(Córdoba, 19 de mayo de 1919- Buenos Aires, 6 de noviembre de 2012)

Rodolfo Pastor Martínez nació en Córdoba, provincia donde estudió Derecho en la Universidad Nacional mediterránea. Se recibió de abogado en 1942, obteniendo el premio “Universidad” una vez que fue premiado con la Medalla de Oro y el Diploma de Honor. Allí comenzó una carrera en dos ámbitos: la abogacía, tanto en la docencia como en la práctica profesional en el Estado, que cruzó con su interés por la Historia y la Filosofía; y la militancia política en el Partido Demócrata, que lo llevó a ser candidato a gobernador en 1946 y uno de los fundadores del Partido Demócrata Cristiano (PDC) en 1954.

Desde el inicio de sus estudios universitarios comenzó una carrera profesional estatal, primero en la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba (1937-1943), luego en los Juzgados de Paz número 22 y 24 de Capital Federal (1945-1950), en este último caso mientras era docente en el Instituto Superior de Filosofía “El Salvador”, antecedente de la universidad jesuita, entre 1946 y 1949. Católico pero antiperonista, tras la fundación del PDC formó parte de la Junta Consultiva multipartidaria convocada por la “Revolución Libertadora” tras el golpe de Estado contra Juan Perón en 1955.

En el marco de la intervención universitaria, obtuvo una de las cátedras de Derecho Político en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (FDCS-UBA), donde convocó a un equipo formado por Mario Justo López (antiperonista de origen socialista y ya articulado con los espacios liberal-conservadores) y los jóvenes Carlos Floria y Mariano Grondona. En 1958 tomó brevemente la dirección del diario El Mundo, del que era colaborador.     

Ante el fracaso de la “Libertadora”, Martínez articuló con Grondona y con el abogado y sociólogo José Enrique Miguens diversos diálogos políticos y alternativas legales para reincorporar al peronismo proscrito. Incluso, Mario Justo López fue parte de esos proyectos, aunque era crítico de la idea integracionista, que finalmente acabó fracasando en el marco de las diversas versiones del “Estatuto de los partidos políticos” que surcó los últimos años de la década de 1950 y la primera mitad de la de 1960.

La militancia política de Martínez estuvo en cruce con su faceta docente hasta finales de los años sesenta, dictando clases en la Escuela Superior de Guerra a principios de la década y pasando de allí al gabinete nacional de Arturo Frondizi. En la gestión desarrollista se desempeñó como ministro de Defensa primero y del Interior luego, cargo que conservó en el interinato presidencial de José María Guido, cuando sumó al propio Mariano Grondona como su segundo. Con Frondizi trabó gran confianza, al punto que fue el encargado de su detención tanto como de negociar su sucesión.

Martínez, junto con Grondona y José Enrique Miguens, se movieron como parte de los civiles que apoyaron al sector azul en la interna militar contra el sector colorado, en favor de la figura de Juan Carlos Onganía y enfrentando al antiperonismo en favor del integracionismo. Grondona y Miguens fueron más activos en la trama azul, escribiendo la serie de comunicados donde el 150 fue el más resonante.  

En 1968, Martínez dejó la cátedra en la UBA al asumir la Secretaría Ejecutiva para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Organización de Estados Americanos (OEA), cargo que desempeñó hasta 1975. Ello lo alejó de la política argentina, pero no de las polémicas: en la “primavera camporista”, el interventor de la UBA Rodolfo Puiggrós ironizó sobre la obtención de su cátedra como ejemplo de un antiperonismo sin méritos académicos. Sin embargo, en el marco de las posiciones integracionistas Martínez había visitado a Perón en Puerta de Hierro en un gesto celebrado por parte del peronismo y criticado duramente por el antiperonismo: la revista liberal-conservadora El Burgués (1971-1973) ironizó que se trataba de una búsqueda laboral del otrora opositor.

Tras el paso por la OEA, y en base a los contactos empresarios que había desplegado con los mismos Grondona y Miguens, Martínez dejó por varios años la vida pública, para dedicarse a la abogacía privada y la gestión empresarial, hasta que en 1987 tomó la presidencia de la Unión Argentina de Entidades de Servicios, que dejó tras la crisis de 2001.

Su presencia en organizaciones académicas, sociales y recreativas, de la Academia de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba al Kenwood Club de los Estados Unidos, pasando por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales, fue siempre marcada.

Falleció el 6 de noviembre de 2012 en Buenos Aires.

Referencias:

Altamirano, Carlos. Frondizi, o el hombre de ideas como político. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1998.

Aramburu, Leandro y Giorgi, Guido. “Institucionalización y profesionalización de la sociología argentina: revisando la trayectoria de José Enrique Miguens”, Nómadas, número especial, 2013.

Hudson, Carlos. Un golpe muy particular. La crisis del gobierno de Arturo Frondizi y la presidencia de José María Guido. Mar del Plata: EUDEM, 2023.

Potash, Robert. El ejército y la política en la Argentina. De la caída de Frondizi a la restauración peronista. Primera parte: 1962-1964. Buenos Aires: Sudamericana, 1994.

Sivak, Martín. El Doctor. Biografía no autorizada de Mariano Grondona. Buenos Aires, Aguilar, 2005.

Zanca, José. Cristianos antifascistas. Conflictos en la cultura católica argentina. Buenos Aires, Siglo XXI, 2013.

Zanca, José. Los humanistas universitarios. Historia y memoria (1950-1960). Buenos Aires, EUDEBA, 2019.

Martín Vicente