(Buenos Aires, 30 de septiembre de 1889 – Buenos Aires, 4 de marzo de 1966).

Abogado, escritor, docente e historiador.

Hijo de inmigrantes. Su padre, Miguel Molinari, se dedicaba al comercio. Su madre fue Paula Marini.

Estudió abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Se volcó a los estudios históricos, integrándose al Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras.

Adhirió al radicalismo desde muy joven. Participó en la organización del mismo en la Capital Federal.

Fue electo en representación de la UCR como Diputado Nacional por la Capital Federal (1924-1928) y también Senador Nacional por el mismo distrito (1928-1930).
          Yrigoyen lo nombró a cargo  del Departamento Nacional de Trabajo y luego subsecretario de Relaciones Exteriores, siendo destacado en numerosas oportunidades en misiones especiales a países latinoamericanos.

Tras el golpe de estado de 1930 debió abandonar la Argentina y exiliarse primero en Brasil y luego en París. Viajó con su esposa, Inés López Puelma.

Tras su regreso en 1931 fundó una agrupación disidente, a la que llamó “Partido Radical – Gorro Frigio”, para rechazar la reunión de los yrigoyenistas con los antipersonalistas. Participó de conspiraciones militares en 1936 y 1941, vinculándose con sectores nacionalistas.

Fue neutralista. Apoyó al peronismo. Fue electo senador en 1946, desempeñándose como Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores. Al concluir su mandato retomó la cátedra universitaria. Por ese tiempo, ya alineado en posiciones revisionistas, sostuvo vivas polémicas con quienes reivindicaban la batalla de Caseros.

Tuvo tres hijos: Diego Hipólito, Arturo Miguel y Ricardo Luís.

Fue miem­bro de nú­me­ro de la Aca­de­mia Na­cio­nal de Cien­cias Eco­nó­mi­cas, ca­te­drá­ti­co en la Fa­cul­tad de De­re­cho, de la Uni­ver­si­dad Na­cio­nal de La Pla­ta, y en la de Bue­nos Ai­res en las fa­cul­ta­des de Cien­cias Eco­nó­mi­cas y en la de Fi­lo­so­fía y Le­tras. Fue di­rec­tor del Ins­ti­tu­to de In­ves­ti­ga­cio­nes His­tó­ri­cas, pro­fe­sor en el Co­le­gio Na­cio­nal de Bue­nos Ai­res y en el Ins­ti­tu­to del Pro­fe­so­ra­do Se­cun­da­rio. Además fue miembro de la Sociedad de Historia y Geografía de Chile y de la Sociedad de Americanistas, con sede en París.

Formó parte de la Nueva Escuela Histórica. Fue autor de una importante cantidad de libros y publicaciones sobre historia entre las que se destacan: La «representación de los hacendados» de Mariano Moreno. Su ninguna influencia en la vida económica del país y en los sucesos de mayo de 1810 (1914); La trata de negros (1914), El gobierno del Perú, siglo XVI (1916), El control internacional del tráfico de armas (1924), Antecedentes de la Revolución de Mayo (1926), Viva Ramírez! (1938), El na­ci­mien­to del Nue­vo Mun­do (1941), La tra­ta de ne­gros; da­tos pa­ra su es­tu­dio en el Río de la Pla­ta (1944).

Tras la caída del peronismo se asiló en la Embajada de Panamá. Se radicó en Chile, aprovechando los orígenes familiares de su esposa. Poco después, la comisión investigadora Número 43, pidió orden de captura para los legisladores afines al peronismo. En su dictamen final, la Comisión no acusó a Molinari de enriquecimiento ilícito, aunque lo involucró en la comisión de otros delitos por lo que su expediente fue derivado a la Justicia en lo penal.

En las claves secretas que intercambiaban Perón y Cooke, Molinari figuraba como Faustino.

El exilio no impidió que prosiguiera con sus investigaciones. En esa época escribió la primera epístola sobre los títulos originarios que la República Argentina tenía sobre su territorio actual y, a su regreso, redactó la segunda y tuvo oportunidad de señalar cómo desde el comienzo de la gesta emancipadora se fijó en Chile y la Argentina el uti possidetis juris de 1810, como base de toda demarcación, mencionando el tratado propuesto por Alvarez Jonte, en 1811, como la Primera Unión del Sur entre ambas comarcas. Estas posiciones provocaron una respuesta del historiador chileno Jaime Eyzaguirre.

A su regreso se refugió en su casa de Belgrano, O’Higgins 1414. Poseía una valiosa biblioteca y colección de documentos reunida en más de cuarenta y cinco años de investigaciones en archivos nacionales, públicos, privados y del extranjero (Chile, Uruguay, Brasil, España, Francia, Inglaterra y Ciudad del Vaticano).

Siguió haciendo política, manteniendo su fidelidad al peronismo. Fue integrante del Consejo Coordinador y Supervisor y miembro de la Junta Promotora Nacional del Partido Justicialista.

En septiembre de 1959 Perón le pidió que recibiera al rector de la Universidad de Santo Domingo, Arturo Despradel, de visita en Buenos Aires por el desarrollo de un Congreso de las Universidades Latinoamericanas. En la misiva le pedía, además, que nucleara a sectores universitarios. Molinari se presentó ante el Consejo Coordinador y Supervisor, máxima autoridad partidaria del peronismo del que formaba parte, para mocionar la creación de una comisión específica a tal fin. El organismo dispuso la creación de la misma, quedando a cargo de Molinari.

En un reportaje de la revista Santo y Seña, de diciembre de 1959, aseguraba que Perón retornaría, tarde o temprano.

A principios de los años ‘60 reunía en su casa a jóvenes vinculados a agrupaciones peronistas con quienes departía recuerdos y reflexiones políticas.

Incardinado en el revisionismo histórico, envió una contribución a la Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan M. de Rosas sobre Rosas y Southern que fue publicada en la entrega Número 23. En la misma orientación, en 1962, publicó Pro­le­gó­me­nos de Ca­se­ros, en el que asumía la autoría de una serie de notas polémicas enviadas al diario La Nación y al Presidente de la Junta de Historia “Justo José de Urquiza”, Delio Panizza con motivo del centenario de Caseros.

En 1962 el Centro de estudiantes del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González, presidido por José Azerrat,  publicó el texto “Rosas y Southern: el primer encuentro”, como primera entrega de sus Cuadernos de Cultura. Se trataba de un homenaje a un antiguo y reconocido profesor de la casa. Destacaban a Molinari, por poseer un “espíritu animado por un profundo amor a su Patria y a su Pueblo” y resaltaban su calidad de Maestro y su capacidad científica.

En 1964 fue publicado “Descubrimientos y conquista de América: de Erik el Rojo a Hernán Cortés”, por EUDEBA, obra final de la trayectoria del autor.

Ese mismo año ingresó en la Cámara de Diputados de la Nación un Proyecto de Ley suscrito por José O.Ruiz, José M. Fernández y Martín Lozano en el que se autorizaba a la Comisión Administrativa de la Biblioteca del Congreso a adquirir la biblioteca de Molinari. La propuesta fue derivada a la Comisión de Educación. La iniciativa no prosperó.

En 1965 sostuvo un intercambio epistolar con Juan D. Perón, que publicó poco después.  El líder exiliado sabía que se encontraba “pachucho” por lo que le deseaba una pronta mejoría y recordaba con afecto y reconocimiento a Molinari:

“Siempre recuerdo en forma entrañable las mañanas que pasamos juntos en la Casa de Gobierno, ‘antes que llegara el lechero’, como decían los muchachos, en las que me fue dado escuchar de sus labios muchos sabios consejos y valiosas infor­maciones. Es que nada une tanto como el recuerdo de los vie­jos conmilitones de una lucha sincera y leal, en la que con idéntica honradez nos empeñamos entonces, Usted con su prudencia y sabiduría y yo con el incontenible entusiasmo que da la verdad”.

            Molinari despachó la carta de respuesta en diciembre de ese año. Ya se encontraba debilitado.

Al final de sus días estaba acompañado por su esposa, Inés López Puelma, y Arturo, su hijo.

Falleció a los 76 años de edad el  4 de marzo de 1966 en Buenos Aires.

El Senado de la Nación rindió honores a su memoria y Carlos Perette, senador por la U.C.R. gestionó el envío de una ofrenda floral en nombre del cuerpo.

El día siguiente el Diario La Prensa, consignó:

“Estudioso e investigador de la Historia, profesor universitario, funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores, diplomático y varias veces diputado y senador nacional…lo que definió su vida pública fue su diferente actuación política. Desde muy joven, perteneció a la UCR…años después se incorporó al régimen de la segunda tiranía en el que tuvo una notoria figuración”.

En su funeral hicieron uso de la palabra, entre otros, Antonio Cafiero y Oscar Alende.

Fuentes:

Cafiero, Antonio. Diego L. Molinari, el maestro controvertido. Una historia a vuelo de pájaro, un recuerdo vivo. En Desmemoria, Número 13-14. Buenos Aires, 1997.

Carta de Juan D. Perón a Diego Luis Molinari. 25 de septiembre de 1959. En Klein, H.; Chiaramonte, J. C. El exilio de Perón.  Los papeles del Archivo Hoover. Buenos Aires, Sudamericana, 2017.

Carta de Juan D. Perón a Diego Luis Molinari. 12 de septiembre de 1965. En Molinari, Diego L. “Antes que llegara el lechero…”. Buenos Aires, Del Autor, 1965.

Comisión Nacional Investigadora. Documentación, autores y cómplices de las irregularidades cometidas durante la Segunda Tiranía. Buenos Aires, Vicepresidencia de la Nación, 1958.

Molinari, Diego L. Declaraciones. Revista Santo y Seña. 1 de diciembre de 1959.

Molinari, Diego L. Rosas y Southern. El primer encuentro. Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan M de Rosas. Número 23. Buenos Aires, 1961.

Testimonio de José Azerrat.

Obras:

Tesler, Mario. “Aportes de Diego Luis Molinari a la cultura hispanoamericana”, en “Historia” Nº 6, Buenos Aires, junio/agosto 1982. 148 registros.

Referencias:

Chavez, Fermín. Diccionario de peronistas de la cultura. Buenos Aires, Theoria, 2003.T.I.

Cutolo, Vicente. Historiadores argentinos y americanos. Buenos Aires, Casa Pardo, 1966.

Devoto, Fernando. Los intelectuales escriben a Perón. en Klein, H.; Chiaramonte, J. C. El exilio de Perón.  Los papeles del Archivo Hoover. Buenos Aires, Sudamericana, 2017.

Pagano, Nora. Olvidar y recordar una historia de vida. El sujeto y las comunidades interpretativas.El caso de Diego Luis Molinari. En Pagano, Nora; Rodríguez, Martha (coord.). La historiografía rioplatense en la posguerra. Buenos Aires, La Colmena, 2001.

Peco, José L. Diego L. Molinari. Revista La Fundación. Número 5. Abril 1995.

Quién es Quién en la Argentina. Biografías argentinas contemporáneas. Buenos Aires, Kraft, 1955.

Unamuno, Miguel. Diego Luis Molinari, parlamentario e historiador. Buenos Aires, Círculo de Legisladores, 1998.

Darío Pulfer