(Buenos Aires, 3 de septiembre de 1907, Buenos Aires, 30 de abril de 1987).
Nació en la Capital Federal el 3 de septiembre de 1907. Su madre era hija de campesinos asturianos. Tuvo a su hijo a los 17 años y poco tiempo después a su hermana Juana. Se preocupó por su propia formación y la de sus hijos quienes ingresaron a la escuela sabiendo leer. Trabajaba por horas haciendo tareas de lavado y planchado. La familia vivía en una situación de austeridad y pobreza en la zona de Palermo.
Estudió en el Colegio Número 10 de la calle Pringles. Lector voraz, recorría literatura de todo tipo, desde Marx a Anatole France. Alcanzó solo la educación formal primaria, lo que lo convirtió en autodidacta.
Trabajó desde joven haciendo changas en el Mercado Dorrego. Luego instaló un puesto de venta de frutas.
Tras la conscripción, participó en el Ejército en la compañía de Archivistas Ciclistas, y desde ese momento comenzó a “escribir para otros”. Entre otras colaboraciones entregó materiales al Cnel. Juan Lucio Cernadas. Llegó a ser sub-oficial del Ejército. Eso le permitió vivir sin mayores sobresaltos, con lo justo.
Se casó a los 27 años con Ana Opfer, de origen polaco. Para esa época militaba en las filas nacionalistas. Interesado por los estudios de historia argentina, asumiendo una posición revisionista, se integró al Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manual de Rosas. Colaboró en el diario Crisol donde frecuentó a Fernando García Della Costa.
Participó de diferentes conspiraciones, reuniones y actos del nacionalismo de la época. Entre otras convocatorias, participó en el Congreso de la Recuperación Nacional junto a Ramón Doll, José M. Rosa, Carlos Astrada, Juan P. Oliver, Vicente D. Sierra, Alberto Contreras, José L. Torres, Lisardo Zía y otros (Chávez, 1984:200).
De ese momento datan algunas notas que marcarán su trayectoria: desconfianza en la democracia formal de los partidos políticos, nacionalismo económico, neutralismo en la política internacional, tendencia al obrerismo (Rubinzal, 2012).
Sus referentes en el ámbito de la escritura y el periodismo fueron José Luis Torres, Raúl Scalabrini Ortiz y el mismo Osés con sus ruidosas campañas.
Producido el golpe del año 1943 y como parte de los elencos provenientes del nacionalismo que se integraron en el gobierno militar, se desempeñó como Director General de Espectáculos.
Por esa época nació la relación con John William Cooke, a quien acompañó como asesor en su desempeño como Diputado Nacional en el período 1946-1952. En ese período vivió en un departamento alquilado en la calle Azcuénaga casi Rivadavia.
En el año 1950 se separó de su mujer, con quien había tenido una hija llamada Mercedes. Se fue a vivir a un departamento de Villa Luro.
Se vinculó a Raúl Lagomarsino, cuñado de Ricardo Guardo a quien había conocido tiempo antes a instancias de Cooke por las actividades parlamentarias.
Más tarde, en 1954, formó parte del grupo promotor de la Revista De Frente, que dirigió Cooke.
En el año 1955, al producirse la intervención del PP de la Capital Federal, Marcos siguió cerca de Cooke. El centro de operaciones se encontraba en el local de Riobamba y Cangallo.
A fines de octubre, en la Capital Federal, cuando se disponía a viajar a Paraguay para tomar contacto directo con Perón, fue detenido John William Cooke en el domicilio del escritor nacionalista José María Rosa. Cooke permaneció en prisión durante nueve meses y en ese momento César Marcos y Raúl Lagomarsino constituyeron el Comando Capital, que pronto emitió sus propios comunicados. Reclamaron por la libertad de Leloir y Cooke mediante pegatinas callejeras.
Años después, rememoró Marcos: “en 1955 fue la caída. Entonces el cielo entero se nos vino encima. El mundo que conocíamos, el mundo cotidiano, cambió por completo. La gente, los hechos, el trabajo, las calles, los diarios, el aire, el sol, la vida se dio vuelta. De repente entramos en un mundo de pesadilla en que el peronismo no existía” (Marcos, 1974: 24).
Marcos y Lagomarsino se arrogaron el mérito de haber lanzado la consigna que, pasado el tiempo, constituirá un grito de guerra y unificó las manifestaciones inorgánicas de la “resistencia”: Perón Vuelve.
Cooke siguió preso, Marcos y Lagomarsino buscaron ampliar la base de irradiación de sus actividades y conformaron el Comando Nacional Peronista. Tomaron vuelo y autonomía propia, cesando en su reclamo por la libertad de Cooke, lo que le fue recriminado por Alicia Eguren (Eguren, 2023: 303-308).
El 24 de febrero lanzaron el Manifiesto del Comando Nacional Peronista. El documento comenzaba así:
Después del asalto al poder, por los asesinos de Junio y Septiembre que ensangrentaron la Plaza de Mayo, las calles de Córdoba, Rosario y Avellaneda y los surcos de Tucumán, cuna de la Independencia Política y Económica, las condiciones generales del país cambiaron totalmente. Los locales y los bienes materiales y económicos del Partido Peronista, de la CGT y de todas las organizaciones gremiales, profesionales y culturales del Pueblo, fueron avasallados, confiscados o destruidos en operaciones militares, mediante el empleo de fuerzas de ocupación, aviones, tanques y ametralladoras” (Baschetti, 1988: 50).
En marzo de ese mismo año se sumó al Comando un trabajador del sector metalúrgico, Héctor Tristán, “el workman”.
Su purismo lo llevó a proclamar la representación de una denominada «linea diamante», por ser esta más intransigente y más «dura» que la de otros sectores de la resistencia.
En el año 1956 César Marcos fue detenido una semana antes del levantamiento de Valle y Tanco, junto con otros militantes del Comando Nacional. Marcos junto a “Copete” Rodríguez y Osvaldo Morales fueron apresados en una casa de Laferrere donde estaban escondidos. Otro miembro del grupo, Carlos Held, fue apresado cerca de allí. Otro militante, de apellido Saavedra, rumbo a su trabajo. Tiempo antes habían estado reunidos con los conspiradores y no habían compartido la estrategia “golpista”.
Los llevaron al Arsenal Naval y luego al Departamento de Policía. Lo trasladaron a la Escuela de Mecánica del Ejército. Lo depositaron en un sitio lúgubre. Sufrió estando detenido un simulacro de fusilamiento, e incluso el 11 de junio apareció como “fusilado” en la primera página del diario La Razón.
Más tarde lo trasladaron a Caseros. Desde la cárcel publicaron el Boletín Informativo El Peronista y El Guerrillero.
Salió de la cárcel a fines del ’57. No compartió la alianza electoral del peronismo con Frondizi. Fue crítico de la constitución del Comando Táctico y las estrategias legalistas.
En ese tiempo apoyó el accionar de las “62”.
En los años sesenta se convirtió en consejero de grupos juveniles. Funcionaba de noche. Su escritorio se encontraba atestado de libros. Fumaba incansablemente. Hablaba en tono conspirativo. Por su casa desfilaron infinidad de jóvenes, entre quienes se contaron Jorge Rulli, Mario Vallota, “Pancho” Gaitán o Alejandro Álvarez. Se lo ha mencionado como inspirador de la primera Guardia de Hierro.
Su hija, Mercedes, estuvo casada con Saúl Hecker, hombre proveniente de la izquierda nacional, exiliado en Bolivia, quien se integró al grupo cercano a Frondizi en la coyuntura de la elección bonaerense de 1962. Estas relaciones lo colocaban en un lugar de consulta y protagonismo continuo.
A partir de los primeros años de la década del ’70 militó en la Unidad Básica “John W. Cooke”. Desde allí vio con simpatías el ascenso de la Juventud Peronista (JP) y fomentó el diálogo al interior de la denominada “tendencia revolucionaria del peronismo”, aunque no se enroló decididamente en ningúna línea interna. Colaboró por poco tiempo con el gobierno provincial de Calabró, en Buenos Aires.
Marcos interpretó a Pardal en “Los Hijos de Fierro”, dirigida por Fernando “Pino” Solanas.
Escribió unas notas sobre la resistencia para la revista de Hernández Arregui,
En los ’70 su figura alcanzó estatura mítica.
Enfrentó al lopezreguismo y fue muy crítico de la gestión de Isabel Martínez como presidenta.
Se opuso al golpe y al gobierno militar.
César Marcos falleció el 30 de abril de 1987.
Fuentes:
El guerrillero. Colección completa.
Referencias:
Baschetti, Roberto. Documentos de la Resistencia Peronista. 1955-1970. Bs.As., Puntosur, 1988.
Baschetti, Roberto. César Francisco Marcos. Militantes revolucionarios peronistas, uno por uno.
Chávez, Fermín. Perón y el peronismo en la historia contemporánea. Bs.As., Oriente, 1984.
Eguren, Alicia. Escritos. Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2023.
Marcos, César. La cosa fue así. En Revista Peronismo y Liberación. Bs.As., 1974.
Pastoriza, Lila. César Marcos. Atizador de fuegos. En revista Crisis. Septiembre 1989.
Rubinzal, Mariela. El nacionalismo frente a la cuestión social en Argentina (1930-1943): Discursos, representaciones y prácticas de las derechas sobre el mundo del trabajo. La Plata, 2012.Tesis doctoral.
Julio Melon Pirro y Darío Pulfer