«Ese plan era una reedicion del viejo plan Larkin  que se había: puesto en marcha durante 1961 y  que el gremio resistió con heroicidad. En 1967 se reitera esta política destructora del sistema ferroviario: liquidan ramales, levantan talleres, se producen cesantías disminuyen los, agentes ferroviarios, en fin, fue una maniobra agraviante a la dignidad de los trabajadores, cosa que me parece lo más grave que se les puede hacer a las personas. La primera gran huelga se realiza en marzo de 1967, produciéndose una reacción muy dura por parte del gobierno militar; dejan cesantes a todos los dirigentes.

¿Cuál fue finalmente el resultado de la lucha?

El resultado fue exitoso. El gremio ferroviario tarda mucho en reaccionar, pero cuando lo hace, es en forma decidida. Digo siempre que se parece, por ésta característica, a un gran «monstruo dormido».

Gracias a la huelga el plan de liquidación del sistema ferroviario no pudo completarse, debido a la actitud combativa del gremio, Por supuesto que tal rechazo provocó cesantías, se removió a la comisión etc.

¿Recibieron apoyo de otros gremios?

La Fraternidad fue solidaria con la Unión Ferroviaria, pese a que, si bien nosotros soportamos no menos de diez intervenciones, la Fraternidad supo tener «habilidad» para zafarse de éstas. Tal es así que yo no recuerdo, en los últimos cuarenta años, una sola intervención a ése gremio. Con respecto al resto del sindicalismo, hemos recibido apoyo de los sectores más combativos, no así de los sectores «participacionistas» (que creian que debían «participar» con el régimen dé Onganía) que nos dieron la espalda Estas dos posturas precisamente eran resultante de lo que se discutía en aquél entónces: la participación o no con la dictadura de Onganía.

Casi simultáneamente a la huelga ferroviaria, en noviembre de 1966 se reune el Comité Central Confederal de la CGT para revisar las relaciones con el gobierno. ¿Qué posición sostenia usted en aquel entonces?

Yo plantee en el Comité Central Confederal Normalizador el asunto de la «participación», ya que algunos se habían confundido y creían que así como participamos en el gobierno popular de Perón-plenamente justificada, por otra parte, ya que los trabajadores eran parte del  poder político debíamos participar de la dictadura de Onganía. Recuerdo que manifesté en el Comité Central Confederal «¿En qué participar: en el hambre, la desocupación, la represión, en el castigo, en la cesantía? Este tipo de participación, los trabajadores la rechazan.»

Pocos meses después, en marzo de 1967 el movimiento obrero decide enfrentar frontalmente al gobierno militar organizando un paro nacional; ¿Que ocurrió entonces?

No recuerdo bien la fecha del paro, pero si estoy seguro que se hizo después de la huelga ferroviaria, ya que hasta ese momento no se habían producido protestas salvo los portuarios encabezados por Tolosa. Este paro se produjo con el apoyo de los que combatíamos a Onganía y el desconocimiento por parte de los “participacionistas”.

Un año después el sindicalismo se divide y un  important sector se encolumna tras la CCT de los Argentinos. ¿Que es lo que finalmente determina la ruptura? ¿ Cuáles eran las posiciones fundamentales de la nueva CGT?

En aquel famoso plenario es que se fractura el movimiento obrero, y por un lado quedó la CGT de los Argentinos, encabezada por Raimundo Ongaro, con nuestro apoyo decidido, mas un sector de municipales, de Obras Sanitarias, Julio Guillán de telefónicos y otros compañeros y llevamos a cabo una actitud de resistencia. El otro grupo, que se denominó la CGT de Azopardo quedó casi históricamente comprometida con una actítud participativa en la represión y en las peores cosas que sufrió el movimiento obrero.

La CGT de los Argentinos nace como una necesidad de reconocimiento solidario hacia algunos gremios no intervenidos (la Unión Ferroviaria, portuarios, FOTIA, etc) que los hombres de Azopardo habían desconocido. Por este motivo se produjo la fractura del movimiento obrero ya que nosotros levantabamos las mejores banderas de la clase obrera, mientras que otros se quedaron jugando con la idea de la participación.

Sin embargo ustedes no lograron consolidar el espacio ganado inicialmente y más bien tendieron a perder posiciones. ..

Si laCGT de los Argentinos no consolidó su liderazgo fue por errores de su conducción central, entre los que yo me encontraba. Luego junto con otros dirigentes, Julio Guillán, Ricardo De Luca desertamos de ésta CGT ya que creímos que no se había impreso desde la dirección la defensa de los intereses de la totalidad de la clase obrera. Ya que para triunfar, los dirigentes deben tener en cuenta, primordialmente los intereses de la gente de abajo. Estos no se tuvieron en cuenta; no hubo una línea coherente en la conducción y en la política aplicada para ganar adeptos. Por lo tanto, la CGT de los Argentinos se fue debilitando, desvirtuando, hasta desaparecer.

¿Qué pasó después de eso?

Cuando nos retiramos de la CGT de los Argentinos, continuamos en la resistencia sin incorporamos a los «azopardistas». Hicimos en el gremio ferroviario un trabajo de base junto a radicales, comunistas e independientes, buscando lograr que cese la intervención en nuestro gremio. Luego, por el peso político que tenía Perón dentro del movimiento obrero, se firma un acta de unidad con el sector Azopardo. A partir de alli ocurrieron cosas muy lamentables como los asesinatos de Vandor y Alonso; que es algo que jamás voy a tolerar: que por medio del asesinato político se pretenda sacar del medio a hombres que no piensan como uno. Cuando Perón vuelve al poder, la actitud de la CGT fue muy noble, ya que los trabajadores firmaron una concertación con mucho sacrificio, porque los salarios quedaban prácticamente congelados que fue violada por los sectores empresarios que aumentaba los precios corno si no hubieran firmado nada. [1]


[1] CALELLO, Osvaldo; PARCERO, Daniel. De Vandor a Ubaldini. Buenos Aires, CEAL, 1984. p.115 y ss.