Rosario, 29 de enero de 1918 – Mar del Plata, 8 de diciembre de 1984).

            Si hubo una deportista de notables cualidades técnicas durante los primeros años peronistas cuyas actuaciones merecieron el reconocimiento nacional e internacional, que adhirió a aquel gobierno y sufrió las consecuencias de ello, esa fue la tenista María Luisa (Mary) Terán de Weiss.Desde joven comenzó a practicar ese deporte en el Rowling Club deRosariopara luego radicarse en Buenos Aires, donde conoció al tenista Heraldo Weiss, con quién se casaría en 1943 – y enviudaría en 1952-, asociándose además al Belgrano Athletic Club, al que representó en numerosas competencias.

            En 1941 alcanzó por primera vez ser la tenista nº 1 del país, logro que repetirá en 1944, 1946, 1947, 1948 y 1952.Mary también tuvo una fructífera actuación en el plano internacional, donde triunfó en 28 certámenes, al punto de ser considerada entre las 10 mejores tenistas del mundo en 1950.Asimismo, fue medallista en los Juegos Panamericanos de Buenos Aires (1951) y México (1955).

            Junto a su esposo inició una etapa de fuerte compromiso político que la contrapusieron con la lógica social del tenis argentino de su época, pues aspiró a volver popular un deporte que en ese momento estaba afincado en las élites. Así fue como integró como vicepresidenta el Ateneo Deportivo Femenino Evita, una entidad que tuvo por fin fomentar y difundir el deporte femenino. Pero, sobre todo, fue designada como Asesora de la Dirección de Deportes de la Municipalidad de Buenos Aires y Jefa de los Campos de Tenis dependientes de misma, donde niños y jóvenes de ambos sexos llevaban a cabo el aprendizaje y práctica de ese deporte en forma gratuita.

            Con el derrocamiento del gobierno peronista en 1955, Mary Terán comenzó a sufrir un castigo injusto –y además duradero- por su adhesión a aquel. Efectivamente, en ese momento estaba disputando el Abierto de Alemania, y la Asociación Argentina de Tenis, intervenida por el gobierno de facto,le solicita a la Federación Internacional se le impida jugar, lo que fue desechado por dicha entidad. Asimismo, se le incautaron sus bienes:un departamento y un local de ropa deportiva, ambos ubicados en la ciudad de Buenos Aires.Exiliada en España, compitió en ese país, donde en 1957 fue considerada la mejor jugadora, hasta que regresó a la Argentina en 1959. Pero el odio que se destilaba contra ella por sus ideas políticas no finalizó, pues además debió sufrir el boicot de sus colegasen los años siguientes. La propia Mary, en una Carta Abierta publicada en la revista El Gráfico en 1964, narró las vicisitudes que le tocó padecer, constituyendo la misma un verdadero documento de época que bien puede extrapolarse, con parecidos argumentos, a otros deportistas peronistas que fueron perseguidos políticamente.

            Comenzaba su carta denunciando la “irregular situación” que padecía el tenis femenino en ese momento, provocado por una campaña tendiente a “eliminar mi participación de los torneos oficiales de este deporte”. Proseguía haciendo referencia a su exitosa trayectoria deportiva representando al país para luego reseñar sus actividades en el municipio porteño, explicando las gestiones realizadas para evitar que los campos deportivos de las instituciones tenísticas pasaran a depender de la comuna. Más adelante relataba que durante su carrera deportiva “nunca recibí asignación, emolumentos o viáticos ni del gobierno ni de la Asociación de Tenis, y la frecuencia de mis viajes se debió a las facilidades de las invitaciones de clubes europeos, africanos y asiáticos en razón de mi prestigio alcanzado en torneos internacionales”.

            También contó que a su retorno al país en 1959 las autoridades del Belgrano Athletic Club le comunicaron que ya no pertenecía al club y le negaron su ingreso.Con posterioridad, continuaba Mary, quiso asociarse a los clubes Belgrano Social y Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, pero se le negó en ambos casos ese derecho; enterado de tal situación el presidente del Club RiverPlate, Antonio Liberti, le ofreció jugar en este club, lo que fue agradecido por la tenista. Pero sus penurias no terminaron allí pues los equipos “con la aceptación de sus comisiones directivas” declararon el boicot a RiverPlate por integrar Mary dicho equipo. De este modo denunciaba una “inhumana e injusta persecución, alentada por el inconfesable deseo de evitar que vuelva a primer al primer plano en mi deporte favorito”. Finalmente, afirmaba que en su actuación pública “jamás perseguí a nadie ni cometí actos de injusticia. Por el contrario, atendí infinidad de solicitudes de los clubes de tenis, y en la medida de mis posibilidades he contribuido siempre a hallarles favorable solución”.

Pasaron los años pero no sus amarguras: sumida en una profunda depresión, María Luisa se quitó la vida al arrojarse desde el séptimo piso de un edificio en la ciudad de Mar del Plata. 

Tuvo, sin embargo, un merecido reconocimiento póstumo, pues la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires designó en 2007 con su nombre el estadio del Parque Roca.

Referencias

Andersen, Roberto.Mary Terán de Weiss. Buenos Aires, Ediciones Fabbro, 2012.

De Felippis, Leonardo. “Las raquetas argentinas del primer peronismo”, en Rein, Raanan y Panella, Claudio (compiladores). El deporte en el primer peronismo. Estado. Competencias, deportistas. La Plata, Ediciones de Periodismo y Comunicación, 2019.

Jara, Osvaldo. “Terán de Weiss, Mary (1918-1984)”, en Galasso, Norberto (coordinador). Los malditos vol. III, Buenos Aires, Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2008.

Lupo, Víctor. Historia política del deporte argentino (1610-2002), Buenos Aires, Corregidor, 2004.

Scher, Ariel, Blanco, Guillermo y Búsico, Jorge. Deporte nacional. Dos siglos de historia, Buenos Aires, Emecé-Deportea, 2010.

El GráficoNº 2337, 22/7/1964. “Carta abierta. Mary Terán de Weiss a la opinión pública”.

Claudio Panella