Durante el proceso previo a las elecciones nacionales de febrero de 1958 aparecieron nuevas publicaciones de la “resistencia peronista” que, en tal coyuntura, se caracterizaron por buscar fijar posición en esa encrucijada política.

             No solo los medios claramente peronistas, de sacrificada presencia, sino los más dinámicos medios de la oposición –Qué, Mayoría, entre otros- buscaron expresar su propia voz para fijar posiciones que se correspondían con sus deseos o intereses políticos inmediatos.

             En ese marco Leopoldo Darío Alcari organizó la edición de dos medios de prensa gráfica de manera casi consecutiva. Se trataba de  El Hombre y El  Soberano. Su salida resultó encadenada ya que por las dificultades sufridas en la continuidad de la publicación del primero por el encarcelamiento del Director Alcari, durante tres entregas los títulos de los mismos medios se superpusieron. Más tarde continuó con el uso exclusivo de El Soberano. A este le siguió, en el año 1959, Nueva Época.

          En lo que sigue  reconstruimos el perfil del responsable del medio y luego desarrollamos la descripción de la publicación, las secciones, los colaboradores y la secuencia de entregas con sus contenidos salientes.

   Alcari y sus emprendimientos han sido ocasional y fragmentariamente referidos a lo largo del tiempo como parte de la “prensa de la resistencia”, pero es poco lo que conocemos de su trayectoria. Para referirse a él en el momento de su detención en octubre de 1957, El Hombre utilizó la apócope de “Dr.”. Según hemos podido saber, no se trataba de la clásica referencia a la condición de abogado o de médico, sino a su titulación de odontólogo, obtenida en la Universidad de Buenos Aires. Su actuación a cargo de estos medios escritos constituyeron los elementos que lo rescataron para la historia.

El Hombre fue un semanario que se publicó entre octubre de 1957 y abril de 1958 con 21 entregas.  Fue un material de cuatro páginas, de carácter cuasi artesanal. Su tamaño fue de 40 por 59 cm. La imagen que presidía la tapa fue la de un obrero industrial seguido de una multitud con tres banderas que sobresalían del conjunto. Como en otras publicaciones, alegóricamente remitían a la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política enarboladas por el peronismo.  En la misma imagen agregaban los versos de Hernández llamando a la unidad entre hermanos para evitar la intervención extranjera.

              Entre los colaboradores del medio gráfico se contaron Juan Santiago, José Dante Pastine, José María Castiñeira de Dios, Juan José Palma, BenjaminAtala Mansilla, Eduardo Astesano, Atilio García Mellid, Guillermo Solveyra Casares, Darío Peña, Julián Delgado.  Eduardo Astesano desarrolló notas sobre economía en una sección especial sobre “doctrina y teoría”. García Mellid entregó notas breves sobre historia. Los otros colaboradores realizaban notas de cobertura política y gremial. A partir de ese listado podemos establecer algún vínculo con el CEIPAP (Centro de Escritores, Intelectuales, Periodistas y Artistas del Pueblo) que funcionaba en la casa de uno de los colaboradores de El Hombre, el citado Castiñeira de Dios.

             Como otros medios de la época establecieron relaciones principalísimas con el ámbito sindical. En particular, se hicieron eco de las consignas de los sectores más duros y combativos, reflejándolas en sus titulares. Ello se expresó en el lugar otorgado y en el tratamiento destacado de las informaciones relativas al mundo gremial. Así, reprodujeron las declaraciones de la CGT “Auténtica” con la que se alineaban en el apoyo a las medidas de fuerza que se desplegaban desde su salida. Daban “las razones del paro por 48 horas”, señalaban las adhesiones que despertaba la medida, arengavan “Ni un paso atrás. Todo el país paralizado refirmará, el martes y el miércoles su indomable decisión de defender la dignidad nacional!” (EH. Número 2. 21 de octubre de 1957.p.2).

         En un editorial de enero de 1958 reafirmaban que la publicación está al servicio del “SINDICALISMO NACIONAL” desestimando un “sindicalismo obrero limitado” y un “sindicalismo patronal”. En el mismo número anunciaban que “la tormenta sindical se avecina” y que “ante el despotismo y la persecución sólo cabe al Movimiento Obrero, llegar a la Huelga General”  (EH. Número 12. 27 de enero de 1957.p.2).

         Como otros medios de la resistencia peronista tenía una sección fija destinada a comentarios filosos sobre los sucesos políticos. En este caso llevaba el nombre de “El Yeite”. En una entrega escribían: “Krieger Vasena, defensor del capitalismo contra los obreros, es presidente de Llauró y asesor de la Ford Motor Co. Su apellido trae siniestros recuerdos a los obreros” (EH. Número 2. 21 de octubre de 1957.p.2). En otra: “¿Será verdad que el General Cuaranta(sic) se halla arrestado en su domicilio? Se dice que se oponía a la realización de las elecciones y preparaba un golpe gorila. De ahí la defenestración de Euclides Ventura Cardoso y de Manuel Rawson Paz” (EH. Número 12. 21 de enero de 1958. p.2).

           Las cuestiones teóricas y doctrinarias no carecían de espacio, dedicándoles en cada entrega una página entera. En la contratapa incluían noticias sobre actividades gremiales.

           En la primera entrega detallaban los obstáculos que tuvieron que sortear para llegar al público: “Para dar una idea de ellas, debemos decir que a última hora, cuando eran más imprescindibles, dos colaboradores técnicos nos notificaron que no vendrían ante el temor de ser detenidos por la policía o por los comandos, que para el caso es lo mismo. Este doloroso episodio es una prueba más, y bien elocuente, del clima en que debe desenvolverse la prensa opositora en este régimen de blasonada y mentida libertad… lo importante es que El Hombre llegue a la calle con su grito macho, su impronta criolla y su genuino sentimiento popular” (EH. Número 1.p.1.). Se definían como una publicación de “inspiración telúrica y además cristiana” al servicio del pueblo y de la patria (EH. Número 2.p.1).

          Como otros medios de estas características de manera continua denunciaban las detenciones de la dirección y los secuestros  de las publicaciones.  El Hombre sufrió en carne propia la persecución. Su Director fue preso por el Decreto 4161 al salir la primera entrega del semanario; recuperó poco después su libertad y con la salida de la entrega número 13 fue nuevamente encarcelado.  Tras la salida del número 18, que continaba con la denuncia sobre asuntos petroleros en el gobierno de la “Revolución Libertadora” fue secuestrada la edición y varios colaboradores fueron encarcelados.

   El Hombre tuvo una accidentada marcha. Su segunda salida advertía que “Ni la ley marcial doblegará la indomable decisión de los trabajadores argentinos” (EH. Número 2. 21 de octubre de 1957.p.1). Se trataba de una réplica a la prepotencia gubernamental ya que “’Cien tanques, 300 bombas’ fue la respuesta del general Aramburu a los obreros”.  En la ocasión se disculpaban por la reducción del volumen del ejemplar que debió limitarse a editar un simple boletín por las condiciones impuestas por el rigor del Decreto 4161.  En el número 4 titulaban: “¡Bárbaros! Se pretende preparar al país para una nueva ola de sangre” (EH. Número 4. 12 de noviembre de 1957.p.1). Nuevas dificultades los obligan a reducirse a una hoja.  En sucesivas ediciones militaron la posición de voto en blanco, para “no convalidar el fraude en febrero” y señalaban que iban a fundamentar el porqué de esta posición. Solveyra Casares escribió una carta abierta a Bramuglia que fue difundida por El Hombre: “usted es un enano” (EH. Número 12. 27 de enero de 1958.p.1).  El editorial de ese número estaba orientado a presentar el “retrato moral del Dr. Frondizi” para denostarlo. Anunciaban la salida de una edición especial en un recuadro titulado “¡Atención lector!” para dar razones del voto en blanco. El número 13, edición extraordinaria, de ocho páginas, comenzaba con la consigna “Votar en blanco es votar contra la tiranía” en la que fijan su posición votoblanquista y denuncian al peronismo concurrencista, en especial a Arturo Jauretche que por ese tiempo colaboraba en la revista Qué  (EH. Número 13. 3 de febrero de 1958). En la entrega siguiente sostenían que eran falsas las instrucciones de Perón y atacaban a los partidos neoperonistas concurrencistas. Alcari, como dijimos,  cayó una vez más preso y esto fue motivo de denuncia en el medio (EH. Número 13. 3 de febrero de 1958). Aún con las directivas manifiestas del Comando Superior y a 10 días de la elección seguían sostienendo las posiciones votoblanquistas bajo esta consigna: “Una sola directiva, una sola conducta: CON PERON EN EL VOTO EN BLANCO” (EH. Número 15. 18 de febrero de 1958).  En el número 16, pasadas las elecciones, acusaron de la entrega del petróleo a la “Libertadora” y publicaron las exigencias peronistas a Frondizi que se repitieron en números siguientes (EH. Número 16. 3 de marzo de 1958). En la entrega siguiente decían que “Podemos afirmar con entera responsabilidad: ¡VOLVERA JUAN PERON! Si medio millón de peronistas lo exigen el 1 de mayo en la histórica Plaza de Mayo”, como respuesta a unas declaraciones del líder exiliado en las que indicaba que “Volveré cuando sea oportuno y ello depende del pueblo” (EH. Número 17. 10 de marzo de 1958).  En esa misma entrega se hacen eco de un documento enviado por Rodolfo Walsh ya que “una prolija conspiración de silencio pesa sobre el libro Operación Masacre, no obstante la dramática gravedad del hecho que en él se denuncia”. También incluían una entrevista a Adolfo Silenzi de Stagni quien cuestionaba la política petrolera de Frondizi. Incluían un Cuadro de Honor de los “mártires y rehenes de la tiranía” con un detalle del tiempo de detención y las causas por las que se los imputó. En el número 18 siguiron con las denuncias sobre negociados en el asunto petrolero y la edición fue secuestrada. Junto con ellos varios redactores caen presos (EH. Número 18. 17 de marzo de 1958). En la entrega siguiente sale junto con El Hombre la publicación que la reemplazará en lo sucesivo: El Soberano.

         Se inicia de esa manera una transición en la que para facilitar la identificación de ambas publicaciones por tres números aparecen con título doble .  En el número 19 aclararon que “Desde este número, nuestro semanario aparecerá con otro nombre, El Soberano, buscando prolongar en el periodismo moderno y ágil un impacto directo a las necesidades políticas populares. Hemos de mantener por poco tiempo más el grabado con el título de El Hombre  a efectos de que el amigo lector pueda identificar perfectamente esta publicación” ( EH, Número 19, 24 de marzo de 1958). La entrega 20 de El Hombre  mantuvo los dos nombres reconociendo que el título del semanario está en litigio y sería la razón causante de que su director siga preso. El número 21, finalmente, de El Hombre y 3 de El Soberano anuncia que “a partir del próximo número, saldremos con el nuevo nombre…y siempre con nuestras banderas” (EH, Número 21 y ES, Número 3, 7 de abril de 1958). Entonces, a partir del número 4 sale puramente como El Soberano (ES, Número 4, 14 de abril de 1958). En la parte superior, junto al título, consignaban: “Al servicio del movimiento obrero”. A partir de la entrega número 13 a esa consigna agregaron “y del pensamiento nacional peronista” (ES, Número 13, 16 de junio de 1958). En tapa aparece una imagen sobre el nombre del semanario con las caras de un trabajador, de Juan Perón y Eva Duarte, cada cual con una bandera, tras las cuales marcha una multitud que enarbola carteles de la CGT y perfiles de J. D. Perón. De esa manera, una vez más en la prensa gráfica, vemos el juego de imágenes con las “Tres banderas” históricas del peronismo.

   El Soberano fue publicado  bajo la dirección de Leopoldo Alcari y contó con la colaboración de militantes de base e intelectuales. Formaban parte de la redacción: Eduardo Astesano, Fermín Chávez, José Cisterna, Tomás Romero, Adolfo Silenzi de Stagni, Abraham Guillén y Federico Durruty.

Un artículo  consideraba que “La izquierda liberal ‘progresista’ desvirtúa la verdad histórica” (ES, Número 4, 14 de abril de 1958). Por su contenido intuimos que bajo el nombre de “Julián Delgado” se esconde el mismo Fermín Chávez, quien se dedicaba al análisis de las luchas políticas en la Argentina y en otras entregas trabajaba las corrientes ideológicas en el país abordando la polémica al interior del nacionalismo (aristocráticos vs populares) y la relación del peronismo con el nacionalismo, definiéndose abiertamente como “nacionalista popular”.  También publicaron una columna escrita por “Descartes”. Podemos inferir que se trataba del envío de notas por parte del General Perón, con quien el medio mantuvo comunicación frecuente por lo que se deja ver en la reproducción de materiales. Fue en la publicación de El Soberano, en las que  Eduardo Astesano comienza sus entregas sobre Rosas, presentándolo en una perspectiva distinta a la que venía sosteniendo hasta el momento. Emparentándolo con Perón lo presentaba como fundador de un sistema capitalista propio, aunque de carácter ganadero.

       Más allá de los cambios de denominación en esta nueva etapa se notan claras continuidades con las entregas de El Hombre. Se siguió con la cobertura política y siempre estuvo presente la temática gremial que ocupaba un lugar fijo en la contratapa. En el primer aspecto sobresalió una posición cercana al “peronismo resistente” o “revolucionario” según les gustaba decir. En el segundo aspecto siguieron alineados a las posiciones de la CGT “Auténtica” o dando lugar a voces sindicales filiadas a ese espacio.

        En la primera entrega “pura”  denuncian en tapa la “traición” de Frondizi y en la editorial incluyeron una carta abierta al presidente en la que señalaban que “están a la expectativa” y que “la solución argentina está en la Argentina” (ES, Número 4, 14 de abril de 1958). El número 5 analizaba lo que iba a suceder ante la recuperación de la CGT y demás entidades gremiales (ES, Número 5, 21 de abril de 1958). De esa manera vemos la continuidad de las preocupaciones en torno a la vida del movimiento obrero y la ligazón que lo unía a esos sectores.

En la entrega número 6 apareció una nota conteniendo un “balance siniestro de 30 meses de tragedia. Lo que anunció y lo que hizo la dictadura que asoló la Patria” (ES, Número 6, 28 de abril de 1958). En el número 7 comenzaron a publicarse por entregas el texto Del poder al exilio de Perón, en una sección que lleva por nombre “Mi historia”, firmada por Juan Perón (ES, Número 7, 5 de mayo de 1958). En el número siguiente reprodujeron el capítulo II: “La plaza estaba enardecida” (ES, Número 8, 12 de myo de 1958). La novena entrega denunciaba que “los presos políticos, militares y gremiales llevan 19 días de cárcel en pleno ‘Imperio del Derecho’”. Incluyeron una foto de Perón saludando que abarcaba en forma completa el tamaño sábana del periódico (ES, Número 9, 19 de mayo de 1958). En el número 10, fieles a su pretensión de encarnar las posiciones más duras del movimiento titularon, sin ambages: “PERON VUELVE…o cae Frondizi” (ES, Número 10, 26 de mayo de 1958).

         La foto de Juan José Valle ocupó todo el plano en la undécima entrega(ES, Número 11, 2 de junio de 1958)  y en la siguiente volvió a aparecer la imagen de Perón (ES, Número 12, 9 de junio de 1958).  En la salida correspondiente al 16 de junio, aniversario del bombardeo de Plaza de Mayo, la imagen fue duramente ilustrativa, y hasta truculenta: bajo la leyenda ¡Asesinos¡ chorreando sangre apareció la figura de un obrero crucificado refiriéndose al accionar de la ”Revolución Libertadora” (ES, Número 13, 16 de junio de 1958). En la entrega 15 destacaron que habían sido invitados a Montevideo por “el Jefe del Comando Superior” John W. Cooke “para cambiar impresiones sobre el momento político que vive la Nación” y que “requeridos por el Dr. John W. Cooke para que expusiéramos los fundamentos de la línea política que norman la conducta de El Soberano, tuvimos oportunidad de poner de relieve los objetivos que sirven de norte y dan razón de nuestra existencia, como vocero independiente al servicio del movimiento obrero y del pensamiento nacional peronista” (ES, Número 15, 30 de junio de 1958).  En la sección de chismes políticos, en tanto, afirmaban que Cooke viajó a Caracas motivado por los planteos de una delegación que recientemente lo visitara, ya que eran de  “tal amplitud, reconoce enfoques tan claros y exactos, su tono es tan franco y su faz argumentativa, harto abonada por los hechos, resulta tan avasallante que se hace imprescindible ponerlo en inmediato conocimiento del Conductor” (Id., contratapa). En la entrega número 16 confrontaban abiertamente con el gobierno de Frondizi: “sesenta días de vacilaciones, de incompetencia política, fueron suficientes para crear condiciones a la ofensiva imperialista” (ES, Número 16, 7 de julio de 1958). En la fecha del aniversario de la muerte de Eva Perón, al cumplirse 6 años de ese acontecimiento, realizaron una salida especial con lámina en colores de la “mártir del trabajo” (ES, Número 18, 21 de julio de 1958). Se trataba de  una edición extraordinaria que anunciaba una tirada de 150.000 ejemplares. En el número 21 titularon “Legalidad del peronismo o muerte del gobierno” y consignaron: “El gobierno del doctor Frondizi se enfrenta a la necesidad de cumplir con su compromiso preelectoral de legalizar al Partido Peronista. Víctima de su propia anemia política entre la presión negativa del gorilaje de afuera y del gorilaje de la propia UCRI, confía en que un milagro lo salve de la palabra empeñada con el pueblo. Nosotros no sabemos la opción que finalmente adoptará el presidente optado. Lo único que sabemos es que han transcurrido 102 días y aún no da señales de vida en el rumbo del cumplimiento” (ES, Número 21, 11 de agosto de 1958). Poco después, el numero 23 pidió juicio político al presidente, y las tintas no pueden en lo sucesivo, sino cargarse. Las siguientes ediciones prolongaron la diatriba antigubernamental: “”Suicídese doctor Frondizi” (ES, Número 25, 8 de septiembre de 1958), “Frondizi crea el caos” (ES, Número 27, 22 de septiembre de 1958), “¡Miente Dr. Frondizi! Por la represión en los actos del 17 de octubre” (ES, Número 28, 29 de septiembre de 1958).  En la entrega número 29 colocaron en tapa, al uso de época, foto del General Perón con una dedicatoria: “Para El Soberano con todo mi afecto y mi agradecimiento por su labor peronista”. Firmado: Juan Perón (ES, Número 29, 29 de septiembre de 1958). 

       Repetían la leyenda “Asesinos chorreando sangre” y agregaban la frase lapidaria: “Frondizi dictador. Ya es tan criminal como Aramburu” (ES, Número 31, 2o de octubre de 1958). También incluyeron la denuncia de los tratados petroleros por parte de Perón, desde Caracas(ES, Número 34, 10 de noviembre de 1958).

     A partir de sus denuncias el semanario El Soberano sufrió nuevos secuestros y detenciones de los responsables de la publicación aún bajo el gobierno de Frondizi (ES, Número 35, 17 de noviembre de 1958). Esta persecución obligó a disminuir el volumen de la publicación y reducirla a una hoja tamaño sábana. “La posibilidad del secuestro de la edición nos obliga, pobres de dinero como somos, a limitar las hojas y correr los riesgos económicos mínimos” (id.).

Alcari fue juzgado y detenido a raíz de dichos de ES. Sobreseído en primera instancia de acusaciones de desacato y, por lo tanto recuperada su libertad, la causa fue apelada. Si en primera instancia se había determinado que las acusaciones aludían a Arturo Frondizi en su condición de político y a título personal y no en su calidad de Presidente de la República,  más tarde otro tribunal hizo lugar a la apelación del fiscal en el sentido de considerar que algunas de las expresiones utilizadas por Alcari, como “hipócrita”, “cínico”, “asesino”, y “maestro de la felonía y de la ruindad políticas” son de por si injuriosas y ofensivas para su destinatario, y que si bien no estaban directamente dirigidas a su condición de presidente, constituían también un desacato, razón por la cual fue condenado a dos meses de prisión, dejándose la pena en suspenso (Jurisprudencia Argentina, Cámara Federal de la Capital, “Desacato. Alcari, Leopoldo D.”. numero 6878.  1963- III, p. 287).  Tras varios allanamientos y sin recursos, la publicación cesa a fin de año.

           En la publicación aparecía un espacio animado por “El Loro Androcles”. Se trataba de una figura que se entremetía en diversas situaciones. En un caso ingresaba en el círculo íntimo de Frondizi y daba cuenta de las relaciones que sostiene el líder intransigente con Damonte Taborda. En otra entrega abordaba las denuncias sobre persecución a los judíos en el país, comenzando por la afirmación que puede hablar del tema porque como loro no tiene “prepucios raciales” agregando que “nosotros los peronachos, tampoco tenemos prepucios raciales. Eso lo sabe todo el mundo. Y nadie lo puede negar so pena de evidente mala leche. Si no hubiera sido así ni Borlenghi ni Apold, ni Diskin, ni Sabotinsky habrían figurado en el marcado. De ahí que pueda en mi doble condición de loro y peronista hablar tranquilamente de los pibes de la sinagoga”. “Hay que estar en los anteojos” era otra de las secciones que nacieron en el desarrollo del semanario. En ella se daban noticias tales como los preparativos del acto del 26 de julio de 1958, movimientos del delegado Cooke, opiniones en off de Perón, etc. “El Gaucho Areco” era el nombre de otra sección, que llevaba como imagen un peón rural que enlaza a un pequeño “gorila”. En lenguaje gauchesco se desarrollaban argumentos de actualidad.  Las contratapas estaban dedicadas enteramente a cuestiones gremiales. Incluía tanto notas de orientación como noticias y reportajes a distintos dirigentes gremiales.

El Soberano  buscaba tomar distancia de otras publicaciones mediante la difusión de la palabra escrita de Perón. Como hemos reseñado, fue el primero en transcribir el contenido de lo que luego fue el libro de Perón titulado Del poder al exilio(ES, Número 7,). Más tarde publicaron como separata el primer libro de Perón en el exilio (Buenos Aires, El Soberano, 1958). Desde la décima entrega, en un recuadro de tapa, apareció la leyenda: “Pida a su canillita La Fuerza es el derecho de las bestias, por Juan Perón”.

               Luego de una breve interrupción El Soberano desarrolló una segunda época con diez entregas entre el 19 de enero de 1959 y la primera quincena de septiembre del mismo año.  Las tiradas, ahora, fueron de una hoja, tamaño tabloide (42 por 59 cm. y 36 por 52 en otros números). Se mantuvo el subtítulo, la gráfica y las secciones de la época anterior. Salió en forma clandestina, bajo el título de  Nueva Época.

             Sus responsables editoriales aparecían firmando como “Movimiento Nacional de la Resistencia Peronista”, quienes en un recuadro del primer número agradecían a los “compañeros de El Soberano” y  agregaban: “recogemos vuestro ‘Hasta luego’ del último número del 22 de diciembre prometiéndoles por nuestro honor de argentinos, de peronistas y de hombres y mujeres de la Resistencia, conservar en alto el inmenso prestigio que uds. han conquistado en largos 16 meses de dura brega, y devolverles El Soberano tan pronto la patria sacuda la garrapata gubernamental que está chupando nuestra sangre en favor del invasor extranjero y que pretende dejarnos hambrientos, desnudos y descalzos” (NE. Número 1. 19 de enero de 1959).

            Establecida claramente esa filiación, en la segunda entrega publicaron una carta abierta del Gral. Miguel Ángel Iñiguez a Frondizi.  En el número 3 quienes firmaron los editoriales fueron los integrantes del “Movimiento de la Resistencia Peronista”, designando como responsable del periódico a José Cigar. En el número 4 difundieron las directivas de Perón para ese momento. En el número 5 anotaron: “Nuestra Patria está viviendo los momentos más dramáticos de su historia. Las fuerzas del antipueblo oligarca-frondizista, lacayos del imperialismo anglo-sajón y de los aventureros del capitalismo internacional, pretenden destruir el resurgimiento nacional, que el pueblo trabajador argentino inició el 17 de octubre de 1945”. En el número 7 titularon: “Perón debe volver”, denunciaban la traición de Frondizi y daban a conocer el plan político con las firmas del pacto Perón-Frondizi de febrero de 1958. En el número 10, el editorial, ahora  firmado por Alcari se titulaba: “Frondizi quiere sangre”. La nota denunciaba la “provocación sangrienta” del presidente y consideraba que “La criminal maniobra urdida por las autoridades para desprestigiar la heroica huelga de los trabajadores metalúrgicos, no conseguirá sus propósitos… La clase obrera argentina contestará a los traidores al servicio del extranjero, unificando su acción alrededor de los valientes trabajadores metalúrgicos que se han colocado a la vanguardia de la lucha por la salvación de la soberanía de la Patria”.Las páginas centrales llevaban mensajes de Perón. Esta edición fue secuestrada y el periódico clausurado.

Fuentes:

El Hombre. Números 1-21.

El Soberano.Números 1-35.

Las Bases. Número 45. 24 de mayo de 1973. Exposición: “Prensa de Liberación”.

Nueva Epoca. Número 1.

Referencias:

Carman, Facundo, El poder de la palabra escrita, Bs. As., Biblioteca Nacional, 2015.

Chávez, Fermín, Introducción. Columnas del nacionalismo marxista, Bs. As., El Calafate, 2001.

Moyano Laissue, Miguel A., El periodismo de la resistencia peronista, 1955-1972. (Años de luchas y victorias), Bs. As., Asociación de la Resistencia Peronista, 1999.

Perón, Juan D., La fuerza es el derecho de las bestias, Bs. As., El Soberano, 1958.

Julio C. Melon Pirro – Darío Pulfer