(Tucumán, 8 de noviembre de 1923- La Matanza, 1993).
Apodo: El Viejo.
Comenzó sus estudios primarios, abandonándolos en segundo grado, para colaborar con sus padres en las tareas rurales.
Era morocho, de ojos rasgados, abundante cabellera, utilizaba anchos bigotes.
De joven comenzó a solidarizarse con los trabajadores del azúcar. Vio con simpatía el surgimiento del peronismo.
Se trasladó a Buenos Aires en el año 1946 y se instaló en La Tablada. Se casó con Dominga Paez y tuvo tres hijos: Julio César, Carlos Aníbal y José Evaristo.
Ese mismo año se enroló en la Policía Federal.
En el año 1956 fue expulsado de la fuerza por su adhesión al peronismo. Su casa de la calle Alvear 5911, en la intersección con Merlo, se convirtió en un espacio de encuentro de la resistencia peronista. Participó de las actividades conspirativas asociadas al movimiento del General Valle. Comenzó a trabajar como albañil para sostener a su familia.
A principios del año 1956 estuvo vinculado a la “Operación Peralta” con el desarrollo de una serie de atentados en la zona de Villa Lugano y Mataderos.
En su recuerdo: “El 9 de mayo de 1956 fuimos detenidos 32 compañeros (civiles y militares) vinculados al movimiento del General Juan JoseValle.(…) El 10 de junio un comisario de apellido Malaspina, ordeno el secuestro nuestro de la cárcel de Olmos para ser fusilados. Pero el director del penal se opuso a entregarnos. No nos entregan, y por esa razón, nos salvamos de los fusilamientos que habían empezado esa misma noche del 9 de junio”.
Según partes policiales en esa ocasión se le secuestraron 240 bombas molotov, decretándose cinco años de prisión.
A los veintidós meses, en noviembre de 1957, merced a una medida del gobierno de Aramburu, recuperó su libertad. Volvió a enrolarse en los sectores de la resistencia peronista y participó en la campaña electoral de 1958 alentando el voto en favor de Frondizi, tal como señalaba el Comando Táctico y Superior del Movimiento Peronista.
Tras la ruptura del “pacto” con Frondizi los grupos resistentes retoman su actividad.
El 10 de agosto de 1959 atentó contra la casa del ex jefe de Policía de la “Revolución Libertadora” Capitán de Fragata, Aldo Luis Molinari.
Años más tarde, testimonió que fue “detenido el día 23 de mayo de 1960, cuando íbamos hacer una tarea, una acción de comando… fui detenido con armas y explosivos”, haciendo referencia al frustrado ataque a una de las puertas del Cabildo. Junto a él fue detenido Víctor Herera. A Guzmán le secuestraron una pistola Luger 9 mm y un pequeño tubo de vidrio con ácido sulfúrico y una cápsula detonante. A Herrera le fue secuestrado un revólver Colt calibre 44 y una bomba de carcasa cilíndrica de 30 x 20 cm con las siguientes inscripciones: “Fuera yankis”, “Viva la patria”, “Viva Perón”, “Uturuncos”, “Argentinos al combate”, “Viva Evita”, “Vendepatrias cipayos tiemblen el pueblo en armas traerá Perón”.
Luego de allanar la casa de Guzmán, las fuerzas policiales se trasladaron a la casa de un vecino: “en la finca de la calle Alvear 5915 la Tablada se encontró un verdadero arsenal: un cajón con seis paquetes de clorato de potasio, varias latas de algodón pólvora, 152 granadas, gomeras y hondas de gran tamaño para lanzamiento de botellas; tres bolsas de gelinita en barra; un rollo de 6 metros de mecha y 17 trozos de caños cerrados en los extremos y cargados con explosivos. Todo este material había sido ocultado por el ocupante de la finca Carmelo Peñalva quien se encuentra detenido”.
Según los partes policiales y las noticias periodísticas de la época esa acción fue ligada a las acciones conspirativas del General Iñiguez o a los Uturuncos, siendo sindicado como enlace con esas organizaciones Claudio Francia. Se los acusaba de una serie de robos y atentados, que excedían su capacidad operativa.
En los días subsiguientes fueron detenidos María de las Mercedes Salvatierra de Iñiguez, Gustavo José Carballo, Dominga de Lina Paez de Guzmán, Elisa Alcira Arrieta, Eliseo Mariano Jaley, José Francisco Loto, Wenceslao Simón Asas, Rubén Miguel Romano, Norma Brunilda Kennedy, Zulema Eugenia Busico de Carballo, Estela Angelina Massa de Suárez, José Eduviges Guzmán y Darío Yse. La policía pide colaboración para la identificación y detención de Tomás Claudio Diego Francia, Eduardo Fernández Rojo, Arnaldo Mazzoni, Oscar Horacio Travi, Abel Constantino Menéndez, Jorge de la Iglesia, José León Suárez, Ismael Justo Jordán, Miguel Iñiguez, Manuel Rosado, Eugenio Nievas y Alberto Almada.
Un mes después fueron apresados los hermanos Maidana, propietarios de un taller en Ciudadela donde se habían frabricado 1300 carcazas de granadas de mano. En su descargo alegaron que las habían fabricado a pedido para ser utilizadas como adornos de rejas.
El Consejo de Guerra Número 1 decretó 25 años de prisión para Guzmán y Herrera. A Peñalva, por su edad, le dieron seis meses de prisión domicialiaria.
Guzmán estuvo detenido en la Brigada de San Martín, la cárcel de Las Heras, Resistencia, Devoto, Rawson, Tierra del Fuego, etc. Fue el último detenido en ser liberado tras la amnistía promulgada por el gobierno de Arturo Illia.
De manera inmediata se sumó a las acciones gremiales de oposición al gobierno. Participó de los primeros intentos de organización de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).
En la década del setenta, con apoyo de Federico Russo y Alberto Del Giúdice abre en La Matanza la Unidad Básica Juan José Valle. Esa será la sede de la actividad de la “Mesa Coordinadora de la JP” en la que actuó Jorge Rulli.
En los años ochenta fue electo concejal en el Partido de La Matanza.
Referencias:
Comisión Provincial de la Memoria. Legajo Número 53. Mesa “DS”.
Duzdevich, Aldo. «Historias de la resistencia peronista: la fábrica de bombas y el preso por salir a poner caños». En Infobae. 4 de julio de 2021.
Mendoza, Juan. El guerrero de la periferia. Biografía de Jorge Rulli. Buenos Aires, Del Nuevo Extremo, 2011.
Darío Pulfer