(Pergamino, provincia de Buenos Aires, 29 de septiembre de 1913 – Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, 22 de septiembre de 1974)
Filósofo, ensayista, docente universitario, escritor. Luego de abandonar el padre la casa familiar, el oficio de “comadrona” de la madre fue el sustento del hogar en la ciudad de Buenos Aires. En la adolescencia aliviaba las cargas hogareñas con un exiguo salario en la Oficina de Rentas de Avellaneda, mientras las simpatías políticas empezaban a orientarse hacia el radicalismo yrigoyenista, afiliándose al partido hacia 1931, meses después del golpe septembrino.
En la Facultad de Derecho cursó los primeros años de la carrera, hasta que la muerte de su madre en 1933 lo impulsó a mudarse a la provincia de Córdoba, luego de aceptar la invitación de un tío de Villa María. Cercano desde entonces al sabattinismo, un empleo en la biblioteca del lugar lo mantuvo en contacto con la lectura y la vida cultural local, de lo que resultó su primera publicación: Siete notas extrañas (1935), una recopilación de relatos que recibió comentarios auspiciosos de la crítica, aun en el encumbrado diario La Nación. No obstante, la lid política y un cargo de secretario en la Universidad Popular “Víctor Mercante” lo absorbían, distanciándolo de las pulsiones literarias.
En 1938, radicado ya en la capital de la provincia mediterránea, procedió a desempeñarse en el Boletín Oficial de la provincia y a retomar los estudios universitarios en la carrera de filosofía en la que, además de graduarse en 1944 con una tesis sobre el pensamiento griego, conoció a su maestro en la lectura humanista del marxismo: el italiano Rodolfo Mondolfo. A lo dicho, sumó la práctica docente en la enseñanza media, experiencia ésta que le inspiró un ensayo publicado bajo el título de Hacia una reconstrucción educacional (1941).
Por entonces, su militancia partidaria lo había inclinado hacia el forjismo, mientras ejercía el periodismo en variadas publicaciones prohijadas por el radicalismo: Nueva Generación, Debate, Intransigencia, Doctrina Radical y La Libertad, las dos últimas bajo su dirección. Luego de resistir en la Convención Nacional del radicalismo a las posturas unionistas, renunció a la secretaría cordobesa del partido del que, en 1947, se distanció definitivamente. Tiempo después, Arturo Jauretche, con quien había trabado relación años antes, lo estimuló a integrarse a la gestión de Domingo Mercante en la provincia de Buenos Aires, de la que sería Director de Estadística y Censos y Director de Publicaciones y Prensa del Ministerio de Hacienda, hasta que renunció en 1950, perseguido por sectores de la propia administración peronista para los que su trayectoria política e ideológica resultaba sospechosa. A su vez, continuó con su profesión docente tanto en la educación secundaria, en el Colegio Nacional de La Plata, como en la superior, concursando exitosamente un cargo en 1948 como profesor adjunto para la cátedra de Introducción a la Historia en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de La Plata y sumándose tiempo después como profesor adscripto a la cátedra de Sociología de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.
Desde 1951, además, se desempeñaba como crítico de libros en Radio del Estado, tarea que alternaba con la producción de artículos académicos sobre temas filosóficos, historiográficos y de teoría sociológica.
Más allá de la referida participación en algunas publicaciones filiables con el radicalismo cordobés, la producción de los años tempranos de Hernández Arregui estuvo esencialmente marcada por el tono académico de sus intervenciones, que incidían en temas de filosofía, historia y teoría social. Tras el golpe de 1955, sin embargo, fue expulsado de la universidad y detenido en varias oportunidades a partir de sus vínculos con sectores de la resistencia peronista. En ese sentido, la cesura profesional implicada en un ostracismo universitario cuyas causas eran evidentemente políticas estuvo en el origen de Imperialismo y cultura (1957), texto en el cual abordó más directamente que en ningún otro su crítica al mundo de las elites culturales. Desde entonces, Hernández Arregui se erigió como el intelectual peronista por excelencia dedicado, por un lado, a la tarea de difusión ideológica de su perspectiva de la “izquierda nacional” en textos en los que intentaba comunicar peronismo, nacionalismo y socialismo (articulación que entendía sustantiva y de allí que afirmara “soy peronista porque soy marxista”) y, por otro, dictando conferencias a universitarios, sindicalistas y obreros, material luego reelaborado para la publicación de sus libros. Sus producciones se inscribieron, desde entonces, en el género del ensayo, combinando reflexiones filosóficas, políticas, ideológicas e históricas con un estilo punzante atravesado, sobre todo en sus primeros textos, por la sofisticación del capital cultural acumulado en sus años de académico. Además del citado Imperialismo y cultura, publicó La formación de la conciencia nacional (1960), ¿Qué es el ser nacional? (1963), Nacionalismo y liberación (1969) y Peronismo y socialismo (1972).
En los años posperonistas colaboró con variadas publicaciones político-culturales de inclinación peronista e izquierdo-nacionalista. Ese intercambio sirvió de estímulo para la convergencia entre intelectuales y militantes de ambas líneas en el grupo C.O.N.D.O.R. (Centros Organizados Nacionales de Orientación Revolucionaria), que tuvo en Hernández Arregui a uno de sus protagonistas y autores de su Manifiesto preliminar al país (1964). Por entonces se comunicaba fluidamente por vía epistolar con Juan Domingo Perón, quien alentaba desde el exilio la lectura de su obra. Cercano a los sectores combativos del gremialismo de la CGTA (CGT de los Argentinos) participó de la dirección de la Comisión por la Afirmación Nacional, que contaba con la presidencia honoraria de Perón y el acompañamiento en la conducción de José María Rosa y Arturo Jauretche. En paralelo se vinculó con un grupo de jóvenes oficiales del ejército, la mayoría del Colegio Militar y entre los cuales se listaba Francisco Julián Licastro, pero resultaron sumariados y el propio Hernández Arregui detenido e interrogado.
En 1972 y en pleno proceso de radicalización política sufrió un atentado en el domicilio en el que residía con su compañera Odilia Giraudo y su hijo Juan José. Con el peronismo nuevamente en el poder, en 1973 lanzó una revista homónima de su último libro, Peronismo y socialismo, título que condensaba tanto la vocación ideológica arreguiana como la atmósfera insurreccional que llevó a la izquierda nacionalista al pináculo de su expansión en los primeros años 70. Síntoma de un escenario efervescente en el seno del propio peronismo así como del comienzo de un fuerte retroceso del peronismo revolucionario, la nueva publicación no sobrevivió a su primer número. Al año siguiente el emprendimiento fue reiniciado pero con otro nombre: Peronismo y liberación. Pocas semanas después e incluido en las listas de blancos de la Alianza Anticomunista Argentina (la “Triple A”), falleció de un evento cardíaco en Mar del Plata, el 22 de septiembre de 1974.
Obras:
Hernández Arregui, Juan J. Siete notas extrañas. Buenos Aires, Claridad, 1935.
Hernández Arregui, Juan J. Hacia una reconstrucción educacional. Córdoba, Dirección General de Escuelas, 1941.
Hernández Arregui, Juan J. Introducción a la historia. La Plata, UNLP-FAHCE, 1953.
Hernández Arregui, Juan J. Imperialismo y cultura. Buenos Aires, Plus Ultra, 1973 (1957).
Hernández Arregui, Juan J. La formación de la conciencia nacional. Buenos Aires, Plus Ultra, 1973 (1960).
Hernández Arregui, Juan J. Prólogo a Carpani, Ricardo. La política en el arte. Buenos Aires, Coyoacán, 1962.
Hernández Arregui, Juan J. ¿Qué es el ser nacional?. Buenos Aires, Plus Ultra, 1973 (1963).
Hernández Arregui, Juan J. Nacionalismo y liberación. Buenos Aires, Corregidor, 1973 (1969).
Hernández Arregui, Juan J. Peronismo y socialismo. Buenos Aires, Hachea, 1972.
Referencias:
Acha, Omar. Historia crítica de la historiografía argentina. Volumen 1: Las izquierdas en el siglo XX. Buenos Aires, Prometeo, 2009.
Galasso, Norberto. J. J. Hernández Arregui: del peronismo al socialismo. Buenos Aires, Del Pensamiento nacional, 1986.
Sigal, Silvia. Intelectuales y poder en Argentina. La década del sesenta. Buenos Aires, Siglo XXI, 2002.
Svampa, Maristella. El dilema argentino: civilización o barbarie. De Sarmiento al revisionismo peronista. Buenos Aires, Taurus, 2006.
Tarcus, Horacio (dir.). Diccionario biográfico de la izquierda argentina. De los anarquistas a la “nueva izquierda” (1870-1976). Buenos Aires, Emecé, 2007.
Roberto Tortorella