En julio de 1957, desde Rosario, la ciudad que se consideraba “la capital del peronismo”  para esa época, salió un nuevo periódico de la primera “resistencia”. Estaba dirigido por Luis Sobrino Aranda y seguía la huella de Soberanía, proyecto en el que había participado activamente.

            Apareció editado en un formato de 29 por 41 cm,  con cuatro páginas y con el anuncio de una periodicidad semanal.

            Su nombre, Palabra Prohibida, aparecía sobreimpreso a tres banderas (podemos inferir que refería a las justicialistas)  y a una fecha, 1945 (correspondiente al 17 de octubre, fecha mítica de inicio de ese movimiento).

                Colaboraban: Hugo Ibáñez, Edelmiro Ponciroli, Guillermo Malm Green, Clodomiro Galíndez Vega, Juan Bernardo Iturraspe, Angel Brovelli, Carlos Vicente, Fernando Muñoz, Carlos Orazi, Hernán Pérez Amuchástegui, Zulema Pracánico, Lina Carlino y los porteños Hernán Benítez, Osvaldo Méndez y Raúl Jassen. Muchos de ellos habían participado ya en Soberanía.

            Sus primeros diecinueve números fueron dirigidos por Sobrino Aranda. Los dos siguientes aparecieron bajo la responsabilidad de Carlos Terré. Las fechas extremas son 19 de julio de 1957 al 13 de febrero de 1958.

            Palabra Prohibida, (en adelante, PP) se consideraba parte de la “resistencia peronista” y en particular de “los sectores más duros que la piedra misma”.

            Por las fechas de salida podemos inferir que aprovechó los resquicios de la convocatoria electoral para la convención constituyente programada para fines de julio de 1957. En esa contienda se inclinaba claramente por favorecer el voto en blanco, siguiendo los lineamientos del Comando Superior (Perón-Cooke).

            Tras esas elecciones titularon: “Venció EL PERONISMO. Se realizó el fraude pre-electoral y en padrones”[1], en mayúsculas  en la tapa del semanario.

            Su director, Sobrino Aranda, de manera inmediata pasó a la clandestinidad porque tenía orden de captura. Esa es la razón por la que en la primera página apareció el editorial bajo el título: “Desde un punto del país escribe el director”. Remedaba una práctica similar a la que estaba obligado Tulio Jacovella en el semanario de orientación nacionalista Mayoría.

                Entre las secciones del semanario se destacaba “Ungüento gorila” en el que se consignaban situaciones adversas al gobierno militar y se destacaban los hechos represivos encuadrados en la aplicación del decreto – ley 4161.

            En el número 6 realizaron un reportaje exclusivo al Doctor A. Leloir, alojado en la Penitenciaría Nacional. [2]

            Adhirieron a la convocatoria realizada por Tulio Jacovella para constituir la “Asociación de la Prensa Libre”. A partir de ese número consignaron en contratapa un “cuadro de honor” dando cuenta de la gran cantidad de periódicos clausurados, periodistas detenidos  y procesados.

                Por ese tiempo recibieron una carta de Cooke que reprodujeron íntegramente:

                Por intermedio de PALABRA PROHIBIDA, valiente vocero del auténtico pueblo de la   Patria, hago llegar un saludo fervoroso y emocionado a los altivos santafesinos, dignos  descendientes del gran Estanislao López y que, una vez más, han demostrado su insobornable vocación de hombres libres. Pese al aparato de represión y a las voces confusionistas, los hombres y mujeres de Santa Fe, remontándose por canales históricos a las puras fuentes de la nacionalidad, han demostrado su inquebrantable voluntad de mantener incólumes los principios de Soberanía Política, Libertad Económica y Justicia Social. Frente a este ejército de voluntades nada ni nadie podrá destruirnos. En este ejército,   Rosario, será símbolo y paradigma. Dije recientemente que al país le duele una ausencia. Esa ausencia es ahora presencia para el pueblo y vigilia llena de espanto para el Grupo de Ocupación. ¡Tierra de Santa Fe! ¡Tierra de Montoneros! Muchas horas de lucha nos  esperan. Pero con corazones como los vuestros, no podemos dudar del triunfo final y     definitivo. Así lo exige la Patria, así lo reclaman nuestros muertos. El honor y la verdad están con nosotros. La victoria es nuestra compañera. La intransigencia absoluta nuestra         bandera.  John W. Cooke.[3]

                En continuidad con la misiva, en el número 7, le realizaron una extensa entrevista al Delegado John W. Cooke en Santiago de Chile. En este caso, el título fue: “Cooke destruye a los oportunistas”.[4]

            Como casi todos estos medios, los semanarios rosarinos (La Argentina, Soberanía, Palabra Prohibida) fueron aventuras personales o empresas animadas por un número reducido de activistas y lejos estaban de haber surgido o estar coordinadas por un “centro”. No obstante, como puede observarse, en la segunda mitad de 1957 fue notorio el reconocimiento a la conducción en el exilio y, en este caso, a la persona de John William Cooke.

            Ese reconocimiento por parte de PP, tuvo su correspondencia y reciprocidad en palabras que el mismo Cooke había escrito a Perón por esa misma fecha. En una carta celebraba el encuadramiento de los medios rosarinos con la organización de la resistencia: “Soberanía: después de muchas conversaciones, el periódico se ha puesto en la línea. Su directora es Nora Lagos, y quienes actualmente lo hacen son sinceros peronistas. En esa sociedad hubo rencillas de carácter privado, que dieron por resultado otro hijito peronista: Palabra Prohibida. Si alguna desviación tuvieron no creo que haya sido por falta de ortodoxia sino por mala información y por poca envergadura y experiencia periodística; sale en Rosario y se vende también en Buenos Aires. Palabra  Prohibida: Su Director, Sobrino Aranda, es el puesto en línea”.[5]

            De todos modos, como podremos observar enseguida, algunos de estos medios y particularmente PP no dejaron de mostrar una significativa  autonomía a la hora de propiciar las salidas políticas que consideraban más convenientes.

            Desde el número 8 lanzaron una serie de notas escritas por “el abogado de los exiliados argentinos”. Titulan en tapa: “¡EXCLUSIVO! C. VICUÑA abogado de los exilados peronistas, denuncia las vejaciones que padecieron”: “Penthotal, promiscuidad, torturas y chantage(sic), fue la obra de la libertadura”. En la misma entrega reprodujeron un reportaje a Perón realizado por la United Press. El Cuadro de honor de la prensa perseguida seguía engrosándose. Ahora reclamaban por Walter Vezza y Juan Puigbó que seguían detenidos en Caseros. En el Editorial el director manifestaba que “¡Es una traición…!” al Movimiento Peronista querer constituirse en “herederos y  formar un nuevo partido cuando este ya existe”.[6]

            En el número siguiente, siempre con el recurso de la columna a cargo de Carlos Vicuña, el abogado de los exilados peronistas, se seguían denunciando tratos inhumanos sufridos cuando estaban detenidos en el penal de Ushuaia.[7]

            El lenguaje de PP era fuerte, definido, contundente. Se expresaba de diferentes formas. Por ejemplo, en un recuadro aparecía el poema titulado “El Simio Acuático”, orientado a Rojas: “con la sangre de Junio salpicado, el repugnante hocico de la hiena”. En otra intervención el  director anotaba: “Nuestra única alternativa: lealtad o traición”. En el mismo tono realizaba su profesión de fe manifestando que estaba  “con la LINEA DURA de nuestro movimiento. O sea, la que sin comentarios, ni críticas, ni baboseos pero firme, serena, fanáticamente exclama y entiende un solo grito: INTRANSIGENCIA O MUERTE. Opuesta a ella, está la LINEA BLANDA, o sea la que admite soluciones a espaldas de los jefes naturales y del pueblo; la que pacta, la que se entusiasma ante las próximas elecciones”. [8]

            En otra entrega colocaban en tapa: “El pueblo de pie. Homenaje a nuestros caídos, el 17 de octubre”. A continuación convocaba a acompañar a Susana Valle, Celsa S. de Cano y Nélida T. de Cortínez a depositar una ofrenda. [9]

            Reapareciron tiempo después denunciando secuestros de ediciones. Unido a ello relataban las dificultades e impedimentos sufridos para la realización del proyectado acto del 17 de octubre: “¡El gorilaje cipayo gobierna el país! NO DIVIDIR”. [10]

            Por el ahogo económico los editores, desde el número 14 imprimiero una hoja tamaño sábana, manteniendo “la agresividad en los titulares contra la Libertadora” y afirmando que “aún a mimeógrafo pero seguiremos apareciendo”.[11]  Tras denunciar los secuestros de tres ediciones, explicaban: “cambiamos de presentación y de formato, sabiendo que nuestros lectores sabrán comprender de sobra todos los motivos que a ello nos llevan”.

            “¿Es Edelmiro J. Farrell la esperanza…?” se preguntaban al tope de la tapa. Exaltaban su figura “para un gobierno provisorio de unidad nacional”, en consonancia con un reportaje que por esa época la realiza Mayoría en la Capital Federal. Al mismo tiempo  denunciaban la detención del director de El Hombre, Leopoldo Alcari. Resaltaban el festejo del 17 de octubre, que “a pesar de las amenazas, pese a los comandos civiles y sus armas, pese a la cárcel y al bárbaro 4161, pese a todo ello, ganó la calle en cada uno de los rincones y de las plazas de la República”. En contratapa aparecíae una solicitada firmada por Hernán Benítez titulada: “Déjenme en paz”.[12]

            En una entrega posterior alegaba que Albrieu, Benítez y Leloir eran “bastiones de la unidad proscripta”. [13]

            En ese tiempo Mayoría  se hacía eco de las intimidaciones y persecuciones que sufría el director de la publicación,  Sobrino Aranda. Una  nota de contratapa acusaba al Comisario Cámara de hostigamiento. Ese proceder, según el semanario capitalino, obedecía a la sanción aplicada al agente policial por torturas a instancias de una denuncia del joven Aranda.[14].

            Ya en el año 1958 intensificaron su crítica a Frondizi: “Votar por la UCRI es traición. Perón no apoya a Frondizi” y agregaban “Lo definió como un ‘enano mental’”.  PP abogaba por el voto positivo en favor de un candidato neoperonista.  Así, en el editorial del director que llevaba por título “¿Dónde está la orden que manda votar en blanco?”, ponía en duda las directivas y argumentaba en favor de otras alternativas.[15] En esa misma entrega aparecía la “Columna femenina” a cargo de Zulema Pracánico y Raúl Jassen escribía sobre “El patriotismo de las señoras gordas”. El semanario albergaba a representantes de la “Juventud Nacional Popular”, recientemente constituida en la Capital Federal llevando a la subdirección a su secretario de organización Guillermo Malm Green y reproduciendo un manifiesto reciente.

            Estos virajes (desde la obediencia al Comando Superior al neoperonismo) se completarán en el número 20 cuando Sobrino Aranda fue reemplazado por Terré. [16]  La cooptación por la causa de Atilio Bramuglia aquí se tornó evidente. Apareció un extenso reportaje al ex – canciller de Perón devenido en figura de la Unión Popular.  De allí provenía, para ese momento, el financiamiento del medio. El medio callaba las instrucciones de Perón sobre las elecciones.

            El número siguiente continuó con su apoyo a la Unión Popular, realizando la cobertura de sus actos. El editorial expresaba: “Votar en peronista es la consigna. Los peronistas estamos planteando mal el problema electoral. Estamos estúpidamente discutiendo entre nosotros, haciéndole con ello el caldo gordo al enemigo: si debemos votar en blanco o si debemos votar a los neoperonistas. Haga cada peronista lo que se le dé la gana: vote en blanco o vote al neoperonismo de su predilección. Pero unos y otros debemos poner la intransigencia y el calor en votar en peronistas y no en antiperonistas”.

                Como apéndice de PP comenzó a publicarse la revista Volveremos, bajo la orientación de Sobrino Aranda[17]. Sus colaboradores regulares fueron: Raúl Jassen, Zulema Pracánico, Guillermo Malm Green, Osvaldo Méndez, Juan Carlos Rivero y Lina Carlino. Entre los especiales aparecen Tulio Jacovella, Raúl Yanzón, Héctor Sustaitta Seeber, Luis Carrica.  Llevaba como referencia la siguiente leyenda:“Un vocero quincenal de la causa nacional”.  Se presentaban como suplemento quincenal político – gremial de PP y heredera de De Frente:

                no es esta una nueva publicación, es una nueva forma de expresión de un equipo de     luchadores que enfrentan desde hace más de dos años a las fuerzas regresivas que  desde diversos puntos del país nos bloquean, persiguen y combaten. Integramos lo que  se a dado en llamar LA PRENSA LIBRE del país, aquella que no cuenta ni con cuota de papel,   ni con divisas para lograrlo, pero sí con apreciable cantidad de lectores que no sólo alientan nuestros desvelos sino que los apoyan aún económicamente. Hija dilecta de PALABRA PROHIBIDA es esta publicación la que nos da nacimiento y calor de lucha, al lado de ella varios destacados periodistas vienen a amalgamar lo que constituye la primera revista  continuadora espiritual de la valerosa y franca DE FRENTE, de cuya ausencia palpita    íntegramente toda la masa prohibida.

            En línea con PP, en el mes previo al desenlace electoral se manifestó en favor de votar un candidato peronista para oponerse a Arturo Frondizi, y en la revista se vieron reflejadas las tensiones y debates en torno a la cuestión: “¿Voto positivo o voto en blanco?”.

            La inclusión de la foto de Alejandro Leloir en tapa indicaría una inclinación en esa dirección al igual que las simpatías mostradas por Bramuglia. Estas oscilaciones hicieron desconfiar a Cooke de las actitudes y posicionamientos de Sobrino Aranda.

            Uno de los protagonistas principales de las empresas sucesivas de Soberanía, Palabra Pohibida y Volveremos, Luis Sobrino Aranda, publicó un libro en el año 1959, en el que realizó anotaciones sobre estas experiencias.[18] Sobre PP escribía: “nace en Rosario, como deseo de mantener en esa ciudad un vocero auténticamente Peronista. SOBERANÍA había perdido la dirección de Nora Lagos que se hallaba exiliada en Paraguay y por ende dejaba de editarse en la Chicago Argentina. La dirección me perteneció y actuaron conjuntamente conmigo: Zulema Pracánico, Lina Carlino, Osvaldo Méndez, Raúl Jassen, etc.”[19]

            Estos medios tuvieron una circulación más restringida que, por ejemplo, Palabra Argentina y Rebeldía semanarios que tenían la ventaja de editarse y distribuirse desde Buenos Aires y fueron menos “centrales”, por supuesto, que, Línea Dura y Norte, que fueron elegidos o utilizados para “comunicar” desde el peronismo.

            Palabra Prohibida, editada por buena parte de quienes participaron de Soberanía implicó un doble salto cualitativo. Menos doctrinaria y “populista” que La Argentina y Soberanía intervino mas definidamente en la política interna del peronismo filiándose decididamente, en un primer momento, en la más “dura” de las actitudes. Su principal distinción discursiva parece haber radicado en las referencias a la libertadora como “dictadura” y “tiranía”, dos términos que, como sabemos, habían sido harto utilizados por los partidarios del gobierno militar para referirse a la experiencia peronista. El alejamiento de Sobrino Aranda de la dirección, concomitante a una posterior reorientación del medio por el sendero “neoperonista”, lo llevó a dirigir, en Buenos Aires, la última etapa de Rebeldía y a la posterior edición, también en 1958 de un único numero de Volveremos.

            Podríamos decir que con esto se cerraba un ciclo. Estos medios pasaron de señalar la presencia inerme del “pueblo” a ventilar en sus páginas las diferencias que había en el movimiento peronista respecto de acompañar alguna alternativa neoperonista u obedecer los lineamientos de Perón.

            En su trayectoria agotaron la lógica de la confrontación con el gobierno  y vacilaron, o se diferenciaron entre si, en la hora de las definiciones electorales. Fueron, en suma, pioneros de un género que seguiría protagonizando, por la vía de la palabra escrita, la política nacional por muchos años y que se nutriría esencialmente del gigantesco vacio que, para las nociones republicanas implicaban la consideración del delito de opinión y, por supuesto, la proscripción de la fuerza mayoritaria.

Julio Melon Pirro y Darío Pulfer


[1] PALABRA PROHIBIDA, n° 3, Rosario, 2/8/57. Como en el texto, en adelante PP

[2] PP. Número 6. 23 de agosto de 1957.

[3] PP, Número 6, 23 de agosto de 1957.

[4] PP, Número 7, 30 de agosto de 1957.

[5] Carta de Cooke a Perón. 25 de agosto de 1957. Correspondencia Perón-Cooke. Bs. As., Colihue, 2007. T II, p.. 288

[6] PP, Número 8, 6 de septiembre de 1957.

[7] PP. Número 9, 13 de septiembre de 1957.

[8] PP, Número 10, 20 de septiembre de 1957.

[9] PP., Número 11, 27 de septiembre de 1957.

[10] PP, Número 13, 17 de octubre de 1957.

[11] CARMAN, Facundo, Ob.cit., pp..499-500.

[12] PP, Número 15, 15 de noviembre de 1957.

[13] PP. Número 18, 16 de diciembre de 1957.

[14] “Comisarios perseguidores de periodistas libres”, MAYORIA, Número 35, 2 de diciembre de 1957. Contratapa.

[15] PP, Número 19, 27 de enero de 1958.

[16] PP. Número 20. 8 de febrero de 1958.

[17] Volveremos. Número 1. 11 de enero de 1958.

[18] SOBRINO ARANDA, Luis, Después que se fue Perón, Bs. As., Trafac, 1959.

[19] Id., p. 51