Roberto Eugenio Luis Carrinació en la ciudad de Buenos Aires el 8 de junio de 1940. Se recibió de sociólogo en la Universidad de Buenos Aires en la primera mitad de la década de 1960 y fue profesor de esa carrera en diversas universidades argentinas. Comenzó su militancia en la Federación Juvenil Comunista, se alejó del PCA, participó de otros grupos de izquierda, y desde allí se acercó al peronismo, a través de su vinculación con Eduardo Luis Duhalde y Rodolfo Ortega Peña, quienes también habían comenzado su militancia en sectores de izquierda y por entonces eran asesores legales de la Unión Obrera Metalúrgica, entre otros sindicatos y la Confederación General del Trabajo (CGT).

            A partir de este nuevo vínculo, entre 1966 y 1967 Carri editó la revista Estudios Sindicales (bajo el seudónimo de Roberto Cappagli), que fue financiada por Ortega Peña y Duhalde (Nassif y Dawyd, 2014). El emprendimiento editorial Sudestada, también de Ortega Peña y Duhalde, publicó el primer libro de Carri, Sindicatos y Poder en la Argentina, en 1967, durante la vinculación política de aquellos tres con el sector del peronismo encabezado por Augusto Vandor.

            El libro apareció a finales de 1967, pocos meses después de cumplirse el primer año de la dictadura militar autodenominada “Revolución Argentina”. Desde el comienzo Carri aclaró que no se proponía hacer una historia del sindicalismo argentino, sino señalar algunos aspectos que hicieron del caso argentino una experiencia que debía ser mirada por sí misma, sin encerrarla en otros esquemas explicativos. Para Carri, la experiencia original del sindicalismo argentino era el peronismo, y por esa experiencia comienza el libro y la novedad de la formación de un sindicalismo de Estado, de carácter antioligárquico (Carri, 1967: 16-18).

            La relación Estado-sindicatos es la clave de la lectura de Carri para el período peronista, junto con la impronta antioligárquica del sindicalismo, que abandonó su prédica clasista precedente. Para Carri, la relación Estado-sindicatos entró en crisis durante la dictadura de Onganía, y de allí el subtítulo del libro, del peronismo a la crisis.

            Carri comienza su exposición analizando cómo el peronismo transformó a los sindicatos de “simples asociaciones civiles” en “sindicalismo de Estado”, lo cual es valorado por el autor en tanto “La autonomía en la Argentina es sinónimo de despolitización y atomización del movimiento sindical” (Carri, 1967: 16-17, 25). Ello también posibilitó a los dirigentes hacer una carrera sindical, y en esos años se forjó el mito de la fuerza de la CGT. Estos elementos de la relación Estado-Sindicatos, forjados en la década 1945-1955 (un sindicalismo de Estado, antioligárquico, con una CGT poderosa y sindicatos estables), permanecerán inalterados en las subsiguientes investigaciones de Carri sobre el sindicalismo, aún cuando se aleje de la mirada vandorista.

            La etapa posterior al golpe de Estado contra el peronismo en 1955, muestra una “reestructuración del movimiento [que] se realizó sobre nuevas bases tácticas y nuevos dirigentes políticos y gremiales” (Carri, 1967: 63). La dictadura llamada “Revolución Libertadora” (1955-1958) fue un “intermedio” entre el sindicalismo de la “etapa peronista” y la “etapa sindical” que se abrió en 1958, con la asunción del presidente radical Arturo Frondizi. Este intermedio, sin embargo, fue el contexto de emergencia de los nuevos dirigentes (como Vandor), entre el aumento de las medidas de fuerza y el recrudecimiento de la represión. 

            Con la asunción de Frondizi comenzó la “etapa sindical” que se cerrará con la “crisis” que analiza y cierra el libro. La nueva etapa es caracterizada como una “política de acuerdos con los dirigentes sindicales”, optimistas por la nueva ley de asociaciones profesionales, y por ello mismo negociadores de arreglos “para tener éxito en las negociaciones exclusivamente gremiales”; pero por otro lado, los sindicatos desarrollan una estrategia independiente (del integracionismo oficial) porque pretenden “reintegrar al movimiento peronista a la vida institucional legal del país” y son la “vanguardia circunstancial de las mayorías populares” (Carri, 1967: 87-92). Esto configura la “principal contradicción” del sindicalismo argentino, e impide hablar del mismo como una burocracia (Carri, 1967: 93, 98-99).

            En la fecha de la normalización de la CGT en enero de 1963, ya se perfilan para Carri dos grandes sectores del peronismo: un sector “mayoritario” de las 62 Organizaciones, encolumnado “detrás de Vandor [donde] se encuentra la concepción de un fuerte partido de masas apoyado en la organización sindical”; el otro sector, liderado por Andrés Framini, “aparentemente más revolucionario”, pero que aún “no ha roto con el vandorismo”, no tiene diferencias sustanciales con aquel, salvo su composición por gremios más castigados por la crisis económica (Carri, 1967: 111-112). Esos dos grupos peronistas compiten en la interna político-sindical donde gana Vandor en abril de 1964, proyectando su avance sobre el movimiento peronista en vistas de las elecciones de 1965, porque “Vandor consolida su prestigio ante las bases obreras peronistas y permite a los representantes de su corriente ganar posiciones dentro del movimiento”. El gran derrotado era Framini y entre 1964 y 1965 surgiría otro sector antivandorista, combativo, compuesto por sindicatos chicos y del interior, aún sin fuerzas, tanto como otros “grupos políticos del peronismo” y demás “políticos sin bases” como Jorge Antonio, John William Cooke, Villalón, el Movimiento Revolucionario Peronista, hasta Matera (Carri, 1967: 123-126).

            La etapa abierta con el golpe de Estado de 1966 es novedosa, porque produce un giro completo respecto del escenario político que se venía dando desde 1958, y que llevó a Carri a pensar que: “se han agotado todos los medios conocidos de lucha en nuestro país y es preciso buscar nuevos caminos” (Carri, 1967: 172). Esos caminos solo podrían ser conducidos por el vandorismo, en tanto era “el principal factor de ruptura con el sistema”, y no los sectores del “ala izquierda”, minoritarios y solo revolucionarios en apariencia. Así, en el cierre del libro, cuando se describe un clima sindical de “apatía resignada”, el vandorismo era el sector señalado para buscar los caminos electorales, si se abrían, o, si persistía la dictadura, fortalecer el movimiento nacional aprovechando poseer las únicas organizaciones de masas reales (Carri, 1967: 186-187).

Sindicatos y Poder en la Argentinatuvo una buena recepción. De acuerdo con el semanario Primera Plana, el libro ocupó la lista de los más vendidos en el país desde su edición en 1967 hasta comienzos de 1968, e incluso alcanzó el tercer puesto (Primera Plana, Nº 260, 19 de diciembre de 1967, p. 90 y Primera Plana, Nº 261, 26 de diciembre de 1967, p. 56). El poeta Leónidas Lamborghini publicó una reseña del libro donde resaltó la “honestidad de pensamiento y sagacidad” de Carri, que “no se refugia en los planteos generales para resignar y dejar de arriesgar allí donde las papas queman” (reproducción facsimilar de la reseña de Lamborghini en Carri, 2015: 275).

            En el prólogo de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, también se señalaba que “el tema de esta obra ‒escasamente analizado por nuestros ensayistas‒”, fue además esquivado por académicos: “hace unos años, hubiera sido difícil imaginar que un universitario, asumiendo su condición de tal, pusiera sus conocimientos al servicio de la clase trabajadora argentina”; incluso afirman que Carri “ha ido a la raíz de las cosas, en lugar de pasearse por la fácil superficie del periodismo” (Ortega Peña y Duhalde, 1967: 9-10).También tuvo críticas, entre las que podemos mencionar una que desde el marxismo le señalaba a Carri que negaba los fines históricos del proletariado, hacía abstracción de la lucha de clases y caía en el seguidismo del nacionalismo burgués (Revista de problemas del tercer mundo, Nº 2, 1968).

            A pesar de ello el libro de Carri no es considerado en casi ningún trabajo historiográfico sobre sindicalismo, salvo una mención para destacar su carácter polémico por su transparente postura política (véase Dawyd, 2019). Esa postura, sin embargo, era parte de su originalidad. El libro resultaoriginal, por dos razones. En primer lugar, es uno de los pocos libros editados en aquellos años sobre sindicalismo; plantea un tema poco tratado y tal vez por ello la amplia difusión que alcanzó en su época, cuando el sindicalismo mayormente había sido tema de memorias de dirigentes sindicales, pero no eran muchos los abordajes ensayísticos, y menos los “universitarios”, como señalan Peña y Duhalde. Finalmente, otro aspecto para destacar fue que su abordaje llevaba a cabo una lectura del sindicalismo en abierta sintonía con la corriente sindical vandorista; y aún con críticas a ese sector, esa empatía es muy transparente (González, 2015: 12 y 20).

            De esa extrañeza se puede colegir su carácter polémico pero también su originalidad, la enunciación de una historia desde el peronismo o el vandorismo, en un contexto donde también otras diferentes identidades político-sindicales buscaban dar sentido a sus acciones, a través de ensayos, memorias, obras literarias. Esos diversos lugares de enunciación fueron transitados por el propio Carri, quien revisó los análisis y las alternativas expuestas en su libro de 1967 en un artículo de 1969, les añadió una aclaración en 1970, y reescribió esta historia en 1974 (ya militando en Montoneros). En todos estos años Carri fue cambiando los escenarios de su militancia y los análisis sociales de sus textos, y ello permite pensar no solo la variabilidad de los mismos en relación al lugar de enunciación del autor, sino en su necesidad para la delimitación de los límites que requiere toda identidad para comprenderse a sí misma y encarar una lucha política

Obras:

Carri, Roberto. Sindicatos y poder en la Argentina (del Peronismo a la Crisis). Buenos Aires, Sudestda, 1967.

Carri, Roberto (2015) Obras completas. Tomo 1. Buenos Aires: Biblioteca Nacional.

Referencias:

Dawyd, Darío. “Representaciones del sindicalismo peronista en la obra del sociólogo argentino Roberto Carri. Tres momentos, del vandorismo a Montoneros (1967-1974)”, en Kamchatka. Revista de análisis cultural, Universitat de València, Departamento de Filología Española de la Universitat de València, N° 14, 2019.

González, Horacio. “Cómo rememorar a Roberto Carri”. Carri, Roberto. Obras completas. Tomo 1. Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2015.

Nassif, Silvia y Dawyd, Darío. “La revista Estudios Sindicales de Roberto Carri. Un documento para el estudio de la clase obrera de los sesenta”. Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana, 4, 2, 2014.

Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis. “Prólogo”. Carri, Roberto. Sindicatos y Poder en la Argentina (del Peronismo a la Crisis). Buenos Aires, Sudestada, 1967.

Darío Dawyd