Yo nací en Villa Urquiza, en el barrio Presidente Perón, un barrio donde hasta los perros eran peronistas. Cuando vino el golpe del ’55 -yo tenía 13 años- nosotros sentimos que el mundo se nos daba vuelta y una terrible agresión por el solo hecho de ser peronistas o de vivir en un barrio peronista. Pasaban los autos y nos provocaban, gritaban cosas, nos insultaban. Ahí nos empezamos a organizar con los chicos de mi edad, preparamos hondas y cuando venían los recibíamos a pedradas. Después comenzamos a hacer las primeras pintadas por el barrio y esa fue mi iniciación militante.

La primera conexión con otra gente es con un grupo que aparece, que se llamaba J. de P. (Juventud de Perón). Nosotros no teníamos ni nombre ni nada. Es la primera relación que tenemos, no digamos orgánica en los términos de ahora, pero en ese entonces para nosotros era una cosa totalmente orgánica. Habrá sido en el año ’57; nos empezamos a conectar con compañeros de otros barrios, lo conozco a Dardo Cabo, a otro muchacho Infante que ahora está desaparecido y a una persona que con el tiempo supe que era Rulli.

Se hacían reuniones donde se realizaban algunos acuerdos. Yo te aclaro que por mi edad escuchaba lo que se decía y después salía a pintar, o sea los acuerdos eran para pintadas. Se hacían pintadas comunes con la firma J. de P. Nosotros íbamos a esas reuniones y venían algunos compañeros, medio clandestinos, que no sabíamos quiénes eran y entonces vos creías que era una cosa organizada; mi fantasía era que todo era perfecto, que la vuelta de Perón era una cuestión de meses.

En el barrio no me acuerdo quién de nosotros se conecta con grupos nacionalistas y tenemos contacto con Tacuara. Casi todos los chicos del barrio entran en Tacuara. Yo no entro por alguna discusión, pero era simpatizante, por llamarlo así.

Tacuara levantaba la violencia como elemento de militancia y para nosotros era una cosa buenísima, algo en lo cual creíamos. A partir de esto cae entré nosotros una serie de bibliografía, incluso fascista; leemos a José Antonio Primo de Rivera y tenemos una corrida hacia la derecha sin saber lo que era la derecha ni qué era el peronismo, ni la izquierda, ni qué era nada.

El jefe de Tacuara era Alberto Ezcurra. Era un jefe de negociación entre los distintos sectores que estaban en Tacuara -algunos netamente gorilas- que hacía que muchas veces tengamos problemas de piel con el/os, ya que nosotros seguíamos manteniendo nuestra identidad peronista.

Nos integramos por el tema del nacionalismo, de la violencia, por el tema de la verdad de los puños y las pistolas por encima de lo racional, que prendía en nosotros. Yo, en realidad, nunca me integré orgánicamente a Tacuara pero estuve dando vueltas alrededor, quiere decir que iba a reuniones, a los actos, acompañaba.  Para el año ’60 Tacuara crea una colateral que se llamaba Brigada Sindical Peronista, y realiza su lanzamiento en público en un acto que hace la C.G.T. en Parque Lezama.

La Brigada viene trabajando subterráneamente, preparándose y evidentemente toda la gente que entraba era peronista. Se suponía que iba a hacerse un trabajo sindical hasta que un día aparece en un acto público delante de la C.G.T. con un volante reivindicando a Perón. Esto provoca la ruptura, Tacuara no se lo banca.

El jefe de la Brigada Sindical Peronista había sido puesto por la dirección de Tacuara, no obstante rompe y se va con los peronistás. Este grupo se cambia de nombre y así se crea el Movimiento Nueva Argentina. Ahí me integro yo, y me vuelvo a reencontrar con Dardo Cabo pero ahora compartiendo el mismo ámbito de militancia.

La invasión a Cuba produce un quilombo muy grande en Tacuara; viene una gran discusión interna en la que nologra definirse porque hay gente que está a favor de la mvasion por el tema del anticomunismo y gente que esta en contra. Hacen un comunicado totalmente negociado donde Tacuara dice que si bien está en contra del comunismo también esta en contra de la invasión, por la libertad de los pueblos. Se produce una fractura por derecha y se forma la Guardia Restauradora Nacionalista.

Por otra parte, dentro de Tacuara se estaba generando una discusión por izquierda que es la del gr.upo encabezado por Joe Baxter, José Luis Nell y Jorge Catattl y muchos de los muchachos eran peronistas, pero cuando nos vamos con la Brigada nos vamos peleados con ellos porque nosotros les exigimos a los peronistas de Tacuara q.ue se vayan con nosotros, y no se van, con distintas justificaciones, y quedamos peleados. 

Después vemos que en realidad ellos estaban haciendo otro trabajo por abajo, más que nada en el tema de la milicia de Tacuara.  Ellos controlaban la milicia, que era por donde pasaban los fierros. Venían juntando guita y fierros por zurda de Tacuara. Nosotros le venimos a acelerar la fractura, una cosa así.

Después del asalto al Policlínico Bancario, que es la acción más espectacular que realizan y de la que se llevan un paquete de guita, todo este grupo se separa de Tacuara y crean MNRT (Movimiento NaconalistaRevolucionarto Tacuara). Esto sucede a fines del ’63, principios del ’64.  Ya para ese entonces se puede decir que este grupo nos pasa por la izquierda, aunque esto no era muy difícil ya que poco a poco Nueva Argentina se va colocando a la derecha de todo el espectro político. Estábamos a la derecha de Brito inclusive,con eso te digo todo.

Nuestra relación con distintos sindicatos fue permanente. Primero trabajamos con Pereyra de la Construcción ytambién con los telefónicos, pero a partir que Armando Cabo -el padre de Dardo- sale de la cárcel después del Plan Conintes establecemos una estrecha relación con la UOM, y ahí nos quedamos. Para nosotros la relación con los sindicatos, además de que nos bancaran, tenía una doble atracción. Por un lado, sentirse aliado de la clase trabajadora; y por otro, el tema de la violencia, el poner caños, soñábamos con poner caños. En este sentido Armando Cabo fue nuestro maestro. Porque no hay que olvidar que en ese momento los sindicalistas hacían las dos, ponían caños y hacían sindicalismo. Esto es una cosa que a veces no es comprendida, pero todos ellos fueron combativos -desde Vandor hasta Coria-. Todos ellos fueron parte de la Resistencia. La Resistencia la hizo el movimiento obrero, que no quepa la menor duda. Después, ganaron las elecciones en los sindicatos y muchos de ellos cambiaron … «Este es un asunto distinto, hay que negociar», y para algunos no hubo límites para negociar.

Nuestras relaciones políticas en ese momento eran con Brito y con la UOM. En toda esa etapa se da una estrecha relación con el sindicato metalúrgico, quedamos muy pegados, nos fue tragando. Eramos como la Jp oficial de la UOM. Ellos nos pagaban los volantes, nos tiraban unos mangos y todo lo que hacíamos lo hacíamos con la guita de la UOM. A tal punto se da la relación que nosotros entramos en las peleas internas de los metalúrgicos; por ejemplo, el17 de octubre de 1963 hay un acto en Plaza Once y nosotros vamos a hacer quilombo para no dejarlo hablar a Paulino Niembro. Ya ni me acuerdo porqué había surgido el problema. En ese momento nosotros éramos un grupo fuerte que movilizábamos más de doscientos compañeros y con todo el tema de la simbología de la derecha usábamos camisas azules, cachiporras, etcétera.

Ese día del acto nosotros llegamos tarde a propósito y lo primero que hicimos fue agarrarnos a cachiporrazos con la gente de Brito. Se armó un quilombo bárbaro, se interrumpió el acto y mientras nosotros nos seguíamos pegando, Brito negocia con Dardo y nos dividimos el espacio debajo del palco, mitad para cada uno. Cuando le toca hablar a Niembro  nosotros no lo dejamos hablar; entonces viene Brito y nos dice que él no se mete pero que a su vez ellos no van a dejar hablar a no sé quién otro.

La división de aquella época entre algunos grupos de JP era según con qué dirigente o con qué sindicato estabas. Nosotros estábamos con la UOM, Cacho El Kadn estaba con la Construcción, Norma Kennedy estuvo un tiempo en SMAT A y así otros. En nuestro caso, éramos un grupo totalmente independiente que no coordinábamos nuestra actividad con la de otros grupos. Recién en el ’63 cuando se crea el MJP comenzamos a asistir a algunas reuniones que se hacían en el sindicato de los telefónicos. En ese momento ya nos habíamos integrado al Movimiento Nueva Argentina. Sin embarco. con este grupo siempre mantuvimos algunas diferencias internas; por ejemplo, junto con Dardo Cabo planteábamos que el únicoMovimiento era el peronista y por eso, cuando hacíamos alguna pintada, la firmábamos como Juventud Peronista, Comando Nueva Argentina. ,

Antes de esto -en el 60/61-todos los dirigentes de JP fueron presos con el Plan Conintes; el único que quedó fuera fue Brito Lima y entonces nos relacionamos con él y tenemos una militancia de acuerdos. Después, cuando él crea el Comando de Organización, nos distanciamos un poco porque cada vez que íbamos a discutir con ellos Brito planteaba que los grupos tenían que mandar sus representantes. Y había veinte o treinta representantes que eran todos «falopa», eran todos de él; nosotros queríamos discutir uno a uno, no veinte a uno y entonces nos peleamos.

Pero hay que reconocer que Brito engancha mucha gente en los barrios, grupos «naturales» de JP, que él los «bautizaba» les daba un ámbito de discusión dentro del Comando y ya quedaban incorporados a su estructura. El grupo más importante de JP en ese momento era el de él. Se puede decir que tanto ellos como nosotros hacemos una corrida hacia la derecha.

Después viene el Plan de Lucha del ’63/64; la UOM va al frente y nosotros desarrollamos una gran actividad. El Plan de Lucha generó un fenómeno muy grande en el movimiento obrero: Todo el tema de las tomas de fábrica fue una experiencia muy rica que después sirvió para otras cosas; el grupo nuestro apoyó todo esto, actuando de alguna manera como «la pesada» de la UOM. En las tomas de fábrica nosotros ayudábamos a apretar a la guardia, cerrábamos las puertas y de ahí no salía nadie. Arengábamos a la gente y en general estaban todos de acuerdo con la ocupación, pero si alguien no lo estaba, tampoco se animaba a decirlo.

El Plan de Lucha es asumido portodo el mundo. En ese momento Vandor era el líder, pero con la diferencia que algunos grupos -por estar pegados a otros sindicatostenían un poco de recelo; nosotros no, totalmente jugados con Vandor y es justamente a partir del Plan de Lucha cuando se agiganta la figura de Vandor, ahí surge el «Lobo». Tal vez nuestro primer distanciamiento de Vandor es a partir del fracaso del Operativo Retorno en 1964. Comenzamos entonces a acercamos a otros dirigentes sindicales, fundamentalmente a José Alonso del gremio del Vestido, que en ese momento era secretario general de la C.G.T. Nuestro acercamiento a Alonso no era conocido por Dardo.

En el ’65 viene Isabel. Nosotros ya estábamos muy mal con Vandor pero éramos identificados por el resto de los grupos juveniles como vandoristas. Mientras tanto seguíamos charlando con Alonso y veníamos trabajando cada vez más en acuerdo con Brito. Cuando viene Isabelita nosotros vamos a trabajar con ella y formamos su custodia junto a la gente de Brito. La acompañamos en sus giras por todo el país y ahí comienzan las diferencias con Dardo. Nosotros estábamos separados de la UOM pero cuando lo matan a Rosendo García yo voy al velatorio y tengo una discusión con Dardo porque me dice que «la culpa la tiene la puta». Ahí nos separamos; Dardo se va con Vandor pero se va solo, no se lleva a nadie. Era el momento de mayor enfrentamiento con el vandorismo y todos los grupos de JP estuvieron contra Vandor.

A los pocos meses viene el golpe de Onqanía y casi enseguida me entero que Dardo estaba trabajando para hacer un viaje a las islas Malvinas. De proyectos de viajes a las Islas había escuchado hablar más de veinte veces y entonces no le doy mucha bolilla. Un día me llama un amigo al laburo y me; dice: «¿ Te acordásquete hablé que el Flaco se quería ir al sur. Se va». «¿Cuándo?» -pregunto. «Hoy», fue la respuesta. «¿Cómo es eso?». «Si querés engancharte conozco a alguien que va».

Me encuentro con este muchacho y me conecta con un tal Abras que trabajaba en Crónica. Lo veo a este Abras en una cita en el bajo, me da un paquete, se ríe y me dice «acá están las banderas». Me voy con él y me encuentro con el flaco Dardo en Munro, en el local de la UOM de Munro. Le pregunto como es la milonga y me explica «tomamos el avión», así, asá, como quien te dice tomamos un colectivo. «¿Hay lugar?» «Sí», y me metí, y fui. Son esas cosas que uno cree que está todo planificado pero mentira, era la Armada Brancaleone total.

Yo no participo en los preparativos previos pero después me entero cómo fue la cosa. Dardo con el pnmero que habla es con Alejandro Giovenco y le plantea hacer  desembarco en Malvinas. Giovenco se prende como loco y empiezan a buscar la financiación, ya que fierros tenían los de la UOM. Lo van a ver a Vandor y le dicen que tienen la mitad de la plata necesaria para elviaje y que se las había dado Cao Saravia, que era un empresario nacionalista amigo de Vandor y el padre de Dardo. El Lobo al principio no estaba muy convencido pero termina poniendo el dinero que supuestamente faltaba.

Después lo van a ver a Cao Saravia y le dicen: esta esta guita y falta el resto; la pone. Después a través de Abras que trabajaba en Crónica lo van a ver a Héctor Ricardo García y le piden que mande un fotógrafo. El chiste que se manda Garcia es que el fotógrafo que manda es el mismo y viaja con el grupo que en total éramos dieciséis. El asunto es que vamos a las islas, plantamos la bandera argentina pero cuando volvemos, vamos todos presos. Yo me como nueve meses en cana y ahí nos volvemos a pelear con Dardo. Vandor, que supuestamente iba a largar un paro general, convoca al Consejo Directivo de la C.G.T. y saca un triste comunicado de apoyo. Toda esta historia se conoció como el “Operativo Cóndor”.

Cuando salgo de la cana a mediados del 67 me encuentro que mi grupo, Nueva Argentina, se había convertido en la ultra derecha. Hacemos un par de reuniones y lo rompemos. Yo y otros más, medio de pesados nomás, decimos «esto no es de nadie» y se terminó. Después de eso no me integro a ningún grupo, ni trabajo políticamente. Te digo que en el 66, 67 no pasaba nada, después del golpe de Onganía fue el bajón más grande que tuvo el peronismo. A partir del 68, que me nombran delegado en la Caja de Ahorro, me dedico a la tarea sindical. Empezamos a participar de la experiencia de CGT de los Argentinos y a partir de toda esta actividad sindical y del clima político que se comienza a vivir después del Cordobazo yo voy radicalizando mis posiciones. Viajamos a Córdoba, empezamos a relacionarnos primero con el gremio bancario, después con la gente de Atilio López, con Tosco y con toda la izquierda. Se pone de moda el tema de Sitrac-Sitram, todo el mundo fascinado con este fenómeno y ahí viene, en el caso mío como en el de muchos compañeros, una corrida hacia la izquierda, vertiginosa. Te diría que esto fue un fenómeno generalizado en todos los grupos de JP. Aparte, ya en ese momento habían comenzado a surgir grupos nuevos, antes nos conocíamos todos y empiezan a aparecer caras nuevas, pibes… había un claro corte generacional.

La presencia del Mayor Alberte como delegado de Perón legalizaba a lo que podemos llamar Izquierda dentro del peronismo, que se identificaba como Peronismo Revolucionario y después se conoció como Tendencia Revolucionaria del peronismo. Ahora bien, para aquellos que siempre fuimos peronistas ortodoxos -pero no como la ortodoxia de ahora sino de Perón- este pasaje hacia posiciones más duras era una cosa natural, despacito, tranquilo y como tomarlo con vaselina.

Mi trabajo era gremial y en la CGT de los Argentinos, hasta que aparece la Tendencia, empezamos a reunirnos, era una cosa muy vaga. En el caso mío te diría que la cosa pasaba por dar el apoyo a las organizaciones armadas, sin profundizar mucho más. Como que había que apoyar a la gente que estaba peleando, que era el mayor nivel de conciencia, una cosa así. Y ahí empecé a trabajar, a conectarme, a charlar con gente de Montoneros, aunque en realidad tenía más afinidad ideológica con la FAP. Mi primera adhesión a las organizaciones armadas pasaba fundamentalmente por esos mitos yesos clishés que uno tenía: «son los mejores compañeros», «los que están peleando son los mejores compañeros», quiere decir que lo ideológico, si están equivocados, si es foquismo, no es foquismo, si la guerra prolongada o no, me importa tres carajos, «el que pelea merece más que nosotros, que estamos acá discutiendo o peleando una medialuna con el presidente de la Caja», era mi planteo. Y así vamos conociendo a otros compañeros que pensaban igual, fundamentalmente a nivel sindical.

Todo esto empieza a adquirir un vuelco masivo a partir de que Perón lo nombra a Galimberti en el Consejo Superior. Cuando vuelve Isabelita a fines del 71, yo estoy nuevamente en su custodia y ah í lo conozco a Galimberti y digamos que tengo una coincidencia de entrada. Bueno, en realidad yo ya lo conocía de antes porque Galimberti venía de Tacuara, pero en esa época yo no le daba bola, era mucho más chico que yo, un pendejito. Además, cuando nosotros producimos la fractura en Tacuara es de los que no se van, así que le teníamos bronca, «ahora son peronistas», decíamos. El loco Galimberti había formado un grupito nacionalista que después se hace peronista y que eran diez tipos y lo que hacían era la reivindicación de la lucha armada yeso nos hizo tener los primeros acuerdos. Galimberti hace la misma que había hecho antes Brito. Crea una mesa, un lugar de discusión, ahí en la calle Chile donde estaba el Partido y una vez por semana había una reunión donde venía cualquier tipo de cualquier grupo, entonces él iba juntando gente y organizando la JP, con el aval que le daba ser el delegado de Perón para la Juventud. Aunque en realidad ese fue un cargo que nunca existió, lo creó el loco, eso me consta. Perón lo nombra en el Consejo Superior, pero cuando Galimberti llega a Ezeiza dice: «soy el delegado de Perón de la JP. Lo queCampora es a la rama política, yo soya la Juventud». Eso lo inventó él y por supuesto que Perón no le va a decir que no, si fracasa lo echa a patadas y si le viene bien, que lo haga. Además, lo que quería Peron era eso, alguien que juntara y organizara a la Juventud y que enfrentara a la dictadura. Para la gente de afuera Gallmberti era un Montonero y por eso fue tan impactante que Perón lo nombrara. Te aclaro que en ese momento no era Montonero, no estaba encuadrado, pero teóricamente era un Montonero y por eso mismo lo nombra Perón. Lo nombra porque no era Montoneros, y eso es lo que no comprenden ni Galimbarti ni los Montoneros. El loco Galimberti se lo había ganado a Perón porque era muy atorrante, muy loco, elloco es terrible. Esto me lo ha contado gente que se agarraba la cabeza de cargarlo a Peron, «pero Perón usted usa zapatos blancos’ es un antiguo”, lo cargaba a Perón, cuando nunca nadie se había animado a cargarlo, pero a Perón lo fascinaba la desfachatez del loco y le decía cualquier barbaridad. Además iba y puteaba a todos, ‘este es un traidor», «este es un hijo de puta», no se salvaba nadie. Peronsabia que Galimberti no era Montonero porque él mismo se lo decía «yo no soy montonero». Entonces Perón hace la justa. En el momento de crecimiento de la izquierda, que necesita de la izquierda, de los Montoneros, de la lucha armada, nombra a un tipo que parezca pero que no sea; que sea de el..Que no tuviese un grupo importante. JAEN (Juventud Argentina para la Emancipación Nacional), el grupo del loco, eran diez típos. Tal vez el más débil en términos numéricos y de poder político. Entonces el juego de Perón es claro nombra al que menos tiene. De todos los que en ese momento getoneaban en los grupos de JP y que levantaban la lucha armada, el que menos tenía era él. Lo que sí tenía era la amistad o la relación con Montoneros, que también a Perón y con la guita que le tiraban los Montoneros, Galimberti comienza a caminar.[1]


[1] ANZORENA, Oscar. Historia de la Juventud Peronista, 1955-1988. Buenos Aires, Ediciones Cordón, 1988. p.93 y ss y p.147 y ss.