(Santiago del Estero, 7 de marzo de 1906 – Belén do Pará, Brasil, 20 de diciembre de 1956).

            Alias: “El Negro”.

            Neurocirujano, neurobiólogo, sanitarista.

            Nació en el seno de una familia acomodada de la capital de Santiago del Estero. Su padre, Ramón Carrillo Saavedra, fue periodista, docente y diputado provincial en tres oportunidades por el conservadurismo. Su madre era María Salomé Gómez Carrillo. Padre y madre descendían del mismo tronco familiar, por ello portaban el mismo apellido. Ambos, también, descendían de las familias Ibarra y Taboada de fuerte ascendencia en el norte argentino.

            Hizo la primaria y la secundaria en su ciudad natal y luego partió hacia Buenos Aires para estudiar medicina. Entre 1927 y 1929 publicó trabajos en la revista del Círculo Médico. En 1929 fue medalla de oro al obtener el mejor promedio de su promoción. Obtuvo una beca para perfeccionarse en Alemania. En 1937 sufrió una grave enfermedad. En 1939 se hizo cargo del Servicio de Neurología y Neurocirugía del Hospital Militar central de Buenos Aires, tomando contacto con las realidades sociales de quienes ingresaban al servicio militar obligatorio. En 1942 obtuvo por concurso la cátedra de Neurocirugía en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA. Progresivamente abandonó su especialidad y se volcó a la sanidad pública. En todo ese tiempo estuvo ligado al Partido Demócrata Nacional, siendo delegado por Santiago del Estero al Comité Nacional de esa formación. Fue uno parte de los que aprobaron la candidatura de Robustiano Patrón Costas.

Con motivo del terremoto de San Juan, conoció a Perón. Actuó como Decano de la Facultad en un momento de alta confrontación, como fue el año 1945. Luego se desempeñó como Ministro de Salud de sus gobiernos, entre 1946 y 1954. Desde esa posición desplegó una labor significativa.

En 1951 dio a conocer su Teoría del Hospital, quizá su obra más sólida. Por esa época publicó textos sobre cibernología y biopolítica.

Carrillo se enfrentó al vicepresidente Alberto Teissaire y desarrolló críticas a los rumbos del gobierno (propaganda abusiva y falta de apertura política). Perón le pidió la renuncia. Sufría una hipertensión arterial maligna.

En octubre de 1954 partió de Buenos Aires con una beca para estudiar en los Estados Unidos, con la esperanza de lograr un tratamiento favorable para su enfermedad. Vivió con su familia en un barrio humilde de Nueva York. Alternaba sus clases en Harvard, con la fabricación de un medicamento y el armado de un equipo de gasificación de drogas y la búsqueda de un tratamiento efectivo para su dolencia.

Poco antes del golpe militar le escribía a “Poroto” Botana que se encontraba en buenas relaciones con “el Jefe” y que Perón le había ayudado en su estancia en Estados Unidos.

Como la situación económica no resultaba óptima, aceptó trabajar para la empresa norteamericana Hanna Mineralization and Company, que tenía una explotación a ciento cincuenta kilómetros de la ciudad brasileña de Belem do Pará, cerca de la desembocadura del río Amazonas.

Llegó el 1 de noviembre de 1955 a Brasil. Se acercó al hospital local para colaborar. Viajaba dos veces por semana hasta Aurizonia, el campamento minero, a veces en helicóptero otras en barcaza.

Mientras tanto en Buenos Aires, con el cambio de gobierno, sus propiedades fueron allanadas y Carrillo fue acusado de enriquecimiento ilícito y malversación de fondos. Designó como albace al periodista Segundo Ponzio Godoy:

“Yo no sé cuánto tiempo más voy a vivir, posiblemente poco, salvo un milagro. También puedo quedar inutilizado y sólo vivir algo más. Ahora estoy con todas mis facultades mentales claras y lúcidas y quiero nombrarte el albacea de mi buen nombre y honor. Quiero que no dudes de mi honradez, pues puedes poner las manos en el fuego por mí…Ahora vivo en la mayor pobreza, mayor de la que nadie puede imaginar, y sobrevivo gracias a la caridad de un amigo. Por orgullo no puedo exhibir mi miseria a nadie, ni a mi familia, pero sí a un hermano como vos, que quizá –conociéndome- puedas comprenderme”.

En marzo de 1956 le anunció a su esposa que le quedaban unos meses de vida. A fin de mes escribía a Botana diciéndole que más que declaración de bienes tenía una de deudas y que esperaba que la C.N.R.P. (Comisión Nacional de Recuperación Patrimonial) encontrara un “‘toco’  escondido para calmar a mis acreedores”.  

A fines de noviembre tuvo un accidente cerebrovascular. Perón estaba anoticiado del asunto y escribió a Juan I. Cooke lo siguiente:

“Al pobre doctor Ramón Carrillo que estaba trabajando en Belem, le ha dado un ataque muy peligroso. Se trata de un derrame cerebral, con parálisis de la mitad izquierda del cuerpo y su estado, según me informa la señora, es grave. No se lo ha podido trasladar a Río precisamente por la gravedad. El pobre, como buen médico, no ha dado importancia a su presión (26 y 15) y en aquel clima infernal lo ha golpeado. Yo le había dicho varias veces que se viniera a Caracas pero, el hombre parece que se había arraigado allí”.

Carrillo falleció el 20 de diciembre de 1956.

Perón, en su exilio español, señalaba que Carrillo era “un hombre maravilloso, de inteligencia grande, genial en todo”. En particular, recordaba “que siempre estaba de buen humor” y que en una oportunidad “cuando Josephine Baker trataba de hacer los Institutos Antirracistas en la Argentina, yo le dije: ‘Bueno, lo dejo todo en manos del doctor Carrillo’. Y éste se para y dice riendo: ‘¿No será porque soy el único negro del gabinete?’ Pero Carrillo no era negro. Era morocho. Lo dijo por chanza. Siempre estaba de buen humor”.  

Bajo la presidencia provisional de Alejandro A. Lanusse fueron repatriados sus restos y su nombre fue colocado a algunos centros de salud.

En 1973, la Editorial Eudeba, bajo la presidencia de Arturo Jauretche, publicó la obra de Carrillo en seis tomos.

Obras:

Carrillo, Ramón. Obras Completas. Buenos Aires, Eudeba, 1973.

Fuentes:

Botana, Helvio. Memorias tras los dientes del perro. Buenos Aires, Peña Lillo, 1985.     

Referencias:

Alzugaray, Rodolfo. Ramón Carillo, el fundador del sanitarismo nacional. Buenos Aires, CEAL, 1988. 2 T.

Carrillo, Arturo. El hombre…El médico…El sanitarista. Buenos Aires, Ed.del autor, 2005.

Hernández, Pablo J. Compañeros. Perfiles de la militancia peronista. Buenos Aires, Biblos, 1999.

Pavón Pereyra, Enrique. Perón tal como fue. Buenos Aires, CEAL, 1986. 2 T.

Ramacciotti, Karina. Ramón Carrillo. Neurocirujano, político y héroe. En Panella, Claudio; Rein, Raanan. La segunda línea. Liderazgo peronista 1945-1955. Buenos Aires, Pueblo Heredero-Untref, 2013.

Darío Pulfer