(Córdoba, 1935 -)

Carlos “Pancho” Gaitán nació en el año 1935 en el seno de una familia trabajadora del barrio Alberdi de la ciudad de Córdoba. Su temprana biografía política está signada por la figura de su padrastro, un trabajador industrial y militante de barrio que en 1945 convirtió a su vivienda en sede del llamado “fortín” del Partido Laborista. A esas reuniones se remontan entonces los primeros recuerdos políticos de Gaitán, quien –llevado acaso por cierta curiosidad infantil– presenció en varias oportunidades aquellas discusiones protagonizadas casi diariamente por trabajadores de barrio que comenzaban a organizar su simpatía por Juan Domingo Perón. 

A los 15 años, luego de realizar sus estudios primarios en la escuela José María Paz, se incorporó a la escuela de aprendices industriales que funcionaba en los establecimientos de la Fábrica Militar de Aviones. Luego de un almuerzo en la fábrica asistía al Colegio Jerónimo Luis de Cabrera en el centro de la ciudad, con los mismos compañeros con quienes había compartido la jornada fabril y en torno a quienes comenzaba a forjarse una comunidad sostenida más allá de las obligaciones laborales. Ambas instancias de formación dependían del mismo programa de capacitación y orientación profesional impulsado por el Ministerio de Trabajo.

En 1955 Carlos Gaitán era peronista, afiliado al partido, pero no militaba. Estaba, en cambio, afiliado a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y formaba parte activa de las discusiones que tenían lugar en la Fábrica de Motores a Reacción, perteneciente a las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME),donde se desempeñaba como obrero tornero.El golpe de estado supuso un punto de inflexión en su posterior trayectoria política. Observador privilegiado del despliegue que la fuerza aérea llevó a cabo en las inmediaciones del complejo industrial donde trabajaba, pasó a integrar una red de contactos dispuestos a planificar las primeras acciones de desobediencia frente al derrocamiento del gobierno peronista.

Gaitán describe la temprana organización de “la resistencia” como un “proceso de organización celular”, desplegado en pequeños grupos de diez personas, con un responsable a cargo y un “segundo”. Él mismo encabezó uno de los comandos que desarrolló sus actividades en barrio Alto Alberdi. Los primeros meses se destinaron a la “búsqueda de compañeros”. A la salida de la fábrica y en la moto Puma que había comprado unos meses antes gracias a su trabajo, acudía a las casas de hombres y mujeres de sabida identidad peronista, con la intención de engrosar aquel principio de organización. Según sus palabras, al comienzo “el fuerte era la información: qué es lo que pasaba, cómo venía la cosa, qué fuerzas se enfrentaban, qué cosas podíamos hacer”. Las reuniones clandestinas se multiplicaron y junto con ellas cristalizaron algunos símbolos duraderos en la memoria militante, como las “cocinas peronistas”, lugar de reunión por excelencia y espacio de despliegue de un protagonismo femenino que tuvo en los propios hogares un rol fundamental. 

En 1956 fue convocado para realizar el servicio militar, que cumplió durante el transcurso de aquel año entre su ciudad natal y Uspallata, en la provincia de Mendoza. A su regreso se encontró con un panorama organizativo diferente y en cierto sentido más aceitado, respecto al que su reclutamiento había interrumpido. En Córdoba, la llamada “resistencia” se encauzaba ahora a través de tres agrupamientos alternativos: el Comando de la Resistencia Peronista (CRP), “el grupo de Robins, Lazo y Machado” y la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN), a la que se integró al poco tiempo de su reincorporación. Según Gaitán, el CRP, el más numeroso de estos grupos, contaba entre sus filas con una gran cantidad de policías encabezados por Bernardo Gordillo, y ese motivo desalentó que lo considerara una opción afín a sus intereses.

A comienzos de 1960 tuvo lugar en la ciudad de Córdoba un sucesode gran resonancia en la época: la explosión de la planta de Shell-Mex ubicada en barrio Las Flores, que provocó trece muertos y varios heridos. El hecho nunca fue esclarecido, sin embargo al poco tiempo y bajo el amparo del plan CONINTES se produjo la detención de numerosos militantes sospechados de haber participado en el episodio, entre los que se encontraban Carlos Gaitán y varios de sus compañeros. Estuvo preso un año y medio, entre la Cárcel de Encausados y distintas dependencias militares con sede en la ciudad.La experiencia de esa reclusión fue, según su testimonio, decisiva en su proceso formativo; en la cárcel leyó y estudió muchos de los autores que pasaron a integrar su universo de referencias. Recuerda especialmente la colección de ensayos políticos y culturales La Siringa, que Arturo Peña Lillo le envió. La generación de militantes peronistas que lo antecedía jugó un papel clave en el proceso de acercamiento a ciertas lecturas.

Al poco tiempo de su liberación comenzó a trabajar como taxista y pronto se involucró en el provisorio rearme del Partido Justicialista, que tuvo lugar con motivo de las elecciones de 1962, en cuya campaña a nivel provincial participó de manera activa. A mediados de aquel año se exilió temporalmente en Montevideo, y a partir de entonces protagonizó una serie de viajes de gran significación política. En primer lugar, un operativo de entrenamiento militar en Cuba, impulsado por John William Cooke y organizado por el Partido Comunista cubano. Aquella experiencia cristalizó las diferencias que a partir de entonces lo distanciarían del proyecto de Cooke, que ya viraba decididamente hacia el foquismo.

En Cuba conoció a Héctor Villalón, entonces delegado de Perón, con quien acordó un próximo encuentro con el ex presidente exiliado en Madrid, que se concretó a principios de 1963. Gaitán y su grupo anoticiaron a Perón de los conflictos derivados de la experiencia cubana de 1962 y escucharon durante largas horas al ex presidente explayarse sobre los fundamentos del movimiento peronista y las razones que lo llevaron al exilio.

 A partir de aquella reunión comenzótambién a tomar forma el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP), impulsado por Villalón y avalado desde entonces por Perón, al que Gaitán se integra desde la primera hora. El acto constitutivo de la nueva agrupación tuvo lugar en 1964 en el local del sindicato del calzado de la Capital Federal. Un año más tarde, junto con miembros del MRP, coordinó un viaje de instrucción política y militar a la China de Mao Tse Tung.

Para entonces Carlos Gaitán ya había consolidado su propia experiencia gremial dentro del llamado “sindicalismo combativo”, en el Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON). En 1968 formó parte del proceso de creación de la CGT de los Argentinos. Esta militancia sindical continuó y se profundizó hasta el momento de su exilio en Quito, al poco tiempo de iniciada la última dictadura militar. Posteriormente fue vicepresidente de la Federación Mundial de Trabajadores de la Industria (FMTI), miembro del Consejo Metropolitano del Partido Justicialista y Secretario de Derechos Humanos del PJ.

Obras:

Gaitán, Carlos. La resistencia. El peronismo que yo he vivido. Ediciones CICCUS. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 2014

Fuentes:

Entrevista de la autora a Carlos Gaitán, realizada en julio de 2022

Entrevista de José Luis Lorenzo a Carlos Gaitán para el programa “Pensándonos a nosotros mismos”. Octubre de 2014.

Camila Tagle