Tigre, Provincia de Buenos Aires, 1918- Provincia de Buenos Aires, 7 de octubre de 1977).

            Apodo: “El Alambre”.

            Nació en una familia de raíces antiguas en Tigre, siendo el menor de cinco hermanos.

            Se desempeñaba como pintor de brocha gorda, contando con una pequeña empresa. En las postrimerías del peronismo estaba casado y tenía tres hijos.

            El 16 de junio de 1955 se encontraba realizando un trabajo en Rivadavia y Talcahuano, cerca de la Plaza de Mayo y se acercó al lugar para defender al gobierno. En grupo intentaron asaltar una armería y pertrecharse, pero fueron atacados desde los altos de la Catedral.

            Se consideraba peronista, pero no estaba afiliado ni actuaba orgánicamente en ningún espacio. Los bombardeos causaron en él una fuerte impresión y a partir de allí comenzó una actuación militante que se amplió en tiempos de la resistencia peronista.

            Se enroló desde Tigre en la conspiración liderada por Valle. Lo destacaron a la zona de La Boca. Tras el fracaso, comenzaron a organizarse en células clandestinas acopiando armamento, constituyendo el Comando Zona Norte. Comenzaron a fabricar pólvora, luego a armar “caños”, para distribuirlos en distintas zonas de la Capital y el Gran Buenos Aires a través de una red de canillitas. Llegaron a realizar envíos al interior. Luego pasaron las fórmulas de fabricación.

            Las acciones eran espontáneas. Peter “El Negro” Castro fue el responsable de la primera organización, habiendo actuado en el levantamiento de Valle como lugarteniente de Tanco. En ese tiempo nació su amistad con Carlos Romagnolli, con quien tomaron un polvorín en Batán sustrayendo 700 kilos de dinamita mediante un enlace con Mar del Plata. Al mismo tiempo se relacionaban con el “Chango” Mena de la zona norte que también contribuía al acopio de materiales explosivos. El lugar de concentración fue una casa en Cañuelas en la que Brid estuvo refugiado. Desde allí planeaban volanteadas, voladuras, actos relámpagos para mostrar que los grupos seguían activos, a pesar de las detenciones que venían sufriendo.

            Su nombre apareció en una lista requisada en Montevideo a Eduardo Colom. Le pusieron captura recomendada. Tras un viaje a Rosario, fue delatado por un infiltrado y detenido en Cañuelas. Fue llevado a Lanús, donde fue interrogado. Luego fue trasladado a Olmos donde permaneció ocho meses. Su abogado defensor fue Fernando Torres, quien le transmitió la “orden” de votar por Frondizi.

            Con la amnistía del nuevo gobierno recuperó la libertad.

            Fue integrado al Comando Táctico como parte de la representación de la denominada resistencia peronista. Viajó a Montevideo y se reunió con Cooke. Luego, por una diferencia interna, el grupo de la “resistencia” se alejó del Comando. Volvió a integrar la delegación nacional, tiempo después. Brid resultó electo junto a Oscar Albrieu y Delia Parodi en el marco de la nueva entidad denominada Consejo Coordinador y Supervisor del peronismo para designar a los responsables de la reorganización partidaria en las provincias.

            Más allá de las acciones políticas de superficie en las que estuvo comprometido, Brid continuó con la actividad clandestina asociada a los comandos especiales mediante el ataque a polvorines, la fabricación de explosivos cada vez más complejos y la planificación de actos contrarios al gobierno.

            Al caer el núcleo de Mar del Plata, con el que Brid tenía relaciones desde hacía mucho tiempo, se intensificó su búsqueda, obligándolo a emigrar a Uruguay saliendo en una canoa desde el Tigre hacia Carmelo. Tuvo solo veinte días de libertad: por pedido de la policía argentina fue detenido por la uruguaya. Pasó un año preso y cuando pensaba que iba a ser liberado, fue nuevamente detenido en condiciones “administrativas” por otro año. Defendido por los abogados Verduc y Ottalagano salió en libertad en el año 1962. Luego de integrarse en la comunidad de exiliados del Uruguay, en tiempos en que Américo Barrios ejercía la delegación de Perón, volvió clandestinamente a la Argentina. Se encontró con su familia que vivía penosamente en Claypole, por cuestiones de seguridad.

            Visitó a Remorino que había sufrido un atentado recientemente y se preparó para viajar a Madrid para entrevistarse con Perón. En el encuentro intercambiaron sobre la situación, Perón le ratificó la línea “revolucionaria” de la insurrección popular y le habilitó a denunciar a quienes habían planeado atentados para resolver cuestiones internas del peronismo.

            Al producirse el ataque al Policlínico Bancario la Policía Federal libró pedido de captura al listado de quienes participaron y a otras personas entre quienes estaba Brid.

            En 1965 fue nuevamente detenido por Coordinación Federal por unos días por los pedidos de capturas pendientes de los tiempos de aplicación del Conintes.

            A principios de los años setenta se acercó a Alicia Eguren, participando de la publicación periódica Nuevo Hombre. En ese medio publicó una serie de notas sobre la resistencia peronista detallando su actuación en la misma.

            Al regresar el peronismo al gobierno fue designado por el Intendente Leopoldo Frenkel, como Jefe de Operaciones de la Policía Municipal de la Capital Federal.

            El 7 de octubre de 1977 fue secuestrado en su domicilio de San Fernando junto a su hijo David Jorge, mediante un operativo ilegal de detención y posterior desaparición forzada.

            Habría sido visto en el CCD Mansión Seré dependiente de la Fuerza Aérea Argentina. Su hijo salvó su vida y denunció a Sergio Alberto Gianotti, primo de su madre, que se colaboraba en el centro de detención.

            Es un caso incluido en causa judicial en la que se investigaron, probaron y condenaron delitos de lesa humanidad.

Fuentes:

Brid, Juan C. Historia de la resistencia peronista. 1955-1970. En Revista Nuevo Hombre. Seria publicada en 1971.

Referencias:

James, Daniel. Resistencia e integración. Buenos Aires, Sudamericana, 1991.

Salas, Ernesto. “Cultura popular y conciencia de clase en la resistencia peronista”. en Revista Ciclos. Número 7. Segundo semestre de 1994.

Darío Pulfer