(España, Lérida, 1924 – Buenos Aires, s / d).

            Nació en Lérida. De joven formó parte de las columnas de Líster en la Guerra Civil Española.

             Ya en Buenos Aires, incursionó por el teatro independiente y frecuentó la «escuela de Boedo», vinculada a los ámbito animados por Leónidas Barletta.

            Más tarde asistió a la Escuela Superior Técnica del Ejército. Su tesis se tituló Política económica de desarrollo en la Argentina.

            Tras el golpe de 1955 comenzó a asumir tareas de defensa de presos políticos y gremiales.

            Fue el abogado designado por Perón para defenderlo frente a las acusaciones de la Revolución Libertadora.  La Comisión Nacional de Investigaciones había incluido a Perón en la lista de las personas interdictadas. Por decreto del 5 de abril de 1956 se creó la Fiscalía Nacional de Recuperación Patrimonial, a la que se le acordaron las mismas facultades sustanciales que antes había recibido la Comisión Nacional de Investigaciones, pero sólo en cuanto a las personas contenidas en la nómina de interdictos. Atilio Renzi e Ignacio Jesús Cialceta efectuaron las presentaciones requeridas por dicha Junta. Perón les había otorgado poder a ambos el 17 de septiembre de 1955. Quien actuaba como patrocinante era Ventura Mayoral. El 26 de julio de 1956 se dictó una resolución administrativa desfavorable a Perón por parte de la Junta Nacional de Recuperación Patrimonial, que fue recurrida luego ante la Cámara Nacional de Apelaciones, la cual se expidió el 15 de noviembre de aquel año, y finalmente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación que dictó sentencia definitiva y firme el 21 de junio del año siguiente. De esa actuación surgió que el patrimonio de Perón, al 16 de septiembre de 1955, estaba constituido por diversos bienes inmuebles, dinero, acciones, joyas, etcétera. A través de sus representantes Perón manifestó que los bienes eran suyos, reclamándolos. En un primer escrito los apoderados señalaron que esos bienes pertenecían a Perón en forma legítima conforme a las disposiciones del Código Civil relativas a las donaciones. Más allá de las argumentaciones, el desenlace de todas estas actuaciones fue la sentencia de la Corte que mandó que el ex presidente fuera desposeído de todos los bienes de los que era propietario en la Argentina

            Hombre de extrema confianza del líder exiliado, en determinadas coyunturas, fue emisario de mensajes y cartas significativos. En 1957 Perón le entregó una cinta y una carta cuyo destinatario era Atilio Bramuglia, temprano promotor del neoperonismo. Ventura se la entregó a Cooke, quien incumplió la directiva de Perón y más tarde, vía carta, le explicó los motivos (recurrentes traiciones, aumento de la confusión entre los militantes, etc.).

            Al asumir Frondizi, Ventura Mayoral asumió la responsabilidad compartida con John W. Cooke y Luis González Torrado de gestionar ante el gobierno la recuperación de los bienes de Juan D. Perón. Esa determinación fue comunicada a Cooke por carta del 7 de junio de 1958. A partir de allí realizaron los procesos tendientes a establecer el valor real de los bienes. Perón no fue alcanzado por la amnistía dictada por el gobierno del radicalismo intransigente.

            A fines de 1958 reclamó al gobierno de Frondizi por la devolución del cadáver de Eva Duarte de Perón. Para ello se entrevistó con el Presidente y luego realizó declaraciones periodísticas.

            Fue uno de los primeros abogados que se acercó a la COFADE (Comisión de Familiares de Detenidos), prestando su estudio de la calle Montevideo 527, primer piso, como sede de la organización.

            Se destacó en la defensa de presos políticos y gremiales. Ventura Mayoral fue el abogado de la familia Vallese tras la desaparición en agosto de 1962 de Felipe. Defendió a Carlos Caride tras su detención en 1964. Entre quienes recuperaron la libertad por sus gestiones y oficios se cuenta a Envar El Kadri (1963).

            En la condición de abogado de Perón terció en múltiples situaciones, tanto con los sucesivos gobiernos como con la familia de Eva Duarte.

            Viajó a España de manera frecuente.  En una de esas oportunidades llevó la adhesión de líderes provinciales del neoperonismo a la dirección de Perón.

            A principios de la década de los ’70 asumió la defensa del sacerdote Alberto Carbone ante la incriminación de su vínculo con la organización Montoneros y la muerte de Eugenio P. Aramburu.

            En 1971 Perón le encomendó la visita y asistencia a los presos políticos del peronismo. También fue el conducto mediante el cual el líder exiliado envió un mensaje grabado en una cinta dirigida a “todos los compañeros” en noviembre de 1971. Por esa misma época fue el único civil que participó del encuentro de oficiales retirados de filiación peronista desarrollado en Vicente López. También representó a Perón en el acto de la Federación de Box en el que se lanzó el “peronismo combativo” del gremialismo acaudillado por Julio Guillán, Atilio López, Lorenzo Pepe, Ricardo De Luca, entre otros.

            Acompañó a Perón en el momento de la recepción del cadáver de Eva Duarte. Redactó un informe en el que detalló las mutilaciones sufridas por el cuerpo tras su desaparición en 1955: “El cadáver estaba semidecapitado, había hundimiento y fractura del tabique nasal, golpes en la región frontal de la cabeza y una herida producida por instrumento filoso, cuatro cortes en la región pectoral, corte en el brazo izquierdo y fractura de ambas piernas a la altura de las rodillas”.

            Hacia 1972 participó de acciones de la Asociación Gremial de Abogados, dando conferencias en ese ámbito. Se sumó a la comisión de reclamo por la aparición del dirigente del P.R.T., Luis Pujals ante el gobierno de Lanusse.

            Hacia 1972, tras una serie de fallos judiciales, declaraba que Perón no tenía ninguna causa abierta ni pendiente.

            Cultivó relaciones con sectores militares, contándose entre sus amistades los generales Sánchez de Bustamante y  Pomar.

            Ventura Mayoral estuvo cerca de Perón en Madrid, antes de su regreso a Buenos Aires.  Al asumir el gobierno el peronismo Ventura tomó prudente distancia del proceso sin asumir responsabilidades ejecutivas. De todos modos estaba cerca de Perón cuando este solicitaba su opinión.

            Como penalista, entre 1955 y 1972 fue el abogado que patrocinó a mayor cantidad de presos políticos y gremiales de diversas orientaciones y posicionamientos. Eso fue posible gracias a que no se encolumnó en posiciones determinadas ni participó de las internas gremiales y políticas del período. Esa característica obedecía, para algunos, a su “despiste” en la materia. Otra opción interpretativa reside en su exclusiva dependencia de las directivas de Perón, de quien fue leal defensor.

     

Fuentes:

Archivo DiFilm, Isidoro Ventura Mayoral responde a Sergio Villaroel sobre almistia a Juan Peron. https://www.youtube.com/watch?v=4-CZOz6fq14&ab_channel=DiFilm

Así. Declaraciones de Isidoro Ventura Mayoral. 22 de diciembre de 1958.

Carta de Juan D. Perón a John W. Cooke. 7 de junio de 1958.

Carta de Alicia Eguren a John W. Cooke. 26 de octubre de 1957.

Carta de Juan D. Perón a Isidoro Ventura Mayoral. 15 de octubre de 1971.

Panorama. Justicialismo. El general ataca con la dama. Noviembre de 1971.

Referencias:

Memoria abierta. Abogados, derecho y política. Buenos Aires, Memoria Abierta, 2010.

Michelini, Pedro. Anectodatorio de Perón. Buenos Aires, Corregidor, 1995.

Julio C. Melon Pirro y Darío Pulfer