A fines del año 1955, mientras buscaba publicar el tercer número de El 45, Arturo Jauretche con un grupo de amigos, entre quienes se encontraba Arbó y Blanco y Armando Crigna, recordaron que existía una imagen que retrataba a Isaac Francisco Rojas en posiciones oficialistas con el gobierno peronista.

Relataba Jauretche: “Acompañamos a Manteca Acosta -el manco Acosta-, con Arbó y Blanco y Armando Crigna, para sacar del Archivo de ‘La Prensa’ la foto del almirante Rojas obsequiando con un mástil de honor a Espejo, secretario de la CGT, en la base naval de Puerto Belgrano. Acosta volvió al día siguiente a reponer el sobre en el archivo y mientras salía por una puerta, cumplida su tarea, un piquete de marinería entraba al mismo para incautarse de la pieza denunciadora de la que ya teníamos el cliché hecho”. (Revista Dinamis, mayo de 1973).

Ese tercer número de El 45 no pudo salir a la luz, ya que fue clausurado. De todos modos alcanzaron a difundir la imagen en miles de volantes y distribuirlo en los periódicos de precaria existencia que respondían al peronismo.

Uno de ellos, Surestada de Bahía Blanca, reprodujo la fotografía en su segunda entrega, del 30 de diciembre de 1955 y fue clausurado de manera inmediata. Su director José Cafasso, hombre proveniente de Forja y funcionario en el área cultural de la gobernación Mercante, que guardaba vínculos con Jauretche, había recibido la foto y la reprodujo en la ciudad de la base naval. Además de sufrir el cierre del periódico, Cafasso pasó una larga prisión por ese hecho.

El 9 de septiembre de 1957, el semanario Mayoría, en el que colaboraba Jauretche como columnista, luego de recordar el antecedente de Surestada,  publicó en tapa la foto y desarrolló una reflexión en la que señalaba que era un timbre de honor para Rojas haber dado esa condecoración a un “auténtico dirigente obrero, como era y sigue siendo José Espejo” (en ese momento, preso) y en tono entre irónico y sarcástico se preguntaban “si Rojas y otros jerarcas de la actual dictadura han sido puntales del régimen peronista, ¿por qué están en la cárcel legisladores y políticos y obreros por el solo hecho de haber sido peronistas?” (Mayoría, Número 23. 9 de septiembre de 1957).

            En el momento en que la “Revolución Libertadora” se encontraba en retirada, Jauretche al dedicarle una nota a Rojas, tratándolo de “resistente supersónico” (al que nadie había oído criticar por la velocidad del sonido), volvió sobre el asunto: «Pero donde el contraalmirante debió beber las heces hasta el fondo de la copa fue cuando, en Puerto Belgrano, no permitió que otro entregara el mástil de honor puesto en las manos del descamisado Espejo y, en profundo desgarramiento, tuvo encomiosas palabras para ‘la señora’. En el archivo de La Prensa existe o existía un sobre con la nota y las fotografías del acto, originales de la fotografía y noticia publicadas en el número correspondiente. En mi preocupación por que tal hecho de la resistencia del contraalmirante no fuera ignorado por los pueblos, ya intervenida La Prensa conseguí que un valiente periodista sacara el sobre, y reproduje su contenido en volantes que tuvieron amplia difusión. Iba a ser reproducido también en El 45, pero la humildad del contraalmirante lo impidió, clausurando el periódico. Todo el mundo sabe que el contraalmirante ama la libertad de prensa, pero ama aun más su humildad de resistente secreto; así, el periódico Surestada, de Bahía Blanca, que también reprodujo las fotografías, fue clausurado y su director José Cafasso padeció una larga prisión.”(Qué. Número 170. 18 de febrero de 1958. p.10-11). La nota iba acompañada de una imagen de Rojas de civil, sin reproducir la foto polémica.

            En el momento en que la imagen, constituida en denuncia de complicidad y servilismo, parecía pasar al olvido como un mal recuerdo tanto para el marino como para quienes habían sufrido la cárcel por haberla difundido, se produjo un incidente que la volvió a colocar en la superficie.

Rojas denunció a Frondizi por su acuerdo electoral con Perón. Un diputado por  Misiones, Roberto A. Galeano, salió en defensa del Presidente y le envió un telegrama a Rojas diciéndole que carecía de autoridad moral para censurar a nadie, ya que había sido “un lacayo de Perón y su esposa”.

Rojas se sintió agraviado y envió padrinos, eligiendo un duelo a pistolones con carga de pólvora y balas de plomo.

Este se llevó adelante el día 4 de julio de 1959, en la zona bonaerense de Pilar, produciéndose un intercambio de tiros, saliendo ambos contrincantes ilesos. En los tres lances, Rojas disparó primero.

Al concluir el duelo, Galeano aceptó la conciliación, Rojas no. A partir de esa actitud, el primero le espetó: “Rata de m…..”. Los padrinos convinieron en retirarle el título de caballero a Galeano, a quien no le importó esa destitución…

Una vez más, la Revista Mayoría retomó el tema y en tapa colocó una foto de Rojas, esta vez acompañando a Aloé con un retrato de Eva Perón de fondo y una foto de su contrincante, el diputado Galeano. Ambas fotos, fueron cruzadas con la leyenda: “ILESO en el campo del honor, pero no ante la OPINION PÚBLICA”, enviando a nota interna de página 12 (Número 113, 9 de julio de 1959).

En el interior reprodujo ampliada la imagen de la entrega del mástil y tituló: “La foto del escándalo”.

En la bajada señalaban que la foto había sido esgrimida en la Cámara de Diputados y como “testimonio irrecusable” había dado “lugar al telegrama del diputado Galeano”.

El medio no dejaba pasar la oportunidad para recordarle a los legisladores de la UCRI su tardía reacción, ya que habían ascendido a Rojas, sin tomar en cuenta que en septiembre del año 1957 Mayoría había hecho pública en el ámbito metropolitano de esa foto.

Fuentes:

Colección Revista Qué sucedió en siete días.

Colección Revista Mayoría.

Colección Surestada.

Referencias:

Galasso, Norberto. Jauretche y su época. La revolución inconclusa. 1955-1974. Buenos Aires, Corregidor, 2006.

                                                          Julio César Melon Pirro y   Darío Pulfer