Tras las elecciones de julio del año 1963, en las que el peronismo había sido proscripto una vez más, el Radicalismo del Pueblo asumió el gobierno el 12 de octubre en la figura de Arturo H. Illia.

            Poco después, se celebraba una nueva fecha de la mítica fundación del peronismo.

            El gobernador bonaerense Arnoldo Marini y luego voceros del gobierno nacional señalaron que ese tipo de actos estaban permitidos.

            Días antes la CGT lanzó una nueva etapa del Plan de Lucha. A principios de mes la movilización peronista había estado orientada a vivar a Charles de Gaulle, de visita en Buenos Aires.

            El acto del jueves 17 de octubre de 1963 programado en Plaza Once para las 19 y 30 horasvenía a ser el primero después de 0cho años de proscripción.

            Otra nota singular fue que se trataba de la primera celebración del “Día de la Lealtad” sin la presencia física de Juan D. Perón.

            Tuvo la aquiescencia oficial y fue observado con tranquilidad por quienes no participaban de esa parcialidad política a lo largo de un desarrollo de varias  horas.

            La crónica periodística lo destacó como una “gigantesca manifestación” de neto corte peronista en el que no faltó la “marchita” ni el “bombo” ni el “entusiasmo” ni el “fervor”.

            Se estimó una concurrencia de 100.000 personas, destacándose la presencia de la juventud así como cierta participación de sectores medios. Las organizaciones sindicales movilizaron también, destacándose la Agrupación textil “18 de marzo”, los trabajadores estatales, de la Sanidad y de la Construcción.

            El escenario se montó sobre el monumento a Rivadavia de la plaza ubicada sobre la avenida del mismo nombre. Hubo aspectos organizativos deficientes como los parlantes que no alcanzaban para permitir el seguimiento del acto por parte de la multitud.En la oportunidad fueron reproducidos audios de Eva Perón y un mensaje de Juan D. Perón, enviado en un disco.

            El acto se inició a las 20 horas con la entonación del Himno Nacional Argentino. Luego fue seguido por la Marcha Peronista, culminando con estruendosas exclamaciones.

            En primer término reprodujeron las palabras de Eva Perón del 17 de octubre de 1951, que resultaron poco audibles para los participantes.

            El primer orador fue Miguel Gazzera en representación de las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, que fue interrumpido y por momentos silbado por sectores de la concurrencia en el marco de la interna gremial. El dirigente sindical fideero se encontraba en ese momento en posiciones cercanas a las de Augusto Timoteo Vandor.Después fue el turno de Delia Parodi, masivamente aplaudida al exaltar la significación del acontecimiento y reclamar por la restitución de los restos de Eva Perón.

            El orador principal fue el dirigente sindical Andrés Framini, secretario general de la Junta Nacional interventora del Justicialismo. En tono vehemente señaló: “No hay salida dentro de este sistema. El pueblo debe prepararse para horas muy graves porque nos acercamos a la hora de la lucha y de la decisión. No hay nada que esperar de este gobierno fraudulento e ilegítimo que no puede hacer más que lo que sus amos, la oligarquía y el imperialismo, le indiquen”.

            A continuación se escuchó un mensaje grabado de Perón de tiempo atrás. El sistema de reproducción no resultó adecuado. Allí remarcaba el vicio de origen del gobierno radical, la necesidad de unidad del peronismo y el advenimiento de la “hora de los pueblos”,

            A las 20.25 se realizó un minuto de silencio en recuerdo de Eva Perón. La venta improvisada de afiches con su imagen se convirtió en una nota de color del acto, ya que los participantes deseaban algo “de” y “para” ella.

            Al terminar el acto se improvisaron pequeños recordatorios y homenajes en las calles vecinas hacia la persona de Eva Perón.

            La desconcentración comenzó a realizarse después de las 22 horas. En ese momento se produjeron incidentes. Algunos grupos se organizaron para avanzar sobre Rivadavia hacia la Plaza del Congreso. A la altura de Pasteur se interpusieron cuatro filas de policías que comenzaron a lanzar gases lacrimógenos hacia los manifestantes. Ello produjo desbandadas que se ramificaron por las calles aledañas. Quienes llegaron a la calle Corrientes se vieron enfrentados con la Policía montada que cargó reiteradamente contra ellos. El resultado fue de varios heridos y centenares de detenidos. La prensa de la época resaltó que la reacción fue unilateral e injustificada por parte de la Policía.

     Luego del acto, el “cuadrunvirato” (Framini, Antún, Sosa, Pineda) dio a conocer un documento declarando el 17 de octubre de 1963 como comienzo de la etapa definitiva de la revolución social y la liberación de la patria, a través de la movilización popular para la conquista del poder. La crisis del país, “resultado de la contrarrevolución oligárquica de 1955” muestra la “descomposición que incapacita al sistema para gobernar”, la “declinación de la soberanía nacional”, la “entrega del país” y el “fraude” del 7 de julio. A continuación, el mismo texto, señalaba los puntos mínimos para lograr la “pacificación nacional”: elecciones inmediatas absolutamente libres, derogación de la legislación represiva y retorno a la Argentina sin condicionamientos de Juan D. Perón en lo político y aplicación del Programa Revolucionario de Huerta Grande en lo económico – social, la denuncia de todos los tratados que subordinan la soberanía nacional y la solidaridad activa con los países que luchan por su libertad en el plano internacional, enarbolando la Tercera Posición.

            El 17 de octubre fue también celebrado en el interior del país.

            Esta vez, llamó la atención que el más importante de esos actos haya sido el que se concretara en Resistencia, Chaco, que, según coincidieron los observadores, fue más multitudinario aún que los que se realizaban durante el propio gobierno de Perón. La explicación es que esa provincia era la única en la que el gobierno local era explícitamente peronista. En esa concentración, además de varios oradores, también se escuchó el mensaje grabado de Perón.

            El de Córdoba tuvo un marco espectacular, similar al de los de la década del 50 (allí habló otro de los jefes peronistas del momento, Julio Antún, y se leyó un mensaje de Framini).

            El peronismo de Rosario se reunió en la Plaza San Martín al atardecer para escuchar las palabras de Alicia Ojeda y Raúl Fernández, tras entonar las estrofas de la marcha partidaria. Durante la mañana habían realizado un homenaje a Eva Perón en el Cristo Redentor y depositaron ofrendas florales en el lugar en el que había sido asesinado por las balas policiales Máximo Naumann.

            El acto de La Plata, realizado en la Plaza Rocha, en la que los oradores fueron Lorenzo Pepe acompañado por Héctor Dateo y Haroldo Logiurato, de la Asociación de Trabajadores del Estado de la Provincia de Buenos Aires también contó con una importante participación de adherentes al peronismo.

Fuentes:

Compañero. N° 19. 30 de octubre de 1963.

Crónica. 18 de octubre de 1963.

Revista Así. 23 de octubre de 1963.

Referencias:

BCN. Comisión de Perón y el 17 de octubre. Buenos Aires, Congreso de la Nación, 2002.

Julio César Melon Pirro y Darío Pulfer