucciones: allí atestará nuestro éxito.

Un gran abrazo.

Firmado: Perón

26. Aramburu anunció en Tucumán la realización de elecciones de convencionales constituyentes, bajo la aplicación del sistema de representación proporcional.

27. Juan I. Cooke hace llegar a Perón en una carta personal dos piezas escritas por John W.Cooke, una manuscrita y otra a máquina, en un continente “sui generis”. Las misivas contenían informes y análisis. Hasta el momento no se conocen.

 Frondizi objeta el alejamiento de la normativa impuesta por la Ley Sáenz Peña.

El gobierno de Aramburu se inclinó cada vez más decididamente a las posiciones de la línea de Ricardo Balbín en el seno de la UCR.

Noviembre de 1956

2. Aunque la determinación databa de meses antes, Perón difundió en una carta a Cooke su designación como delegado y heredero:

2 de noviembre de 1956

Al Dr. John William Cooke

Buenos Aires.

Por la presente autorizo al compañero Dr. John William Cooke, actualmente preso por cumplir con su deber de peronista, para que asuma mi representación en todo acto o acción política. En este concepto su decisión será mi decisión y su palabra la mía. En él reconozco al único jefe que tiene mi mandato para presidir la totalidad de las fuerzas peronistas organizadas en el país y en el extranjero y sus decisiones tienen el mismo valor que las mías. En caso de mi fallecimiento, delego en el Dr. John William Cooke, el mando del movimiento.

En Caracas, a los 2 días de noviembre de 1956.

Ese mismo día escribió al padre de Cooke, Juan I. Cooke:

Señor Embajador Dr. John I. Cooke

Montevideo

Mí querido amigo:

Contesto sus cartas del 22 y 27 de octubre pasados y le agradezco sus amables saludos que retribuyo con mi mayor afecto. Adjunto he recibido las dos cartas de su hijo John William, una manuscrita y otra a máquina en un contiennte “sui generis” que demuestra hasta qué grado ingenia la necesidad. Muchas gracias.

Con su carta he recibido también una exposición completa de la situación que usted ha tenido la amabilidad de enviarme y que coincide en absoluto con la que me envía su hijo, por lo que veo la unidad de información que poseemos, pues lo que yo tengo, a base de mi información de las más variadas fuentes informativas, coincide con las dos que ustedes me envían. Por lo menos ello demuestra que estamos bien informados.

Comparto en absoluto su juicio y sus apreciaciones que para mí son valiosas, dada y su experiencia y capacidad en la apreciación de esta clase de problemas, como coincido también enteramente conlos juicios de John William que no difieren de los suyos, aun sin haberse consultado: “hijo de tigre, tenía que salir overo”.

Creo como usted que esta gente o está muy mal asesorada o se ha decidido a echar todo por la borda, pues la decisión de llamar a elecciones de constituyentes, después de haber derogado por decreto la Constitución de 1949, viola la de 1853. Eso nos permitirá a nosotros armar un gran escándalo que se sumará a los muchos qe ya estamos armando desde hace mucho tiempo y, un desgobierno que debe afrontar muchos escándalos no puede durar mucho.

Para evitar darle lata, le adjunto por separado, copia de la carta que le remito para su hijo, en la que podrá formarse idea de lo que pensamos sobre la situación actual, como la apreciamos y cómo tratamos de resolver el problema que plantea. Creo firmemente que se trata de una cosa nueva y que las formas viejas no encajan en estas condiciones.Por eso creo también, que los muchachos que están trabajando en la Patria tienen razón de lo que aconsejan, no por pasión, sino por reflexionada necesidad.

Yo he sido siempre un hombre atemperado y siempre inclinado a evitar la violencia pero, en las actuales circunstancias, no hay que pensar sólo con la cabeza fría, sino también un poco con el corazón y el alma de los que han sufrido el dolor y el sacrificio, con quienes, lo menos que podemos tener, es una absoluta solidaridad. No me interesa lo que puedan pensar los demás, pero sí me interesa lo que piensen esos muchachos a quienes debemos todo lo que el Movimiento Peronista está haciendo en estos momentos.

Le ruego que transmita mis saludos, en retribución de los amables que me hace llegar del amigo Adhemar de Barros. Lo mismo para los amigos que se encuentran en esa.

Con mis respetos para su Señora esposa, un gran abrazo.

PERÓN.

3. Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke, escrita desde Caracas:

Mí querido amigo:

Después del largo silencio impuesto por las circunstancias he recibido su larga e interesante carta que me ha traído la alegría dé saberlo bien de salud y de inquebrantable entusiasmo, pese a las infamias de la canalla dictatorial.

He leído con todo detenimiento sus comentarios, que me afirman en mis propias convicciones, pues los comparto en absoluto. Las ventajas de nuestra común doctrina se evidencian aquí pues de un mismo modo de ver, fluye una manera similar de apreciar y de ésta un modo común de resolver. Estoy total y absolutamente de acuerdo con lo que usted me dice pero, lo curioso es que, su padre me había escrito una carta y remitido un resumen de la situación del país, que él escribió antes de conocer su carta, que coincide en absoluto con lo suyo. Yo, por mis numerosas informaciones, de las más variadas fuentes, llego a lo mismo. Con todo ello, no tengo la menor duda, que nuestra información es buena y el hombre procede tan bien, como bien informado esté. Bastará ahora que nos falle el criterio. Espero que no.

En su carta usted me expone primero el panorama político de los adversarios, luego el de las organizaciones obreras y finalmente el de los peronistas. En su contenido sus informaciones y las del doctor Cooke, coinciden en absoluto. Como lo habíamos previsto los diectadores entraron en el Gobierno como un elefante en un bazar. Con su torpeza lo desequilibraron todo y luego pretendieron equilibrarlo mediante la violencia. Así llegaron a las masacres y los fusilamientos. Los resultados no pudieron ser más monstruosos. La situación en un año de dictadura, se ha transformado en una cruel tiranía con una natural unanimidad en contra. Sólo los acompañan algunos marinos sin escrúpulos, otros políticos sin votos y el odio intenso de sus conciudadanos.

Un problema de opinión sólo puede resolverse con la opinión, la fuerza puede posponer la solución, pero no lo puede resolver. Desde que el estado permanente de un país no puede ser la revolución, cuando esa fuerza se opone al pueblo, termina por descomponerse y sucumbir. Por eso la dictadura militar es un «gobierno de fuerza» que podrá ser duro pero que es frágil. Sólo el gobierno del pueblo es un «gobierno fuerte». En este año de persecuciones inauditas, de torturas sin nombre a los ciudadanos, de atropellos a la propiedad y al derecho, de violación de todos los principios y preceptos constitucionales y legales mediante el empleo de la fuerza, la dictadura no ha hecho sino agravar los problemas existentes y crear innumerables conflictos que ante» ni siquiera existían.

Las organizaciones políticas han entrado en un tren inusitado y en una carrera desenfrenada hacia las ambiciones de dominio. Mediante esto, han provocado la división de los partidos existentes y han dado nacimiento a otros anacrónicos que sólo se explican por la existencia de algunos ambiciosos, decididos a sacar ventajas con la ayuda de la dictadura, de la que se han declarado incondicionales. En tanto el pueblo, observa con escepticismo, no exento de sorna, cómo nacen las neoformaciones políticas.

La dictadura creyó que el problema de la política argentina se resolvería de acuerdo con los cánones usuales en tales casos de conflicto y, de acuerdo con ello, al ocupar el poder se dedicó a calumniar al Jefe del Movimiento Peronista, lanzando las más inverosímiles falsedades porque creía que, desprestigiada el jefe de un movimiento gregario, mediante la intensa propaganda, dicha organización desaparecería. Así destruyeron los monumentos del Justicialismo, quemaron en las calles sus libros y decretaron que serían punibles hasta con seis años de cárcel y multa hasta un millón de pesos los que tuvieran en su poder literatura peronista, retratos y signos del «régimen depuesto». Para un militar o un marino, aquello era una cosa de cuartel o de barco, que, ordenado un acto y amenazado con quince días de calabozo quien no lo cumpliera, todo estaba resuelto pero, el pueblo no era un soldado y la Nación no era un buque y, todo les salió al revés. El adoctrinamiento de diez años y la organización, habían reemplazado al caudillo y habían convertido a la masa gregaria en una organización institucional sino totalmente, por lo menos en una parte. Pudieron destruir los monumentos, los signos y la literatura pero, lo que no les fue posible desterrar fue lo que el Justicialismo, durante diez años había inculcado, con la prédica y las obras, en el corazón de muchos millones de argentinos, antes desilusionados y amargados por la injusticia y la concupiscencia de los poderes públicos y privados de la oligarquía.

Por eso, la dictadura militar, se siente hoy defraudada y sin salida. Quiere salvar el cuello que ha puesto en peligro mediante la siembra del odio y del deseo de venganza y, desesperada, no atina sino a matar, sin darse cuenta que, con ello, lejos de resolver su problema, lo agrava. Forma la Junta Consultiva de políticos sin votos porque cree que ellos representan algo pero, a poco andar, se da cuenta que sólo se trata de unos cuantos «animales sagrados». Con los más obsecuentes pretende formar un partido, mediante el cual puedan tentar un gobierno continuista que le cubra las espaldas pero, no tienen gente ni siquiera para simular una elección que les permita hacer el fraude porque los radicales se dividen y parte de ellos se ponen enfrente. Con ellos quedan en la más absoluta orfandad.

Las huestes de Lonardi, fallecido oportunamente para la dieta-dura, han pasado sin más a la oposición, capitaneadas por Amadeo y Bengoa que antes traicionó al Gobierno Constitucional y ahora se prepara para hacerlo con la dictadura de la que también forma parte. Esta agrupación nacionalista compuesta por clericales y oligarcas, pretenden hacer una revolución a los «gorilas» para luego, desde el Gobierno, hacer lo mismo que tratan de hacer los actuales dictadores, pero, hay un pequeño detalle: no son capaces de hacer una revolución.

La agrupación política del Radicalismo Intransigente, dirigida por Frondizi, forma «rancho aparte» proclamándolo candidato para la Presidencia en las prometidas elecciones de 1957. Ese es su fundamental error, porque no habrá tales elecciones. La dictadura las ha prometido para acallar las protestas de sus propios secuaces pero, como en esas .elecciones no habría solución para ellos resolverán, mediante postergaciones sucesivas, dejarlas para las «calendas griegas».

Entre tanto, esta etapa de la política argentina ha tenido la virtud de obscurecer más el panorama: las fuerzas políticas se han «atomizado» siguiendo los divisionismos de todos los ambiciosos que se suman por miles en la actual política argentina, ya que cualquier «Cacaseno» se siente ahora candidato. La consecuencia es que, el treinta por ciento del electorado corresponde a toda la oposición del peronismo, y estará dividida en siete u ocho partidos. En otras palabras: eran débiles y, para ser más fuertes, se han dividido.

Al declarar fuera de la ley al Movimiento Peronista, nos han hecho el más amable servicio, que compensa en parte el despojo de habernos robado todos los bienes, pues nos han mantenido fuera del aquelarre de las ambiciones y ha sido posible mantener la organización clandestina, más pura y más fuerte que antes. La prisión de algunos dirigentes políticos y gremiales nos ha permitido liberarnos de los adocenados y reemplazarlos por dirigentes jóvenes y activos, que han sabido «sobrevivir» a las miserias y que serán una inyección de sangre nueva para la nueva lucha. Así, mientras la dictadura asiste a la descomposición de sus fuerzas políticas y militares, a la disensión interna de sus componentes, al caos económico y social que sus inconsultas medidas provocan, a la resistencia del pueblo escarnecido y tiranizado, el Peronismo trabaja incansablemente por su organización en todo el país, seguro de que en la hora de las decisiones, tranquilas o violentas, el que posea una masa organizada y disciplinada, será quien diga la última palabra. Por eso, he recibido la insinuación de Frondizi (por intermedio de Perina) para hacer una alianza de «buena vecindad» en cual nosotros seríamos los buenos y ellos los vecinos: aportaríamos los votos y ellos la tolerancia de la dictadura. Pero, el pueblo no acepta esos «chanchullos» sino que quiere sentir «tronar el escarmiento. No se trata para nosotros de dar soluciones a los caudillos políticos sino de cumplir la voluntad del pueblo, resolver sus problemas y alcanzar sus objetivos. Esa es la diferencia que hay entre los políticos viejos y nosotros, cosa que muchos no han comprendido.

Si algunos dirigentes peronistas defeccionaron en la derrota, muchos millones de peronistas leales permanecieron firmes en la defensa de la causa. La caída ha servido para purificar el movimiento, intensificarlo y extenderlo. Los malos e incapaces se han eliminado, para pasar a «merodear» entre los «gorilas». La realidad es que la masa ha superado a los dirigentes. Este es el hecho más característico del momento actual argentino y quien no lo perciba está condenado irremisiblemente al fracaso. Tiene la fuerza de un oleaje, tal vez lento, pero incontenible. Ya lo decían ustedes mismos: su fuerza, como una conmoción subterránea, es notada por todos, pero no todos advierten su origen y su trascendencia. Es que, paralelamente a la reacción sangrienta y usurpadora del 16 de setiembre, luego del primer momento de asombro y atonía del pueblo, fue surgiendo «desde abajo» un estado de insurrección popular con características, modos y procedimientos inéditos en la historia nativa y cuya comprensión y proyección escapan, desde luego, a las mentes habituadas únicamente a los procesos conocidos, e incapaces, en consecuencia, de captar los hechos nuevos.

Este estado inédito de las masas, lógicamente, no podrá ser manejado ni contenido con los métodos clásicos. He aquí la razón porque los viejos dirigentes, tanto políticos como gremiales, cualquiera sea el bando en que actúan, o son incapaces o han sido desplazados. Así se explica también que la totalidad de los dirigentes que real y efectivamente se encuentran ahora a la cabeza de las nuevas formaciones peronistas y trabajadoras insurreccionales, son casi todas figuras que actuaban en segundo plano. Ellos también han surgido «desde abajo». El origen del estado actual es la obra de «politización» que la doctrina peronista ha realizado en las masas peronistas populares. Nada hay más anacrónico en los planes y las posiciones de algunos dirigentes y antiguos jerarcas desconectados en absoluto del sentimiento popular y del «hecho nuevo» que no han podido captar, ni ver, ni comprender.

La fuerza del peronismo radica en que, su línea intransigente, frente a unos y a otros, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico, en tanto las otras tendencias sólo viven y pueden obrar en el plano estrictamente político. Sus éxitos sólo pueden ser éxitos políticos, sin la gravitación ni la permanencia del quehacer histórico. Y, por ser éxitos meramente políticos, su signo en el tiempo y en espacio, es la fugacidad. El quehacer político sólo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica. En épocas de normalidad, es fácil confundir la importancia del hecho político que adquiere así falsamente categoría permanente, pero, existen períodos de la vida nacional, en los que está en juego su propio destino, en que el quehacer histórico es el dominante. Estos períodos están señalados por la presencia de los «hechos nuevos».

Por eso los antiguos dirigentes gremiales, políticos y militares, cualquiera sea el bando en que actúan, están fuera de la proyección histórica: los del elenco de la tiranía, por la propia naturaleza de su proceso están condenados irremisiblemente; el conglomerado político por su parte, en cuanto a dirigentes, ha sido superado por la dialéctica de los hechos. En definitiva puede asegurarse, sin dogmatismos ni prejuicios,, que unos y otros no han percibido las condiciones en que se está desarrollando este modo de la vida nacional. Tanto es así, que todos ellos, los católicos nacionalistas en sus varios matices, los neoperonistas (de peronismo sin Ferón), los bengoístas y los grupos militares detrás del último golpe de estado, constituyen simplemente la réplica y el reverso, pero con los mismos módulos del elenco de la tiranía. Es natural entonces que, a los medios y procedimientos de la tiranía, oponga el arbitrio simplista del manotazo militar, del golpe de estado. Un recurso que, además de no ser precisamente infalible, tiene el grave inconveniente cuando fracasa, de provocar y explicar 1 las medidas más extremas de la reacción e imponer al pueblo una terrible contribución de sangre. Pese a sus características bélicas, el golpe de estado, sin embargo, no deja de ser un procedimiento político. “En esta hora argentina, sólo la insurrección nacional es el hecho histórico”.

Esta situación política comienza, sin embargo, a ser penetrada por algunos equivocados que se apresuran a «mojarse en las aguas del Jordán». Hace una semana me visitaron dos dirigentes gremiales asilados en Montevideo (Cabistain — tesorero de la C.G.T. y Cardillo — Secretario de los Gráficos) quienes querían (después de un año) recibir mis orientaciones. Regresaron con nuestra orientación, veremos si la cumplen. Pocos días después recibí una carta de Colom, en la que acompaña una comunicación del dirigente, también exilado en Montevideo, José L. García —del gremio de la Carne y que fue Intendente de Avellaneda— quien me hace la defensa de la C.G.T. Negra (Junta de Emergencia de la C.G.T.) compuesta por: José Agarrabere. David Diskin, Ernesto Escalada, Pierini, Eusebio Rodríguez, Pantaleón Petrof, Alfredo López, Salvador Zuccoti, Andrés Framini, Juan de Dios Bases, Miguel Ruso, Humberto Mandreoni y Julio Borrego.

Según se me informa, en esa carta, esta Junta de Emergencia habría trabajado por conservar la organización y defender, dentro de lo posible, conquistas obreras, pero transando y conversando con la canalla dictatorial y los políticos que los apoyan. Es decir una posición transaccional opuesta a nuestra posición intransigente. Como es natural, pensando que aún esta gente puede ser útil no he querido decirles la verdad de lo que de ellos se piensa en nuestro Movimiento y les he contestado lo siguiente:

Enterado de las elecciones gremiales y de la acción que la Junta de Emergencia de la C.G.T. ha desarrollado, debo confesar que es la primera vez que se me hace llegar una información de ese matiz, pues hasta ahora no había sentido ni recibido sino informes peyorativos referentes a este organismo que lo imaginaba de dirigentes acomodaticios, sin decisión de lucha, sólo capacitado para defender la situación de algunos dirigentes que, habiendo perdido la mística peronista, se dedicaban a tratar de no perder su situación personal en el movimiento sindical al amparo de los «gorilas». Ese es el panorama que me había formado de esa Central Obrera de Emergencia.

 Es indudable que su posición es difícil frente a la dictadura y frente a la masa. A la primera porque estará siempre sindicada como peronista y a la segunda porque actuando con los enemigos estará siempre sospechada de falsa posición con respecto al Movimiento Peronista que actúa en franca rebelión. Yo comprendo la situación de la Junta de Emergencia, pero no sé si todos la comprenderán igual. En este momento la masa peronista se encuentra organizándose en la clandestinidad con fines de insurrección en todo el país. Su posición es firme y aun, los que no se encuentran aún ligados a los organismos clandestinos (comandos) se sienten inclinados a la resistencia en distintas formas, esperando lo que ha de ocurrir irremisible mente. Poco a poco se van coordinando las acciones y las nuevas formaciones en todas partes, en las que prima la decisión de actuar en el sentido insurreccional. Sería lamentable que la Junta de Emergencia no estuviera con las masas en esa posición porque todo su trabajo podría ser mal interpretado. Creo que la Junta de Emergencia debe tomar contacto con las formaciones revolucionarias en todas partes a fin de no tener políticamente una falsa posición que le sería perjudicial.

Numerosos dirigentes de «nuevo cuño» han surgido en toda;’ partes y es necesario que la Junta se ponga en contacto con ellos que serán los futuros dirigentes del Movimiento Obrero. Es indudable que de esta emergencia ha de salir una nueva estructura pues aún cuando la masa es peronista pura y firme, los dirigentes en algunos casos han defeccionado y, en consecuencia, han perdido su predicamento. Se puede saber que los dirigentes socialistas que pretenden dirigir a la masa obrera no encontrarán eco allí, pero no podemos saber si nuestros dirigentes antiguos representan algo ya en esa masa, como para confiar en su dirección. Por lo menos mientras dure la prisión de los dirigentes es necesario corregir los errores. En la masa se dice: ¿por qué están presos los dirigentes peronistas? y se pregunta ¿por qué no están presos los otros? Ello es ayudado por las ambiciones de los nuevos dirigentes que desean desplazar a los otros.

Para evitar estas cuestiones es necesario embanderar en la lucha activa a todos los trabajadores y a todos los dirigentes que, teniendo un enemigo al frente, olvidarán las pequeñas rencillas e intereses domésticos para meterse enteros en la acción subrepticia de la resistencia, donde encontrarán aliciente para seguir unidos hacia adelante. Yo no he creído tanto en la resistencia muy activa, sino en la resistencia como acción de desgaste de la canalla dictatorial y como una forma de impulsar a la masa a la organización y encuadramiento, mantenerla unida e informada, porque el hombre se organiza mejor para una acción inmediata que si se trata de algo lejano.

Es indudable que lo que cada peronista debe hacer en este momento es organizarse para mantener el Movimiento intacto, la forma es la clandestinidad porque, como los peronistas saben que de otra manera no se pueden organizar, desconfían de todo lo que no sea clandestino. Yo creo y así lo he anotado en las Directivas e Instrucciones, que toda organización que propenda a mantener unido al Peronismo y organizado al Movimiento, es conveniente y debe ser apoyada, en cambio hay que repudiar a todo dirigente que pretenda medrar personalmente con la representación que ejerce. Trabajamos para las soluciones del Pueblo y no para las soluciones de los hombres. Al pueblo sólo le serviremos haciendo que sus objetivos se cumplan y su voluntad se obedezca. No se concibe un dirigente peronista u obrero que, en este momento, en que peligran todas las conquistas de diez años de lucha, desee obtener predicamento o representación a base de transar con la canalla dictatorial, adjurando contra la justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional. No se puede pensar en la solución política circunstancial.

Algunos «angelitos» piensan en la posibilidad de la «pacificación», pero sus móviles no son los que persigue el pueblo, que sólo anhela soluciones definitivas y estas soluciones definitivas no pueden venir, en forma alguna, cediendo terreno a las imposiciones de los partidos políticos que, en último análisis, fueron los culpables reales de los fusilamientos y las masacres de ciudadanos y obreros. Yo también era pacifista hasta el 9 de junio pero, después de los crímenes cometidos por los tiranos, apoyados por los partidos políticos, ya no tengo esperanzas que esto se pueda solucionar sino en forma cruenta. El odio y el deseo de venganza que estas alimañas han despertado en el pueblo, saldrá algún día a la calle convertidos en fuerza motriz y solo después será posible pensar en pacificación y unidad del pueblo argentino. Pensar de otra manera es desconocer la historia y sus valiosas lecciones que se escalonan a lo largo de todos los tiempos. Por eso, estar hoy fuera de la posición de lucha insurreccional es estar fuera del panorama real que vive el país y de toda proyección histórica. Las consecuencias de esta falsa posición no puede ser otra para un dirigente que el repudio de la masa.

Yo veo coincidir las necesidades nacionales, los objetivos del pueblo y el estado anímico de las masas y, cuando estas tres circunstancias son coincidentes no hay fuerza capaz de torcer los acontecimientos. Debemos evitar que se «cicatrice en falso» porque las consecuencias futuras serán mucho peores. Hay que hacer el sacrificio a tiempo porque, con el tiempo, los sacrificios se multiplican, desde que, la violencia en los acontecimientos, está siempre en razón directa de su tiempo de gestación. Por eso, hay que apurar el desenlace violento, aunque ello parezca un poco cruento. Peor será si se espera. Por eso creo que el pueblo tiene razón, los tiempos dirán si me equivoco.

Les he dado una organización, una doctrina y una mística. He trabajado once años para politizar las masas. Los he preparado para luchar contra la reacción y les he dejado el ejemplo de cómo se puede hacer para alcanzar las grandes reformas. Ahora les queda a ustedes no equivocarse en las formas de ejecución y tener la decisión necesaria para triunfar. Se enfrentan hoy, la reacción apoyada por las fuerzas militares —eternas enemigas del pueblo en todas partes— y el pueblo mismo. Las fuerzas, mediante la represión violenta, impondrán despojos, hasta conseguir los objetivos impuestos por la reacción. Frente a eso, el pueblo debe decidir su actitud. Si es contemplativa, lo perderá todo y deberá en el futuro, como antes, trabajar para que vivan los oligarcas y los capitalistas, mientras los trabajadores deberán debatirse en la miseria, en el dolor y en el sacrificio inútil. Si, en cambio, es activa y combativa hasta el extremo, los reaccionarios y las fuerzas que los sirven pensarán muy bien, si no les conviene transar, para evitar que la ruina los arrastre también a ellos, que son los únicos que tienen que perder. Una actitud decidida del pueblo es lo único que puede salvar a los trabajadores, de una ruina segura. ¿Si el pueblo hace eso, ¿cómo los trabajadores podrían tener una actitud contemplativa en esta emergencia? Las directivas e instrucciones del Partido, impartidas por el Comando Superior Peronista, son bien claras. Si se cumplen, se llegará a una solución. Si no se cumplen, los trabajadores tendrán que lamentarlo toda la vida, pero será demasiado tarde.

Por eso, para nosotros es fácil hacer llegar a la masa política y gremial la palabra de orden ya extensamente difundida por las directivas que, la propia canalla dictatorial se empeña en hacer creer que son apócrifas, porque le tiene un terrible temor a la acción del pueblo y las acciones de intimidación les ha despertado un terror irresistible. Entre los nuestros también, los acomodados, quieren hacer creer a la masa que esas directivas no son nuestras, porque aumentando la lucha y la decisión, los pone entre la espada y la pared, desde que allí también hay para ellos. Los «pajarones», que aún creen en una pacificación sin revancha, con fines electorales, trabajan para que las directivas no sean creídas por la masa. Todo eso debe ser destruido por nuestra acción: hay que hacer efectiva la resistencia, organizar entre tanto a la masa peronista y llegar a la mejor disposición para obrar con unidad de concepción y de acción en el momento oportuno que no ha de tardar en presentarse. Cuanto más violentos seamos mejor: al terror no se lo vence sino con otro terror superior. La garantía de que nuestras fuerzas se mantengan cohesionadas es precisamente teniéndolas en la lucha activa todo el tiempo. No comparto la idea de que para mantener las organizaciones debemos no emplearlas y mantenerlas alejadas de la lucha porque lo que ganarán en integridad material lo perderán en integridad moral. Así les pasó a los alemanes en la primera guerra que por conservar la marina de guerra en Kiel, terminaron por perder la guerra y los barcos, a la par que las tripulaciones fueron el inicial foco de la revolución que los aniquiló.

Es necesario que hagamos cumplir las directivas y las Instrucciones impartidas al pie de la letra, no sólo porque ellas representan nuestro sentir, sino también porque representan el sentir popular, las necesidades de la Nación y los objetivos que persigue nuestro Movimiento desde hace más de once años. Claudicar ahora, es perder nuestro momento que comienza a llegar. Cualquier debilidad de nuestra parte será interpretada como «aflojada» por nuestra misma gente y podría constituir el comienzo de una «desbandada» que puede sernos fatal. Ahora es cuando debemos exigir y ahora es cuando debemos resistir. Algunos idiotas temen el caso de que se produzca un caos. Las revoluciones como la nuestra parten siempre del caos, por eso no sólo no debemos temer al caos sino tratar de provocarlo, sólo allí el pueblo podrá tomar las cosas en sus manos y cobrarse la tremenda deuda que los «gorilas» han contraído con él. Sin eso, por otra parte, no habrá paz y probablemente la anarquía puede llegar a prolongarse por muchos años, en los que será mucho más peligrosa para la Nación que un caos violentamente provocado que termine con los obstáculos que se oponen a la tranquilidad del pueblo. Si hay que matar sin remedio, es mejor que ello sea rápido y cuanto antes. Quien recuerde la anarquía que sucedió a nuestra independencia y los cientos de miles pasados «a lanza seca» tendrá un recuerdo del reflejo de lo que puede ser una lucha en la actualidad, si esta situación no tiene una salida más o menos rápida.

Nuestra organización, bajo las prescripciones de las «Directivas para todos los peronistas» y las »Instrucciones Generales para los Dirigentes», debe realizarse en el tiempo. No se puede pretender hacerlo de un día para otro: lo primero que hay que conseguir es que todos conozcan estas directivas e instrucciones, las cumplan y hagan cumplir; lo segundo, que se haga la resistencia en la medida de lo posible, porque aparte de que ella da razón de ser inmediata a la organización, realiza el desgaste de la canalla dictatorial y, ¡0 tercero, que se trabaje sin descanso en la organización y nuevo encuadramiento de la masa, con dirigentes nuevos jóvenes, valientes y) activos. Ustedes allí realizan las organizaciones de los distintos Comandos en toda la República, que se conecten con los comandos de exilados en: Santiago de Chile (Zona Oeste – Mendoza, San Juan, San Luis, Catamarca, La Rioja, Córdoba); en La Paz – Bolivia y Cochabamba – Bolivia (Zona Norte – Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago riel Estero, Córdoba); Zona Nordeste, Comando de Asunción del Para-guay, con Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fé, Misiones; y Zona Este, Comando en Montevideo y Rio de Janeiro, con Gran Buenos Aires, Santa Fé y Entre Ríos. Toda la Patagonia estará conectada con Santiago de Chile, donde ya existen enlaces bien definidos. Los Comandos de Exilados se conectan con nosotros. Así podremos intercambiar tanto informaciones como hacer llegar directivas e instrucciones. Sin embargo, como es necesario que la conducción se realice en el propio teatro de operaciones, sin esperar las órdenes mías que, en ese caso puede ser tardías, le adjunto las credenciales que lo autorizan a usted para proceder en mi nombre en representación más absoluta para que en caso necesario usted obre directamente, como si fuera yo, en cualquier caso que sea necesario Con la autorización le adjunto también un documento en el que des¡ autorizo a todos los que puedan invocar mi autoridad en las organizaciones peronistas; la nueva organización clandestina, nada tiene que ver con esas autoridades caducas también.

Cada una de las Zonas indicadas debe estar unida al Comando de Exilados más próximo (Santiago, La Paz, Cochabamba, Asunción, Montevideo, Río de Janeiro) pero debe tener la natural dependencia de ustedes allí. Los Comandos de cada provincia deben conectarse mantener enlaces rápidos y permanentes con los Comandos de Zona. Así se podrán unir las células bases con los Comandos de Provincia estos con los de Zona y los de Zona con los de Exilados y con i Comando General que tendrán ustedes allí en Buenos Aires. En esa forma se podrá canalizar toda acción haciendo que la unidad de acción oriente el espontaneísmo que hoy mantiene toda la organización existente que, por lo que se ve, está en la etapa inicial de la organización nacional.

Así también se cumplirá de la mejor manera el aumento y el fortalecimiento de las organizaciones intermedias entre la masa y Perón (Comandos de Exilados, que sólo son intermediarios de la Conducción) y Comando General. Sólo así se puede mantener también el grado de independencia de los comandos provinciales y zonales sin necesidad de exponerlos al peligro de la delación, desde que pocas personas pueden conocer su existencia, y mantener la clandestinidad y el secreto aún entre la propia gente que compone las organizaciones. Lo demás será fácil de ir estableciendo a medida que la organización progrese lo suficiente.

En las directivas están contemplados casi todos los casos de que Usted me habla o consulta en su carta, por eso bastará que las directivas sean impuestas en todos los organismos y que sean conocidas por todos, para que cada uno sepa lo que tiene aisladamente que hacer en cada caso. Por eso creo que un trabajo fundamental que hay que realizar es hacer que las directivas e instrucciones sean respetadas y se aclare que ellas son auténticas y que cada peronista debe ponerlas en ejecución y hacerlas ejecutar por los demás en la medida de sus posibilidades.

Por las últimas noticias que me llegan me entero de la convocatoria para elecciones de Constituyentes, para la reforma de la Constitución. Este hecho pone de manifiesto que se trata de una flagrante violación de la propia Constitución de 1853 que dispone que previamente el Congreso declare la necesidad de la reforma. Este tremendo error de la dictadura’ lo debemos aprovechar, impartiendo la consigna a todos los peronistas de que, llegada la ocasión, deben votar en blanco y proclamando asimismo, el desconocimiento de toda reforma constitucional realizada en estas condiciones, como asimismo desconociendo la derogación por decreto de la Constitución Nacional do 1949. Es claro que todo esto es sólo con el fin de «quilombificar» más el asunto, desde que nosotros no estamos interesados por ahora en elecciones, sino en provocar el caos que nos posibilite tomar la situación con el Pueblo mismo, según reza en nuestras instrucciones y directivas. La posición abstencionista es para nosotros la regla. No sólo no votaremos sino que debemos hacer todo para que rio se pueda votar. Se trata de no dar escape a la dictadura por ningún lugar y menos por la solución política. Ahora los que queremos guerra somos nosotros, pero guerra a nuestro modo, no al de ellos. Vamos a ver si podrán gobernar cuando el pueblo llegue a la resistencia sistemática. Veremos también quien será el que pierda con la ruina general. Me daría un gran placer si algún día, en la obra en que yo trabajara, tuviera a los oligarcas v a los «petiteros» acarreándome baldes de la mezcla.

Creo que lo peor para nosotros ha pasado, no porque crea que no haber más jaleo, sino porque nuestra gente ha aprendido mucho en este año pasado. Si se acostumbra a operar subrepticiamente como se dice en las directivas, yo respondo que le vamos a dar cada día mayores malos ratos a la canalla dictatorial y que llegará el día en que escaparán como ratas, los que no estén colgando de los árboles de Buenos Aires, de las provincias y aún en otras partes. Por eso insisto en la necesidad de cumplir y hacer cumplir las directivas. Nuestra inmensa masa, haciendo en todo el país, lo que allí se indica adquirirá un poder extraordinario de acción que la dictadura no sólo no podrá reprimir sino que tampoco podrá resistir. Debemos como usted muy bien lo indica en su carta dispersar las acciones, en forma que la represión disperse también las fuerzas de la tiranía. Cuando ello haya sucedido, será «pan comido» y será cada día peor para ellos. Esta guerra ha de decidirse no por una batalla como ellos quieren, sino por millones de pequeños combates dados a todas horas en todas partes y por todos los peronistas.

Los Comandos de Exilados que funcionan en todas partes del extranjero donde hay exilados, hacen también un buen trabajo en la propaganda y la contrapropaganda. Nuestros muchachos les complican la vida a los «cagatintas» que la canalla dictatorial ha mandado a todas partes para representarlos. Están dignamente representados porque, según las noticias que tengo, en todas partes los odian con la misma intensidad que nuestra gente los odia allí. No hacen sino gastar dinero, contrabandear y pasar buena vida. Nosotros lo celebramos porque así nuestra gente puede distinguirse mejor. La lucha en todos los países es más fácil que allí porque éstos no quieren guerra sino pasarla bien mientras les dure, que saben que no será por mucho.

Antes de terminar deseo hacerle llegar mis felicitaciones por do lo que usted hace y ha hecho por nuestras cosas allí, por su inquebrantable fortaleza y por su extraordinaria moral. Sólo la pasta de los grandes hombres está templada en esa fortaleza que usted ha demostrado que la posee. Yo me alegro por nuestro Movimiento que tiene la fortuna y por nosotros que tendremos la satisfacción de entregar nuestras banderas a quienes nos puedan superar.

Un gran abrazo.

 Juan Perón

6. Extensa carta de Juan D. Perón al P. Hernán Benítez en contestación a una suya de meses antes. Se explayó sobre la situación argentina y su propia situación.

Contesto su agradable carta del 29 de septiembre pasado y tengo el agrado de retribuirle su gentil saludo con uno lleno de todo mi afecto y mi recuerdo. Veo, por su carta, que todo comienza a aclararse, tan pronto han comenzado a disiparse las lagunas de la calumnia y de la infamia, acumuladas sobre hombres que cumplieron un deber, como lo entendieron, con las fallas consubstanciales a su condición de hombres y también con las pocas virtudes que nos es dado mostrar. Estos, nos están haciendo mejorar, de acuerdo con el viejo aforismo castellano: «atrás mío vendrán, los que bueno me harán». Me agrada saber que la Iglesia comienza a darse cuenta de lo que ha hecho.

Yo estoy conforme con mi conducta. No sé si muchos podrán decir lo mismo. Pero poco me importa eso, desde que ellos responderán de su conciencia, como yo respondo de la mía. He aprendido tres cosas en mi vida, que me han servido siempre: a ver las cosas como son, a mirar los peligros de frente y a responder sólo a mi conciencia. Por eso hoy puedo decir la verdad de frente y en el futuro la podré decir mejor, porque entonces, ya muchos la habrán comprendido, y, sufrido, que es la mejor manera de comprenderla.

He recorrido casi todo el Continente Latinoamericano y he podido apreciar cómo se ha encarnado el Justicialismo aquí. En ese viaje me he convencido de que luchar por los humildes, si bien tiene sus sinsabores, tiene en cambio, extraordinarias satisfacciones. No imaginaba nunca tener tantos amigos en todas partes. Los brasileños, los paraguayos, los venezolanos, los colombianos, los chilenos, los bolivianos, los panameños y hasta los negritos jamaicanos y los «chombos» del Canal, han rivalizado para hacerme la vida agradable y placentera donde haya llegado. Uno se concilia así con la vida y con los hombres.

Hoy estoy más convencido que nunca que no equivoqué mi vida, cuando la dediqué a servir a los humildes. Creo firmemente que el tener un ideal y servirlo es la base de la felicidad, que se encuentra más en el sacrificio y el trabajo que en ninguna de las otras formas de satisfacción. Las horas, como los cántaros, cuando están vacías, no tienen valor alguno pero, cuando se los llena, pueden llegar a tener un valor incalculable. Llenar las horas con un ideal es valorizar las horas. El hombre que no tiene un ideal para servir, no merece la vida, como no nace el hombre que escapa a su destino. Muchos grandes hombres han pasado desapercibidamente por la vida porque no tuvieron un ideal que servir y muchos pobres hombres fueron grandes porque la dedicaron a ese ideal. Yo pertenezco a los segundos: un pobre hombre a quien una causa ha hecho grande, y «no se puede ser grande impunemente». Ahora, es necesario saber soportar virilmente los golpes del destino. También gozar de las satisfacciones que el alma proporciona.

En los tiempos y en el mundo en que nos ha tocado vivir, nada hay tan peligroso como decir la verdad y defender la justicia. Sin embargo, nada hay tampoco tan honesto como hacerlo. Los simuladores y los calumniadores que pretenden justificar su conducta en la mala conducta de los demás, pierden su tiempo, porque la mentira tiene las piernas cortas. Los que pretenden crear una realidad a base de falsedades se equivocan, porque, afortunadamente, la realidad es siempre la verdad. Podemos decir una mentira, pero no podemos hacer una mentira. Toda la infamia que estos falsarios han desparramado sobre nuestros hombres, no justificará jamás las infamias que ellos están cometiendo, desde que el mal de los demás no explica jamás el propio mal. En cambio, cuando se descubra la superchería, ellos habrán agregado una infamia más a todas sus infamias. De cualquier manera, prefiero estar en mi «pellejo» y no en el de ellos.

Sé que estos malvados, como un tropel de bárbaros, están cometiendo toda clase de atrocidades. Ello sólo demuestra la verdad de todo cuanto dijimos nosotros porque nadie pretenderá demostrarnos que se han vuelto canallas de repente. El error nuestro estuvo en no haber comprendido la verdad a su tiempo y en haber pretendido desconocer las lecciones que la historia contiene a lo largo de todos los tiempos. Pero nada llega demasiado tarde, cuando se saben aprovechar las enseñanzas. Creo que a nuestro Movimiento, este terrible azote le ha hecho un bien incomparable: le ha demostrado la realidad que, desgraciadamente no se penetra, profundamente, sino con dolor y sacrificio.

Nuestra doctrina necesitaba la prueba del ácido y creo que la ha resistido y ha triunfado. Eso es lo que ahora interesa. Nuestra gente está en la lucha, firme y leal, como en sus mejores tiempos. Hay un poco de temor. Los pueblos, decía Eva Perón, no están formados sólo de Santos y de Héroes. Sus debilidades también muestran sus grandezas.

Si algunos dirigentes peronistas defeccionaron en la derrota, en cambio muchos millones de peronistas leales permanecieron firmes en la defensa de la causa. La Caída ha servido para purificar el Movimiento, intensificarlo y extenderlo, los malos y los incapaces se han eliminado, para pasar a «merodear» entre los «gorilas». La realidad es que la masa ha superado a los dirigentes. Este es el hecho más característico del momento actual argentino y quien no lo perciba está condenado irresistiblemente al fracaso. Tiene la fuerza de un oleaje, tal vez lento, pero irresistible. Su fuerza, como una conmoción subterránea, es notada por todos, pero no todos advierten su origen y su trascendencia. Es que, paralelamente a la reacción sangrienta y usurpadora de la revolución del 16 de setiembre, luego del primer momento de asombro y atonía del pueblo, fue surgiendo «desde abajo» un estado de insurrección popular con características, modos y procedimientos inéditos en la historia nativa y cuya comprensión y proyección escapan, desde luego, a las mentes habituadas únicamente a los procesos conocidos, e incapaces, en consecuencia, de captar los hechos nuevos. Este estado inédito de las masas, lógicamente, no podrá ser manejado ni contenido con los métodos clásicos. He aquí la razón porqué los viejos dirigentes, tanto políticos como gremiales, cualquiera sea el bando en que actúen, o son incapaces o han sido desplazados. Así se explica también que la totalidad de los dirigentes que real y efectivamente se encuentran ahora a la cabeza de las nuevas formaciones peronistas y trabajadoras insurreccionales, son casi todas figuras que actuaban en segundo plano. Ellos también han surgido «desde abajo». El origen del estado actual es la obra de «politización» que la doctrina peronista ha realizado en las masas populares. Nada hay más anacrónico en los planteos y las posiciones de algunos jerarcas y antiguos dirigentes desconectados en absoluto del sentimiento popular y del «hecho nuevo» que no han podido captar, ni ver, ni comprender.

La fuerza del peronismo radica en que, su línea intransigente, frente a unos y a otros, está en la propia naturaleza del desarrollo histórico, en tanto las otras tendencias sólo viven y pueden obrar en el plano estrictamente político. Sus éxitos sólo pueden ser éxitos políticos, sin la gravitación ni la permanencia del quehacer histórico. Y, por ser éxitos meramente políticos, su signo en el tiempo y en el espacio, es la fugacidad. El quehacer político sólo puede adquirir vivencia cuando tiene como sustento la línea histórica. En épocas de normalidad, es fácil confundir la importancia del hecho político que adquiere así falsamente categoría permanente, pero existen períodos de la vida nacional en los que está en juego su propio destino, en que el quehacer histórico es el dominante. Estos períodos están señalados por la presencia de los «hechos nuevos».

Por eso, los antiguos dirigentes gremiales, políticos y militares, cualquiera sea el bando en que actúan, están fuera de la proyección histórica: los del elenco de la tiranía, por la propia naturaleza de su proceso están condenados irremisiblemente; el conglomerado político, por su parte, en cuanto a dirigentes, ha sido superado por la dialéctica de los hechos. En definitiva, puede asegurarse, sin dogmatismos ni prejuicios, que unos y otros no han percibido las condiciones en que se está desarrollando este momento de la vida nacional. Tanto es así, que todos ellos, los católicos nacionalistas en sus varios matices, los neoperonistas (de peronismo sin Perón), los bengoístas y los grupos militares detrás del último golpe de estado, constituyen simplemente la réplica y el reverso, pero con los mismos módulos del elenco de la tiranía. Es natural entonces que, a los medios y procedimientos de la tiranía, opongan el arbitrio simplista del manotazo militar, del golpe de estado. Un recurso que, además de no ser precisamente infalible, tiene el grave inconveniente cuando fracase, de provocar y explicar las medidas más extremas de la reacción e imponer al pueblo una terrible contribución de sangre. Pese a sus características bélicas, el golpe de estado, sin embargo, no deja de ser un procedimiento político. En esta hora argentina, sólo la insurrección nacional es el hecho histórico.

Esta situación comienza, sin embargo, a ser penetrada por algunos equivocados que se apresuran a «mojarse en aguas del Jordán» y así llegan todos los días noticias de los que quieren tomar contacto con nuestros comandos internos y externos a fin de seguir las directivas generales que reglan la conducta de todos con unidad de acción.

Algunos dirigentes, como la Junta de Emergencia de la C.G.T. que actualmente trabaja en el campo gremial, creen que es posible actuar por su cuenta en la defensa de los intereses profesionales y sindicales. Su situación es en extremo difícil. Es indudable que su posición es aleatoria frente a la tiranía y frente a la masa. A la primera porque estará siempre sindicada como peronista y a la segunda, porque actuando con los enemigos estará siempre sospechada de falsa en su posición con respecto al Movimiento Peronista que actúa en franca rebelión. Yo comprendo la posición de la Junta pero dudo que los demás la comprendan igual. En este momento la masa peronista se encuentra organizándose en la clandestinidad con fines de insurrección en todo el país. Su posición es firme y aun los que no se encuentran ligados a los organismos clandestinos, se sienten inclinados a la resistencia, esperando lo que irremisiblemente ha de ocurrir. Poco a poco se van coordinando las acciones y las nuevas formaciones en todas partes, en las que prima la decisión de actuar en el sentido insurreccional.

Algunos «angelitos» piensan en la posibilidad de la «pacificación» nacional, pero sus móviles no son los que persigue el pueblo que sólo anhela soluciones definitivas y, estas soluciones definitivas, no pueden venir en forma alguna cediendo terreno a las imposiciones de los partidos políticos que, en último análisis, fueron los reales culpables de los fusilamientos y las masacres de obreros y ciudadanos. Yo también era pacifista hasta el 9 de junio pero, después de los crímenes cometidos por los tiranos, apoyados por los partidos políticos, ya no tengo una esperanza que esto se pueda solucionar sino en forma cruenta. El odio y el deseo de venganza que estas alimañas han despertado en el pueblo, saldrán algún día a la calle convertidos en fuerza motriz y sólo después será posible pensar en pacificación y unidad del pueblo argentino. Pensar de otra manera es desconocer la historia y sus valiosas lecciones. Por eso, estar hoy fuera de la posición insurreccional es estar fuera del panorama real que vive el país y de toda proyección histórica. Las consecuencias de esta falsa posición, para un dirigente, no pueden ser otras que el repudio de la masa y la pérdida total de su predicamento.

Yo veo coincidir las necesidades nacionales, los objetivos del pueblo y el estado anímico de las masas y, cuando estas tres circunstancias son coincidentes, no hay fuerza capaz de torcer los acontecimientos. Será dura la lucha y quizá larga, pero debemos evitar que se «cicatrice en falso», porque las consecuencias finuras serán mucho peores. Hay que hacer el sacrificio a tiempo porque, con el tiempo, los sacrificios se multiplican, desde que la violencia en los acontecimientos está siempre en razón directa de su tiempo de gestación. Por eso, hay que apurar un desenlace violento, aunque ello parezca un poco cruento, porque peor será si se espera. Por eso creo que el pueblo tiene razón.

Les he dado una organización, una doctrina y una mística, durante once años he «politizado» las masas. Los he preparado para la lucha contra la reacción y les he indicado el camino para hacerlo, a través de las grandes reformas. Ahora le queda al pueblo no equivocarse en las formas de ejecución y tener la decisión necesaria para triunfar. Se enfrentan: la reacción (apoyada por las fuerzas militares, eternas enemigas del pueblo) con el pueblo mismo. Las fuerzas, mediante la represión violenta, impondrán despojos al pueblo, hasta conseguir los objetivos impuestos por la reacción. Frente a eso el pueblo debe decidir su actitud, sin olvidar que nuestra revolución es lo permanente y la reacción sólo lo circunstancial. Si la actitud es contemplativa, lo perderá todo y deberá en el futuro, como antes, trabajar para que gocen los oligarcas y los capitalistas, mientras los trabajadores deberán debatirse en la miseria, en el dolor y en el sacrificio estéril. Si, en cambio, es activa y combativa en extremo, los reaccionarios y las fuerzas que los sirven deberán pensar si no les conviene transar, para evitar que la ruina los arrastre también a ellos, que son los únicos que tienen algo que perder. Una actitud decidida del pueblo es lo único que puede salvar a los trabajadores de una ruina segura, en medio de la abundancia. ¿Si el pueblo hace esto, cómo los trabajadores podrían tener una actitud contemplativa? Las Directivas e Instrucciones del Comando Superior Peronista, son bien claras. Si se cumplen, se llegará a una solución mucho antes de lo que se piensa. Si no se cumplen, los trabajadores tendrán que lamentarlo toda la vida, pero será demasiado tarde.

La garantía de que nuestras fuerzas se mantengan cohesionadas está precisamente en que se las mantenga en la lucha activa todo el tiempo. No comparto la idea de que para mantener las organizaciones debemos mantenerlas alejadas de la lucha activa, porque así lo que ganarían en integridad material lo perderían en integridad moral. Es lo que les pasó a los alemanes en la Primera Guerra que, por salvar en Kiel su escuadra, terminaron perdiendo la guerra y los barcos.

No por pasión, sino por reflexión, debemos buscar por todos los medios que la solución salga por el lado de la insurrección nacional. Algunos temen el caos, pero olvidan que las revoluciones como la nuestra, parten siempre del caos. Luego tenemos que provocarlo, en vez de temerlo. Esa será la única ocasión en que el pueblo pueda tomar las cosas en sus manos y cobrar la cuenta, sin lo cual habrá anarquía, lucha y sangre para un siglo. Yo cometí el error de no entregar las armas al pueblo cuando debí hacerlo porque, como usted, creí que estos bandidos no lo eran tanto, de lo contrario hubiera evitado muchas vidas perdidas, muchos sufrimientos y mucho salvajismo.

Total, a éstos o los cuelga el pueblo justicialista y termina el asunto o deberemos esperar un poco para que los cuelguen los comunistas. Ellos pueden elegir, pero su destino está ya marcado. Si no observemos cómo va el mundo. Toda esta inmensa convulsión que presenciamos nos dice algo. Es que se está dilucidando el signo que ha de presidir al Siglo XXI. En la lucha entre las «democracias» imperialistas del Siglo XIX y las «democracias populares» del Siglo XXI. Como la historia no marcha para atrás, es fácil deducir que a esas «democracias populares» las haremos nosotros o las harán los comunistas. El desarrollo de los acontecimientos parece dar la razón a esta idea. Recuerdo que en la primera mitad del Siglo XX, que he vivido en su totalidad, ha sido fructífera en esta clase de enseñanzas. Hace cincuenta años, el comunismo en el mundo, se reducía a un teórico y cuatro o cinco agitadores. Ellos lanzaron al mundo el rebaño de los socialistas para destilar la doctrina marxista. Así lo hicieron pero, como rebaño que eran, se quedaron a comer, donde encontraron buena comida. Esa fue una ventaja pero, los comunistas ni lerdos ni perezosos, en la Tercera Internacional les ajustaron las cuentas y se quedaron sólo con los que no se habían convertido en amarillos. Ya al terminar la Primera Guerra, esos cuatro o cinco agitadores, hicieron la Revolución de 1917 y ya el comunismo eran 200 millones de rusos con 28 millones de Km2 de territorio. Durante el interregno entre una y otra guerra el Komintern primero y el Kominform luego, se encargaron de esparcir la semilla comunista activa en todo el mundo. Vino la Segunda Guerra y el resultado ha sido que de los 3.500 millones de habitantes que tiene, aproximadamente, la Tierra, los comunistas dominan o dirigen a unos 2.500. Para verlo, sólo un rápido cálculo: 200 millones de letonios, estonios, lituanos, polacos, alemanes, húngaros, austríacos, rumanos, búlgaros, checoeslovacos, yugoeslavos, que les entregaron entre Roosevelt y Churchill que, con los 200 millones de indochinos, polinesios, vietnameses, etc. que con los 800 millones de hindúes hacen otros mil millones y 500 millones entre árabes y nordafricanos, son el total 2.500 millones. Si esto sigue así  y los acontecimientos de Medio Oriente lo confirman) antes de diez años el mundo será comunista. No creo que los americanos del norte lo puedan evitar.

Quién sabe si será del todo malo, ya que peor que los que hemos soportado durante los últimos siglos, no pueden ser. Nosotros, desgraciadamente, no estamos en condiciones de decidir, porque aún por muchos siglos el destino del mundo se decidirá en el Volga o en el Rhin y no en el Misisipi, en el Orinoco, en el Amazonas o en el Río de la Plata. De algo valen todavía los cuatro mil años de cultura de la vieja Europa. Solo nos quedará el recurso de tratar de vivir, como lo hemos hecho hasta ahora. La situación no cambia, sólo cambiará el patrón. Pero, ese patrón será el que deba colgar a nuestros oligarcas, si se escapan ahora del pueblo argentino justamente indignado. Yo habría querido salvarles el pescuezo pero han sido tan brutos que no lo merecen. La fortuna les tendió la mano y fueron tan torpes que ni siquiera atinaron a asirse.

En esta evolución, la Iglesia también tiene su parte, que no escapará a la suerte de los oligarcas y capitalistas con quienes prefirieron estar, abandonando al pueblo que debe ser su preocupación fundamental. No es que el pueblo abandone a la Iglesia, sino que la Iglesia ha abandonado a los pueblos. Eso es lo trágico. Ninguna amenaza pesaría sobre su destino si se hubiera cumplido la doctrina de Jesús. Por apartarse de ella es que las acechanzas nacieron y por disfrutar de la buena vida burguesa es que se desviaron de la palabra divina, prefiriendo gozar a cumplir su sagrado sacerdocio, que es lo único que hace invencibles a los hombres, porque los acerca extraordinariamente a Dios. En la Argentina y en el mundo, el panorama de la Iglesia ha sido el mismo, el mismo será su destino. Dios quiera que el arrepentimiento no llegue demasiado tarde, porque todavía se está a tiempo de salvar «la ropa». Veo que Roma modifica sus errores anteriores. Se ha impartido la orden de no atacarme más. Cuando llegué aquí era inconcebible el ensañamiento de que hicieron gala todos los representantes de la Iglesia. Esgrimieron toda clase de calumnias, infamias y diatribas para perseguirme. Los diarios clericales de todo el mundo fueron implacables en sus insultos y en sus calumnias.

Yo aguanté impasible sus andanadas de diatriba pensando éstas son tributos que se le rinden a un mérito o un valor. Tenía razón, luego no tenía necesidad de insultar a nadie, conocía la verdad y no tenía por qué mentir. Sabía que ellos cumplían órdenes, yo no tenía órdenes que cumplir. En mis reportajes jamás hablé de ellos. Si me preguntaban los eludía. Me interesaban los sucesos, los hombres eran meros instrumentos del destino, a mí me interesaba el destino. Así murieron poco a poco y, sin duda, la vergüenza debió vencerlos. Imagino que hoy les remorderá la conciencia el mal que hicieron y la falta que cometieron al hacerlo. Yo, en cambio, hoy como ayer, en ese sentido, no tengo nada de que arrepentirme y, además, he aprendido a perdonar.

La canalla dictatorial que azota al pueblo y entrega a la Patria tendrá su merecido. Siempre he sido un convencido de que los que proceden mal sucumben víctimas de su propio mal procedimiento. No los salvarán sus mentiras, ni sus calumnias, ni sus simulaciones, porque el pueblo argentino ha aprendido a discernir por sí. Tampoco nadie podrá torcer el curso de los acontecimientos.

Hace un año, en el libro de combate que escribí «La Fuerza es el Derecho de las Bestias», en una gran síntesis, pude deducir cuanto ha ocurrido, pues conocía los asuntos y los bárbaros que usurparon el poder, luego me era fácil penetrar ya entonces las consecuencias. Todo ha resultado una predicción, hasta ciertos detalles. He predicho también el final, que espero no me ha de defraudar. Por eso, para mí, este drama sangriento y apasionado tiene un epílogo que me es conocido y mi tarea se reduce a ayudar al destino para que todo sea como está dispuesto.

Es así que trabajo todo el día y parte de la noche. Tengo contacto con miles de personas con quienes cambio semanalmente correspondencia directa o indirectamente. Nuestro servicio exterior es colosal, tenemos agentes en todos los países del mundo y organizaciones amplísimas en cada país, que no tienen ni para empezar con los paniaguados de la dictadura que hacen de diplomáticos para ocuparse de contrabandos, negocios y farras. Nuestra gente es idealista y exilados en cada país se ocupan de alma de sus funciones, no descansan y los tienen locos a los «gorilas» que hacen de embajadores del crimen, el asalto y el robo que allí se han enseñoreado. Pero todos saben aquí de quiénes se trata y cada día reciben una demostración de desprecio que tanto merecen. A nosotros, en cambio, en todos los países nos ayudan y nos hacen sentir mejor de lo que en realidad estamos.

Yo, con el descanso de este año de trabajo, estoy mejor que cuando estaba allí, bajo la acción de la intoxicación física y moral que la función de gobernar trae aparejada. Como a Usted han intentado varias veces hacerme atentados pero, como en su caso, Dios ha sido bueno conmigo. En Paraguay les falló porque la Guardia Nacional de ese país los tomó presos a todos los que merodeaban. En Venezuela se está diligenciando ya una intentona que ha caído también en las redes nuestras. No creo que tengan éxito porque para matar por dinero hay un grave inconveniente: que hay que salvar también el pellejo para disfrutarlo. Y éstos no disponen de un fanático que pueda hacerlo, que sería la otra forma. Por otra parte, nadie muere el día antes.

Disculpe la extensión de esta carta pero hace tanto tiempo que no charlamos desde los tristes días de la muerte de la pobre Eva, que ni siquiera en su tumba ha podido escapar a la criminalidad de estos vándalos, que no han querido desperdiciar la ocasión de aparecer también como miserables profanadores.

Le ruego que salude de mi parte a todos los amigos y compañeros que allí luchan por la causa que es de todos y les diga de mi parte que jamás he de volver a pedirles que eviten las violencias como sabía hacerlo desde la Casa Rosada.

Juan Perón

9. Carta de Juan D. Perón al Ing. Alcides R. López Jové, residente en Lima. La carta fue despachada desde Caracas.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 30 de octubre pasado y le agradezco sus informaciones y recuerdos, como asimismo retribuyo su amable saludo con todo mi afecto.

Me alegra que la organización del Comando se vaya concretando y que, pese a las dificultades apuntadas pueda Usted ir despacito adelantando trabajo sobre el mismo. En todas partes los comienzos han sido difíciles, pero hoy tenemos un Servicio Exterior mejor que el que forman los paniaguados de la canalla dictatorial ocupados en hacer plata, contrabandear y emborracharse.

Los resultados de nuestros muchachos en todas partes son excelentes. Estamos en todos los países latinoamericanos y en Europa y Medio Oriente. Los exilados funcionan mucho mejor que nuestra antigua representación diplomática formada de mala gente, podrida en veinte años de no hacer nada que no fuera en provecho personal. En casi todas partes le hacen la vida imposible a los representantes de la tiranía. Un poco en serio y un poco en broma, los tienen locos. Por eso la formación de los Comandos de Exilados ha sido de una eficacia extraordinaria en todas partes. Sus servicios, como intermediarios de la conducción, excelentes y de gran utilidad práctica. En la actualidad, entre todos los países, más de dos mil exilados trabajan directa o indirectamente en estos servicios. Por eso, completar Perú es de cierta importancia, para no dejar lunares.

Referente a las personas y sus aptitudes todo es empezar. Algunos tardan en «entrar en calor», pero una vez que entran suelen ser buenos. Lo principal es empezar con cualquier cosa; verá Usted que luego todo sale sólo. Es contagioso. Me parece bien lo del Cónsul, siempre que no nos «esté pasando».

Le ruego que lo vea al General Noriega de mi parte, a cuyo fin le adjunto una carta; él es muy amigo mío y puede ayudarle mucho. Lo mismo que la gente que le acompaña.

Seoane es también amigo y si lo ve salúdelo en mi nombre. Es persona buena y creo que allí entre los partidarios cuenta con gran predicamento. Al fin y al cabo los Apristas son gente de nuestras ideas y coinciden con nuestros objetivos.

No se preocupe por los diarios que, en cadena, responden a la orientación de S.I.P.; pero todo el mundo lo sabe y nadie les cree porque no ignoran que son unos mentirosos descomunales. La actual prensa del mundo no hace ya opinión porque todo el mundo la conoce y sabe para quiénes trabaja. Ellos empeñados en hacer la realidad con falsedades se están cavando su propia tumba, porque cuando digan la verdad nadie les va a creer. Afortunadamente la realidad se hace sólo con la verdad. Podemos decir una mentira; pero no podemos hacer una mentira. El desprestigio acabará con ellos antes que ellos puedan acabar con la verdad.

Las noticias de la Patria son cada día más optimistas para nosotros. Se encuentran en plena descomposición de sus fuerzas, en tanto nosotros, cada día estamos mejor organizados y preparados para lo que ha de venir. Las instrucciones se cumplen cada día aunque los diarios de la canalla dictatorial evitan publicaciones sobre los sabotajes, boicots, huelgas, paros, etc. Los Comandos proliferan y cada día se intensifica y se extiende la organización. Nuestra posición intransigente está haciendo maravillas. Los políticos no consiguen conmover ni a un sólo peronista, salvo algunos dirigentes vividores que, dentro de nuestras filas, no arrastran ni a un sólo hombre. Nuestros muchachos heroicos e imperturbables siguen adelante. Saludos a los compañeros.

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón

10. En discurso desde Tres Arroyos el General Aramburu adviritió contra el avance del comunismo.

12. En la provincia de Tucumán la Unión Cívica Radical, línea Intransigente, designó a Arturo Frondizi y Alejandro Gómez candidatos a Presidente y Vice­presidente para las elecciones de 1957. Se prefigura  la división del partido ya que se retiraron de la convención los Balbinistas, Unionistas y Sabattinistas. Frondizi sostenía una línea crítica con el gobierno procurando seducir al electorado y la dirigencia peronista, despertando el apoyo de figuras del interior como Gelsi (Tucumán), Begnis (Santa Fe), Guzmán (Jujuy), Amit (La Pampa), entre otros. Balbin y sus seguidores se aproximaron al gobierno militar rechazando cualquier negociación con el peronismo, teniendo su bastión fundamental en la provincia de Buenos Aires. La UCRP se fue configurando como opción política del gobierno militar.

Ese mismo día se desarrolló una huelga general por tiempo indeterminado, llevada adelante por los metalúrgicos. Fue declarada ilegal por el Ministerio de Trabajo.  La sede de la UOM fue allanada por fuerzas policiales por orden del interventor de la CGT Patrón Laplacette. La medida fue sostenida durante un mes con la participación de cerca de 300.000 obreros. Las represalias se hacen sentir entre miles de delegados que quedaron cesantes.

Huelga de la Federación Gráfica Argentina que impide la circulación de diarios en todo el país. Duró varios días. El motivo fue el fracaso de las tratativas para los ajustes salariales con el sector patronal.

13. El congreso de delegados metalúrgicos convocó a un paro de 24 horas que luego se fue extendiendo. Los dirigentes más importantes en ese moento eran Abdala Baluch y Augusto Timoteo Vandor, que fue despedido y detenido. El paro fue declarado ilegal. No sólo se despedía a los huelguistas sino tambien se los encarcelaba. A fines de noviembre eran más de cuatrocientos los obreros presos y seguían las detenciones. El gobierno militar distribuyó volantes a lo largo de la huelga, donde se exhortaba a los comerciantes de Avellaneda y Lanús a no abrirles crédito a los huelguistas. Tanques y tropas patrullaron las calles, y la mayor parte de las plantas fueron ocupadas por el ejército.

17. Renunció Horacio Aguirre Legarreta como Ministro de Trabajo y Previsión. En su lugar asumió Alberto Mercier.

19. En la ciudad de La Plata, Aramburu denunció la presencia de agitadores sindicales y políticos.

21. Como culminación de incidentes y disputas ideológicas en el Ejército fueron detenidos los Generales Justo León Bengoa y Juan José Uranga.

Diciembre de 1956

Incendio intencional en la fábrica Siam, dedicada a la producción de electrodomésticos además de pequeños vehículos. Participaron 700 bomberos para apagar el fuego y los costos del incendio para la empresa ascendieron a 4 millones de dólares.

3. El Gobierno anunció la reglamentación de las funciones de la Junta de Defensa de la Democracia con el Decreto Ley 18.787.

6. Editorial Trafac publicó Civilización y barbarie. El liberalismo y el mayismo en la historia de la cultura argentina, del autor revisionista Fermín Chávez.

Carta de John I. Cooke a Juan D. Perón, escrita desde Montevideo en la que le informa que ha recibido tres piezas de John W. Cooke, recluido en Río Gallegos.

11. La Unión Cívica Radical exigió la amnistía de todos los presos políticos.

13. Huelga general revolucionaria en todo el país. Un volante consignaba:

PERON vuelve!…

Trabajadores-Soldados-Pueblo argentino, “DECIMOS BASTA A LA TIRANÍA” qure pretende someter a servidumbre al pueblo argentino y para su mayor escarnio, someterlo a servidumbre invocando la libertad.

Dirigidos por intereses extranjeros, la dictadura destruye inexorablemente nuestra independencia económica, para reducirnos a dóciles proveedores de, para reducirnos a dóciles proveedores de materias primas del capitalismo extranjero, cerrando nuestras fuentes de trabajo.

Destruída la industria, se sumerge en la miseria al pueblo y le pretende imponer nuevamente como clase dirigente a la olígarquía de doloroso y nefasto recuerdo.

Se consagra la injusticia social, el derecho de huelga está proscripto, al trabajador que pretenda reivindicar su derecho, se le lleva al confinamiento en las cárceles del Sud o se le encierra en cualquier otra del país, muchas veces torturados y vejados previamente.

Los sindicatos han sido avasallados, destruídos, saqueados sus bienes, falseada su documentación y aplastada su base gremial; se ha impuesto la discriminación, la amenaza y el fraude como sistema electoral en los gremios cuando no ha bastado la inhabilitación en masa de sus dirigentes . Cuando el pueblo ha querido hacer oir su voz, las torturas y los fusilamientos han sido la respuesta. En las cárceles viven de hace más de un año, miles de ciudadanos y han pasado por las mismas, media ciudadanía, que ha conocido su rigor y sufrido sus torturas, así son tratados todo los que no someten su espíritu al yugo de la tiranía, y la sangre de miles de fusilados y asesinados a mansalva, han regado el suelo de la patria marcando por siempre a fuego a los hombres que los ordenaron y a todos los políticos que las consintieron.

La Justicia ha sido prostituída, y la dictadura proclama como único derecho la prepotencia, la persecución a los obreros y la venganza salvaje y despiadada, a quienes se oponen a sus designios antínacíonales.

Se declara la imparcialidad política del gobierno y se comienza a realizar el más escandaloso fraude que conoce nuestra patria, decretando la desaparición del partido peroniista, fuerza política mayoritaria en el país y auténticamente popular y democrática.

Los trabajadores estamos como siempre con la Patria y con PERON, única garantía para la libertad, la dignidad, la auténtica democracia.

POR TODO ELLO DECLARAMOS:

A PARTIR DE LA O HORA DEL DIA 13 DE DICIEMBRE DE 1956

«HUELGA GENERAL REVOLUCIONARIA EN TODO EL PAIS»

HASTA LOGRAR LA VUELTA INMEDIATA DEL GENERAL PERON PARA  LA REIMPLANTACION DEL ESTADO JUSTICIALISTA, PARA QUE NUESTRA PATRIA VUELVA A SER LIBRE, JUSTA Y SOBERANA.

T R A B A J A D O R E S :

-Por la huelga general para terminar con las humillaciones y vejaciones.

-Por la libertad de los presos gremiales, políticos y militares.

-Para el cese total do las inhibiciones.

-Para que los Sindicatos retornen n manos de auténticos trabajadores.

-Para garantizar nuestra economía, la Justicia Social y la Independencia Económica, la vuelta de Perón.

El triunfo total de nuestra huelga general revolucionaria nos asegurará definitivamente la liquidación de la olirgarquía avasalladora y vendepatria.’

                            VIVA LA PATRIA       VIVA LA HUELGA GENERAL         VIVA PERÓN

                                                  VIVA LA CLASE TRABAJADORA ARGENTINA

18. Carta de Juan D. Perón a Enrique Olmedo:

Contesto su carta del 11 de diciembre pasado, que recibo en este momento, y que trae la comunicación de la posible venida del amigo «peoncito de campo» a Caracas, por lo que me apresuro a contestarle. Me parece muy bien que, si él lo ha decidido así, le diga que yo lo recibiré con mucho gusto. Tengo el concepto que se trata de un hombre muy bien y sobre todo de un justicialista de verdad. Es indudable que puede ser muy útil.

Me parece que lo mejor es que venga de turista a Caracas y aquí le arreglaremos la estadía por el tiempo que dure. En cuanto a la acción publicitaria de que me habla nos vendría muy bien en estos momentos, porque tenemos los comandos en todas partes trabajando en lo mismo y algo hemos conseguido, aunque el dinero que los canallas sustraen al país para esos menesteres es un argumento grande ante la prensa mercenaria que soportan casi todos los países. Las excelentes condiciones de la persona para estos fines descarta que lo hará con eficacia. Por eso es de interés que se venga enseguida.

Sobre la situación argentina, como Usted manifiesta, marcha aceleradamente hacia su total liquidación y, si en esta ocasión, sabemos mantener una absoluta intransigencia en la línea histórica, haciendo a un lado las soluciones políticas circuns­tanciales, mediante el mantenimiento a todo «trance de la insurrección popular que impulse a nuestra gente hacia soluciones definitivas, podemos esperar que el triunfo enorme y definitivas proporciones. Por eso creo que allí de agotarse los argumentos a fin de que todos trabajen en esa lí y se dejen de estar pensando en tonterías políticas que lo que pueden arrimar son sinsabores y fracasos. No todos han
comprendido lo que está pasando en nuestro país y la falta de un enfoque real ya nos ha acarreado graves inconvenientes, con sus secuelas de fusilamientos, prisiones, etc. Hay que terminar con el golpismo militar oportunista para dejar actuar al Pueblo en toda su intensidad y ponernos nosotros a acompañar a ese Pueblo que ló hará todo, si las instrucciones y directivas se cumplen bien y la insurrección que propugnamos se intensifica y se extiende como vemos que está sucediendo en todas partes. La organización de nuestras fuerzas es por ahora lo funda­mental. Vemos que el caos se viene y cuando este caos se produzca, la última palabra la dirá quien posea una masa organizada y disciplinada que se haya preparado para dominar ese caos y llevarlo adelante.

Por eso tengo la misma inquietud que descubro en su carta: que la canalla dictatorial se apure demasiado y no tengamos tiempo de organizamos mejor. Me preocupa que en todas partes se trata de accionar, pero en pocas partes la gente se ocupa de estar bien organizada. De nada vale dar un golpe de Estado si luego no ha de poderse dominar lo que resulta de él. Tampoco nosotros podremos pensar en derribar la dictadura si no tene­mos los elementos preparados para aprovechar bien en las consecuencias de los hechos que se produzcan. Que la dictadura se viene abajo, no hay duda, Lo que hay que asegurar ahora es que el Pueblo «se venga arriba».

En otra seré más extenso, porque quiero que ésta salga enseguida para ésa a fin de que el amigo de Río no se detenga.

Carta de Juan D. Perón a John I. Cooke, escrita desde Caracas:

Señor Embajador D. John J. Cooke, Montevideo.

Mí querido amigo:

Contesto su carta del 19 de noviembre pasado que me ha llegado con gran retardo. Le agradezco sus informaciones y su amable saludo que retribuyo con mi mayor afecto.

Coincido con usted en todas las apreciaciones que me envía y creo que la situación va evolucionando con celeridad aunque no hay que hacerse ilusiones sobre los plazos cortos. Todo va a caer por descomposición y la descomposición necesita su tiempo y sus etapas. Coincido también en que la canalla dictatorial está quemando eta­pas por los despropósitos que evidencia y quizá haya que pedirle que no se apure tanto. Me preocupa nuestra organización.

Según las noticias que poseemos aquí, la resistencia se inten­sifica y se extiende de manera racional en todo :el país. He reci­bido algunos emisarios del Gran Buenos Aires, del Norte y de Cuyo por los que me entero de los progresos realizados en la resistencia y organización. El proceso es lento porque a la tarea difícil de por sí de la organización integral, se suma el factor clandestinidad que lo dificulta. Sin embargo hay un factor que es decisivo para acelerar: es el entusiasmo y el odio, que han comenzado a actuar de manera determinante. He aprendido así que si bien el ideal es una fuerza poderosa que da continuidad en el esfuerzo, el odio no lo es menos, porque asegura intensidad al mismo. Precisamente lo que nos faltó a nosotros fue el odio pero, ahora, lo tenemos y «por toneladas».

Estamos entrando al período de la desesperación que es otra de las circunstancias un tanto desconocidas para nosotros que ac tuamos siempre en condiciones tranquilas y, a veces, apacibles. Los pueblos que no reaccionan por ideal, debido a cualquier cir­cunstancia, reaccionan después por desesperación, y para ello, la dictadura nos está ayudando grandemente. En general, los militares y marinos, han sido siempre factores de desesperación en todos los pueblos y en todos los tiempos. Estos no podrán ser una excepción, por lo que vienen mostrando. De manera que todo va bien, por lo mal que va.

Me preocupa nuestra organización porque, según lo preveo, el camino seguido por la lucha conduce al caos y el final puede ser precisamente ese caos. Con él pueden llegar las horas de las deci­siones y allí dirá la última palabra el que tenga una masa orga­nizada y disciplinada con la preparación suficiente para ser em­pleada con unidad de concepción y unidad de acción. Me temo que, dado el rápido desenvolvimiento de los acontecimientos, se llegara a precipitar el desenlace antes de lo previsto y nos encontrará sin la preparación necesaria para recibir le cosa.

Sin embargo, creo que eso puede sei sólo en un caso un tanto fortuito y que lo natural es que se caiga como por una cascada, de saltito en saltito. Siempre aparecerán algunos «salvadores de la Patria» que quieran «copar» pero, nuestra gente va atropellar con­tra todos ellos. No nos faltará un Kerenslty pero sin duda tampoco dejará de aparecer un Troski. El final sera siempre el mismo si la masa se mantiene firme, porque hasta que no se diga la última pa­labra no habrá final para nosotros. No entraremos en el peligroso y aleatorio campo de las transacciones porque ello significa limita­ciones: nuestro juego será o todo o nada. Ello se explica si se con­sidera que no buscamos soluciones para algunos hombres sino para el pueblo. He tenido tanteos de todas partes y si hubiera querido arreglar mi situación no habría tenido dificultad alguna, pero ello habría sido siempre en detrimento del pueblo. Yo no necesito solu­ciones para mi, porque mi única solución es que el pueblo obtenga las suyas. ¿Qué puedo yo esperar en lo que me queda de vida? Mi única aspiración es poder transcurrir el resto, de acuerdo con el viejo aforismo español, «vivir la vida se debe, que al morir viviendo que­de». Nada más de acuerdo con la situación que se me ha planteado en esta dura etapa de la que es necesario sacar una gran ventaja a favor del pueblo porque es precisamente allí donde se puede honrar la vida de manera imperecedera.

Mi camino es fácil: enfrentar la etapa para que los jóvenes puedan hacer pie y tomar nuestro «testimonio» para llevarlo al triunfo a través del tiempo que ya está a punto de terminar con nosotros. Ellos serán nuestros hijos espirituales y a ellos les hemos preparado la gloria que nosotros no pudimos o supimos conquistar.

Me ha preocupado el traslado de John a Gallegos porque eso indica que alguna indiscreción se ha deslizado por alguna parte. Yo me he cuidado de no decir una sola palabra a nadie sobre su desig­nación. Todos saben que en Buenos Aires habrá quien se haga cargo en caso necesario pero nadie ni siquiera puede sospechar que sea él. Por mi parte he tenido especial precaución porque descartaba que si se conocía algo al respecto todo el peso caería sobre él. Por eso creo que es necesario no armar mucho revuelo sobre este asunto y evitar que Hasta nuestra gente conozca el asunto. No olvide que aún dentro de nuestra propia gente puede haber interesados en que se sepa.

Sobre el Capitán Arrambide he tenido noticias y sé que se en­cuentra trabajando allí. Sin embargo hay que prevenirlo porque ya están tratando de hacer circular versiones peyorativas a su respecto. No se trata de él sino que se sabe que es un hombre de John. Le ruego que le diga que yo sé quién es y que no desconozco que fue él que se quedó en la casa de la Intervención del Partido en la Capital cuando los demás se fueron. Que no haga caso de las patrañas y que siga sin discutir con nadie, que s la mejor manera de matar a la canalla y a la difamación.

Yo también conozco -todo lo que pasa en el Ejército y que usted me dice que le ha informado Embrioni pero, no hay que hacerse ilu­siones sobre lo que los militares hagan porque eso no será nada que nos pueda ilusionar a nosotros. Tenemos mucha gente comprometida en el Ejército, especialmente en el sur y en el norte y nordeste pero, ellos podrán ser sólo útiles para la etapa que el pueblo debe cumplir en la insurrección para el final, que se producirá en el momento en que el caos se haga presente y la canalla dictatorial quiera reaccio­nar violentamente como acostumbra. Si quiere seguirnos a nosotros necesitará varios millones de soldados y ametralladoras que, para el caso, le servirán de poco.

Hace pocos días al General Magliore en Haití le sucedió lo que nosotros le preparamos al inefable Aramburu. Si la gente cumple las directivas, cuando las curvas de su descomposición con nuestra organización se crucen, tendrán una sorpresa que ni siquiera la piensan.

Si le escribe a John le ruego que le haga llegar mi gran abrazo y mi pena por lo de Gallegos.

Al pobre doctor Ramón Carrillo que estaba trabajando en Belem, le ha dado un ataque muy peligroso. Se trata de un derrame cerebral, con parálisis de la mitad izquierda del cuerpo y su estado, según me informa la señora, es grave. No se lo ha podido trasladar a Río precisamente por la gravedad. El pobre, como buen médico, no ha dado importancia a supresión (26 y 15) y en aquel clima infernal lo ha golpeado. Yo le había dicho varias veces que se viniera a Caracas pero, el hombre parece que se había arraigado allí.

Le ruego saludos para todos los amigos de esa.

Un gran abrazo.

Juan Perón

Rodolfo Walsh tomó conocimiento en un café de La Plata de la existencia de un fusilado sobreviviente de nombre Juan Carlos Livraga.

19. Desde el gobierno militar informaban que había sido frustrada una huelga general revolucionaria “dirigida” por el “tirano prófugo”.

20. Fallecimiento en el exilio del ex ministro Ramón Carrillo, santiagueño, nacido en 1906.          

23. Propósitos, dirigida por Leónidas Barletta, publicó la demanda judicial de Juan Carlos Livraga que había sido acercada al periódico por Rodolfo Walsh.

24. Jóvenes de la resistencia peronista instalaron un mimeógrafo en una casa de Lomas de Zamora para imprimir La fuerza es el derecho de las bestias.  Fueron: Eduardo Manso, Humberto Castañares, Rubén Decarloantonio y Mario Massouh.

26. Conflicto obrero en la playa de Remedios de Escalada que se extendió a los obreros ferroviarios de Plaza Constitución. La intervención militar en la Unión Ferroviaria desconoció la resolución obrera e intimó la normalización.

Ante la presión represiva el Plenario Nacional Metalúrgico votó levantar la huelga que venía desarrollando desde el 13 de noviembre en todo el país. El conflicto siguió donde había presos y despidos, como CATITA, Siam, Tamet y Carma.

31. En su mensaje de fin de año el General Aramburu pidió al pueblo un patriotismo racional y adulto.

Los trabajadores ferroviarios en paro fueron movilizados, siguiendo su trabajo a reglamento. En Escalada se produjeron detenciones. En solidaridad se adhirieron las estacioens de carga de Once y Caballito del FF.CC. Samiento extendiéndose hasta Haedo. Días después el conflicto escaló y se adhieron las seccionales Buenos aires y San Martín del FF.CC Mitre, por decisión de las asambleas realizadas en las localidades de San Martín y Colegiales. Los reclamos obreros se extendieron demandando normalización de la vida sindical y el cese de las intervenciones.

Apareció Soberanía, nuevo medio impulsado por Nora Lagos.