(Buenos Aires, 1940- Buenos Aires, 13 de octubre de 1974).

            Apodo: “El boy”, “El Tarta”, “Barry”.

            Fue criado por su abuela y las tías ante la separación de sus padres. Tenía una hermana, Elena Ofelia.  Vivieron sobre la calle Montevideo al 700, casi esquina Córdoba. Pertenecía a una familia acomodada de clase media, de orientación radical-antiperonista.

            Desde la secundaria militó en las filas radicales, participando de marchas opositoras, pintando leyendas contra Perón y concurriendo a la sede del Comité Nacional de la UCR.

            En 1958 se entusiasmó con la candidatura de Frondizi.

            Poco después, como muchos otros jóvenes, se desencantó del líder intransigente.

            Frecuentó a figuras de la resistencia peronista por lo que fue acercándose al peronismo.

            Tras la clausura del diario Democracia por parte de Frondizi, salieron con Mario Valotta (ex director) hacia el interior para conseguir fondos y apoyos para relanzar la publicación.

            Tras la desaparición de Vallese, el joven periodista Barraza comenzó a publicar notas en las publicaciones ligadas al Movimiento Revolucionario Peronista, 18 de marzo y Compañero.

            En el marco de ese trabajo -difundido a modo de entregas tituladas «El infierno de Felipe Vallese»-, logró reconstruir la mecánica de la captura, señaló el cautiverio, las torturas, el médico que «lo asistió», los cómplices y los nombres de la Policía Federal y de las Fuerzas Armadas que perpetraron su detención y desaparición.

            “¿Qué hicieron con Vallese?” fue el título de tapa del número 9, del 12 de febrero de 1963, del periódico 18 de marzo. Junto con una foto de Vallese con su padre y hermano, anotaron: “Abrimos una investigación: la indiferencia oficial ha dejado de serlo: ahora es directamente complicidad con quienes lo secuestraron, torturaron -¿asesinaron?- a Felipe Vallese”.

            En las entregas siguientes relató el asalto a la casa de Vallese, las detenciones de sus familiares y amigos, las torturas, señalando la complicidad de las Fuerzas Armadas y de varios hombres de la Policía Federal.

            Además de denunciar el accionar represivo, Barraza responsabilizaba a Vandor de inacción. En su crítica dejaba de lado las presentaciones judiciales y las campañas de reclamo realizadas por la Unión Obrera Metalúrgica. No perdía oportunidad de hacerlo, como ocurrió al reseñar el acto realizado a un año de la desaparición de Vallese, en el que consignaba: “Con desgano, la dirección de la Unión Obrera Metalúrgica realizó un acto público en la Plaza Martín Fierro; en el que casualmente Augusto Timoteo Vandor no se quedó afónico y pronunció algunas palabras de recordación”. En contraste con ello, “La Juventud…estuvo de pie para dar la tónica justa a lo que debe ser un símbolo de lucha y no pretexto de lamenaciones. Felipe Vallese estuvo presente en ese acto, en la combatividad manifestada por los jóvenes y no en las marchitas flors que depositó la burocracia que no supo –o no quiso- rescatarlo de las garras del sistema”.

            El grupo que detuvo a Vallese había sido encabezado por el comisario Juan Fiorillo, que fue condenado en el año 1971 y recuperó su libertad tres años después integrándose a la Triple A y durante la dictadura militar tuvo una actuación en estrecha relación con Ramón Camps.

            Tras los hechos del Policlínico Bancario y la detención de los miembros del MNRT, Barraza quedó constituido en enlace con lo que para ese momento se llamaba la “tendencia del peronismo revolucionario” encarnada por Framini.

            Poco después, en el periódico Compañero, publicó una nota de página completa que tituló “Reportaje al MNRT Tacuara”.

            Esa ubicación como nexo de los detenidos del MNRT y grupos del peronismo revolucionario lo llevó a ser el facilitador de la convergencia de ese grupo con los restos de la organización CONDOR para la publicación del libro sobre el retorno de Perón.

            Por ese tiempo, junto a Horacio Verbitsky, Manuel Buceta y Saúl Hecker colaboraban con Framini en la redacción de materiales y cartas.

            Escribió en Rebelión, publicación financiada por Jerónimo Remorino.

            Se desempeñó como apoderado del quincenario Patria, órgano de prensa de la Juventud Peronista Bonaerense.

            Barraza formó parte del sindicato de periodistas de Buenos Aires, junto a Osvaldo Lamborghini y Eduardo Jozami.

            Cerró la década con una estancia en Europa, experimentando en el nudismo y la droga. Al volver conoció a Carlos Laham, a quien comenzó a frecuentar y con quien burlonamente decían formar la “Agrupación Putos Peronistas”.

            Colaboró en el semanario Confirmado. Trabajó en el Diario La Opinión. En agosto de 1971 sacó un reportaje a José Ignacio Rucci en el que lo obligaba a definiciones sobre el uso de la violencia, la juventud, la coyuntura política del gobierno militar. En ese contexto el líder sindical descartó el GAN “como un lindo nombre y nada más” y desmentía una atribuida descalificación de la juventud peronista (“basurita en el carburador”).  En junio de 1972 Barraza hizo una crítica al libro de López Rega titulado Astrología esotérica (secretos develados). Por poco tiempo colaboró en Clarín.

            Comenzó a convivir con Laham en 1973 en un departamento de Lavalle y Suipacha. Aunque replegado de la actividad política,  con la asunción de Cámpora fue designado director-interventor de Radio del Pueblo de Buenos Aires.

            Osvaldo Agosto, asesor de prensa de Rucci, le recomendó no asistir al velorio de este último, tomando como antecedente la nota periodística del año 1972.

            Tras la muerte de Perón abandonó el cargo en la radio.

            La organización paraestatal Triple A mató a Barraza y  Laham,  en un descampado en Villa Soldati a orillas del río Cildañez en octubre de 1974. 

Referencias:

Baschetti, Roberto. La memoria de los de abajo. Hombres y mujeres del peronismo revolucionario 1945-2007. Buenos Aires, Campana de Palo, 2007.

Carman, Facundo. El poder de la palabra escrita. Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2015.

Waisberg, Pablo. Operación Vallese. Buenos Aires, Colectivo de Prensa, 2018.

Darío Pulfer