(Capital Federal, 21 de junio de 1939 –).

            Militante de la resistencia peronista, líder de las primeras FAP, dirigente político y referente ambientalista.

            Nació en el barrio Palermo de la Capital Federal, el 21 de junio de 1939. Su padre, Eduardo, fue artesano y, durante los años de mayor bonanza del peronismo, logró establecer su propio taller que devino en una próspera pequeña empresa. A principios de los ´50, el negocio familiar entró en una pendiente declinante obligando a sus dos hijos mayores, Jorge y Carlos, a oficiar de ayudantes para cumplir con los encargos laborales de su progenitor. Eduardo Rulli era un ferviente peronista, aunque no participaba activamente en estructura política alguna. Jorge, por un ánimo de rebeldía propio de su adolescencia temprana, impugnó inicialmente al peronismo. Esa oposición se trocó vertiginosamenteen una firme adhesión, en los momentos previosal derrocamiento de Juan Domingo Perón.

            Con el golpe de estado de 1955 y la instauración de la “Revolución Libertadora”, Jorge inició un camino de resistencia individual, pintando paredes y rompiendo a piedrazos cristales de casas habitadas por algún “comando civil”. Frecuentó la oficina del diario Lucha Obrera, perteneciente al Partido Socialista de la Revolución Nacional, y el local de Palabra Argentina. En esos ámbitos conoció a los primeros compañeros, jóvenes como él, con los cuales empezó a realizar actividades conjuntas dejando atrás su etapa solitaria. De la mano de uno de ellos, Héctor Spina, conoció la esquina de Esmeralda y Corrientes, punto de reunión de peronistas y en donde se congregaban numerosos jóvenes con ánimo de acción. Allí, Rulli conoció a muchos destacados militantes con los cuáles aunaría y bifurcaría caminos a lo largo de su trayectoria militante. En esa mítica esquina participaría de numerosas refriegas, primero, con los “comandos civiles”  y, luego, con las fuerzas policiales.

            En 1957, luego de la “Marcha del silencio”, formó parte de la creación del “Comando Juan José Valle”, junto a Spina, “Tuly” Ferrari, Gustavo y “Pocho” Rearte, Beatriz Fortunato y el apoyo de Susana Valle. Posteriormente, sin romper relaciones, decidieron que en La Matanza continuaría operando un comando que conservaría el nombre original, bajo el liderazgo de Gustavo Rearte y Ferrari, mientras que los activistas de la Capital seguirían funcionando bajo el nombre de “Comando Centro”, en donde Rulli y Spina pasaron a ser sus referentes. Ambos comandos eran vistos como modelo por parte de los jóvenes agitadores peronistas que emergían en el centro y en las barriadas suburbanas de la ciudad. Frente a ese nuevo panorama impulsaron la coordinación entre esos grupos que proliferaban bajo la nominación de “Juventud Peronista”.

            A fines de 1959, se produjo la conformación de la Mesa Ejecutiva de laJuventud Peronista (JP), en la cual sobresalían, además de Rulli, Envar “Cacho” El Kadri, Spina,Gustavo Rearte, Alberto Brito Lima, Norma Kennedy, entre otros. Se decidió la edición de la revista Trinchera de la Juventud Peronista. Para el funcionamiento de la nueva estructura fue vital el apoyo prestado por el Sindicato de Farmacia, cuyo Secretario General, Jorge Di Pasquale, promovía las actividades de la flamante Mesa Ejecutiva. El 26 de marzo de 1960,formó parte, junto a Spina, El Kadri, los hermanos Rearte, Felipe Vallese y algunos otros, del asalto a un vivac de la Fuerza Aéreaen Ciudad Evita, lo que desencadenó una intensa persecución contra los dirigentes de laMesa Ejecutiva.

            A raíz de ello, Rulli fue detenido y juzgado por un tribunal militar en el marco del Plan de Conmoción Interna del Estado (CONINTES). Al cabo del proceso, recibió una condena de 6 años.Estuvo preso tres años alternando estadía en varios penales, hasta ser liberado en virtud de la revisión de su causa por la justicia civil, luego de la amnistía decretada por el gobierno radical de Arturo Illia. Utilizó el tiempo de cautiverio como una instancia profunda de formación ideológica.

            Poco antes de ser liberado comenzó un vínculo sentimental con María Beatriz Fortunato, quien lo visitaba de manera frecuente en la cárcel y con quien contraería matrimonio a fines de 1963. Luego de culminar su reclusión se reincorporó inmediatamente a su tareamilitante. Fue electo, en una asamblea en donde participaron todas las agrupaciones de la JP porteñas, como uno de los tres integrantes de la dirección a nivel de la Capital Federal, junto a Spina y El Kadri, experiencia que se vería frustrada a los pocos meses.Las desavenencias entre Rulli y los otros dos miembros del triunvirato afloraron, al tiempo que Héctor Villalón los contactó a los tres para que se integrasen al nuevo “plan insurreccional” con el objetivo de consumar el regreso de Perón planeado para 1964. En este esquema, Rulli sería el responsable en Capital Federal y Gran Buenos Aires de las flamantes Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), organización clandestina que debía constituirse por destacamentos ubicados a lo largo del país y en coordinación con una estructura política de “superficie”, el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP), bajo el liderazgo de Rearte y Francisco “Pancho” Gaitán. Esta tarea lo sometería a Rullia un ritmo extenuante de reuniones con numerosos grupos de activistas con el propósito de reunir voluntades para dar nacimiento a la nueva organización. A fines de 1964, fracasaría el “Operativo Retorno” y su vorágine militante se vería transitoriamente apaciguada.

            A principios de 1965, viajó a China, junto a integrantes del MRP, como Gaitán, y del Movimiento Nacionalista Revolucionario – Tacuara (MNR-T), como José Luis Nell y Joe Baxter, con la finalidad de recibir instrucción militar en la escuela de cadetes extranjeros. La estadía en el país se prolongó por tres meses. A fines de año, rompió relaciones con Villalón, ante la carencia de dinero y armas suministradas a las cuales se había comprometido este para abastecer el proyecto MRP-FAP. Eso lo llevó a respaldarse en sus contactos más cercanos y sus propios recursos para continuar con el propósito de poner en pie las FAP. A lo largo de 1966, reuniendo un pequeño grupo de 8 personas, entre los que se contaban Magín del Carmen Guzmán y Florencio Tancoff, se dedicaron a realizar los primeros desarmes y operativos “expropiatorios” a fin de consolidar una mínima estructura operativa. Ante la detención de uno de sus integrantes, cayó nuevamente detenido, el 8 de febrero de 1967. Fue torturado salvajemente quedando al borde de la muerte. Se recuperó lentamente luego de varios meses. A fines de 1967, fue liberado por error y decidió partir hacia Cuba, a instancias de Rearte, quien le facilitó el contacto con el aparato de seguridad de ese país. Salió clandestinamente a Uruguay y allí fue entrevistado por Eduardo Galeano, quien en un reportaje publicado en el semanario Marcha, bajo el título de “Crónica de la tortura y la vida”, divulgó su testimonio y experiencia de tormento bajo el poder represivo.

            A lo largo de 1968 se prolongó su estadía en la isla caribeña. Allí partió con su esposa y  pudo restablecer completamente su estado físico. Recibió entrenamiento miliary, a principios de 1969, se dirigió a Madrid con el propósito de tener un encuentro personal con Perón. De dicha entrevista partió con cierta desilusión, ante las evasivas del líder a apoyar explícitamente un proceso revolucionario que tuviera como eje fundamental la lucha armada, aunque determinado a continuar con su proyecto de poner en funcionamiento las FAP. A su regreso, se dirigió a Uruguay con la idea de pasar clandestinamente a territorio nacional al tener un pedido de captura vigente emitido por la justicia argentina. En suelo oriental, fue nuevamente detenido, en el momento en que impartía instrucción a un núcleo de militantes uruguayos que buscaban prepararse para iniciar en sus tierras la lucha armada. La justicia de dicho país lo condenó a dos años de encarcelamiento. Salió en libertad en abril de 1971 y, luego de estar a disposición del Poder Ejecutivo por dos meses más, es expulsado del país eligiendo como destino Chile. En territorio trasandino prolongó su exilio por un lapso de tres meses, hasta que logró retornar clandestinamente al país en septiembre.

            Al regresar es detenido por cuarta vez, por falsificación de documentos, lo que le permitió ser liberado a los pocos días, luego de un breve paso por Coordinación Federal. Su exilio de 3 años y medio produjo la dispersión total del pequeño grupo armado que estaba formando antes de partir de Argentina habiendo sido absorbidos sus integrantes por las diferentes organizaciones que habían surgido con fuerza a partir de 1970. Para ese entonces, la sigla FAP pasó a nominar una organización impulsada por otros liderazgos. Sin poder vincularse orgánicamente con ninguna de estas formaciones, a fines de 1971, decidió aceptar la propuesta de su compañero Guzmán de militar en la Unidad Básica “Juan José Valle” que este había inaugurado con el apoyo de Federico Russo, presidente del Partido Justicialista local. Esa fue la base de operaciones de la “Mesa Coordinadora de la JP” puesta en marcha por Rulli y que rápidamente irradió su campo de actividad por medio de la proliferación de sendas unidades básicas en diversas localidades del partido.En su práctica, la “Mesa” se dedicó fundamentalmente al trabajo barrial aunque pretendió desarrollar un incipiente aparato armado manteniendo su autonomía respecto del resto de las organizaciones peronistas, cuestión que aparejó algunas tensiones, en particular con Montoneros. Luego de la asunción de Cámpora, el 25 de mayo de 1973, se terminó desvinculando de la estructura al resultar fallida la toma de la Secretaría de Cultura municipal con el objeto de imponer su designación en el cargo.

            A instancias de Mario Kestelboim, logró que la máxima autoridad de la Universidad de Buenos Aires, Rodolfo Puiggrós, lo nombre como interventor de un campo dependiente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, en la localidad de San Pedro. Allí, intentó Rulli establecer una experiencia autogestionaria de los empleados y peones que culminó, en septiembre de 1974, cuando fue desalojado por las autoridades universitarias que encabezaba el nuevo Rector de la UBA, Alberto Ottalagno. Ante la escalada represiva desatada y perseguido por la Triple A decidió protegerse en un exilio interno en la pequeña localidad salteña de Cerrillos. Ello no impidió que, luego del golpe de estado, Rulli sea apresado por quinta vez, en febrero de 1977. Caído en manos del aparato represivo clandestino montado por la última dictadura cívico-militar, permaneció en condición de detenido-desaparecido por el lapso de siete meses y, posteriormente, fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Su cautiverio se prolongó hasta octubre de 1981 cuando le otorgaron un régimen de prisión domiciliaria que aprovechó para escapar y salir del país, a fines de ese año.

            En su exilio recaló en Málaga, España. Allí continuó un proceso de profunda transformación ideológica que había iniciado en la cárcel recuperando las raíces del pensamiento indoamericano y sosteniendo la necesidad de la preservación medioambiental como una opción militante y de vida. Además, integró las campañas de Amnistía Internacional. Algunas de esas ideas traslucen en el libro que publicó, junto a El Kadri, en 1984, titulado Diálogos en el exilio, donde plasmaron una crítica al accionar de las organizaciones político-militares.

            Regresó a Argentina en 1987 y se instaló en la localidad de Marcos Paz, a 60 kilómetros de la Capital Federal. En los ´90, inició una tenaz militancia en contra del agronegocio basado en la explotación y exportación de soja y en el uso de agrotóxicos para intensificar la producción del suelo. A mediados de esa década fundó el Grupo de Reflexión Rural, organización que impugna el modelo biotecnológico de producción de commodities y plantea una ruralidad que respete los ecosistemas y la biodiversidad. En años recientes publicó numerosos libros en donde profundiza muchos de estos posicionamientos que lo colocan como uno de los referentes de la militancia ecológica local. Actualmente, vive en su granja de Marcos Paz.

Fuentes:

Galeano, Eduardo. “Crónica de la tortura y la vida”. Marcha, N° 1386. 12 de enero de 1968.

Referencias

Anzorena, Oscar. Historia de la JP(1955-1988). Buenos Aires, Del Cordón, 1989.

El Kadri, Envar y Rulli, Jorge. Diálogos en el exilio. Buenos Aires, Foro Sur, 1984.

Mackevicius, Carlos, Richards, Tomás y Strassburger, Juan Manuel. A La intemperie. Diálogos con Julio Bárbaro sobre una vida en el peronismo. Buenos Aires, Ciccus, 2022.

Mendoza, Juan. El guerrero de la periferia: biografía de Jorge Rulli.Buenos Aires, Del Nuevo Extremo, 2011.

Rulli, Jorge.El libro de los editoriales. Buenos Aires, Corregidor, 2008.

Rulli, Jorge. Pueblos fumigados. Buenos Aires, Del nuevo extremo, 2009.

Rulli, Jorge. Peronismo: cuentas pendientes. Buenos Aires, Milena Caserola, 2013.

Rulli, Jorge. La agonía del peronismo. Radiografía de una crisis terminal y perspectivas de liberación. Buenos Aires, Biblos, 2019.

Rulli, Jorge.Semillas para una nueva conciencia. Buenos Aires, Econautas, 2022.

Carlos I. Custer