(Buenos Aires, 1919- La Plata, 11 de junio de 1956).

            En la adolescencia fue aviador. Ingresó como cadete al Colegio Militar el 3 de marzo de 1932, egresando como subteniente el 21 de diciembre de 1935, bajo legajo personal N° 3116.

            Su primer destino fue el Regimiento de Infantería 12 de Santa Fe.

            El 22 de diciembre de 1955 fue pasado a situación de disponibilidad, para luego ser pasado en situación de retiro voluntario el 17 de febrero de 1956.

            Las determinaciones del gobierno militar con respecto a hombres de armas de prestigio lo sublevaba.

            Participó del movimiento del 9 de junio de 1956, orientados por Valle y Tanco.

            Vivía en una casita de City Bell, con su esposa Sarita y cuatro hijos.

            Dentro del movimiento debía organizar una cabecera del levantamiento en La Plata. Para ello debía tomar el Regimiento 7 de Infantería.

            Antes de hacerlo, escribió a su familia: “Nuestra causa es la causa de Dios…No voy por allí por no pasar el triste momento de despedirme de ustedes, que para mí son todo en la vida. Prefiero no verlos – te lo juro Sarita- porque no se si después tendré fuerzas para cumplir mi deber de argentino y de soldado. El destino me ha puesto en este camino y no puedo salir de él…”.

            Cumpliendo con su papel, tomó de manera rápida el Regimiento. A los oficiales les dio la opción de plegarse o no al movimiento, garantizando vida y libertad para quienes no lo hicieran.

            Luego tenía como objetivo la toma de la Policía, contando con 120 hombres (el resto de las compañías han sido licenciadas) y un tanque.

            La Jefatura de Policía se encontraba fuertemente pertrechada y con la totalidad de sus hombres acuartelados.

            Desde Río Santiago y Punta Indio llegaban los aviones de represión, realizando vuelos rasantes, lo que obligó a Cogorno a ordenar el repliegue.

            Un civil, Alfredo Etchapere, lo reconoció cuando Cogorno tenía la intención de saludar a su familia antes de emprender su huida.  La prensa oficialista de la época presentó al delator como modelo de virtudes ciudadanas.

            Fue detenido. Sin sumario ni juicio, fue fusilado el día 11 de junio.

            Según consta en la carta de condolencia a la viuda de Cogorno del General  Luis Leguizamón Martínez, comandante de la Segunda División de Ejército, con asiento en La Plata, “murió como un valiente y siempre estuvo animado por puros sentimientos. Que Dios bendiga su hogar”.

            Su casa fue allanada con posterioridad, cuando su familia puesta en aviso se había trasladado. Balearon los muebles, partieron el sable de oficial del Ejército de Cogorno y sustrajeron bienes familiares.

            Al cumplirse un año de los fusilamientos, el semanario Mayoría dedicó una nota completa a la historia personal y familiar de Cogorno.

            En el mes de septiembre de 1957 en Bahia Blanca, acantonamiento donde había prestado servicios Cogorno, la chapa correspondiente a la calle Uruguay fue reemplazada por otra que rezaba: Tte.Cnel. COGORNO. Homenaje del pueblo oprimido”.

            Mediante el decreto del PEN nº 1762, de fecha 8 de octubre de 1973, se le confirió el grado inmediato superior (Post-Mortem).

Referencias:

Arrosagaray, Enrique. La resistencia y el General Valle. Buenos Aires, Ediciones Punto de Encuentro, 2016.

Ferla, Salvador. Mártires y verdugos. Ubicación histórica del 9 de junio. Buenos Aires, s / d, 1964.

Solari, Ángel. Los fusilados no callan. Sepa la verdad sobre los fusilamientos. Buenos Aires, s/ d., 1958.

Walsh, Rodolfo. Operación Masacre. Buenos Aires, Sigla, 1957.

                                                                                                                Darío Pulfer