Transcurrido casi por completo el fatídico año 1956, los periódicos de orientación peronista intentaron volver al ruedo. Así en diciembre de 1956 salió Consigna orientado por Osvaldo Méndez. Se trató de una experiencia breve, ya que en el número seis resultó  clausurado por efecto y aplicación del Decreto 4161. Más tarde, en el proceso abierto hacia las elecciones nacionales de febrero de 1958, se produjo la salida de una nueva serie de publicaciones de la “resistencia” que buscaban fijar posición en la coyuntura política. Entre ellas apareció Nueva Consigna, intento de continuidad del anterior emprendimiento con dieciséis entregas.

          El promotor de ambas etapas fue Osvaldo Méndez. Es poco lo que conocemos acerca del impulsor de estas publicaciones. Menciones fragmentarias o ausencia en los textos que han abordado esta prensa nos hacen imaginar que puede obedecer a una debilidad documental.

           Como señalamos, Consigna fue un semanario que se publicó entre diciembre de 1956 y enero de 1957 con 6 entregas. Fue un material de cuatro páginas, de carácter cuasi artesanal, con un tamaño de 42 por 60 cm. Entre sus colaboradores se contaron Fermín Chávez con el seudónimo de Juan Cruz Romero, Juan Gabriel Puigbó, Walter Bruno Vezza, Armando Guerra. A través de estos colaboradores podemos establecer algún vínculo con el CEIPAP (Centro de Escritores, Intelectuales, Periodistas y Artistas del Pueblo) que funcionaba en la casa de José María Castiñeira de Dios, en el que tenía fuerte protagonismo Fermín Chávez.

           Contaba con una sección fija destinada a desbaratar los argumentos de los políticos alineados con el gobierno militar, denominada “La orden del gran boleto”. Otra sección era la de carta de lectores animada por Fermín “Juan Cruz Romero” Chávez.

   Como otros medios de la época, de manera continua sufre procesos y secuestros de ediciones. Al salir el número 4, el Ministerio de Interior a cargo de Eduardo Busso pidió el secuestro de la edición completa y recomendó su clausura por violación al Decreto 4161. El argumento esgrimido fue que la nota editorial era lesiva al orden por referir que el gobierno tiene “Un solo objetivo: el coloniaje económico” (Consigna. Número 4. 28 de diciembre de 1956).

            En toda su existencia el semanario tuvo una accidentada marcha, como hemos descripto. Eso hace que sus salidas sean irregulares y su línea argumental continuamente interrumpida por las clausuras.  En el número 4, como hemos visto, denuncian la política económica. En el número 5 se oponen duramente a la limitación de funcionamiento realizada a la CGT: “La reacción quiere destruir el poder político de la CGT” (Consigna. Número 5. 22 de enero de 1957). El número 6 que debía salir el 29 de enero de 1957 resultó secuestrado antes de su salida y la publicación fue clausurada. El contenido del mismo denunciaba que “El cambio de gabinete confirma el caos político” y en una de sus columnas advertía sobre la atomización de las fuerzas políticas que habían dado el golpe de 1955 anotando que: “Esta somera síntesis nos permite apreciar la claridad y tranquilidad que reina en nuestro país. Con el 70% del pueblo de espaldas al gobierno y a los partidos políticos y el resto peleándose cada día con más vigor, tendremos reflejada nuestra realidad y nuestro futuro. Los libertadores han venido a salvar a la patria. ¿No será al revés?”. Esa clausura fue coincidente con la de otros medios como Soberanía orientado por Lagos y Sobrino Aranda en Santa Fe  y Palabra Argentina dirigida por Alejandro Olmos.

          A pesar de haber recibido sanciones y encarcelamientos Méndez, tiempo después, reanudó el intento de publicar sus ideas. En el relanzamiento recapitulaba el cierre anterior: “El director procesado y los colaboradores presos. Pocas veces el gobierno provisional ha demostrado tanta debilidad frente a un periódico como Consigna. Bastaron unos pocos números de prédica nacional y popular para que ordenaran el secuestro del número cuatro, para luego repetir el mismo procedimiento en el número seis y disponer, simultáneamente, la clausura que –sin saber aún qué autoridad inmediata y responsable la dispusiera- reveló hasta qué punto se siente este gobierno vulnerable ante la verdad esgrimida por ese puñado de periódicos y revistas independientes que han logrado permanecer a riego de la libertad y las vidas de sus responsables…su director Osvaldo Méndez, es procesado…dos de los colaboradores Walter Bruno Vezza y Juan Puigbó son encarcelados” (NC. Número 1).

           Así salió Nueva Consigna, por espacio de 16 entregas, llegando a los prolegómenos de la elección presidencial. Desde el primero al séptimo número con cuatro páginas y a partir de allí con dos. El primer número salió a la luz el 9 de septiembre de 1957. En línea con otros medios opositores al gobierno militar, al salir Nueva Consigna decían: «Con el mismo espíritu que animó a CONSIGNA, periódico de la línea nacional y popular, los redactores de NUEVA CONSIGNA -sucesores en el estilo y en el espíritu del órgano arbitrariamente clausurado por el espíritu de facción imperante en el país- saludamos a todos los colegas de la prensa que en estos inciertos momentos de Argentina bregan por el reencuentro de la Patria con sus más genuinas tradiciones en el seno del pueblo hoy escarnecido. Sean para los camaradas que junto con nosotros comparten alegremente este destino de luchadores infatigables de las guerrillas defensoras de la Nación».

        En la redacción se encontraban periodistas que daban sus primeros pasos como Raúl Jassen o Roberto Juárez, con otros más experimentados como Walter Bruno Vezza. A ellos se sumaban  Juan Puigbó, Carlos Peralta e Hilario Giménez.

       Entre sus secciones fijas se encontraba, como en otros medios, el espacio dedicado a trascendidos, chismes o corrillos llamado  «De oreja a oreja». 

            Así, se hacían eco de comentarios como los siguientes: “Ante el inminente cumplimiento del ‘Plan Político’ de Aramburu, los sectores gorilas ‘ortodoxos’ capitaneados por Rojas, estarían preparando un golpe palaciego con la finalidad de desalojar al presidente de su puesto y consolidar en el poder la ‘obra de la revolución’” o “Entre los jefes más destacados que serían pasados a situación de retiro este fin de año, se encuentra el General Solanas Pacheco. También estaría en igual situación el Jefe del Regimiento 7 de La Plata. A ellos se agregarían en estos días alrededor de trescientos jefes y oficiales más”.

            En cada entrega colocaban un espacio bajo el título “Del Martín Fierro” y reproducían alguna estrofa intencionada del poema hernandiano. Otra sección fue bautizada como «La vida es un chorizo». En las entregas no faltaba el humor ilustrado. En tapa de la entrega 15 acompañaba a la columna inaugurada bajo el nombre de “Los mitos que caen”, uno dedicado a la ”¡Marina, Marina, honor de la Argentina!” el siguiente gráfico y texto:

La mayoría de los artículos no llevaba firma. En algunos de ellos podemos identificar las colaboraciones generadas desde el CEIPAP. Por ejemplo “Cultura liberticida” en la entrega número 12, en la que la pluma de Fermín Chávez era distinguible en línea con los argumentos vertidos en otros medios de la “resistencia” por la misma época.

Resulta ilustrativo recuperar algunos de los ejes planteados en sus entregas. En el número 2trataron el desarrollo del Consejo Extraordinario de la CGT: “Los amarillos perdieron a pesar del fraude y de las ametralladoras” (NC. Número 2. 16 de septiembre de 1957). Esta nota fue cubierta por el redactor Roberto Juárez, el mismo periodista que cubría estas cuestiones en el masivo Mayoría.En el número 3 reclamaban por las libertades políticas del peronismo: “El Movimiento exige inmediata legalidad”. Y denunciaban las razones de fuerza que esgrimía el gobierno militar: “No hay bayonetas que contengan al pueblo”(NC. Número 3. 23 de septiembre de 1957).En el número 4 denuncia que Comandos Civiles arrebataron a los canillitas miles de periódicos y los quemaron en pleno centro (NC. Número 4. 30 de septiembre de 1957).

       La policía secuestró el número 6 de la publicación (NC. Número 6. 17 de octubre de 1957). En base a la restricción de la circulación del número anterior en la salida correspondiente al 31 de octubre Nueva Consigna fue publicada  como “Boletín de Emergencia editado bajo estado de sitio” con el título “Apúrese lector…¡Viene el secuestro!”  (NC. Número 7. 31 de octubre de 1957). Desde el número 8 salió con una hoja sola: “Las actuales condiciones de precariedad nos obligan a seguir editando este boletín de emergencia en lugar de nuestras habituales entregas de cuatro páginas. Pero es que no estamos dispuestos a seguir beneficiando a los marinos funcionarios, que nos secuestran las ediciones semana a semana” (NC. Número 8. 7 de noviembre de 1957). La cecanía del proceso electoral hacía aumentar las tensiones y diferencias al interior del peronismo.  Así en la entrega número 10 señalaban de manera general que “El pueblo aplastará la tiranía con votos” (NC. Número 10. 27 de noviembre de 1957) y en el siguiente consignaron: “Las masas nacionales deben ser convocadas a la lucha” (NC. Número 11. 5 de diciembre de 1957). Advertían sobre los intentos del gobierno de debilitar al peronismo: “Nuevas horas de terror promete la secta gorila. Se intenta dividir y confundir a las fuerzas nacionales” (NC. Número 14. 9 de enero de 1957). Más tarde esa advertencia se realiza para las propias filas: “La inconducta de los hombres amenaza la unidad popular” (NC. Número 15. 31 de enero de 1957). En camino firme hacia las elecciones denunciaban que “Los traidores confunden mientras Frondizi calcula” y para las elecciones condenaban el voto en blanco como el voto a favor de Frondizi.  ¿La razón? Habían optado por soluciones neoperonistas como  los partidos Populista y Blanco a quienes proponían votar (NC. Número 16. 7 de febrero de 1958).

   A partir de sus denuncias el semanario Nueva Consigna  sufrió, como hemos apuntado, secuestros y detenciones de sus responsables. Esta persecución obligó a reducir el volumen de la publicación a una hoja tamaño sábana. Otro efecto fue el de ubicar a Méndez en la lista del martirologío de la prensa peronista o filoperonista. Para esa época, un semanario de mayor tirada como era Mayoría  denunciaba males comunes como la falta de provisión de papel, la vigencia del decreto 4161 y las pérdidas económicas que suponían los secuestros de entregas. A ello sumaba el hecho de la situación de distintos directores que se encontraban entre rejas o tomando el camino del exilio, entre los cuales incluía a Méndez: “Hasta estos momentos están presos los directores de Rebeldía,Resistencia Popular, El Hombre y Palabra Obrera, encontrándose prófugos los de Palabra Prohibida, Nueva Consigna, Palabra Argentina y Mayoría” (Mayoría. Número 34. 25 de noviembre de 1957). Poco después, en el mes de diciembre de 1957, en respuesta a esa grave situación fue creada “Una nueva entidad periodística. Asociación de la Prensa Argentina”, que tenía como finalidad la defensa de la “auténtica libertad de prensa y de los intereses profesionales”. En la Comisión provisional se alistaban: R. P. Hernán Benítez, Luis Sobrino Aranda, Osvaldo Méndez, Rogelio Frigerio, Marcelo Sánchez Sorondo, Raúl Damonte Taborda, Alejandro Olmos y Tulio Jacovella(Mayoría. Número 38. 23 de diciembre. p.5). Más allá de ello fue su precaria existencia y el naufragio de su opción política  lo que llevó a la desaparición de la publicación.

Fuentes:

Consigna. Colección.

Nueva Consigna. Colección.

Las Bases. Número 45. 23 de mayo de 1973. Exposición “Prensa de Liberación”. Pág.22-23.

Mayoría. Colección.

Referencias:

Carman, Facundo. El poder de la palabra escrita. Buenos Aires., BN, 2015.

Moyano Laissue, Miguel A. El periodismo de la resistencia peronista 1955-1972. Buenos Aires, Asociación  de la Resistencia peronista, 1999.

Julio C.Melon Pirro y Darío Pulfer