TRAVERSI, Rodolfo Santiago. (Buenos Aires, 1927 –Buenos Aires, 3 de junio
de 1999).
Nació en la Capital Federal y se crió en el Barrio de Villa Lugano. Se inició en
la actividad política desde joven. Dirigió una sección de la Capital Federal de la Unión Nacionalista de Estudiantes Secundarios de la Alianza Libertadora
Nacionalista.
Tras el surgimiento del peronismo comenzó a cuestionar el liderazgo de
Juan Queraltó junto a Alfredo Vezza, Mario Álvarez, Alberto De Nápoli, Carlos Burundarena, entre otros.
Traversi se vinculó con la Liga de los Derechos del Trabajador, promovida
por Vicente Sierra, José María Castiñeira de Dios y Fernando García della Costa, bajo los auspicios del Ministro de Obras Públicas Juan Francisco Castro. Esta organización buscaba instalar la necesidad de la reforma constitucional. Su medio de expresión fue el periódico Octubre. A partir de ese pasaje, en el año 1947, se afilió al Partido Peronista. Colaboraba en el secretariado nacional de la Unión Personal Civil de la Nación.
En 1951 comenzó a organizar junto otros jóvenes nacionalistas – sea
provenientes de la Alianza Libertadora Nacionalista o de la Alianza de la Juventud Nacionalista- con el apoyo del por entonces ministro de Salud Ramón Carrillo, la estructura del Movimiento de la Juventud Peronista. Hacia fines de 1951, la dirigencia del Partido Peronista, bajo la supervisión de Alberto Teissaire, proyectó la construcción de ese movimiento dentro de la órbita partidaria, prestándole su propia sede.
Entre los dirigentes de esta primera JP se contaba Rodolfo Traversi, bajo la
dirección de Luis Alberto Priori Gordillo y Rómulo di Gasbarro a nivel nacional y de Alfredo Mateos en el ámbito de la Capital Federal. También participaba su hermano Antonio y Alberto de Morra. Publicaron un periódico llamado Lealtad. Su primera asamblea fue celebrada en marzo de 1954. Desarrollaron encuentros, entre las que se destacó las Jornadas Doctrinarias de mayo de 1955, realizada en el Teatro Avenida, en las que Rodolfo Traversi fue uno de los oradores, junto a su hermano Antonio, Alfredo Carballeda, Manuel Funes, Hugo Ferraro, entre otros.
Hacia mediados de 1955 la Juventud Peronista había alcanzado un
desarrollo limitado, sin autonomía política real, aunque con la intervención de John William Cooke se involucró en el conflicto político de entonces. Cooke designó a Jorge Mario Framiñán como delegado y enlace con el Comando de la Juventud capitalina encabezada por José Luis Cora. Con su apoyo organizó un acto en el Teatro Politeama para lanzar la ofensiva política en el distrito.

Tras el golpe de 1955, cundió el desconcierto.
El local de la calle Riobamba, sede de la Intervención del PP de la Capital, en
el que funcionaba la filial del MJP fue centro de reuniones. Allí convergían Alberto de Morra, Tito Bevilacqua, Tuli Ferrari. Traversi funcionaba, en palabras de uno de los protagonistas como “secretario medio fantasma de la J.P.”. En ese mismo espacio nació el Comando Nacional Peronista, de César Marcos y Raúl Lagomarsino.
En noviembre de 1955, la Juventud Peronista intentó posicionarse de la
mano de Rodolfo Traversi, llamando a adherir a la huelga general convocada por la CGT en el contexto del desplazamiento de Lonardi como presidente de facto.
Poco después, el local fue allanado y clausurado por la Revolución
Libertadora.
La pérdida del espacio de encuentro obligó a replegarse en los barrios
mediante operaciones de superficie de corte clandestino, como pintadas,
panfleteadas o actos relámpago. Al surgir diferentes grupos operativos, para darle fuerza organizativa, en ese momento, Traversi convocó al Primer Congreso de la Juventud para el día 18 de diciembre.
En condiciones de clandestinidad, firmaron el siguiente documento:
«… dispuestos a tomar la bandera, cuyo testimonial entregara a la juventud el Excmo. Sr. Presidente Gral. J. Perón el 1ro de Mayo ppdo, a la Cámaras Legislativas

JURAMENTAMOS:
Luchar hasta la muerte por la vuelta del jefe y líder del movimiento peronista, general Perón(…)
Fuimos la avanzada del 45, y seguimos con el mismo entusiasmo de aquella hora, para retomar el frente de la primera línea de combate, allí donde los hombres aman la PATRIA y al PUEBLO deciden su destino(…)
Templados en el crisol de la lucha, las JUVENTUDES DE LA PATRIA serán las avanzadas del PERONISMO para borrar de nuestra historia los movimientos reaccionarios y antipopulares, hoy representados por los usurpadores del Gobierno.

JUVENTUD ARGENTINA, de pie frente a la traición y la entrega, todo sacrificio y esfuerzo será poco,
hasta que no se cumpla la consigna del PUEBLO: LA VUELTA DE PERÓN».


Tres fueron los grupos que buscaron tomar contacto directo con Perón en el
exilio: el “Comando Nacional Peronista” de Marcos y Lagomarsino; el “Comando Coronel Perón volviendo a las bases” y el grupo que nucleaba a los restos dispersos de la primera Juventud Peronista, oriendata por Traversi. Perón envío sus directivas generales a principios de 1956. El destinatario fue Enrique Oliva, activo militante de la resistencia. A la vez el líder exiliado le indicaba a Traversi que tomara contacto con Oliva, para conocer el contenido de las directivas específicas para la juventud, pero que antes certificara que se trataba de un ex profesor de la Universidad Nacional de Cuyo…
Volcados a la acción agitativa, su escenario fundamental eran los barrios, en
los que promovían la formación de comandos operativos. Por las noches
convocaban a militantes en la Plaza Martín Fierro para entregarles paquetes con volantes conteniendo denuncias o el recuerdo de las consignas doctrinarias del peronismo para ser distribuidas entre los vecinos.
Juan Vigo, en sus memorias sobre la primera resistencia peronista, lo
destacó como referentes del ámbito juvenil, describiéndolo así: “De regular
estatura, buen físico, amplio tórax, sereno, medio en sus expresiones,
cauto….modesto en el vestir, casi diría que descuidado, daba la impresión del
guerrillero que abandona temporariamente sus actividades en pleno combate para asistir a una reunión de estado mayor (…) era valiente, se movía como un coatí y reunía varias otras condiciones positivas”. El santafesino ponderó sus juicios sobre organización y lucha clandestina, considerándolo “inteligente y listo, un típico muchacho criollo lleno de condiciones y capaz de asimilar en corto término cualquier aprendizaje”.

Traversi fue apresado y enviado al Penal de Ushuaia. Allí sufrió la tortura.
Los rastros de esa situación duraron muchos años. Para superar los daños y
lesiones sufridas practicó regularmente distintos deportes.
En el año 1957 realizó una nueva convocatoria para la reorganización de la
juventud peronista, sin mayor suceso. De manera simultánea se había ido
creando otras agrupaciones de juventud peronista que tomaban como eje de su accionar la zona céntrica de la Capital. De ese modo, la experiencia previa
orientada por Traversi se fue eclipsando del escenario y de la memoria.
En la década del ’60 se dedicó a la dirección técnica del equipo de fútbol
Club Atlético Bolívar de Córdoba.
Traversi se integró al Consejo de Planificación, orientado por Leopoldo
Frenkel, a finales de 1972. Se incorporó al Área de Cultura, ya que estaba
elaborando un Plan de Deportes. En la Municipalidad de Buenos Aires fue
designado Interventor en la Radio Municipal para resolver un conflicto gremial.
Solucionado el conflicto fue nombrado Director General de Deportes y Recreación. 
Su destacada acción hizo que fuera llamado por el Secretario de Estado de
Deportes y Turismo de la Nación, Pedro Eladio Vázquez, quien lo colocó al frente de la Subsecretaría de Deportes de la Nación con retención de su cargo en la Municipalidad.  Fue el autor y promotor de la Ley Nacional del Deporte Nº 20.655, enviada por Perón al Congreso en 1974.
Tras el golpe de 1976 se desempeñó como secretario gremial de la Asociación
Argentina de Técnicos de Fútbol, promoviendo una concepción federalista que implicó la creación de sedes en las distintas provincias argentinas y la formación de escuelas de formación de directores técnicos. En la transición democrática vinculó fuertemente la organización con la CGT liderada por Saúl Ubaldini.
Murió en junio de 1999. En su honor y recuerdo fue instituida esa fecha por
A.T.F.A. como el “Día del Director Técnico del Interior”.

Fuentes
Traversi, Rodolfo. Secretario General de la Juventud Peronista, Distrito Federal y Gran Buenos Aires, “Mensaje a la Juventud PERONISTA: Al Pueblo de la Patria” (Primer Congreso de la Juventud del Partido Peronista Distrito Federal y Gran Buenos Aires. ‘Presidente de los Argentinos
General Juan Perón’). Buenos Aires, 18 de diciembre de 1955.

Referencias:

Acha, Omar. Los orígenes olvidados de la Juventud Peronista (1945-1955): la protohistoria de un mito argentino. Actas del Congreso de la Red de Estudios del Peronismo. Buenos Aires, 2010.
Baschetti, Roberto. Rodolfo Traversi. Militantes peronistas uno por uno. www.robertobaschetti.com
Lupo, Víctor. Historia política del deporte argentino. Buenos Aires, Corregidor, 2004.
Sulé, Oscar. Resistencia peronista. Correspondencia con Perón. Buenos Aires, Forjando Ideas, 2013.
Vigo, Juan. Crónica de la resistencia peronista. Buenos Aires, Peña Lillo, 1973.

Darío Pulfer