La difusión del semanario 18 de marzo en quioscos de diarios y revistas se inició el 19 de diciembre de 1962. Este emprendimiento de prensa fue impulsado por Mario Valotta luego de la clausura de su periódico Democracia, en julio de ese mismo año.

            Valotta había integrado el grupo de asesores de Arturo Frondizi. Empero, se alejó de las filas de la UCRI al constatar la distancia entre las promesas de campaña y las prácticas represivas desplegadas por el gobierno radical. Las críticas al gobierno frondicista, junto con su apoyo explícito al peronismo, le valieron la incautación de su periódico y una breve temporada en prisión. Ya en libertad, inició las gestiones para continuar con su empresa periodística explicitando su opción por el peronismo.

            18 de marzofue expresivo de este acercamiento. Desde el título expresaba un sentido de pertenencia que buscó reforzar en cada una de sus nueve entregas del semanario,publicadasentre diciembre de 1962 y febrero de 1963.

            Evocaba en su nombre el día de la victoria electoral del peronismo que, a pesar de las proscripciones, demostraba su actualidad y capacidad para movilizar adhesiones.

            Su diagramación emulaba a la de su predecesor. Las siete páginas de tamaño “sabana” portaban ilustraciones y fotografía en blanco y negro. En la portada siempre aparecía una editorial de Valotta en la que sentaba posición sobre los problemas de la política local y acerca del curso que debía adoptar el peronismo en sintonía con los designios de Perón.En su segunda página la sección “Lo que silencian los cables”, a cargo de Daniel Eijel, informaba sobre el panorama internacional, particularmente sobre los movimientos de liberación nacional que se desarrollaban en el “Tercer Mundo”. A continuación, se analizaba la coyuntura nacional en las que fueron publicadas las investigaciones de Rogelio García Lupo sobre los contratos petroleros, los análisis de Julio Notta sobre los trabajadores agrícolas, la situación de los peronistas en distintos puntos del país, de la CGT y de las regionales sindicales. En la sexta página se desplegaba la sección “Por una autentica cultura nacional de mayorías” en la que se presentaban entrevistas a distintos referentes culturales como Rodolfo Kuhn, Astor Piazzola, y Susana Tasca, entre otros, a la vez que se recomendaban lecturas, películas y obras teatrales. Varios de sus números concluían con la presentación en su contratapa del “Reportaje de la semana” a personalidades como Leopoldo Portnoy, Jorge Di Pascuale, José María Rosa  y a grupos políticos como la Juventud Peronista (18 de Marzo, 29/01/1963).

El decálogo obrero sancionado en la localidad de Huerta Grande en 1957 fue considerado por 18 de marzo como su guía programática. Y Andrés Framini, gobernador elector de la provincia de Buenos Aires, prohibido por el gobierno de Frondizi, continuamente reivindicado como el máximo referente político y sindical del movimiento proscripto.

            En ese sentido se advierte en el semanario la centralidad otorgada al rol político del sindicalismo en la vigencia del peronismo y a la importancia de las obreras en él. Desde esta perspectiva, el movimiento obrero organizado debía impulsar la movilización popular a través de su dirigencia la movilización popular como único camino para acelerar lso cambios políticos necesarios para el retorno del peronismo al poder del Estado.

            Dentro de esta interpretación, el “pueblo” es concebido como el nervio profundo que impulsa las acciones a adoptar por los dirigentes sindicales, devenidos en políticos por la fuerza de las circunstancias. Por ello, las cúpulas sindicales debían subordinarse al mandato de sus bases. De allí también que el grado de combatividad de los y las trabajadores y de las conducciones obreras fuera constantemente arengada desde18 de marzo,e incluso brindaba espacios a nuevos referentes gremiales para comunicar sobre la creación de nucleamientos políticos en el interior de los sindicatos peronistas.En sus páginas se informaba sobre los posicionamientos políticos y sindicales de referentes obreros de distintas regiones del país quienes, además de comunicar la problemática de su sector, señalaban cuales debían ser las acciones que las cúpulas sindicales tenían que adoptar para solucionar los problemas de los trabajadores.

            Asimismo, el semanario destacaba el paulatino acercamiento de los sectores medios y, fundamentalmente, de la juventud al peronismo como un signo de la madurez del proceso revolucionario existente en el país. En 18 de marzo la exhortación a la juventud tuvo un lugar destacado. Desde sus páginas, se apelaba a la visualización de ese actor como potencial aliado de las y los trabajadores peronistas.

            Desde febrero de 1963 en las páginas del semanarioerandenunciadas las intimaciones que recibía por parte del gobierno nacional para censurar su contenido político.

            Finalmente, la publicación fue incautada y clausurada por orden del Poder Ejecutivo Nacional. En la contratapa de su último número fue publicada la investigación realizada por Pedro Leopoldo Barrazasobre la desaparición del joven trabajador metalúrgico y militante peronista Felipe Vallese, la cual fue posteriormente retomada en Compañero, continuación del semanario 18 de marzo.

Referencias:

Caruso, V. (2019) “Derivas de la izquierda peronista a través de las lecturas de 18 de marzo y Compañero”, Avances Del Cesor, vol. 16, nº21.

Valeria Caruso