(Valparaíso, Chile, 30 de agosto de 1917- Buenos Aires, 20 de marzo de 2009).

            Editor de libro político, de historia y de cultura popular, consideró su trabajo como una forma de militancia al publicar, solventar, difundir y reunir en su catálogo textos transgresores y autores marginados del centro del espacio intelectual y político argentino delas décadas de 1950, 1960 y 1970. 

            Emigró de niño con su familia a la Argentina, dondedesarrolló su larga trayectoria editorial: Creó y dirigió en Buenos Aires Peña-Del Giúdice-Editores (1952-1953), ALPE (1953-1959) y A. Peña Lillo, editor (1957- ).

            Según relató en su autobiografía Memoria de papel, tuvo una formación intelectual autodidacta, en buena medida leyendo obras críticas del ideario socialista de la editorial Claridad, destinadosprincipalmente a lectores de los sectores populares, a los que Peña Lillo pertenecía. Antesde iniciarse como editor, fue operario en el taller gráfico de los hermanos Rosso, uno de losmás importantes de la Buenos Aires de entonces. Luego, fue por unos años vendedor en laLibrería Hachette.

            Con la editorial Peña-Del Giúdice, el entonces joven editor inició una serie deestrategias empresariales que fueron constantes en su trayectoria. Una de ellas, asociarse con imprenteros o con quienes fueran inversores, mientras él estaría siempre a cargo del plan editorial. Otras estrategias consistieronen construir vínculos sólidos y duraderos con sus autores y cuidar su obra y, a la vez, idear libros de materialidades económicas, pensando en los sectores populares como sus lectores implícitos.

            Tanto Peña-Del Giúdice como ALPE fueron emprendimientos con un perfil predominantemente literario en los que sumó como asesor a Gregorio Weinberg. Juntos seleccionaron textos de autores tales como José Hernández, Pedro Henríquez Ureña, Juan Agustín García, Manuel Gálvez y Jorge Luis Borges.

            Posteriormente, el catálogo de ALPE viró hacia títulos de historia de autores argentinos del revisionismo histórico. En ello influyó sin duda una primera decisión: la de publicar la historia argentina de Ernesto Palacio. Según el propio Peña Lillo  fue una apuesta a ciegas que lo llevó a ser el editor de “un libro fundacional” y lo acercó a los autores y las temáticas del llamado pensamiento nacional. La primera edición de la Historia de la Argentina: 1515-1938 salió en julio de 1954 como obra inicial de la “Biblioteca de Estudios Americanos”, en una tirada de cinco mil ejemplares. Se trataba de la obra de un autor “maldito” para el centro del mundo intelectual e incluso también la gran extensión del texto de Palacio era ya un riesgo por sus altos costos industriales: se decidió hacer un solo volumen de tamaño más grande del habitual que sumó 654 páginas, por lo que era más caro que los usuales de historia. Sin embargo, la primera versión revisionista integral de la historia argentina fomentó y acompañó los debates de la época y se transformó en un best seller de la editorial.

            Así, a partir de esa obra, Peña Lillo encontró una línea editorial propia y definida y, si bien no tuvo personalmente una adscripción política públicani relación con partido político alguno a lo largo de su vida editorial, los libros por él publicados tendrían como común denominador una revisión histórica del pasado y un claro compromiso con el pensamiento nacional y el peronismo.También a partir de esta publicación la editorial se fue consolidando como un espacio de socialización, en palabras de Peña Lillo  “los autores nacionales comienzan a rodearme”: por ejemplo, conoció a Jorge Abelardo Ramos cuando éste fue a felicitarlo por la publicación de la Historia Argentina de Palacio.Pero además, al publicar esa obra, Peña Lillofue valorado por escritores y militantes peronistas desplazados y proscriptos tras el derrocamiento a Perón en 1955 y fue considerado como uno de los escasos editores que les publicaron sus obras, inclusoantes, durante los últimos y conflictivos tiempos el gobierno del primer peronismo.  

            Luego, ya con A. Peña Lillo, editor, se consolidó al desplegar una colección de gran relevancia: La Siringa (entre los años 1959 y 1966), cuyos libros fueron un hecho político en plena proscripción del peronismo y muy accesibles económicamente para los sectores populares. Vendida en los quioscos principalmente de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, conformada por 35 libros de divulgación política y cultural, Peña Lillo construyó discursivamente una comunidad de lectores, convocándolos como parte esencial de la propuesta, incluso desde un escrito del editor que inscribió en cada título. Los populareslibros de La Siringa fueron leídos en clave de militancia y de resistencia y actuaron como puentes entre lageneración del primer peronismo y la que formó más tarde el peronismo de izquierda. Entresus títulos: Política nacional y revisionismo histórico (1959), de ArturoJauretche; Del anarquismo al peronismo. Historia del movimiento obrero argentino(1959), de Alberto Belloni; Historia política del ejército argentino. De la Logia Lautaro a la industria pesada (1959), de Jorge Abelardo Ramos;  Alberdi y el mitrismo  (1961), de  Fermín Chávez y El asesinato de Dorrego, poder, oligarquía y penetración extranjera en el Río de la Plata  (1965), de Rodolfo Ortega Peña y Eduardo L. Duhalde. Su catálogo incluyó un título de autoría del editor: Los Encantadores de Serpientes. Mundo y submundo del libro, de 1965. En esta obra se observa que Arturo Peña Lillo era un primer lector de sus autores, sobre todo de Arturo Jauretche, el propio libro intenta ser un aporte al proyecto nacional que definía Jauretche. Además, allí Peña Lillo dio su opinión acerca de cuál era el aporte que la edición de libros debía hacer a la formación de la conciencia nacional: Contribuir al proyecto de descolonización ideológica analizando el mundo editorial argentino, del pasado y sobre todo de su presente, mostrando cómo los agentes de ese espacio, salvo una pocas excepciones, participaban de la colonización pedagógica. Los Encantadores de Serpientes es un libro de denuncia a las editoriales grandes –“el estado mayor”- que para Peña Lillo reproducían la dominación publicando básicamente traducciones, y sólo “envasan cultura” y la divulgaban haciendo un “lavado de cerebros” o bien hacían libros a partir de textos de intelectuales extranjerizantes, que importaban los conocimientos creando así  sólo  “subproductos argentinos”.

            Peña Lillo se fue consolidando como editor especializado en libro político, histórico y social dirigido al mercado local de lectores. Podemos ubicar su consagración editorial hacia la divulgación cuando, en 1966, publica El Medio Pelo en la sociedad argentina (apuntes para una sociología nacional), de Arturo Jauretche; Los Caudillos, de Félix Luna y la Historia Económica del Río de la Plata, de Rodolfo Puiggrós (antes editada en Futuro). Luego, entre muchas otras, publicó obras tales como el Manual de zonceras argentinas (1968),  de Arturo Jauretche y la Historia de la Nación Latinoamericana, de Jorge Abelardo Ramos (1968).

            Sin duda, la publicación de El Medio Pelo fue un hito en el oficio de Peña Lillo, inmediatamente tuvo un enorme éxito de ventasque continuó y se transformó en un longseller. Le dio además de visibilidad al editor, una base económica para otras publicaciones de su editorial, y también consolidó una relación estrecha y continua entre ambos: Desde ese momento Peña Lillo fue alojando en su catálogo obras anteriores de Jauretche y lo alentó a escribir otras nuevas.  Incluso luego del fallecimiento de Jauretche reunió y publicó textos que éste había dejado dispersos, según recordóel editor, con la colaboración de Norberto Galasso. Así, desde 1966, Jauretche solo ocasionalmente publicó algún trabajo colectivo en otra editorial.

            Si bien su marca indeleble fueron esos libros, la estructura de su catálogo se complejizó y se diversificó hacia el libro técnico, algo de literatura y hacia libros de tango y lunfardo. Entre ellos se destaca la Colección Ensayos Literarios (1963-1966) que tuvo el asesoramiento de Arturo Cambours Ocampo, autor y colaborador de la editorial.

Folleto del año 1968           

En la primera mitad de los años 70, Peña Lillo acompañó el amplio proceso de politización, editando tanto libros de denuncia política como títulos del peronismo revolucionario, aunque no se constituyó en el ámbito específico de esa última línea. Sucedió también que su catálogo se volvió menos dinámico ante el surgimiento de otros nuevos proyectos, y además muchos de los autores de la editorial se lanzaron de lleno a la militancia en la apertura política de los 70s. Peña Lillo sí acompañó la formación del peronismo de izquierda, aunque mucho más lateralmente que otros emprendimientos editoriales, como Sudestada de Ortega Peña. Su acompañamiento fue más bien ofreciendo títulos de autores que los integrantes del peronismo de izquierda consideraban precursores, ejemplos de lucha de los años de la resistencia o cuadros de las primeras presidencias de Perón. 

            En síntesis, A. Peña Lillo, editor fue, sobre todo, una editorial de libro político, con un catálogo exitoso de obras de divulgación y de denuncia, con escritura amena y de calidad, discursos transgresores de los dominantes y autores cercanos al primer peronismo (1945-1955).

A partir del golpe de Estado de 1976 el editor debió disminuir su trabajo, con manifiesto orgullo de haber logrado colaborar en la democratización de la lectura, habiendo posibilitado además la difusión de obras políticas en contextos de censura, proscripción y persecución. Con tal catálogo Peña Lillo  logró que su empresa creciera y perdurara, además que fuera referente en su identidad por décadas, y que también fuera la principal base económica de su familia. 

Referencias:

De Sagastizábal, Leandro y Alejandra Giuliani. Un editor argentino. Arturo Peña Lillo. Buenos Aires, Eudeba, 2014.

Giuliani, Alejandra. «Semblanza de Arturo Peña Lillo (Valparaíso, 1917 – Buenos Aires, 2009)». En Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – Portal Editores y Editoriales Iberoamericanos (siglos XIX-XXI) – EDI-RED, 2017: http://www.cervantesvirtual.com/obra/arturo-pena-lillovalparaiso-1917-buenos-aires-2009-semblanza-848949/

Peña Lillo, Arturo. Memoria de Papel. Los hombres y las ideas de una época. Buenos Aires,  Ediciones Continente, 2004.

Peña Lillo, Arturo. Los Encantadores de Serpientes. Mundo y submundo del libro. Buenos Aires, A. Peña Lillo, editor, 1965. (Colección La Siringa, nº 31).

Alejandra Giuliani