El origen de esta marcha estuvo en una poesía que compuso un joven abogado, Manuel Rodríguez Ocampo (h). Existen diversas versiones sobre los orígenes de la misma. En algunas interpretaciones fue datada con posterioridad a los hechos del 16 de junio de 1955, al calor de la lucha de los grupos civiles revolucionarios. Otra perspectiva señalaba que fue redactada en la cárcel de Villa Devoto en 1951, inspirándose en una poesía de Rainer María Rilke. La cita refería a los versos que rezaban “Quiero morir  mi propia muerte” de los Cuadernos de la muerte del Gran Chambelán. Lo más probable es que fuera escrita hacia 1951, y recuperada a fines de junio de 1955 al calor de las actividades conspirativas para derrocar a Perón.

Otro abogado, Manuel Gómez Carrillo (h) fue quien le puso música. Santiagueño de origen, profesor renunciante de Derecho Comercial en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, por negarse a ponerse luto por la muerte de Eva Duarte de Perón, formaba con sus hermanos el cuarteto “Gómez Carrillo”. Activo conspirador antiperonista, había recibido la letra de un amigo sin conocer al autor. En un momento en que se hallaba escondido en medio de acciones clandestinas, sin contar con instrumento musical alguno, utilizó una mesa de trabajo como caja de resonancia. Gómez Carrillo se habría servido del compás de las bagualas para componer la música, inspirado en el toque de clarín de los conquistadores españoles.

En el mes de agosto de 1955, en la casa de Rodríguez Ocampo (p), por primera vez se interpretó la Marcha de la Libertad. Allí se conocieron los autores de la letra y la música.

A partir de allí en sténcil y mimeógrafo de pasta se imprimieron cientos de ejemplares, que circularon de mano en mano.

El 17 de septiembre, en la casa de la familia Acuña, Gómez Carrillo y un grupo de jóvenes revolucionarios grabaron en cinta magnética la Marcha de la Libertad que fue reproducida por las emisoras radiales cuando se imponía la Revolución Libertadora.

El 19 de septiembre un grupo de amigos, luego identificados como “civiles revolucionarios”, se reunió en el sótano de la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y contando con un micrófono y un grabador de cinta fonomagnética procedieron a su grabación. Horacio Gutiérrez, un técnico en sonido colaboró en el perfeccionamiento del proceso. El grito final de “Viva la Patria” fue proferido por Alberto Chaguaceda.

Triunfante la Revolución Libertadora la marcha fue interpretada por un Coro de Niños en Bahía Blanca y transmitida por las radios locales.

Con posterioridad se hizo la grabación de la marcha por el Coro Estable del Teatro Colón con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires y glosada por los actores Orestes Caviglia, Francisco Petrone, Ilde Pirovano y Dorita Aguirre.

La UNESCO incorporó la marcha entre los himnos universales que “defienden la causa de la libertad”.

El diario norteamericano “The New York Times” señaló en un editorial: “Argentina tiene ya su Marsellesa”.

 En el mes de noviembre de 1955 la revista Esto Es hizo la reproducción facsimilar de la Marcha de la Libertad. Para justificar la inclusión de la misma señalaban que había sido pedida por “varios lectores”. Además, anunciaban que se estaba preparando una edición comercial de la misma con la grabación en disco por la Banda de Aeronáutica Militar.

Fue traducida al inglés por Emilio Stanovich, quien glosó en ese idioma la marcha y por intermedio de la Columbia Broadcasting System se propagó en el mundo de habla inglesa.

 A partir de ese momento todos los regimientos de las tres armas, Marina, Ejército y Aviación, incorporaron a su repertorio esta Marcha. El 9 de julio de 1956 el desfile de las tres fuerzas se realizó al son de los aires de la misma.

La Marcha  se constituyó  en el “canto de lucha de los revolucionarios antiperonistas de setiembre, que se entonaba espontáneamente en las marchas y actos públicos como forma de identificarse con la ‘revolución libertadora’” (Spinelli:16).

Tiempo después, la grabación de los “civiles revolucionarios” del sótano de la Iglesia del Socorro fue llevada a disco y glosada por Arturo García Buhr.

En el marco de las estrategias de difusión del gobierno de la Revolución Libertadora la Marcha de la Libertad fue incorporada a las escuelas argentinas (Spinelli: 16).

Fuentes

Esto Es. Marcha de la Libertad. “Quiero una muerte argentina”. Número 100. 15 al 21 de noviembre de 1955.

Esto Es. La Marcha de la Libertad. Número 140. 14 al 20 de septiembre de 1956.

Referencias:

Spinelli, María E. La desperonización. Una estrategia política de amplio alcance (1955-1958). En Historiapolítica. Disponible en: https://historiapolitica.com/datos/biblioteca/Spinelli1.pdf

Darío Pulfer