En el marco de la llamada a elecciones nacionales distintas fracciones buscaban posicionar sus opciones para el acto comicial.  Juan Puigbó era un periodista profesional que junto a Walter Vezza había alentado el periódico Consigna, por cuya circulación –y por imperio del Decreto 4161- fueron detenidos en julio de 1957, en vísperas de las elecciones de convencionales constituyentes. Desde la Cárcel de Caseros promovió la aparición de un nuevo medio gráfico: Batalla.  Para llevarlo adelante contó con la colaboración de una de las figuras salientes de los grupos duros de la resistencia: Héctor Tristán, el “workman”, con antecedentes en el anarquismo y en el sindicalismo peronista. Tras los bombardeos de 1955 Tristán se había alineado junto a Cooke en la  intervención del P. Peronista de la Capital y para marzo de 1956, creado el Comando Nacional Peronista, Tristán se integró por la parte gremial a este núcleo, junto a César Marcos, Raúl Lagomarsino, Héctor Saavedra, Manuel Buzeta y otros. Participó en el intento insurreccional del General Valle, en junio de 1956, siendo detenido poco después y sufriendo simulacros de fusilamiento. En abril de 1957 Tristán consiguió una pequeña imprenta en Avellaneda y clandestinamente junto con Mario Massouh, editó las cuatro paginitas de De Frente, nada más que para difundir las directivas del Comando Superior para los comicios de ‘convencionales constituyentes’: votar en blanco o en una boleta que diga ‘asesinos’. En la clandestinidad adoptó el falso nombre de César Arena, con el cual tramitó un documento falso para exiliarse en Uruguay a mediados del año 1957. Desde allí tomó nuevamente contacto con Cooke, esta vez de manera epistolar. En su exilio sostuvo correspondencia con su amigo Chávez, quien lo había auxiliado para poder partir. De manera intermitente entraba y salía del país, lo que explica que su regreso definitivo a la Argentina esté fechado hacia marzo del año 1958. Por su actuación en la “resistencia” y su acción periodística Héctor Tristán fue incluido en el Comando Táctico Peronista.

            Batalla comenzó a circular a mediados de enero de 1958, claramente orientada a intervenir en el proceso electoral. Sus ediciones de cuatro páginas, en medidas de 29 por 42 centímetros, tenían una tirada de 5000 ejemplares. Al estar ligada a Juan Puigbó se relacionaba con el sindicalismo “duro” animado por Andrés Framini. Entre los colaboradores de Batalla aparecían Valentín Thiebaut, Giullermo Abregú Mittelbach, Walter Vezza.

                En la primera entrega, del 18 de enero de 1958, se definieron por la abstención en el proceso electoral cuando todavía no se había firmado el pacto y emitido la orden de votar por Frondizi. Argumentaron:

                La abstención es la única consigna… las masas se han mantenido ajenas al planteo concurrencista, siempre firmes en su férrea posición de lealtad. Precisamente en esa actitud intransigente de las masas debe verse la principal razón del fracaso de la   maniobra  de Bramuglia y otros servidores del llamado ‘plan político de la oligarquía’, en las que se vieron envueltos, unos con ingenuidad y otros no tanto, algunos ex dirigentes del Movimiento proscripto…La experiencia de todos nos hará ganar en humildad. No     somos más  que soldados, en esta lucha a muerte en que se está jugando algo muy superior a cada uno de nosotros y hasta a todos nosotros en su conjunto”.

            Para dar más fuerza a la posición una nota ilustrada va acompañada de unos versos que celebran el abstencionismo de Perón:

                En la última entrega, asignaban un contenido propio a la orden de Caracas. Llamaban a “repudiar a todos los ‘Libertadores’: VOTE EN BLANCO”, asegurando que las órdenes de Perón “son netas y precisas. Cada uno quiere llevar agua a su molino, pero la orden es clara y categórica. No se presta a dudas. Es el más notable entre los notables aportes del líder de la fuerza proscripta a las luchas por la emancipación nacional de su pueblo” (Batalla, N° 3, 8 de febrero de 1958).

Julio Melon Pirro y Darío Pulfer