Norte era una publicación local de la localidad de San Martín. Su impulsor, Alberto Manuel Campos, se desempeñaba como secretario general de una unidad básica y dirigía el periódico desde el año 1948. Ambas instancias funcionaban en el mismo espacio: Alvear 133, en Villa Ballester. Al momento de producirse el golpe militar de 1955, Campos tenía una empresa de transporte urbano.
Por imperio del Decreto 4161, Campos fue detenido en varias oportunidades y Norte fue clausurado.

La “Revolución Libertadora” no solo implicó problemas para Campos, sino también para el medio que dirigía, que durante un tiempo logró seguir circulando, aunque apareció de modo cada vez más esporádico y en ediciones de emergencia. Con todo, en pleno marasmo peronista comenzó a incluir informaciones valiosas para los recientemente proscriptos.
El 23 de noviembre de 1955 la edición número 680 del periódico todavía editado en Villa Ballester, por ejemplo, informaba sobre la prisión de Humberto Sosa Molina y Franklin Lucero. Al ex secretario de Defensa Nacional y al ex ministro del Ejército, la justicia militar les había decretado prisión preventiva a la espera de la elucidación de las causas que los afectaban. En el mismo ejemplar podía leerse una exhortación a la unidad dirigida a “la masa femenina partidaria” por parte de Elsa Chamorro Alamán, secretaria general de Inspecciones a cargo del Consejo del Partido Peronista Femenino. En el comunicado se destacaba que “la única autoridad partidaria del movimiento peronista es el presidente del Consejo Superior, doctor Alejandro Leloir”. Otro texto originado en la misma fuente que Norte destacaba era el telegrama remitido al presidente provisional Pedro Eugenio Aramburu por medio del cual se solicitaba a “Vuestra Excelencia” que al “haber cesado en sus mandatos las autoridades de la Confederación General del Trabajo” y “por ausencia en el país de parientes de doña Eva Perón, se nos permita retirar el cadáver de la extinta a fin de dar cristiana sepultura a sus despojos mortales en un panteón particular” (Número 680, 23-11-1955).
El periódico tenía 8 páginas, costaba 40 centavos y en el número citado de su octavo año de edición no aparecía mención de director. Por lo demás, contaba con abundante publicidad, la mayor parte proveniente de General San Martín, esencialmente de pequeñas y medianas empresas de la localidad. Se trataba todavía, pues, de un medio comercial que sostenía una línea política peronista acorde al pensamiento de su director, quien, si bien había estado al frente de una Unidad Básica en un distrito, se había dedicado siempre a la actividad privada. Efectivamente, Campos era un próspero propietario de una empresa de transporte urbano y luego fue empresario de expendio de combustibles. Estaba casado con Elvira Mercedes Martínez, con quien tuvo cinco hijos.
El contenido del periódico tornaba evidente la tensa situación de un diario que seguía siendo “local” pero que–como otros medios identificados con el peronismo de alcance nacional o publicados en Buenos Aires– sobrevivía en la Argentina “libertadora” a fuerza de decisiones cotidianas en las que también intervenía la prudencia.
El siguiente número era una edición extraordinaria de los primeros días de diciembre de 1955. Las notas ya son más “de fondo”, o analíticas, y se dedican a informar o comentar distintos aspectos de la realidad nacional: “La Junta Consultiva o el Nuevo TuttiFrutti Nacional”, “El Problema Constitucional de la Hora”, “Usan el Látigo los que no Saben Manejar las Riendas”, “Nepotismo… No”. Se trata de artículos críticos pero equilibrados. El lugar de la evaluación polémica está consagrado al examen de recientes conflictos entre la Iglesia y el Estado, y la beligerancia se reserva en este momento a otro texto sobre el rol de la prensa. En el primer caso, la editorial sobre “Sacerdotes Políticos y Políticos Sacerdotes”–sin referirse a enfrentamiento entre Perón y la Iglesia sino a trascendidos de tensiones presentes entre quienes en 1955 fueron aliados– se permite recomendar, sencillamente, “cada uno en sus cosas y en sus casas y Dios en la de todos”.
El otro apartado tiene que ver con la restitución del diario La Prensa a sus antiguos dueños: “Vuelve La Prensa antinacional”, y se le desea suerte, irónicamente, al señor Gainza Paz, expresión de “los que jamás vivieron el problema de su patria y que desde el exilio… atentaron con aliados de oscuras fuerzas capitalistas contra las reivindicaciones de las clases trabajadores, justicialmente (sic) redimidas hoy, luego de laboriosas conquistas logradas en estos últimos años. Vuelve el pulpo, que apoyó a los trusts de adentro y de afuera”. La relativa moderación deja lugar al ataque ante procesos irritativos, como el de la devolución de La Prensa, que en ese mismo momento era anatemizado por Perón en su exilio.
En otros casos se mantenía una prosa mesurada, probablemente vinculada a las dificultades que toda prensa crítica experimentaba. El carácter precario y provisorio de la edición incluso se asumía y se anunciaba: “La próxima edición ‘extra’ Dios mediante… aparecerá el lunes 12 del corriente”, decía el periódico que, según también anunciaba, tenía una tirada de 100.000 ejemplares.
Campos fue detenido y la publicación clausurada. La aplicación del decreto 4161 le impidió ejercer, pues, la función de periodista abiertamente volcado a la política. Campos estuvo preso casi dos años. En la prisión comenzó a redactar los bocetos de la nueva etapa de Norte. Luego de salir de la cárcel, en septiembre de 1957, reanudó la tarea. Por su condición de ex detenido y por tener cierta notoriedad pública, debió mantenerse en la situación de clandestinidad tras una primera salida del periódico y en su lugar, como era frecuente en esa coyuntura, tomó la dirección de la débil publicación Carlos Alberto Bellocchio, sin garantía de que fuera tratado de mejor forma.
Fuentes:
Campos, Alberto C. “Los autógrafos de Perón”. Norte, 19-6-1958
Entrevista a Carlos Alberto Campos, hijo de Alberto Manuel Campos, 28 de enero de 2010.
Referencias:
Carman, Facundo. El poder de la palabra escrita. Buenos Aires, BN, 2015.
Melon Pirro, Julio C. El peronismo después del peronismo. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
Moyano Laissue, Miguel A. El periodismo de la resistencia peronista, 1955-1972. Buenos Aires, Asoc. Resistencia Peronista, 2000.
Julio Melon Pirro-Darío Pulfer