(Salta, 1 de enero de 1914- Buenos Aires, 8 de abril de 1991).

            Bisnieto del militar Federico Rauch, de origen prusiano y partícipe de la campaña del desierto, Enrique Isidro Rauch había nacido en Salta en 1914. Egresó del Colegio Militar, y pasó por diferentes destinos revistando en el arma de caballería; en 1961 alcanzó el grado de general de división y en ese período es en el que tuvo su período deincidencia en el escenario político argentino.

            La figura de Rauch fue clave en el iniciode la confrontación armada de la interna militar que llegaría a su punto álgido con losepisodios de septiembre de 1962 y abril de 1963.

            Además, tuvo un breve pero polémicopaso por el Ministerio del Interior luego del último de estos conflictos.El 28 de marzo de 1962, desde el acantonamiento de Campo de Mayo, realizó la última tentativa fehaciente de levantar tropas para impedir el derrocamiento de Arturo Frondizi y fue detenido, junto con el Secretario de Guerra, General Fraga, por orden del Comandante en Jefe del Ejército, General Raúl Poggi.

            Luego, en abril de 1962, encabezó el primer movimiento de tropas tendiente a quitar de encima del recientemente instalado presidente José María Guido la presión de los sectores que le imponían una agenda política de visos más dictatoriales. Así presentaba, en acción, a un sector interno del Ejército que gustaba llamarse legalista, aunque paradójicamente desafiaba a sus mandos naturales y lograba algún éxito al obtener el retiro de Poggi.

            Volvió a estar en el centro de los conflictos militares cuando en el mes de agosto una serie de oficiales, liderados por el General de División Federico Toranzo Montero, forzó la salida del Secretario de Guerra, General Loza; varios eran los puntos que no los satisfacía de su gestión, uno de los temas más conflictivos era la falta de severidad sobre Rauch por su insubordinación del mes de abril.

            En septiembre de ese mismo año, el movimiento que aglutinaba a los sectores legalistas del Ejército y que tomaron el nombre de azules para enfrentar a los que enominaron colorados, se consideraba continuador del movimiento de abril que había encabezado Rauch. Él mismo tomo parte en esa acción, levantando de improviso la licencia especial que tenía a causa del proceso que se le y tomando el control de laguarnición de Salta para azules.

            El 9 abril de 1963, luego del enfrentamiento del Ejército azul contra la Armada colorada, fue designado por el presidente Guido como Ministro del Interior.

            Años después de su paso por la función política, Enrique Rauch recordaría que en abril de 1963 había tres puntos que debían regir su acción ministerial: consolidar una identidad política para el sector azul, generar una salida electoral y fortalecer la posición de lasFF. AA. como reserva moral.

            Sin embargo, el comienzo del camino que tomó el nuevo ministro para cumplir con sus objetivos políticos sorprendió a todos: se embarcó en unaserie de medidas que atropellaron los derechos individuales, crearon gran agitación yprecipitaron una crisis de gobierno de envergadura.

            Decretó nuevamente la proscripción del peronismo, pero el punto original de su ministerio fue cuando el Subsecretario del Interior, Guillermo O’ Donnell, anunció que por orden del Ministro se comenzaba a arrestar a personas acusadas de ser delincuentes económicos. Las acusaciones que pesaban sobre esas personas para que fueran puestas a disposición del Poder Ejecutivo pasaban por el contrabando, irregularidades en el Banco Nación y defraudaciones; la segunda noche se detuvo a otras personas bajo la acusación de pertenecer a grupos “frigeristas”. No hubo más detenciones pese a que había otras listas de sospechosos, entre los que se encontraban importantes dirigentes de la UCRI y la casi totalidad de los miembros de la CGE, pero la campaña “moralizadora” del Gral.   Rauch y su equipo avivó la polémica sobre los procedimientos, que se mostraban tan indiscriminados como arbitrarios. También despertaba desconfianza el tinte antisemita que parecía tener la política promovida por el Ministro, que parecía volcar los prejuicios más vulgares sobre los judíos en las listas de sospechosos. Se acusaba el poco sustentode las acusaciones y se interpretaba que no había habido transición alguna para Rauch entre las formas de desempeñar la función de Jefe de la agencia de inteligencia que hasta su nombramiento había ejercido y su nuevo rol a cargo de la agenda política delgobierno.

            Abrigado además en la eficiencia de sus medidas tendientes al cumplimiento del objetivo mayor de concretar el proceso electoral, el Ministro volvió a la carga e hizo llegar a la prensa un memorándum en el que ratificaba las líneas que lo habían conducido a ordenar las detenciones y pretendía orientar la política económica y las relaciones exteriores hacia una esfera de intervención compartida por él mismo y por Onganía para alinear al país en el esquema mundial de la guerra fría. Para ello, sugeriría también el alejamiento de los ministros de Economía, Trabajo y Seguridad Social bajo la acusación de pertenecer a ciertas “estructuras frigeristas-frondizistas-peronistas” a las que a su vez responsabilizaba por la corrupción que consideraba generalizada en laadministración.

            Luego de una trabajosa gestión, pues el Comandante en Jefe del Ejército no cejaba en su apoyo a Rauch, el presidente hizo público su rechazo a las políticas de su ministro. Finalmente, pedía la renuncia de Rauch y comenzaba a hablar de la posibilidad de que renunciaran otros ministros. El 13 de mayo, Onganía, exponía que, a veces, los hombres se exceden en su afán patriótico. Rauch, finalmente, renunció. En su salida, arrastró consigo a todo el gabinete y distrajo, en un brote macartista, la agenda de un gobierno inestable; por ello, lo que causó fue una profunda crisis de gobierno.

Referencias:

Hudson, Carlos “La experiencia macartista en Argentina. Enrique Rauch, Ministrodel Interior de la Nación” en PolHis, Año 7, N° 14, Julio-Diciembre 2014.

Mazzei, Daniel Bajo el poder de la caballería. El Ejército Argentino (1962-1973). Buenos Aires, Eudeba, 2012.

Carlos Hudson