John William Cooke regresó a la Argentina para la Navidad del año 1963. Poco después, lo hizo Alicia Eguren. Se instalaron en el viejo departamento de Santa Fe 1183, casi esquina Libertad.
Tras la experiencia cubana, siguieron ubicados al interior del peronismo. Al regresar tomaron contacto con viejos vínculos de la política local.
En el año 1964 lanzaron la que sería su propia organización política: A.R.P.(Acción Revolucionaria Peronista).
Como resultaba común en su práctica militante organizaron un documento de base para darle fundamentos y objetivos. Lo presentaron mediante un pequeño folleto.Se proponían desarrollar una agrupación revolucionaria tendiente a la creación de una vanguardia mediante la formación de cuadros de origen sindical, universitario y político.
Establecían que “ARP no aspira a crear su partido político como respaldo para la acción militar, no es un sector militarizado de un partido político. Es una organización formada con criterio selectivo en el reclutamiento de sus cuadros”.
Proyectaban impulsar su “acción de superficie…sobre la base del Movimiento Peronista, participando de sus luchas políticas y sindicales, influyendo para la adopción de líneas de acción correctas.”
En el documento hacían referencia a la acción armada, aunque no estaba colocada en un lugar central y estratégico.
Aunque A.R.P. se consideraba parte del peronismo “no se propone conquistar posiciones directivas de tipo sindical o política salvo, como medios para desarrollar su prédica y cumplir sus propósitos específicos de su estrategia de lucha”.
De las viejas relaciones de la “primera resistencia” se sumó rápidamente Héctor Tristán, “el workman”.Para el reclutamiento, sus primeros contactos políticos fueron con los entonces jóvenes militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP), liderada por Hugo Chumbita, Jorge Gil Solá, y Carlos Lafforgue. A partir de esa convocatoria se produjo una fractura en las filas de la JUP (Juventud Universitaria Peronista) entre aquellos que querían continuar la línea de trabajo llevada hasta el momento, tendiente a establecer lazos entre los universitarios peronistas y la militancia sindical de base (Chumbita) y aquellos que aceptaron la propuesta global que proponían Cooke y Eguren, como fueron los casos de Carlos Lafforgue y Jorge Gil Solá.
Luego se sumaron a esta agrupación Manuel Gaggero, Roberto Sinigaglia y Norberto Lifchtiz.
Del ámbito intelectual, más específicamente de la poesía, se acercó Leónidas Lamborghini. Del ámbito sindical se acercaron el sindicalista Norberto Vazquez y los trabajadores Juan Zalazar, Francisco Granato, Francisco “El Negro” Alonso, Miguel Gomar, Angel Taborda, Domingo Blajakis, Rolando y Raimundo Villaflor, quienes configuraron el “Grupo Avellaneda”.
En Córdoba, provenientes de la organización “Palabra Obrera” vinculada a la Federación Universitaria de Córdoba, liderada por Abraham Kozak, se sumaron otro grupo de militantes.
También formaron parte de ARP militantes como Amanda Peralta, David Ramos, Carlos Banegas, Juan Carlos Bardoneschi, Orlando Tomás, José Luis Rojas provenientes del FARN (Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional) de Bengoechea, que ARP protegió tras la explosión del departamento de la calle Posadas. Néstor Verdinelli, proveniente del PSIN (Partido Socialista de la Izquierda Nacional), se acercó a ARP por influencia de Guido “el Gringo” Agnellini (antiguo militante del Movmiento Obrero Comunista en Rosario que había formado parte del primer grupo entrenado en Cuba, hacia 1962, a instancias de Alicia Eguren y Cooke).
En el primer momento ARP mantuvo diálogos y debates con distintos grupos y nucleamientos. Por un lado con referentes del peronismo como Jauretche, en torno al sistema de alianzas conveniente en la coyuntura y la estrategia insurreccional. Con figuras disidentes del P.C.A. (Partido Comunista Argentina) como Juan Carlos Portantiero (con quien habían coincidido en su estancia cubana) y José Aricó del núcleo cordobés de la Revista Pasado y Presente, en torno a la estrategia del E.G.P.(Ejército Guerrillero del Pueblo).También debatieron con el grupo organizado en torno a C.O.N.D.O.R. (Centros Organizados Nacionales de Orientación Revolucionaria), en el que revistaban Juan J. Hernández Arregui, Ricardo Carpani, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, acerca de la conveniencia de utilizar la adscripción al marxismo de manera pública. Polemizaron fuertemente con el grupo del M.R.P. (Movimiento Revolucionario Peronista), impulsado por Héctor Villalón y dirigido por Gustavo Rearte.
Para ampliar su base de sustentación buscó desplegarse en distintos puntos del país. Así logró expandirse en el Gran Buenos Aires (con Rubén Palazzesi, alias ‘el Cabezón” o “Pocho), La Plata, Córdoba, Santa Fe, Mar del Plata, Paraná, Neuquén y Bahía Blanca.
Más tarde, manteniendo su autonomía, se vinculó a los grupos que confluían en sentido general en lo que sería el peronismo revolucionario, tanto a nivel sindical como político.
Desde A.R.P. Cooke fue fijando posición acerca de los acontecimientos nacionales. Así fueron críticos de la estrategia de la Comisión del Operativo Retorno en diciembre de 1964. Junto con Amado Olmos promovió el traslado de Perón a Cuba en enero de 1965. Apoyó tácticamente la concurrencia electoral de marzo de 1965. Su crítica a la burocracia, fundamentalmente la política, se centró en la ausencia de método organizativo e ideología revolucionaria para la coyuntura. Ante el viaje de Isabel Perón se mostraron distantes, aunque apoyando la embestida contra el vandorismo. En el enfrentamiento de la Pizzería Real de Avellaneda, con motivo de un congreso del peronismo, cayeron acribillados dos militantes de la agrupación: Domingo Blajakis y Juan Zalazar.
En el momento del golpe de junio de 1966 Cooke fue uno de los primeros en denunciar su naturaleza regresiva sin albergar expectativa alguna con respecto a sus proyecciones, que quedaron plasmadas en la obra: El Peronismo y el Golpe de Estado. Informe a las bases del Movimiento.
En diversos manifiestos siguieron sosteniendo esa posición.
Para octubre de 1966, en una nota para la Revista Cistianismo y revolución, Cooke abogaba por la construcción del “peronismo revolucionario como vanguardia que busca reconciliar la política del Movimiento con el verdadero papel que éste tiene en el enfrentamiento de fuerzas sociales”. Buscaba la estructuración como “partido revolucionario”, argumentando en favor de una “política revolucionaria entendida como unidad de teoría, acción y métodos organizativos”. La salida en ese medio gráfico denotaba relaciones que iban más allá: grupos cercanos a García Elorrio de origen cristiano se acercaban a A.R.P.
Al desatarse el conflicto portuario, liderado por Eustaquio Tolosa, Amanda Peralta y Néstor Verdinelli se sumaron a la protesta. La encargada de la expulsión de ARP fue Alicia Eguren, por su actuar inconsulto.
En todo este tiempo, Cooke continuó con el envío de cartas a Perón en los que se mostraban las crecientes diferencias políticas y metodológicas. Desde A.R.P. apoyaron los intentos de Alberte por reconducir al peronismo en sentido combativo. Vieron con simpatía el nacimiento de la CGT de los Argentinos. Participaron de la convocatoria del primer congreso del Peronismo Revolucionario de septiembre de 1968, coincidiendo con el deceso de Cooke.
Tras su fallecimiento, Alicia Eguren fue cuestionada en su papel directivo, aunque sostuvo la orientación de la organización, vinculándose a distintas iniciativas del peronismo revolucionario en los años setenta (Revista Hombre Nuevo, peronismo de las bases y revista Militancia, FAS y PROA).
En cuanto a la cuestión armada, existen versiones que indican la consolidación de un aparato militar relativamente importante, con una capacidad técnica y logística nada desdeñable en las condiciones de época. En este espacio se destacaba la figura del santafesino Néstor Verdinelli.
De todos modos, Cooke tuvo en este aspecto una posición oscilante: de iniciativas tempranas (como la de Uturuncos que contó con su apoyo) a señalar que, antes de lanzar acciones armadas, era necesario trabajar al interior del peronismo para contar con un apoyo de masas y que existían acciones políticas pendientes.
En el plano regional, A.R.P. tuvo una importante actuación en los cónclaves convocados en La Habana en enero de 1967 con la Tricontinental y en la convocatoria del año 1968 con la Organización Latinoamericana de Solidaridad. Cooke presidió la delegación argentina y sostuvo intervenciones destacadas en sus deliberaciones.
Fuentes:
“Acción Revolucionaria peronista: sus características y estructuras”, Fondo Cooke- Eguren, BN.
Qué es Acción Revolucionaria Peronista. Bs.As., ARP, 1964. Luego reproducido en COOKE, John W. La lucha por la liberación nacional. BuenosAires, Papiro, 1971. p.89.
Cooke, John. W. El Peronismo y el Golpe de Estado. Informe a las bases del movimiento. Buenos Aires, A.R.P., 1966.
Cooke, John W. Definiciones. Revista Cristianismo y Revolución. Número 2-3. Octubre de 1966.
Referencias:
Gaude, Cristian. John W.Cooke. Ecos de un pensamiento. Buenos Aires, UNGS, 2020.
Gillespie, Richard. Cooke. Buenos Aires, Cántaro, 1989.
Mazzeo, Miguel. Cooke, de vuelta. El gran descartado de la historia argentina. Buenos Aires, La Rosa Blindada, 1999.
Mazzeo, Miguel. Pensar a John W. Cooke. Buenos Aires, M. Suárez Editor, 2005.
Mazzeo, Miguel. El hereje. Apuntes sobre J.W. Cooke. Buenos Aires, El Colectivo, 2016.
Darío Pulfer