(España, Salamanca – Ciudad Rodrigo, 1902 – Buenos Aires, 1985).                                                                                                                                      Su padre fue Mateo Prieto, militar.

            Su familia llegó a Buenos Aires en 1902. Dos años después se trasladaron a Paraguay. Su infancia se desarrolló, pues, en Asunción donde estaba destinado su padre como agregado militar en la Embajada de España en ese país.

            Estudió en el Colegio San José. En Asunción tomó contacto con el ideario ácrata, siguiendo el legado local del escritor y periodista Rafael Barret. A la vez practicaba deportes, destacándose en el fútbol, donde recibió el apodo de “Pituco”.

            Por las condiciones de persecución política, salió de Paraguay con rumbo a Buenos Aires. Trabajaba en un taller de galvanoplastia. Se integró a los grupos de la FORA, V Congreso. A los veinte años escribía en La Protesta. Alternó esa tarea periodística con colaboraciones en La Razón. Su director, Miguel Ángel Sojo, lo destacó a Brasil para cubrir unas notas.        Estando allí adhirió a posiciones de izquierda cercanas al comunismo y se alistó entre 1925 y 1927 en la Columna Prestes. En los años treinta formó parte de la Alianza Liberal.

            Ante el comienzo de la Guerra Civil Española acompañó a cinco capitanes del ejército brasileño secretamente asociados al Partido Comunista, que se unieron a las filas republicanas.  Luchó en la 100º Brigada del Vº Cuerpo de Ejército de Lister y luego en la 12º Brigada, como Comisario. Prieto combatió con el grado de coronel en el arma de Artillería y fue gravemente herido en la Batalla del Ebro, por lo que debió ser evacuado a Cataluña. Años después, el estado español le reconoció su grado militar, destinándole la pensión correspondiente tras la caída de Franco.

            Tras la derrota de la República Prieto pasó a Francia donde fue recluido en un campo de concentración, en condiciones duras de supervivencia. Pablo Neruda, que se desempeñaba en Francia en un cargo diplomático para atender refugiados, rescató a Prieto del campo Argelès-sur-mer, y lo ayudó a embarcarse hacia América del Sur.

            Desembarcó en Buenos Aires, por una gestión en la que intervino Natalio Botana. Luego se integró a la redacción de Crítica, ganándose así la vida como periodista y escritor. Ese desempeño fue acompañado por la producción de dos libros de memorias sobre la experiencia en Brasil: La ciudad del hierro verde y  Los misterios del Amazonas. Se vinculó a la industria editorial a través de Americalee, empresa vinculada a los anarquistas. Allí publicó Stafford Cripps, los hombres de la guerra.

            Prieto adhirió al peronismo. Como otros militantes e intelectuales de la época desconfiaba de la dirección de Vittorio Codovilla, lo que lo alejó de sus afinidades previas. Se integró el equipo de la Subsecretaría de Informaciones dirigida por Raúl Apold. Allí se desempeñó en  la tarea de coordinar las líneas editoriales. También se sumó al diario oficialista Democracia, en el que desempeñó diversas funciones ejecutivas. Por la misma época, en sociedad con el escritor brasileño Monteiro Lobato, organizó la editorial Acteón. Entre sus amistades en el gobierno se destacó su relación con Ramón Carrillo.

            De principio de la década del ‘50 data su conocimiento con María Granata, prolífica escritora que colaboraba en distintos espacios: Ministerio de Salud, en el diario El Mundo y en la Secretaría de Prensa y Difusión.

            En 1952, participó del volumen colectivo titulado La nación recobrada, con un artículo sobre “La defensa de la producción”.

            En 1953,  junto a Américo Barrios, impulsó la creación de la primera Escuela Argentina de Periodismo. Ese mismo año John W. Cooke lo convocó para el lanzamiento de la revista De Frente.

            La transición entre junio y septiembre de 1955 fue vivida por Prieto dramáticamente. Desde De Frente llamaban a posturas moderadas  y evitar el escalamiento de la confrontación con la Iglesia. Desde Democracia se atizaba el conflicto y se daba lugar a notas críticas sobre el accionar político de la Iglesia Católica en la filosa pluma de Jorge Abelardo Ramos, que escribía con el seudónimo de Víctor Almagro. 

            Tras el derrocamiento de Perón se enroló en la resistencia peronista. Al ser encarcelado John W. Cooke asumió la dirección de De Frente. Desde esa tribuna combatió a la revolución libertadora. En enero de 1956 la publicación fue clausurada. A instancias de Juan M. Vigo, dirigente de Rosario trasladado a Buenos Aires, se sumó al grupo directivo de los Comandos Coronel Perón en los que además revistaba Enrique Oliva.

            Cayó preso cuando fueron secuestradas cartas de Cooke dirigidas a él. Fue destinado a la cárcel de Esquel.

            Recuperó la libertad en el momento en que se aprestaba la convocatoria a elecciones de convencionales constituyentes en julio de 1957. Retomó contacto con Cooke, a la sazón en Chile, y se integró al Comando Adelantado. Participó de las conversaciones tendientes a realizar un acuerdo entre Perón y Frondizi. Se reunió con Perón en Caracas previo al encuentro de éste con Frigerio en enero de 1958. Configurado el pacto, difundido a través del Comando Táctico, seguían apareciendo voces díscolas (Benítez, Leloir, Bramuglia), lo que obligó a Prieto a viajar a Ciudad Trujillo con la finalidad que Perón ratificase la determinación. Eso se hizo en una conferencia de prensa, cuyo contenido el Comando Táctico difundió en una solicitada.

            El periódico Línea Dura, dirigido desde el año anterior por María Granata, se sumó a la prédica del Comando Superior y del Comando Táctico, respondiendo a la estrategia de Perón y Cooke. En ese momento fue designado Órgano del Movimiento Peronista. Cooke tenía cuestiones judiciales pendientes en el país, lo que le impedía establecerse en Buenos Aires. Prieto hacía las veces de delegado sustituto y en esa condición supervisaba los contenidos de la publicación.

            En abril de 1958, Prieto volvió a encontrarse con Perón  para presentarle un informe sobre la transición de la dictadura al gobierno constitucional.

            La asunción de Frondizi  implicó un realineamiento de posiciones. Perón estaba expectante. Cooke negociaba el cumplimiento de los acuerdos. Prieto se acercaba cada vez más a las posiciones integracionistas.

            A mediados de 1958 sus diferencias con Cooke se ventilaron en conversaciones particulares con Perón.

            Prieto fue integrado al Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo, creado en septiembre de 1958, que suponía un nuevo debilitamiento en el manejo interno del peronismo por parte de Cooke.

            Un par de meses después, Prieto comenzó a vincularse más directamente con el núcleo de apoyo a Frondizi, en el que se destacaba Rogelio Frigerio. El peronismo había lanzado una ofensiva de agitación, se habían desarrollado huelgas de petroleros y bancarios y más tarde se produciría el levantamiento de Mataderos con la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre.

             Fue a partir de la ruptura de relaciones entre el peronismo y el gobierno que Prieto se integró al llamado desarrollismo, constituyéndose, con el tiempo, en uno de sus más afamados publicistas. En ese contexto Frigerio y Prieto descargaron artillería pesada contra Cooke, haciéndolo responsable de las posiciones de los huelguistas del frigorífico.

            En ese contexto Perón decidió transferir al periódico Norte, dirigido por Alberto M. Campos, el papel de vocero de su dirección, relevando en ese rol a Línea Dura. De esa época data la relación afectiva entre Prieto y María Granata. Tuvieron un hijo de nombre Rafael.

            En 1962 escribió un libro que fue tomado como referencia durante décadas: El Pacto. En el mismo describía el proceso que había desembocado en el acuerdo entre Frondizi y Perón, comenzando con sus antecedentes más remotos en las postrimerías del gobierno peronista.

            Participó de las publicaciones ligadas al desarrollismo, así como en las actividades políticas y culturales del Centro de Estudios Nacionales.

            Con el retorno del peronismo al poder publicó dos nuevos materiales: De Perón a Perón y la Correspondencia Perón y Frigerio.

            En 1976 fue reconocido por el diario Clarín, por su libro Treinta años de historia argentina.

Obras:

Prieto, Ramón. La ciudad del hierro verde. Buenos Aires, Editorial Americalee, 1942.

Prieto, Ramón. Stafford Cripps. Los hombres de la guerra. Buenos Aires,  Editorial Americalee, 1942.

Prieto, Ramón. Los misterios del Amazonas. Buenos Aires, Editorial Atlántida Colección Oro, 1942.

Prieto, Ramón. Historia de la industria. Buenos Aires, Editorial Atlántida Colección Oro, 1947.

Prieto, Ramón. “La defensa de la producción”. En Una nación recobrada. Buenos Aires, Subsecretaría de Informaciones, 1952.

Prieto, Ramón. El Pacto. Buenos Aires,  Editorial En Marcha, 1963.

Prieto, Ramón. “El Paso del Ebro”. En Los que fueron a España. Buenos Aires,  Editorial J. Álvarez, 1966.

Prieto, Ramón. De Perón 1955 a Perón 1973. Buenos Aires,  Editorial Macacha Güemes, 1974.

Prieto, Ramón.  Correspondencia Perón-Frigerio. Buenos Aires, Editorial Macacha Güemes, 1974.

Referencias:

Correspondencia Perón-Cooke. Buenos Aires, Colihue, 2007.

Longoni, René. Ramón Prieto, 1902-1985 (primera parte). en 3° Congreso de la Red de Estudios del Peronismo.

Julio C. Melon Pirro y Darío Pulfer

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         

            Su padre fue Mateo Prieto, militar.

            Su familia llegó a Buenos Aires en 1902. Dos años después se trasladaron a Paraguay. Su infancia se desarrolló, pues, en Asunción donde estaba destinado su padre como agregado militar en la Embajada de España en ese país.

            Estudió en el Colegio San José. En Asunción tomó contacto con el ideario ácrata, siguiendo el legado local del escritor y periodista Rafael Barret. A la vez practicaba deportes, destacándose en el fútbol, donde recibió el apodo de “Pituco”.

            Por las condiciones de persecución política, salió de Paraguay con rumbo a Buenos Aires. Trabajaba en un taller de galvanoplastia. Se integró a los grupos de la FORA, V Congreso. A los veinte años escribía en La Protesta. Alternó esa tarea periodística con colaboraciones en La Razón. Su director, Miguel Ángel Sojo, lo destacó a Brasil para cubrir unas notas.        Estando allí adhirió a posiciones de izquierda cercanas al comunismo y se alistó entre 1925 y 1927 en la Columna Prestes. En los años treinta formó parte de la Alianza Liberal.

            Ante el comienzo de la Guerra Civil Española acompañó a cinco capitanes del ejército brasileño secretamente asociados al Partido Comunista, que se unieron a las filas republicanas.  Luchó en la 100º Brigada del Vº Cuerpo de Ejército de Lister y luego en la 12º Brigada, como Comisario. Prieto combatió con el grado de coronel en el arma de Artillería y fue gravemente herido en la Batalla del Ebro, por lo que debió ser evacuado a Cataluña. Años después, el estado español le reconoció su grado militar, destinándole la pensión correspondiente tras la caída de Franco.

            Tras la derrota de la República Prieto pasó a Francia donde fue recluido en un campo de concentración, en condiciones duras de supervivencia. Pablo Neruda, que se desempeñaba en Francia en un cargo diplomático para atender refugiados, rescató a Prieto del campo Argelès-sur-mer, y lo ayudó a embarcarse hacia América del Sur.

            Desembarcó en Buenos Aires, por una gestión en la que intervino Natalio Botana. Luego se integró a la redacción de Crítica, ganándose así la vida como periodista y escritor. Ese desempeño fue acompañado por la producción de dos libros de memorias sobre la experiencia en Brasil: La ciudad del hierro verde y  Los misterios del Amazonas. Se vinculó a la industria editorial a través de Americalee, empresa vinculada a los anarquistas. Allí publicó Stafford Cripps, los hombres de la guerra.

            Prieto adhirió al peronismo. Como otros militantes e intelectuales de la época desconfiaba de la dirección de Vittorio Codovilla, lo que lo alejó de sus afinidades previas. Se integró el equipo de la Subsecretaría de Informaciones dirigida por Raúl Apold. Allí se desempeñó en  la tarea de coordinar las líneas editoriales. También se sumó al diario oficialista Democracia, en el que desempeñó diversas funciones ejecutivas. Por la misma época, en sociedad con el escritor brasileño Monteiro Lobato, organizó la editorial Acteón. Entre sus amistades en el gobierno se destacó su relación con Ramón Carrillo.

            De principio de la década del ‘50 data su conocimiento con María Granata, prolífica escritora que colaboraba en distintos espacios: Ministerio de Salud, en el diario El Mundo y en la Secretaría de Prensa y Difusión.

            En 1952, participó del volumen colectivo titulado La nación recobrada, con un artículo sobre “La defensa de la producción”.

            En 1953,  junto a Américo Barrios, impulsó la creación de la primera Escuela Argentina de Periodismo. Ese mismo año John W. Cooke lo convocó para el lanzamiento de la revista De Frente.

            La transición entre junio y septiembre de 1955 fue vivida por Prieto dramáticamente. Desde De Frente llamaban a posturas moderadas  y evitar el escalamiento de la confrontación con la Iglesia. Desde Democracia se atizaba el conflicto y se daba lugar a notas críticas sobre el accionar político de la Iglesia Católica en la filosa pluma de Jorge Abelardo Ramos, que escribía con el seudónimo de Víctor Almagro. 

            Tras el derrocamiento de Perón se enroló en la resistencia peronista. Al ser encarcelado John W. Cooke asumió la dirección de De Frente. Desde esa tribuna combatió a la revolución libertadora. En enero de 1956 la publicación fue clausurada. A instancias de Juan M. Vigo, dirigente de Rosario trasladado a Buenos Aires, se sumó al grupo directivo de los Comandos Coronel Perón en los que además revistaba Enrique Oliva.

            Cayó preso cuando fueron secuestradas cartas de Cooke dirigidas a él. Fue destinado a la cárcel de Esquel.

            Recuperó la libertad en el momento en que se aprestaba la convocatoria a elecciones de convencionales constituyentes en julio de 1957. Retomó contacto con Cooke, a la sazón en Chile, y se integró al Comando Adelantado. Participó de las conversaciones tendientes a realizar un acuerdo entre Perón y Frondizi. Se reunió con Perón en Caracas previo al encuentro de éste con Frigerio en enero de 1958. Configurado el pacto, difundido a través del Comando Táctico, seguían apareciendo voces díscolas (Benítez, Leloir, Bramuglia), lo que obligó a Prieto a viajar a Ciudad Trujillo con la finalidad que Perón ratificase la determinación. Eso se hizo en una conferencia de prensa, cuyo contenido el Comando Táctico difundió en una solicitada.

            El periódico Línea Dura, dirigido desde el año anterior por María Granata, se sumó a la prédica del Comando Superior y del Comando Táctico, respondiendo a la estrategia de Perón y Cooke. En ese momento fue designado Órgano del Movimiento Peronista. Cooke tenía cuestiones judiciales pendientes en el país, lo que le impedía establecerse en Buenos Aires. Prieto hacía las veces de delegado sustituto y en esa condición supervisaba los contenidos de la publicación.

            En abril de 1958, Prieto volvió a encontrarse con Perón  para presentarle un informe sobre la transición de la dictadura al gobierno constitucional.

            La asunción de Frondizi  implicó un realineamiento de posiciones. Perón estaba expectante. Cooke negociaba el cumplimiento de los acuerdos. Prieto se acercaba cada vez más a las posiciones integracionistas.

            A mediados de 1958 sus diferencias con Cooke se ventilaron en conversaciones particulares con Perón.

            Prieto fue integrado al Consejo Coordinador y Supervisor del Peronismo, creado en septiembre de 1958, que suponía un nuevo debilitamiento en el manejo interno del peronismo por parte de Cooke.

            Un par de meses después, Prieto comenzó a vincularse más directamente con el núcleo de apoyo a Frondizi, en el que se destacaba Rogelio Frigerio. El peronismo había lanzado una ofensiva de agitación, se habían desarrollado huelgas de petroleros y bancarios y más tarde se produciría el levantamiento de Mataderos con la toma del Frigorífico Lisandro de la Torre.

             Fue a partir de la ruptura de relaciones entre el peronismo y el gobierno que Prieto se integró al llamado desarrollismo, constituyéndose, con el tiempo, en uno de sus más afamados publicistas. En ese contexto Frigerio y Prieto descargaron artillería pesada contra Cooke, haciéndolo responsable de las posiciones de los huelguistas del frigorífico.

            En ese contexto Perón decidió transferir al periódico Norte, dirigido por Alberto M. Campos, el papel de vocero de su dirección, relevando en ese rol a Línea Dura. De esa época data la relación afectiva entre Prieto y María Granata. Tuvieron un hijo de nombre Rafael.

            En 1962 escribió un libro que fue tomado como referencia durante décadas: El Pacto. En el mismo describía el proceso que había desembocado en el acuerdo entre Frondizi y Perón, comenzando con sus antecedentes más remotos en las postrimerías del gobierno peronista.

            Participó de las publicaciones ligadas al desarrollismo, así como en las actividades políticas y culturales del Centro de Estudios Nacionales.

            Con el retorno del peronismo al poder publicó dos nuevos materiales: De Perón a Perón y la Correspondencia Perón y Frigerio.

            En 1976 fue reconocido por el diario Clarín, por su libro Treinta años de historia argentina.

Obras:

Prieto, Ramón. La ciudad del hierro verde. Buenos Aires, Editorial Americalee, 1942.

Prieto, Ramón. Stafford Cripps. Los hombres de la guerra. Buenos Aires,  Editorial Americalee, 1942.

Prieto, Ramón. Los misterios del Amazonas. Buenos Aires, Editorial Atlántida Colección Oro, 1942.

Prieto, Ramón. Historia de la industria. Buenos Aires, Editorial Atlántida Colección Oro, 1947.

Prieto, Ramón. “La defensa de la producción”. En Una nación recobrada. Buenos Aires, Subsecretaría de Informaciones, 1952.

Prieto, Ramón. El Pacto. Buenos Aires,  Editorial En Marcha, 1963.

Prieto, Ramón. “El Paso del Ebro”. En Los que fueron a España. Buenos Aires,  Editorial J. Álvarez, 1966.

Prieto, Ramón. De Perón 1955 a Perón 1973. Buenos Aires,  Editorial Macacha Güemes, 1974.

Prieto, Ramón.  Correspondencia Perón-Frigerio. Buenos Aires, Editorial Macacha Güemes, 1974.

Referencias:

Correspondencia Perón-Cooke. Buenos Aires, Colihue, 2007.

Longoni, René. Ramón Prieto, 1902-1985 (primera parte). en 3° Congreso de la Red de Estudios del Peronismo.

Julio C. Melon Pirro y Darío Pulfer