Fue un periódico de filiación peronista publicado en la ciudad de Rosario entre el 8 y el 31 de diciembre de 1955; dirigido por Nora Lagos, quien había estado a la cabeza del diario La Capital de esa ciudad entre 1953 y 1955 y quien luego dirigiría Soberanía, entre 1956 y 1958. Otros integrantes del staff de La Argentina fueron el guionista cinematográfico Hugo Mac Dougall, esposo de Nora Lagos hasta 1956 y exsubdirector del diario La Capital, y el abogado Luis Sobrino Aranda, cuya firma aparece en algunos artículos. Se considera que hubo más miembros integrando el staff, pero esa información no se desprende de sus páginas. Algunos artículos aparecían con la firma de Nora Lagos, de Sobrino Aranda, sin firma o con seudónimos. Contó, además con la participación de Raúl Scalabrini Ortiz y de Arturo Jauretche, que colaboraron con la redacción de artículos.

            Era una publicación de cuatro páginas, cuyas medidas oscilaron entre 32 x 48 cm. y 37 x 55 cm., en blanco y negro, de tirada irregular y que salió dos veces por semana variando los días. Según información que emerge de las páginas del periódico, la tirada era de entre diez mil y veinte mil ejemplares, que se distribuían, además de en las ciudades de Rosario y Santa Fe, en el interior de la provincia homónima, y en otras provincias como Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos.

            Se caracterizó, junto con otros periódicos que surgieron en los meses posteriores al golpe de Estado de 1955, por articular un discurso crítico frente al gobierno de la Revolución Libertadora; aunque también dedicó espacio a temas de interés general como literatura, cine, deportes y carreras. Al igual que otros periódicos de la época de contenido explícitamente político y opositor, recurrió a un discurso irónico, como el utilizado en la sección “Desayuno” de la primera plana, y al uso de caricaturas que ridiculizaban a sus adversarios o que daban cuenta de una situación crítica del país luego del derrocamiento del peronismo. Con respecto a la postura ideológica, cabe aclarar que si bien difundió una versión revisionista de la historia, se observan algunas alusiones positivas a personajes históricos de la tradición liberal, y que estableció una diferencia entre el gobierno de Eduardo Lonardi y el de Pedro E. Aramburu, manifestando una actitud ambivalente respecto del primero y de abierta oposición en relación al segundo.

            Además de artículos sueltos de diferente extensión, contó con algunas secciones fijas. Como era habitual en la prensa opositora, tuvo una sección dedicada a las noticias del mundo sindical titulada “Gremiales” y hubo convocatorias a los sindicatos para que enviaran sus demandas, pero se aclaraba que no bastaba con la lucha sindical, sino que también era necesaria la lucha en el plano político. También tuvo una sección destinada a la recopilación y comentarios de noticias de otros periódicos, “La Opinión Nacional”, otra dedicada a cartas de lectores, “Escribe el Pueblo”, y una tercera a destacar la obra del gobierno peronista, “Hechos y no palabras”; entre otras.  

            El periódico se financiaba, en parte, mediante la venta. Su valor era de 1 peso. La publicidad era escasa, en general de pequeños comercios de la ciudad. También figuran adhesiones particulares, de obreros y grupos de vecinos. Estos colaboraban a través de pequeños donativos, alimentos y trabajo. Desde sus páginas se les convocaba a que actuaran como corresponsales, enviando noticias y artículos y se les agradecía por sus colaboraciones. La imagen de autorrepresentación articulada en el periódico es la de un medio de carácter popular en relación directa y permanente con sus lectores. Predominó una retórica obrerista, a la vez que contó con una sección titulada “Consultorio Jurídico” a cargo de Sobrino Aranda, que contestaba preguntas de los obreros. Hubo además, una incitación a la militancia convocando al público a participar activamente en política y aclarando que no bastaba con leer el periódico. Asimismo, la imagen de “la directora” fue utilizada para enfatizar el carácter su carácter popular. Tal es así que, en el primer número, un recordatorio a Ovidio Lagos, bisabuelo de Nora Lagos y fundador de La Capital, señalaba que al igual que dicho diario, La Argentina había nacido como un periódico humilde. Pese a ello, su público excedió a la clase trabajadora; contó con una columna universitaria, “Universitarias”, a veces también titulada “Panorama Universitario”, y en la sección “Escribe el pueblo” puede observarse la firma de lectores y lectoras cuyas ocupaciones se inscriben en los sectores medios profesionales, además de obreros. 

            Sólo uno de los artículos de La Argentina estuvo dirigido a las mujeres como sujetos políticos a diferencia de Soberanía que contó con una sección especial destinada a ello. Se tituló “Misión trascendental de la mujer argentina”, y se publicó en el N.º 28 de diciembre de 1955. En ese artículo se denunciaba la exclusión histórica sufrida por las mujeres respecto de las esferas de relevancia social como la política, la ciencia y la cultura, y su confinamiento al espacio doméstico; se reclamaba por un horizonte más amplio para ellas y se reivindicaba su lugar de madres, en tanto se sostenía que si se ampliaban sus posibilidades de inserción social se elevaría el progreso de la sociedad, ya que eran las educadoras de los hombres. Se reconocían las mejoras de las mujeres en la primera mitad del siglo XX, pero señalando su insuficiencia y la responsabilidad, no sólo de los dirigentes de extracción aristocrática sino también de los dirigentes peronistas. Acorde con su retórica obrerista, las mujeres convocadas fueron las trabajadoras y amas de casa y se apelaba a los dirigentes a escuchar a las mujeres de “condición humilde”, ya que contaban con conocimiento de la realidad social basado en la experiencia; un tópico presente en el discurso peronista oficial.

            La Argentina, se imprimía en la imprenta de Duchain, una imprenta profesional, no clandestina; y en la portada, junto al titular figuraba un recuadro con el nombre de Nora Lagos como directora, la dirección Boulevard Oroño 1345, que era su domicilio particular, y un número de teléfono. En sus páginas interiores también se publicó un anuncio que informaba una dirección donde el periódico podía retirarse en caso de que “su canillita” no lo tuviera disponible. Además de la distribución realizada por canillitas, se distribuía de mano en mano, por los militantes que adherían a la causa peronista; algo habitual entre los periódicos políticos de la época. Pese a esta pretensión de circular legalmente, el periódico sufrió la censura y la persecución contra quienes integraban su staff.  Sólo salieron a la venta ocho números y su realización se vio interrumpida a raíz de su clausura y del encarcelamiento de su directora en diciembre de 1955. De sus páginas se desprende información sobre las características represivas del contexto y sobre el derrotero de su directora. El último número, del 31 de diciembre de 1955, denuncia el secuestro de Nora Lagos por fuerzas de la gendarmería y reclama por su paradero. Utiliza diversas estrategias discursivas, tal el titular, que se pregunta “¿Dónde está Nora Lagos?”; el editorial en blanco, con una irónica nota al pie sosteniendo que se había decidido no publicarlo porque había persecución policial sobre quienes difundían notas que atentaban contra la seguridad del gobierno y el tema de ese día iba a referir a la situación de los obreros; a la vez que los artículos de la primera plana convocaban a una concentración para reclamar por el paradero de la directora. Ese fue el último número publicado.

            Nora Lagos fue detenida. Al principio se dudaba acerca de su paradero. Luego se conoció que se encontraba en la cárcel de la calle Humberto Primo de la ciudad de Buenos Aires. Allí permaneció durante seis meses.

         

  

En diciembre de 1956 comenzaría la publicación de Soberanía, otro periódico de tendencia peronista, junto a algunos integrantes del staff de La Argentina.

Referencias:

Capobianco, Carina.“Reconstrucción de un discurso peronista durante los años de la revolución libertadora: lectura interpretativa de publicaciones rosarinas”, Rosario, mimeo, 2003.

Carman, Facundo.El poder la palabra escrita: revistas y periódicos argentinos, 1955-1976, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2015.

Ehrlich, Laura. “Rebeldes, intransigentes y duros en el activismo peronista, 1955-1962”, tesis de Maestría, Universidad Nacional de General Sarmiento, Instituto de Desarrollo Económico y Social, 2010.

Gorza, Anabella. “La militancia femenina en la Resistencia peronista a través de la prensa opositora (1955-1958). Nora Lagos y los periódicos La Argentina y Soberanía” en Revista de Historia Americana y Argentina. Instituto de Historia Americana y Argentina. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, 2016.

Lagos, Ovidio.Argentinos de raza,Buenos Aires, Emecé, 2003.

Anabella Gorza