(Nogoyá, 13 de julio de 1924- Capital Federal, 28 de mayo de 2008).

            Seudónimos: Juan Cruz Romero, Juan Cruz Montiel, Juan Cruz Jiménez (en lo que respecta al periodo 1955-1969).

            Benito Enrique Chaves nació en El Pueblito, a varios kilómetros del Departamento de Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Hijo de una familia humilde, en la que perduraba la memoria popular, con recuerdos de su tío Santiago Moreira, hijo de un teniente del caudillo Ricardo López Jordán de gran influencia en su temprana formación. Por otro lado, su padre, Don Eleuterio fue un ferviente yrigoyenista.

            A través de Fray Reginaldo de la Cruz Saldaña Retamar, dominico humilde también de El Pueblito, inició el noviciado formándose en un riguroso tomismo. Esa formación con los dominicos coincidió con la época de mayor expansión de los Cursos de Cultura Católica, motivo por el cual se formaría en el nacionalismo católico a través de las conferencias dictadas por el padre Páez, Leonardo Castellani, Alberto Molas Terán, César Pico, entre otras figuras del nacionalismo de comienzos de los años cuarenta.

            El acontecimiento trascendental del 17 de octubre de 1945 lo encontró a Chávez en Cuzco continuando sus estudios de filosofía y teología. Desde allí envió un poema a la publicación nacionalista Tacuara evocando al considerado primer mártir del peronismo, el joven Darwin Passaponti.

             Por intermedio de su amigo el poeta y periodista José María FernandezUnsaín decide pasar a la vida civil y comenzó a colaborar en el periódico nacionalista Tribuna en el que escribían los consagrados José Luis Torres y Leonardo Castellani y colaboraban jóvenes de su misma generación como José María Castiñeira de Dios, Luis Soler Cañas, “El gallego” Buzeta, Jorge Ricardo Massetti y Alicia Eguren.

            A finales de 1947 adoptó el nombre de Fermín Chávez como símbolo de una nueva etapa de su vida. Desarrollaría una ambiciosa labor poética, además de participar en numerosos emprendimientos culturales. Cuando José María Castiñeira de Dios fue designado por el gobierno como subsecretario de Cultura, este nombró a José María Fernández Unsain al frente del Teatro Nacional Cervantes (ex Teatro Nacional de la Comedia) donde Fermín Chávez sería designado Subdirector. Durante esa breve experiencia impulsaron el Teatro Obrero de la CGT.  En 1950 se editó su primer su primer libro de poesías, bajo el título Como una antigua queja.

            Al poco tiempo fue invitado a participar de las tertulias en el restaurante General San Martin del Hogar de la Empleada, donde se desarrolló la llamada “Peña de Eva Perón”. De aquellos encuentros se editaron varios materiales, entre los cuales se encontraba el de Chávez titulado Dos elogios y dos comentarios, editado de los talleres de la CGT.

            Al año siguiente publicó una evocación a su provincia natal, Una provincia al este,  contando con  una elogiosa recepción por parte de la crítica.

            Por entonces, inicio una ferviente actividad intelectual presentándose como un importante articulador de redes de sociabilidad, intercambiando bienes culturales y promoviendo publicaciones de colegas coterráneos y nacionalistas.  Así, participó de emprendimientos culturales tanto oficialistas como independientes como Latitud 34, Poesía Argentina, Histonium, Cultura, Nombre, Presencia, Dinámica Social y en el suplemento cultural de La Prensa, en tiempos que había pasado a manos de la CGT. En los mismos escribió sobre diversas problemáticas relativas a la cultura y la historia, además de difundir su obra poética.

            En 1950 publica en el Boletín del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, aunque recién en 1954 fue convocado formalmente por el presidente del Instituto, Dr. José María Rosa, a participar del mismo con artículos para la revista y conferencias.

            En 1955 publicó en la revista de Estudios Americanos de la Universidad de Sevilla “Civilización y barbarie”, su primer abordaje vinculado a la problemática de la historia de la cultura argentina y el rol de los intelectuales.

            Su reconocimiento como intelectual peronista se reforzó en tiempos de la denominada “Resistencia Peronista”, prestando su pluma para diversas publicaciones clandestinas y semiclandestinas.

            Sus notas pueden encontrarse en medios gráficos de la resistencia como Tres banderas, Norte, Patria Libre y Relevo. Para navidad de 1956, junto a tres compañeros con un mimeógrafo, lanzaron la primera edición artesanal deLa fuerza es el derecho de las bestias escrito por Juan Perón desde su exilio.

            En 1957 integró el CEIPAP (Centro de Escritores, Intelectuales, Periodistas y Artistas del Pueblos) que cumplía con la finalidad de aportar artículos a las diversas publicaciones peronistas, siguiendo las directivas de Perón y su delegadoJohn W. Cooke. Con dicho espíritulanzó una reedición de la revista  “De Frente”, constituyéndose como órgano de difusión del Comando Superior Peronista. Poco después, bajo el pedido de Vicente LeónidasSaadi, coordinó y escribió la publicación neoperonista Populista. Para mediados de ese año, celebró el acercamiento entre nacionalistas y marxistas participando activamente en la publicación dirigida por Eduardo Astesano llamada Columnas de Nacionalismo Marxista, en la que publicó el texto “Nacionalismo y marxismo”. En el mismo, inspirándose en el autor nacionalista de origen francés Thierry Maulnier, Chávez instaba a los marxistas a acercarse a la idea de nación, en lugar de perderse en la dialéctica del burgués – proletario, e involucrarse en la problemática social concreta. A su vez que pedía al nacionalismo dejar de ser “burgués” para acercarse al pueblo y convertirse en voceros de su padecer ante la opresión económica.

            Colaboraba además en dos publicaciones de corte nacionalista como Dinámica Social y el semanario Mayoría. En el primero coordinó junto a Leonardo Castellani la sección “Ideas y Actores” realizando criticas de índole cultural y reseñas críticas de trabajos. Por otro lado, para el semanario dirigido por los hermanos Jacovella, participaría en la crítica de libros, ejercería labores como periodista y llevó a cabo durante el lapso 1957 y comienzos de 1958 una sección de historia llamada “Pueblo y oligarquía en nuestra historia”, firmando con el seudónimo Juan Cruz Romero.

            En 1958 fue designado por Juan Perón como integrante del Comando Táctico con la idea de divulgar las directivas del comando superior. Sin embargo, sería desafectado al desobedecer la orden de votar por Arturo Frondizi para las elecciones de ese año.

            En cuanto a la labor histórica, publicó en 1956 por editorial TrafacCivilización y barbarie. El liberalismo y el mayismo en la cultura argentina, en la que profundizó conceptos publicados en 1955 e incorporó otros ensayos relativos a la problemática de la cultura. En diciembre de 1957 se editó su primera obra biográfica de gran significación para la renovación del revisionismo histórico argentino: Vida y muerte de López Jordán. En ese texto  aportó una temática inabordada hasta el momento por el revisionismo rosistaen torno a la etapa posterior a Caseros de 1952, en la que recuperaría la tradición federal y la resistencia de los caudillos y las montoneras ante la persecución de la política liberal porteña.

            En 1958 se incorporó como vocal en el Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, donde comenzó a colaborar asiduamente tanto en el boletín como en la revista que serían relanzados una vez estabilizada la situación política.

            En 1959 editó por Ediciones Culturales Argentinas la biografía dedicada a José Hernández, obra de gran trascendencia y reconocida por la historiografía académica por su aporte documental y heurístico. En 1962, cerró la trilogía fundamental de figuras del federalismo post Caseros con la biografía del Chacho Peñaloza.

            En 1960 escribió en el diario nacionalista El Pueblo e ingresó como periodista del diario Clarín.

            En 1961 publicó para la editorial Peña Lillo Alberdi y el mitrismo, formando parte de la colección La Siringa, por la que libros en formato de bolsillo se vendían en los kioscos de diarios y revistas.

Por los años 1963, el Consejo Coordinador del justicialismo lo designa delegado interventor en el distrito Santiago del Estero.

            En 1963 publicó la antología “Poesía rioplatense en estilo gaucho, mientras que en 1964 salió “Poemas de fusilados y proscriptos” a través de la Fundación RaúlScalabrini Ortiz, que incluyó un poema que había sido publicado en 1956 con el seudónimo Juan Montiel a partir de los fusilamientos efectuados por el levantamiento militar del General Valle.

            También publicó por Ediciones Culturales Argentinas una biografía dedicada al historiador santafesino José Luis Busaniche.

            En 1966 editó “El Revisionismoy las montoneras”, un trabajo de critica historiográfica que respondía heurísticamente al trabajo de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde Felipe Varela de 1965.

            En 1966 dirigió la revista Ahijuna, con la idea de recuperar la cultura nacional en clave tradicionalista y popular. En sus páginas comenzó a delinear la continuación de su obra Civilización y barbarie buscando una “epistemología para la periferia” que profundizaría en 1977 con Historicismo y el Iluminismo en la cultura argentina.

            En 1967 nació la mítica revista Todo es Historia, dirigida por Félix Luna, en la que Chávez sería colaborador asiduo.Por entonces empieza escribir en Dinamisde la Federación de Luz y Fuerza, por intermedio de Horacio Salas. Chávez ya trabajaba para YPF desde tiempos de la presidencia de Illia, a través de la gestión de Facundo Suarez.  Luego, Chávez se haría cargo también de la revista de YPF, a la que llevaría a Salas para colaborar.

            En 1969 participó dentro de un arduo debate dentro del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, a partir de la denuncia de alto tinte macartista a cargo de Juan Pablo Oliver a la obra de León Pomer dedicado a la Guerra del Paraguay de paraguayización, de atentar con el espíritu nacional del revisionismo histórico atendiendo intereses extranjeros. En la oportunidad Oliver aprovechóla ocasión para acusar a miembros del Instituto como infiltrados del marxismo como Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Duhalde, a la vez que vinculaba como responsable de ese proceso de desvirtuación revisionista a José María Rosa “publicista de fanta historia”. La respuesta de Fermín Chávez no solo fue la más lúcida y amplia del debate, sino que también sepermitió defender el enfoque histórico del intelectual perteneciente a la nueva izquierda, León Pomer.

En 1970, a partir del asesinato de Pedro E. Aramburu, Chávez fue uno de los detractores de la muerte adjudicada por la agrupación Montoneros. Su versión, obtenida por el expresidente Frondizi y conscriptos que prestaban servicios en el Hospital Militar fue dada a la luz parcialmente dentro de la colección “Historia Argentina. Homenaje a José María Rosa”( Tomo XVII), escrita en conjunto a Juan Carlos Cantoni, Enrique Manson y Jorge O. Sulé por editorial Oriente en 1993. Según afirma el coautor de la obra y discípulo de Chávez, Juan Carlos Cantoni, cuando la Editorial anunciaba el temario de la colección Chávez tuvo un llamado poco amistoso por parte de Mario Eduardo Firmenich. A pesar de ello, el “caso Moro argentino” salió publicado, aunque matizada sus conclusiones e hipótesis, ya que aparentemente no logró dar con toda la documentación que daba por tierra la historia oficial que adjudicaba la muerte de Aramburu a Montoneros.

Fermín Chávez durante su extendida militancia nunca ocupó cargos relevantes y siempre se destacó desde el llano, resistiendo contra las dictaduras y en democracia bregando por la consolidación de la misma. Fue un tenaz opositor a López Rega, quien quiso bajarlo del avión donde diversas personalidades acompañaron al General Perón en su retorno del exilio.

En los años del Tercer Peronismo, colaboró en la intendencia municipal de Capital Federal, cuando asumió el general Embrioni. Poco tiempo después pasaría a colaborar en el Ministerio del Interior durante las gestiones de Llambí y Rocamora.

Paralelamente, junto a Horacio Salas, llevan adelante un programa de televisión por el Canal 7, llamado “¿Qué pasó? Hechos y protagonistas”. El mismo duró 40 emisiones. Cuando trataron en el programa cuestiones relativas a la llamada “Decada infame” provocó la protesta de un diputado conservador, motivo propicio para que el Secretario de Prensa lopezrreguista José María Villone los echara de Canal 7 y de todas las radios donde colaboraban.

En 1974 fue miembro de la Comisión Asesora Política del Comando Superior Justicialista.

Luego de la muerte del líder, Chávez inauguraría sus trabajos en torno a Perón y el peronismo, con “Perón y el peronismo en la Historia Contemporánea”, editado por Oriente. En el mismo, afirmaría que Perón fue víctima de “la pequeñez de los ideólogos de izquierda y derecha”. El tomo II saldría en 1984 y en 1990, presentaría uno dedicado a la vida de Eva Perón.

En plena dictadura militar fue su pluma la que escribió la nota que Deolindo Felipe Bittel entregó en 1979 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Al respecto, recuerda Ana Lorenzo: “Todos lo sabíamos y él se enojaba; decía que ésa era la nota oficial del peronismo y que estaría mal que alguien se jactara de ello”. El documento decía, entre otras cosas, que el Justicialismo denunciaba el encarcelamiento, vejación y confiscación de bienes de la depuesta mandataria, María Estela Martínez de Perón; además de denunciar la muerte y desaparición de miles de ciudadanos.

En dichos años oscuros dirigió la revista Movimiento editado por el MUSO (Movimiento de Unidad, Solidaridad y Organización) y compartió la dirección de la revista Línea, firmada por José María Rosa, además de colaborar en la publicación Crear de Oscar Castellucci y Oscar Merlo.

Ferviente defensor de los idearios movimientistas, tuvo cruces con la línea renovadora del peronismo, que surge luego de la derrota a manos del alfonsinismo. También fue crítico con respecto al derrotero político que llevaría el partido a manos del menemismo durante los 90.

            Como puede apreciarse en esta semblanza, resulta imposible relevar la totalidad de la trayectoria de Fermín Chávez teniendo en cuenta su labor conexa de periodista, historiador, poeta y ensayista. De incansable labor e involucramiento dentro de la militancia y cultura peronista, su pluma siempre estuvo a disposición de cualquier emprendimiento intelectual y político ligado al denominado pensamiento nacional. El “ilustre nogoeyense” falleció a los 81 años, el 28 de mayo de 2006 en el Sanatorio Julio Méndez.

            Entre sus obras más destacadas del períodoposterior  que sigue podemos consignar:

“Iconografía de Rosas y de la Federación” (Oriente, 1970).

“Historicismo e iluminismo en la cultura argentina” (Theoría, 1977).

“La recuperación de la conciencia nacional” (1983).

“Socialdemocracia, ¿por qué?” (Pequén, 1984).

“Perón y el justicialismo” (Theoría, 1984).

“Eva Perón, sin mitos” (1990).

“500 años de la lengua en la tierra argentina” (1992).

“Porque esto tiene otra llave. De Wittgenstein a Vico” (1992).

“El peronismo visto por Víctor Frankl” (Theoría, 1999).

“El Che, Perón y León Felipe” (Nueva Generación, 2002).

“Alpargatas y libros. Diccionario de peronistas de la cultura” (2 tomos) (Theoría, 2003-2004).

“Herder, el alemán matrero” (Nueva Generación, 2004).

Referencias:

Baschetti, Roberto. “Fermín Chávez” en robertobaschetti.com

Brion, Daniel (Comp.) Fermín Chávez. Inédito. Buenos Aires, Ediciones Fabro, 2014.

Gonzalez Arzac, A. Fermín Chávez. Poeta, dibujante, historiador. Buenos Aires, Quinqué Editores. 2006.

Manson, Enrique. Fermín Chávez y su tiempo. Buenos Aires, Ediciones Fabro. 2011

Otal Landi, Julián. El joven Fermín Chávez. Buenos Aires, Ediciones Fabro. 2021.

Otal Landi, Julián. “El conflicto de los ‘ismos’ dentro del Revisionismo histórico y en torno a la Guerra del Paraguay”. RHPT, año 3. 2016.

Otal Landi, Julián. “Buscando una ´epistemología para la periferia´. Fermín Chávez y su revista Ahijuna“. Revista Historia Para Todos, año 4, n°8. Diciembre de 2018.

Sbarra Mitre, Oscar. Yo, Fermín. Buenos Aires, Quinqué Editores. 2006.

Julián Otal Landi