El jueves 23 de agosto de 1962 el trabajador metalúrgico, militante juvenil y sindical peronista Felipe Vallese fue secuestrado en la vía pública, en la ciudad de Buenos Aires, por miembros de la policía bonaerense. Fue trasladado a la comisaría primera de San Martín, provincia de Buenos Aires, donde fue torturado para que delatara a compañeros suyos de la Juventud Peronista, especialmente el paradero de Alberto Rearte. Vallese no habría sobrevivido a las torturas a las que fue sometido por más de cinco días, y desde entonces continúa desaparecido.
Su caso conmovió al peronismo. Las demandas judiciales fueron llevadas adelante por el abogado Fernando Torres, letrado de la UOM y la CGT. El sindicato metalúrgico publicó en 1963 un folleto dando cuenta de las mismas: “Vallese. Proceso de un crimen impune”. El caso fue investigado también por el periodista Pedro Leopoldo Barraza, que publicó diversas notas en 18 de Marzo y Compañero, en el primer semestre de 1963, como parte asimismo de una campaña de sectores peronistas opositores a Augusto Vandor, secretario general de la UOM.
Dos años después, en 1965, la UOM publicó Felipe Vallese. Proceso al Sistema. Allí, Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde dieron cuenta del caso, trazaron un perfil del joven desaparecido, de las acciones de la UOM y de Fernando Torres para su aparición, y del ciclo de violencia en el que se inscribía.
Ortega Peña y Duhalde habían recorrido un camino que los acercó al peronismo, partiendo de unos orígenes sociales y políticos antiperonistas. Su actividad laboral, intelectual y cultural fue testigo de su acercamiento a posiciones nacionales y populares: fueron abogados de la UOM, de otros sindicatos, y de la CGT; se dedicaron a la investigación y la difusión histórica, escribieron artículos periodísticos en revistas, libros propios y sostuvieron proyectos editoriales, como “Sudestada”, desde donde dieron a conocer textos del revisionismo histórico, como otros de actualidad política.
La primera publicación de Felipe Vallese. Proceso al Sistema, fue en 1965, y no presentó la firma de los autores del libro, sino la de la UOM. La tapa se componía de lo que parece ser un manchón de sangre dentro del cual está el nombre “Felipe Vallese”; después de la portada con los datos de la edición aparece una foto de un joven Vallese, sin bigote, con un pie de foto que decía “Felipe Vallese: mártir obrero”. El sindicato, en el primer epígrafe, agradecía la labor de Torres al frente de la investigación judicial, y la de Ortega Peña y Duhalde como “quienes tuvieron a su cargo la preparación y redacción de la presente obra”. Otro epígrafe citaba a Perón (“El pueblo es una fuerza de la naturaleza: cuando se desborda no hay nada ni nadie que pueda detenerlo”) y luego a Simone de Beauvoir, donde daban cuenta del “sistema” al cual el libro le iniciaba un “proceso” (“Sería inútil indignarse; protestar hoy en nombre de la mora contra ‘excesos’ o ‘abusos’ es una aberración que se parece a la complicidad. En ninguna parte hay abuso o exceso; lo que reina en todas partes es un sistema”). Simone de Beauvoir vuelve a aparecer, con otros epígrafes que abren los capítulos uno, dos y tres, donde también aparecen firmas históricas que inscriben la desaparición de Vallese en la trama de violencia nacional desde el siglo XIX.

En el primer capítulo se presenta a Vallese, su militancia y vínculo con Alberto Rearte, se describe el secuestro y la tortura. El segundo capítulo recupera las actuaciones judiciales del abogado de la UOM, Fernando Torres, las búsquedas del sindicato, las denuncias públicas, y se mencionan las responsabilidades policiales. El capítulo tres se detiene en el “sistema”, su uso de la violencia para acallar las voces del pueblo, la tortura, su red de responsabilidades, y su actualidad desde el siglo pasado. El libro continúa con un “apéndice documental” con veintiún documentos judiciales del caso. Cierra la obra un epílogo, “clave para patriotas”, donde los autores buscan “extraer con serenidad la lección que el joven metalúrgico asesinado nos ha dejado”; allí conceptualizan al “sistema” imperante, marcado por el “neo-colonialismo”, objetivo principal de la lucha popular, como en el siglo XIX fue el “régimen” de la oligarquía; para ello debía sortearse el miedo que el sistema buscaba imponer, el miedo que el propio Vallese no tuvo, y que los autores instaban a perder, en las campañas que en su búsqueda se realizaron y seguirían realizándose, y en una guerra de liberación de nuevo cuño, popular, basada en el fin del miedo y la aceptación de las recompensas del sistema.

Dos años después, Ortega Peña y Duhalde reeditaron el libro, ya con sus nombres al frente de la obra, en la editorial que dirigían, Sudestada. Esa edición de 1967 tenía en tapa uno de los afiches que imprimió la UOM durante las campañas por la aparición con vida de Vallese, firmados por la “Agrupación Metalúrgicos Organizados de la Capital” (AMOC), agrupación que reunía a los metalúrgicos porteños que en torno de Vandor competían con la lista Azul. Esa tapa fue realizada por Carlos María Duhalde, hermano de Eduardo Luis. Igual que la primera edición, la fecha de aparición del libro era en un aniversario de la desaparición de Vallese, en agosto (“primera edición, agosto 1965: Unión Obrera Metalúrgica” “II Edición, agosto de 1967. Editorial sudestada”). Cusiosamente, el taller gráfico donde se imprimió esta edición estaba en Gascón 274, a metros donde se dio el tiroteo de julio de 1962, en el cual la muerte de dos policías originó la búsqueda salvaje de Rearte, que condujo a la detención de Vallese.
El libro se abría con otra foto de Vallese, con bigote, y otro pie de foto “Felipe Vallese: Mártir y símbolo”. También, a diferencia de la edición de 1965, incluía una dedicatoria antes de las citas en los epígrafes; la dedicatoria era para los integrantes del panteón popular: Dorrego, Quiroga, Chilavert, Costa, Benavides, Peñaloza, Zalazar, Valle y los fusilados en José León Suárez. Los epígrafes de los capítulos son los mismos de 1965, salvo porque quitaron la cita de Perón. Además hicieron correcciones de estilo, pequeñas modificaciones en las citas, aclaraciones de los cambios en la causa entre 1965 y 1967. Los subtítulos de los capítulos se repiten, salvo en el epílogo, donde Vallese, que en 1965 había sido “un metalúrgico peronista contra el sistema”, pasa a ser un ejemplo más general: “un trabajador peronista contra el sistema”. La estructura del libro luego es la misma: secuestro, búsqueda, tortura, apéndice y epílogo. Cerraba con una contratapa (ausente en la primera edición): “Es este un libro apasionante. La segunda edición de la obra permitirá que un vasto público lector tenga en su poder las claves de un enigma que sigue conmoviendo al país. En ella, los dos historiógrafos polémicos, Ortega Peña y Duhalde (‘El asesinato de Dorrego, Felipe Varela contra el imperio británico’, ‘Las guerras civiles argentinas y la historiografía’, ‘Facundo y la montonera’) dan pruebas terminantes y extraen las trágicas consecuencias de la muerte de Felipe Vallese. La primera edición no tuvo circulación comercial. A pesar de ello, el libro fue afanosamente buscado por lectores ávidos, a quienes la importancia del mismo había trascendido. Editorial Sudestada se enorgullece de presentar hoy este libro veraz y valiente”.
El contexto de esa reedición no era meramente un aniversario más de la desaparición de Vallese. Hacia fines de 1967 Ortega Peña y Duhalde aún estaban cerca del espacio vandorista. En esos meses editaron y prologaron el libro de Roberto Carri, Sindicatos y poder en la Argentina, donde se sostenía que el vandorismo, aún a pesar de la crisis sindical abierta desde el golpe de 1966, era el sector con mayores opciones para una salida electoral, o para fortalecer al movimiento nacional. Meses después, la formación de la CGT de los Argentinos mostró otro camino, al cual lentamente se acercarían Ortega Peña, Duhalde y Carri. Pero antes del acercamiento no faltó ocasión para que aquellos fueran criticados por Rodolfo Walsh. El escritor, a cargo del semanario de la CGTA y en el marco de su investigación sobre el asesinato de Rosendo García, haciéndose eco de las versiones de la quietud de la UOM y de Vandor para reclamar por Vallese, trazó otra frontera del “sistema”, y ubicó a Ortega Peña, Duhalde y Carri como cómplices: “No importa que el secuestrado en la comisaría de Villa Lynch de a dos detenidos que salen en libertad el número telefónico de la UOM; no importa que, en efecto, llamen ahí: ‘El sindicato no mueve un dedo’ […] Después no faltarán quienes compongan un libro para explicar todo lo que hizo la UOM para encontrar a Vallese: el aparato tiene sus escritores, sus ensayistas, sus sociólogos” (Walsh, ¿Quién mató a Rosendo?, p. 158).
Ya bien lejos del contexto sesentista, la tercera edición de Felipe Vallese: proceso al sistema, vio la luz en el año 2002. Ortega Peña, uno de los autores del original, había sido asesinado por la Triple A en 1974. La reedición estuvo a cargo de Duhalde, y reproduce la versión de 1967, aunque reordena el epílogo antes del apéndice, y a éste le agrega un documento judicial más. Por otro lado, Duhalde incluyó una gran “primera parte” totalmente nueva: “A 40 años, la lectura del crimen: los saberes en pugna”. La misma está compuesta por una introducción, tres capítulos y un epílogo, donde Duhalde da cuenta del contexto político en que se produjo el secuestro de Vallese, la producción del libro, la formación de una nueva juventud peronista y otras investigaciones del caso. En el primer capítulo Duhalde se detiene en la consideración de Vallese como «primer desaparecido» (la descarta y recuerda con detalle al abogado Inganilella), recorre la historia de la resistencia peronista, y llega, siguiendo los avatares del peronismo legalista y combativo, sindical, político y juvenil, hasta la mitad de los sesenta. El capítulo dos contiene un perfil de Vallese a partir de las notas de Barraza (cuya investigación reconoce, tanto como su trágico final, también asesinado por la Triple A en 1974), otras fuentes que no pudo utilizar en los sesenta para no develar datos de compañeros, el concepto de “sistema” tomado de Simone de Beauvoir, el papel de la UOM y el rechazo de las acusaciones de Barraza al sindicato y a Vandor; también repasa los homenajes a Vallese hasta 1968, el recorrido represivo del principal responsable, Juan Fiorillo, y cierra con los que fueron los dos rastros sobre el destino del cuerpo. El tercer capítulo se adentra en las posturas ideológicas de Ortega Peña y Duhalde, la gestación del libro y sus repercusiones (entre ellas la crítica de Armando Cabo porque la UOM aceptó que dos abogados marxistas realizaran la investigación). Cierra con un epílogo sobre la vigencia de la tortura y la criminalización de la protesta en democracia y durante el neoliberalismo. Si en las dos primeras ediciones el caso Vallese servía a los autores para pensar la violencia precedente, y un sistema represor vigente desde el siglo XIX, la tercera y última edición servía a Duhalde para inscribir la desaparición de Vallese también hacia adelante, en el ciclo de violencia de los años setenta al neoliberalismo.
Referencias:
Carri, Roberto. Sindicatos y Poder en la Argentina (del peronismo a la crisis). Buenos Aires, Sudestada, 1967.
Dawyd, Darío. “Prensa y política en los años sesenta. Variaciones del relato de un crimen, periodismo e identidades políticas en el cosmos peronista (1966-1969)”. En Scheinkman, Ludmila y Dawyd, Darío, El Rol del Periodismo en la Política Argentina. Segunda parte: 1930-1990. CABA, Honorable Senado de la Nación, 2019.
Duhalde, Eduardo Luis. “A 40 años, la lectura del crimen: los saberes en pugna”, en Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis, Felipe Vallese: Proceso al sistema. Buenos Aires, Punto Crítico, 2002.
Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis. Felipe Vallese. Proceso al Sistema, Buenos Aires, Sudestada, 1967.
Ortega Peña, Rodolfo y Duhalde, Eduardo Luis. Felipe Vallese: Proceso al sistema. Buenos Aires, Punto Crítico, 2002.
Unión Obrera Metalúrgica de la República Argentina. Felipe Vallese. Proceso al sistema. Buenos Aires, U.O.M., 1965.
Waisberg, Pablo. Operación Vallese. Barraza, el hombre detrás de la historia. Buenos Aires, CTP, 2018,
Walsh, Rodolfo. ¿Quién mató a Rosendo?. Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1969.
Darío Dawyd