CONGRESO NORMALIZADOR DE LA CONFEDERACION GENERAL DEL TRABAJO, 1963

Luego del fracaso del Congreso Normalizador de la CGT de 1957 y el fin del gobierno de la Revolución Libertadora, se abrió otra etapa en la vida institucional del país y del movimiento obrero en particular. Con Arturo Frondizi como presidente de la Nación se hacía imperiosa la normalización de la central obrera, con la cual el gobierno mantuvo una relación de acuerdos y también de conflictos. Con aquel objetivo, a fines de 1960 se conformó la Comisión de los 20, llamada posteriormente Comisión Provisoria, integrada por 10 sindicalistas de las 62 Organizaciones peronistas y 10 del sector independiente, que el 3 de marzo del año siguiente llegaron a un acuerdo con el gobierno por el cual éste entregaba la CGT a la Comisión y esta se comprometía a normalizarla antes del 31 de diciembre de 1961 con la convocatoria a un Congreso. Distintos acontecimientos ocurridos en 1961 y 1962, como las grandes huelgas ferroviarias que se declararon en protesta por el Plan Larkin de racionalización ferroviaria o el derrocamiento del propio Frondizi retrasaron la normalización hasta comienzos de 1963, ya con José M. Guido como presidente de la Nación. Así, el Congreso fue convocado para reunirse entre el 28 de enero y el 1° de febrero bajo el lema “Por la libertad, el bienestar del pueblo y la grandeza de la patria”.

 Deliberó en la sede del Sindicato de Luz y Fuerza de la Capital Federal con un total de 804 delegados pertenecientes a 100 organizaciones sindicales que representaban a más de 2.500.000 trabajadores de todo el país. De esos delegados, apenas ocho eran mujeres: tres por el sindicato de comercio, la misma cantidad por el del vestido, una por el del tabaco y una por los docentes particulares. Los gremios con mayor número de representantes fueron la Unión Obrera Metalúrgica, UOM (73 delegados), la Unión Ferroviaria (71), la Federación de Empleados de Comercio (67), la Asociación Trabajadores del Estado (50), la Asociación Obrera Textil (50), la Unión Obrera de la Construcción (32)| y la Federación de la Industria del Vestido (27). Varios de los participantes había tenido destacada militancia previa aunque otros, la mayoría, la tendrían en esa década y las posteriores, tanto en el campo sindical como político, la mayoría peronistas. Entre ellos puede mencionarse a Augusto Vandor, José Rucci, Rosendo García, Paulino Niembro, Avelino Fernández, Lorenzo Miguel y Luis Guerrero (metalúrgicos), Salvador Marcovecchio, Armando March, Juan J. Minichilo y GuerinoAndreoni (comercio), Riego Ribas, René Stordeur y Luis Danussi (imprenta), Andrés Framini y Juan C. Loholaberry (textiles), Francisco Prado y Luis Angeleri (Luz y Fuerza), Rogelio Coria y Rogelio Papagno (construcción), Amado Olmos y Otto Calace (sanidad), José Alonso y Enrique Micó (vestido), Francisco Pérez Leirós (municipales Capital Federal), Gerónimo Izzeta (municipales Buenos Aires), Adolfo Cavalli (petrolero), Juan Rachini (aguas gaseosas), Eleuterio Cardoso (carne), Eustaquio Tolosa (portuario), Hugo Barrionuevo (fideero), Osvaldo Borda (caucho), Fernando Donaires (papelero), Jorge Di Pascuale (farmacia), y Carlos Custer (vidrio).También participó el escritor Osvaldo Bayer en representación del sindicato de prensa.

            El orden del día contemplaba: 1°. Designación de la Comisión de Poderes; 2°. Designación de las autoridades del Congreso; 3°. Informe de la Comisión Provisoria; 4°. Reforma del Estatuto; 5° Designación de las autoridades de la central obrera. Apenas comenzado el Congreso se cumplimentaron los dos primeros puntos, al igual que el tercero, que lo fue “por aclamación”. Antes de abordar el siguiente punto, los congresales condenaron un reciente decreto del Poder Ejecutivo denominado Seguridad del Estado como “instrumento de represión” como también el secuestro y la posterior desaparición del dirigente metalúrgico Felipe Vallese, ocurrida el 23 de agosto del año anterior en la ciudad de Buenos Aires por parte de la policía: “Vivo o muerto, Vallese debe aparecer” planteó la delegación de la UOM. Posteriormente, el Congreso aprobó el Plan de Acción a llevar a cabo por la central –denominado Plan de Lucha-, que estuvo acompañado de una Declaración que contenía reclamos en materia social, política y económica. Estos iban desde la libertad de todos los detenidos y condenados por razones políticas al retorno a la Constitución Nacional y el estado de derecho; de la abolición de las medidas que cercenaban la legislación laboral hasta la participación de los trabajadores en la administración de las empresas; de la fijación de precios máximos para los artículos de primera necesidad hasta una política crediticia orientadaal fortalecimiento de la producción; la anulación de los contratos petroleros –firmados por el gobierno de Frondizi- y la propuesta de una reforma agrariay el fomento del cooperativismo.

Con relación al cuarto punto, se debía modificar el Estatuto de 1950, en el cual la central obrera había adoptado para sí la doctrina peronista. En el texto aprobado se especificaba que los trabajadores proclamaban su “irrevocable decisión de luchar por la elevación constante del bienestar del pueblo, por su pleno desarrollo cultural, por la conquista integral de sus derechos y libertades, preservando y ampliando las vigentes y por el imperio de un régimen político y social más justo que extirpe de la sociedad la explotación del hombre por el hombre, modificando las retrógradas estructuras económicas y jurídicas actuales”. Asimismo, se afirmaba que la central “tiene que opinar  y gravitar como fuerza social en todos los grandes problemas del país para darles soluciones acordes”. Se suprimía entonces la adhesión a la ideología peronista, pero se reafirmaba el derecho de las organizaciones sindicales a la acción política.

En la última jornada del Congreso se cumplimentó el quinto punto del orden del día, es decir la elección de las nuevas autoridades de la central. Se presentó una sola lista, la Celeste y blanca, que obtuvo 493 votos -28 fueron en blanco y 32 anulados- sobre un total de 804 sufragantes, quedando en consecuencia el comando de la CGT,con mandato de dos años, del siguiente modo: Secretario General: José Alonso (vestido); Secretario Adjunto: Riego Ribas (gráfico); Secretario de Hacienda: Arturo Staffolani (La Fraternidad); Prosecretario de Hacienda: Juan Rachini (aguas gaseosas); Secretario Gremial e Interior: Avelino Fernández (metalúrgico); Prosecretario Gremial e Interior: José Elías (textil); Secretario de Prensa, Cultura, Propaganda y Actas: Luis Angeleri (Luz y Fuerza); Secretario de Previsión Social: Marcos Almozny (viajantes). También se eligió el Consejo Directivo, integrado por doce miembros, seis de las 62 Organizaciones y seis independientes.A modo de conclusión puede decirse que el Congreso fue liderado y homogeneizado por las 62 Organizaciones, donde emergió la UOM como sindicato líder. Desde entonces, la CGT se encaminó a plantear a la sociedad “un cambio de estructuras” a partir de constituirse en “factor de poder”.

Referencias

Confederación General del Trabajo de la República Argentina. Congreso ordinario, Buenos Aires, 1963.

Confederación General del Trabajo de la República Argentina. Informe de la Comisión Provisoria, Buenos Aires, enero de 1963.

Godio, Julio. El movimiento obrero argentino (1955-1990). Buenos Aires, Legasa, 1991.

Rotondaro, Rubén. Realidad y cambio en el sindicalismo, Buenos Aires, Pleamar, 1971.

Senén González, Santiago y Bosoer, Fabián. Breve historia del sindicalismo argentino, Buenos Aires, El Ateneo, 2009.

Claudio Panella