(Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, 11 de agosto de 1915- 15 de julio de 1958)
En la estación invernal de 1915 nació Julio César Avanza, como él la describiera en “aquella orilla austral de Bahía Blanca, su dura lumbre, el implacable aliento de su mar y su estepa calcinada”, confín de las feraces tierras pampeanas y aurora de la silente Patagonia argentina.
Sus padres fueron Juan Santiago Avanza y Celia Ragaglia. Cursó estudios primarios y secundarios en el colegio Salesiano, que a juicio del historiador Nicolás Ciarniello marcaron su formación cristiana. Siendo estudiante cultivó su pasión por la lírica, recibiendo elogiosos juicios.
Junto a José Guillermo Corti, Alejandro Denis-Krause y Alejandro de Isusi fundó en 1941, la revista literaria Teseo. Ese mismo año publicó el libro de poesía La soledad invitada.
Se graduó de abogado en 1943 en la Universidad Nacional de La Plata, ámbito que compartió con estudiantes bahienses “forjistas”.
En 1946 se unió en matrimonio con Celia Carmen del Mazo Suárez, del mismo nacieron cuatro hijos, Celia, María Elais, Juan Ignacio y Julio César.
Su inicio en la vida ciudadana bonaerense como miembro de una familia de filiación radical fue en las fraudulentas elecciones de noviembre de 1935 realizadas bajo la normativa de la “Ley Trampa” instaurada por los conservadores para adulterar los resultados electorales. Nada más infame para quien se incorporaba a la vida pública.
Recién hacia 1944 Avanza ingresó a la arena política en el núcleo bahiense de la Fuerza Orientadora de la Joven Argentina (FORJA) agrupación política ya escindida de la Unión Cívica Radical, cuyo lema era “Patria, pan y poder al pueblo”. En las páginas “forjistas” publicó en 1945 una nota interrogativa sobre el concepto de revolución y el curso del proceso político (Avanza, 1945). La reflexión se producía en un contexto de creciente polarización entre el gobierno militar- focalizada en la figura de Perón- y la oposición de los partidos políticos y las entidades patronales. Avanza se presentaba como una voz interrogante del radicalismo acerca del verdadero sentido del concepto de revolución. Tras diferenciar una revolución política, que solo producía modificaciones en la estructura del Estado, de una verdadera revolución -como la francesa de 1789- que modificaba substancialmente toda la vida y el espíritu de un pueblo se preguntaba si esta que todos percibían como tal lo era efectivamente. Para serlo debía entroncarse con la verdadera revolución, la de Hipólito Yrigoyen, que había asumido el poder por el voto y la voluntad de sus conciudadanos, revolución que en principio quedó frustrada y cuya reanudación “puede devolver al país el legítimo goce de su destino”.
Avanza inició su trayectoria política durante la llamada por sus ejecutores “Revolución de Junio”, con una designación como secretario de la Municipalidad de Gral. Roca (entonces Territorio Nacional de Río Negro). La Intervención en la provincia de Buenos Aires, a cargo de Arturo Sáenz Kelly el 4 de febrero de 1946, lo designó comisionado municipal de la ciudad de Bahía Blanca, decisión alineada con la política de Juan Perón vinculada a promocionar personalidades políticas en los medios locales en la perspectiva de ampliar sus cuadros militantes. Avanza estuvo a cargo de la Intendencia hasta diciembre de 1946, durante su gestión desplegó una amplia actividad cultural, mientras en lo político mantuvo un prolongado y agudo conflicto con el sindicato de empleados municipales liderado por el entonces laborista Eduardo Forteza.
En noviembre de 1946, el gobernador Domingo Mercante lo nombró consejero general de educación de la Dirección General de Escuelas, cargo que ocupó hasta marzo de 1947. Inmediatamente se lo designó subsecretario de previsión social del Ministerio de Economía y Hacienda de la provincia de Bs. As. Como militante del Partido Peronista de Bahía Blanca participó en la elección de autoridades partidarias de 1947 integrando la lista de Miguel López Francés – ministro de economía de Mercante- que logró el segundo lugar en el escrutinio. Pese a no haber triunfado en la elección partidaria -condición para encabezar las listas en las elecciones legislativas de marzo de 1948- fue candidato a senador provincial, ingresando en tal condición a la legislatura bonaerense. También en 1948 fue electo convencional para la reforma de la constitución nacional. En 1949, integró la comisión redactora del texto constitucional en la asamblea legislativa reformadora de la constitución provincial de Buenos Aires, también fue de su autoría el texto argumentativo de presentación de la nueva constitución que publicó el Partido Peronista. A fines de mayo de 1949 alcanzó el nivel más alto de su carrera política con la designación como ministro de Educación, del recién creado Ministerio. Pasó a integrar la elite política que secundó a Mercante.
En línea con la orientación de la Constitución de Buenos Aires de 1949 Avanza, secundado por el dirigente católico Emilio Mignone desde la Dirección de Educación, inscribió la educación bonaerense en los principios de la religión católica. Tanto la creación de los Institutos Superiores de Pedagogía – ley Nº 5.538, del 7 de noviembre de 1949 -como la de Educación– ley Nº 5.650 del 14 de agosto de 1951-tuvieron el propósito de “catolizar” la educación. En 1949 se aprobó la creación de Escuelas-Fábrica bonaerenses, de escaso desarrollo en la jurisdicción provincial y en agosto de 1951 se sancionó la ley Nº 5.651, primer Estatuto del Docente.
A fines de 1949 creó el Departamento de Extensión Cultural y el Departamento de Cultura Social que privilegiaba el vínculo con los trabajadores y la CGT. Resolvió la situación crítica de la infraestructura escolar, erradicando las “escuelas rancho”, con el Plan Integral de Edificación Escolar -ley Nº 5.231- construyendo 1.101 edificios de los 1.721 previstos por la ley.
En los años de su ministerio publicó los libros Los Derechos de la Educación y la Cultura en la Constitución Argentina (1950), El Estado Federal de Derecho (1950) y Cierta dura flor (1951). Dio continuidad a la publicación de la Revista de Educación, inició la publicación de las revistas Cultura y Biblioteca e incorporó la revista Escuela y Religión como publicación oficial, hasta el momento editada por el Arzobispado de La Plata.
El 4 de junio de 1952 cesó en el cargo con la renovación de autoridades constitucionales.
Inmediatamente de dejar el ministerio sufrió el acoso judicial de sus opositores políticos, impulsado por el gobernador Carlos Aloé, que lo llevó a prisión. En 1952 fue encarcelado acusado en principio por “Defraudación al fisco” cambiada luego por la carátula de “Desacato” – Expediente 6696-B 1952. Juzgado Nacional de La Plata. Las 42 acusaciones formuladas fueron desestimadas por infundadas por el juez actuante Francisco Menegazzi. El 7 de julio de 1955 salió en libertad en condición de absuelto. La Comisión Investigadora de la “Revolución Libertadora” de la provincia de Buenos Aires también lo enjuició, concluyendo el 18 de febrero de 1957 que no hubo enriquecimiento ilícito por su parte.
Desvinculado de la acción política directa mantuvo correspondencia con sus compañeros de militancia, reafirmando su condición peronista. En septiembre de 1955 expresaba “Perón ha caído, triste y vergonzosamente a pesar de estar políticamente en la razón y a pesar de ser su causa la del pueblo” y epilogaba “quien quiera hacer política de entre nosotros deberá empezar de nuevo. Esto es, ni más ni menos, que otro 6 de septiembre”. Su última intervención pública fue la nota aparecida en la revista Qué en 1958, en ella defendió la vigencia de la constitución peronista de 1949.
Julio César Avanza murió el 15 de agosto de 1958 a los 42 años, “confortado con los auxilios de la Santa Religión y la bendición papal” según rezó el aviso fúnebre familiar.
El Instituto Superior de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales del Salvador participó el fallecimiento de su “digno profesor”.
Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta.
Obras:
Avanza, Julio C. La soledad invitada. La Plata, Hipocampo, 1941.
Avanza, Julio C. Los Derechos de la Educación y la Cultura en la Constitución Argentina. La Plata, Laboremus, 1950.
Avanza, Julio C. El Estado Federal de Derecho. La Plata, Olivieri y Domínguez, 1950.
Avanza, Julio C. Cierta dura flor. Buenos Aires, Losada, 1951.
Fuentes:
Avanza, Julio C. “Sobre el concepto de revolución” en F.O.R.J.A. Año II, Nº 7. Bahía Blanca, febrero de 1945.
Colección revista De Frente.
Colección revista Qué.
Periódicos F.O.R.J.A. Bahía Blanca (1944-1945).
Referencias:
Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires (2003). Catálogo de la colección Julio César Avanza.
Ciarniello, Nicolás. Julio César Avanza. Un homenaje demorado. Buenos Aires, Fundación Senda, 1992.
Levoratti, Jorge. La educación en el gobierno peronista de Domingo Mercante. Buenos Aires, Biblos, 2021b.
Levoratti, Jorge. “Julio César Avanza. Una militancia entre la axiología peronista y la católica” Revista Quinto Sol. Volumen 28. Número 2, mayo-agosto 2024.
Jorge Levoratti