(Buenos Aires, 1920 – Buenos Aires,  marzo de 1975).

            Sindicalista.

Casado, dos hijos.

            Hasta el 16 de agosto de 1955 fue Secretario General del Sindicato Unidos Petroleros de la Ciudad de Buenos Aires. Ese día el sindicato fue intervenido por la CGT por su férrea oposición a la negociación de los contratos petroleros.

            En un artículo realizado a fines de 1955 para la Revista Esto Es, recuperaba la experiencia de sindicalización del peronismo y adhería a la idea gubernamental de “democratización” bajo las consignas de solidaridad profesional y exclusión de la política de los sindicatos. Para la implementación de la medida de normalización se opuso al regreso de los “pseudo perseguidos”, “viejos militantes que en su momento ya fueron repudiados por los núcleos societarios” y alejados por “períodos sumamente largos” que le han quitado la “sensibilidad tan necesaria” para comprender los problemas de los trabajadores y promovió la convocatoria a los afiliados para reorganizar la CGT desde la base.

            Formó parte del Comando Táctico del peronismo.

            Se trasladó a Caracas.

            A pedido del líder exiliado fue el portador de la carta dirigida a Raúl Scalabrini Ortiz a fines de 1957.

            Estuvo encargado de transmitir la orden de voto en favor de Frondizi mediante el traslado del escrito firmado de puño y letra por Perón.

            En 1962 desplazó a Pedro Gomiz de la conducción del sindicato unificado petroleros del Estado, quien había sido desautorizado por el propio Perón por sus acuerdos con Frigerio.

            Formó parte del Cuadrunvirato y luego fue miembro Consejo Superior del Partido Justicialista.

            Después del golpe de Onganía, Cavalli se alineó con los participacionistas de la CGT Azopardo.

            Al desatarse la huelga de Ensenada del año 1968 no fue apoyada decididamente por el dirigente gremial.

            En 1970 el gobierno militar de Levingstone intervinó el gremio petrolero.

            En el tiempo de la Delegación de Paladino, estuvo a su lado.

            Al asumir Campora el papel de Delegado de Perón, fue destituido.

            El gremio petrolero pasó al control de Diego Ibáñez en el año 1972.

            Desde 1974 se acercó a posiciones nacionalistas en materia petrolera. Apoyó al General Ernesto Fattigatti y luego al Coronel Blanco, administradores de YPF, en el proceso de nacionalización petrolera, decretado por el gobierno de Isabel Perón. Fue más allá: buscaba la nacionalización total.

            Poco antes de morir, junto a Julio Ricardo Eguía, del Instituto Argentino de Desarrollo Económico que presidía Arturo Sampay, dictaron un curso en el Círculo de Oficiales: “La industria militar en el desarrollo económico nacional”.

            En marzo de 1975 fue secuestrado y luego apareció muerto. Las razones de su muerte permanecen sin esclarecerse. Algunas versiones señalaban un robo, otras una venganza política por sus actitudes conciliadoras, una tercera lo vinculaba a sus últimos posicionamientos en materia petrolera.

Fuentes

Cavalli, Adolfo. La democratización de la CGT no debe ser escudo para destruirla. En Esto Es. Número 104. 13 al 19 de diciembre de 1955.

Crisis.  Feisal, Cavalli, Fereny. No existen las muertes causales. Número 25. Mayo 1975.

Referencias:

Senén González, Santiago;  Ferrari, Gerardo. El Ave Fénix. El renacimiento del sindicalismo peronista. Buenos Aires, Corregidor, 2010.

Darío Pulfer