E: Julio, ¿cómo llegaste al peronismo?

B: Bueno, yo más o menos a los dieciocho años asumí el peronismo como una causa como un sentimiento. Yo tenía un parentesco con el coronel Alberto Palazuelos, que era el secretario del general Velasco, jefe de la Policía Federal. Ellos me hicieron el contacto con el jefe de Policía de Córdoba, y así comencé a trabajar de administrativo en el año 1944. Yo era estudiante nacionalista en esa época, y siempre había problema con los estudiantes, por las marchas. En ese entonces me pusieron a trabajar transitoriamente en Orden Social y Político, que era la Policía Política de Córdoba. Entonces me relacioné con Julio Rodríguez, que era comunista, aunque después se hizo peronista, y me explicó cómo era toda la organización clandestina del PC en Córdoba, porque los consideraba traidores a su causa. Entonces yo hice el informe y se armó un gran revuelo. Me pidieron que me infiltrara en el Partido Comunista. Así fui trabajando hasta que asumió un jefe de Policía radical y me pasó a atender un mostrador: quería que me matasen. Los radicales compartieron muchas cosas de la conspiracón con los comunistas. Entonces yo renuncié.

E: ¿Cómo te encontró el año 1955?

B: Yo transcurrí todo el gobierno de Perón como empleado de la Municipalidad de Córdoba. El 16 de septiembre salí en defensa del peronismo. Ese día, nos juntamos con varios compañeros en la calle Colón y salimos para el centro, a las oficinas de la DAIA, porque un sector de ellos estaba con Perón. Y desde el piso más alto del edificio vimos que salína con armas en la vereda de enfrente. Entonces con Gordillo, que era policía, bajamos a enfrentarlos. Los encontramos, los palpamos de armas y les sacamos una pistola 45…y a uno en el bolsillo le encontramos una cinta violeta…y le preguntamos extrañados que era…el tipo resultó ser sacerdote.

Unas mujeres que estaban en el bochinque escucharon el diálogo y comenzaron a gritarle “cura asesino” y le rompieron el auto. Entones el otro tipo, al que teníamos atrapado, intentaba escapar hacia la Iglesia y nos dimos cuenta que también era cura. A esa altura se había todo un revuelo popular: con Gordillo nos fuimos a la Jefatura de Policía, que ya estaba bajo el bombardeo de un cañón, y llegamos cuerpo a tierra. Después fuimos para la Legislatura pero estaban tirando también. Entonces nos refugiamos en el Banco de Préstamos. Pero ya la Aeronáutica estaba llegando con toda la tropa y no teníamos salida, nadie se sumaba a apoyarnos. Entonces nos escapamos.

E: ¿Y espués como comenzó la represión?

B: Vinieron a allanar mi casa los Comandos Civiles, me llevaron los binoculares y todos los elementos que tenía. En la cocina tenía escondido a un prófugo, el Rengo Flores, y como estaba la luz prendida no sospecharon y zafamos. Nos fusilaban a los dos si nos encontraban.

E: ¿Cómo comienzan a organizar la Resistencia?

B: Muy despacio vamos contactando a todos los que conocíamos que eran peronistas (entre ellos el Dr. Vaschetto, el comisario Vargas, el oficial Torres) y buscamos a Gordillo.

E: Ellos habían seguido tu investigación sobre el comunismo en Córdoba.

B: Claro, ellos la continuaron. Yo seguí como Inspector de Ferias y Mercados de Córdoba: nada que ver.

E: ¿Vos participaste en alguna agrupación durante el peronismo?

B: No. Yo siempre elegí la militancia activa y social, aunque tenía contacto con todos. Pero en 1955, el partido estaba anulado, entonces todos éramos militantes libres. La inspiración peronista nos llevaba a eso.

E: ¿Cómo comenzaron a organizar la Resistencia en Córdoba?

B: Lo primero que nos ocupamos en reclutar fue: policías, militares, gremailes y los verdaderos dirigentes. ¿Por qué a ellos? Porque así contábamos con buena información. Por eso subsistimos tnto sin ser descubiertos, porque nos adelantábamos a la información. Habíamos aprendido la lección con los bombardeos a la Plaza de Mayo, que nos habían tomado desorganizados. Después del intento de Valle en el 56, nosotros ganamos más fuerza y cohesión.

E: ¿Ustedes estaban conectados con la gente de Valle?

B: No, la Resistencia en Córdoba estuvo desconectada de Valle, pero fue una consecuencia de él.

E: ¿Cómo decidieron la forma de la organización?

B: Una noche lo decidimos con Gordillo en mi casa. Como los dos habíamos estado en Orden Social y Político y la lucha anticomunista conocíamos la experiencia del PC sobre la organización celular. Así que hicimos la organización celular. Entonces comenzamos a hacer un catastro de todos los militantes que conocíamos. Íbamos  con Gordillo en una moto que yo tenía. Llegábamos a la casa del militante y le planteábamos que Gordillo estaba prófugo y si podía esconderlo por una semana. Si el tipo decía que sí, Gordillo pasaba una semana con él, se hacáin amigos, y lo convencíamos de sumarse a la Resistencia, organizando una célula con sus amigos. Y así seguíamos con otros y formamos toda la cadena de células.

E: ¿Cuáles eran las tareas que se asignaban a las células?

B: Todos distribuíamos panfletos con órdenes de Perón. Tan es así que un día, nos vimos en la necesidad de inventar las órdenes de Perón porque todavía no habían llegado. Esa vez escribimos proponiendo el micro-sabotaje, para que no corrieran riesgos. Por ejemplo hacer “miguelitos” o dejar abierta la canilla para que se descargara el agua y un montón de travesuras para que la gente rompiera con la indiferencia. Pero después, la gente nos decía que el micro-sabotaje era poco y les dábamos para repartir panfletos. Al tiempo nos decían: “¿no hay explosivos?”. Así íbamos llevando a la gente progresivamente, esa era la conducción de la Resistencia.

E: ¿Quiénes estaban en la conducción?

B: Estábamos todos nosotros. Gordillo, yo y todos los que nombré. Entonces, gradualmente, por evolución propia, involucrábamos a los militantes en el combate. No les imponíamos nada, no eran órdenes, era su propio tiempo.  Por eso perduró tanto, por la convicción profunda de todos los que participábamos. Pero la tuvieron que infiltrar para hacerla callar; aunque tampoco tuvieron éxito.

E: ¿Cómo elegían los objetivos para las acciones?

B: En el diario nos enterábamos de los actos que hacia la “Libertadora” y actuábamos. Muchas cosas las hacíamos como entrenamiento. Nosotros nos ocupábamos de que el militante tuviera confianza y tiempo para actua tranquilo y cómodo. Así iban tomando independencia.

Uno que trabajaba en las canteras nos proveía la gelinita, pero él participaba solitariamente. El tipo elegía sus propios objetivos y nadie se metía.

Yo trabajaba en la Kaiser; la fábrica de autor, y ahí teníamos una célula. Todos los jefes de seción también participaban captando gente en lo gremial.  Uno de mis empleados era aceitero e iba, máquina por máquina, adoctrinando a los operarios. Pero para poder actuar tranquilo vos tenías que ser el mejor operario, así la empresa no sospechaba, ellos desconfiaban del vago. La primera indicación que le dábamos qera que fuera 100% cumplidor, así para la empresa era el mejor operario y no podías andar en otra cosa…entonces teníamos la libertad de actuar cuando salíamos.

E: ¿Hicieron alguna acción dentro de la fábrica?

B: Nunca. Ese era nuestro lugar de captación. En esa época trabajaban entre 4000 y 7000 personas en función del mes.

E: ¿Había algún grupo no peronista que operaba en la fábrica durante esa época?

B: Sí, pero muy minoritario. Porque se daba una situación muy particular. Todo el personal tenía origen peronista. En Kaiser trabajaba ex personal de la Fábrica de Aviones y mucha gente del campo, a los que elegían por su disciplina y modestia. En la práctica resultaban ser los mejores operarios. Yo era jerárquico en la empresa, era superintendente y tenía 150 personas a cargo. La fábrica fue un gran centro de difusión de las ideas de la Resistencia.

E: ¿Te acordás de otra fábrica que haya aportado muchos militantes?

B: La FIAT también. Pero de todas las industrias en general, y en los talleres chicos en particular. Porque el obrero se sintió defraudado con la “Revolución Libertadora”. Sabía que era contra los trabajadores y eso nos jugaba muy a favor para hacer crecer la organización.

E: ¿Ustedes estaban en SMATA?

B: Sí. La CGT de Córdoba  estaba intervenida. El secretario general de SMATA era Elpidio Torres, que era muy amigo de la gente de la UCRI. Conocíamos a Tosco y a Salamanca, ellos tenían contactos con el servicio de inteligencia chino.

E: ¿Cómo se llevaban con la Iglesia Católica?}

B: A los curamos los vivíamos jodiendo, porque ellos eran los nos habían traicionado. El motivo de la Resistencia era el retorno de Perón y los fundamentos del peronismo. No nos interesaba el partido ni nada, sólo el retorno del Líder.

E: ¿Ustedes estaban conectados con otras experiencias de la Resistencia en las provincias?

B: Sí. Hicimos un Congreso de la Resistencia a fines de 1956, cerca de Unquillo. Se hizo de noche en un edificio de Obras Sanitarias de la Nación. Había venido gente de muchas provincias. El sereno del edificioi fue el que nos lo prestó. Todos venían a sacar lo que tenían contenido. En particular cada uno exponía su modo de actuar clandestinamente y servía para transmitir la información. En Tucumán tenían otra forma de organizarse, pero ninguno tenía mucho contacto con Buenos Aires.

E: ¿Te acordás quiénes fueron al Congreso?

B: Todos los que participábamos en la Resistencia de Córdoba y están en la lista, muchos gremialistas de Tucumán, mendocinos, santiagueños, catamarqueños, casi todos del norte argentino.

E: ¿Cuánta gente participó?

B: Más de trescientas personas. Con eje en transmisión de la experiencia propia. No te olvides que no habíamos pasado por ninguna etapa de resistencia y era todo nuevo. Nuestro faro eran los mensajes de Perón.

E: ¿Cómo les llegaban los mensajes de Perón?

B: De Brasil, por Spacessi, que estaba en comando de allá. Llegaban las cartas a mí casa, a mi nombre, porque así habíamos quedado. Todo ese material lo tiene en la actualidad la inteligencia del Ejército. Por esas cartas caíamos en cana todos. Las usaron de prueba en el juicio.

Cuando llegaban las instrucciones de Perón nos decía de hacer micro-sabotaje, ¡lo mismo que habíamos dicho nosotros! Entocnes ganamos una fuereza porque sentíamos que estábamos interpretando a Perón. También llegaron los discos con los discursos. Y se fue poniendo fuerte la represión.

E: ¿Dón de se juntaban las células?

B: Más que nada nos manteníamos vivos a través de los panfletos y no teníamos mucha necesidad de reunirnos; que además era peligroso.

E: ¿Qué decían los panfletos?

B: Advertíamos sobre la represión del gobierno. Le decíamos a la gente como tenía que actuar para su seguridad. Nosotros teníamos experiencia en inteligencia, porque habíamos participado en la policía y sabíamos cómo se nos podía infiltrar.

E: ¿Cómo obtenían la información durante la Resistencia?

B: En el Servicio de Inteligencia del Ejército o de la Aeronáutica siempre había un peronista que nos avisaba. En la Marina no teníamos conexión, igual acá son pocos. Nosotros teníamos muchos oficiales de Aeronáutica, que tenían una sólida instrucción nacionalista y católica.

Nosotros detectábamos a la gente que era proclive dentro de las fuerzas de seguridad y los probábamos.

E: ¿Cómo seguían formándose, que leía o discutían?

B: Seguíamos de boca en boca recordando la memoria del gobierno de Perón, que todavía estaba muy reciente.

E: ¿Qué sindicatos tenían contacto con ustedes?

B: El primer y el más leal fue el de los Canillitas. Después el metalúrgio, ATE, donde estaba Sánchez, el delos Taxis, en el cual estaba Monzón. Gremialmente estaba todo cubierto, y como perseguían a los trabajadores, nosotros ganábamos más fuerza.

E: ¿Participaron de algún paro general?

B: Claro, nosotros apoyábamos a todos, y como teníamos varios gremialistas, sabíamos bien cómo actuar.  Toda la infraestructura la poníamos nosotros. Una vez hicimos un acto de la Resistencia en público, durante el 58, en Sucre y Colón, y juntamos 4000 personas. Usamos un camión como palco.

E: ¿Quiénes hablaron en el palco?

B: Con la parte política nosotros estábamos en tensión, porque ellos habían jugado mal durante el 55. Habló Modesto Pereyra, un gran orador. Un dirigente político de la zona de Mar Chiquita. El motivo era para probar la concurrencia que teníamos. El gobernado ya era Zanichelli, que miró para el costado, porque ganó con los votos del peronismo. Pero igual vino la persecución.

E: ¿Cóm se enteran del Pacto Perón-Frondizi?

B: Fue una gran decepción nuestra, porque se rompió el frente. Los que venían de la parte política lo aceptaron más fácil, pero los que estábamos en la clandestinidad no queríamos saber nada. Pero sabíamos que Perón tenía una estrategia. Nosotros también votamos al gobernador, pero no participamos en el gobierno.

E: ¿Qué comandos existían?

B: El Comando Táctico, que actuaba más políticamente; nosotros estábamos directametne en la clandestinidad. Nosotros nos ocupábamos de la acción directa. Nosotros seguíamos a Cooke, Framini, pero nosotros estábamos casi en una isla, sin contacto directo con ellos. Nosotros no aceptábamos otra conducción que la de Perón, y buscábamos que ningún gobierno tuviera estabilidad hasta que regresara el Líder.

E: ¿Cómo los detienen?

B: Porque caen los archivos nuestros y caemos todos. Me hacen un interrogatorio mentiroso, me cambian la declaración y me niego a firmarlo. Pero desde el Congreso de la Nación habían pedido un expediente por mí y los tipos no tenían nada que contestarle. Entonces aceptan que diga lo que quisiera. Hacen el informe y así me salvo. Fui sumariado por la Provincia, sobreseído por la Provincia; sumariado por la Justicia Federal, sobreseído por la Justicia Federal y por tercera vez, sumariado por la Justicia Militar Conintes, todo totalmente ilegal.

E: Claro, en ese momento el gobernador intentó juzgarlos por tribunales civiles pero los militares se negaron y lo destituyeron.

B: Sí. Pero eso fue por el caso Pedrotti. Porque el juez de la provincia no lo quería entregar: entonces los milicos intervinieron para que lo entraga.

E: ¿Cómo se llevaban ustedes con la gente de la Alianza Nacionalista?

B: Nosotros teníamos contacto, pero desconfiábamos de muchos de ellos porque no ofrecían garantías. Ellos civiles de Córdoba y estaban conectados con Patricio Kelly.

E: ¿Qué opinaban ellos del peronismo?

B: Eran nacionalistas pero tenían la culpa de ser liberales en los momentos de crisisy terminaron mal. En el 55 la Alianza apoyó a Perón, pero el resto, no.

E: Cuando intervienen la provincia, ¿quién queda a cargo?

B: El Tercer Cuerpo del Ejército, directamente.

E: Ellos plantearon que en Córdoba había un foco comunista.

B: Sí, pero la realidad era que, para ellos, los comunistas éramos nosotros…¿vos podés creer?

E: ¿Cuándo te hacen el juicio los militares?

B: Yo estuve cuatro meses encerrado, y con el pedido de la Cámara de Diputados  salgo y vuelvo a trabajar. La fábrica me pagóp los sueldos mientras estaba preso, porque no querían creer.

Los primeros quince días de detención estuvimos parados contra una pared (día y noche, hasta que me caí), sentado, alternativamente, por un rato.

Para la investigación, el Consejo de Guerra Número 1, presidido por el coronel Juan Carlos Sánchz, había contratado como colaboradora en la investigación a Irene Felisa Chialvo, quien mediante la práctica de la cartomancia (adivinación) videnciaba hechos y me acusaba. Esto fue publicado por la prensa de la época, como denunciado. A mi mujer, Teresa Argentero, que había sido militante en Italia, la moslestaban constantemente soldados para asustarla. Entonces ella fue al consulado italiano para denunciarlos y así logró tener tranquilidad.

E: ¿Tuvieron algún contacto con Iñiguez?

B: Nos enteramos, pero estábamos medio desconectados. Sabíamos que era un buen militar.

E: Y el Dr. Illia firma la Amnistía…

B: Claro, casi obligado, porque los juicios no llegan a ninguna parte. Y así seguimos la vida, y Perón muchos años después regresó al país.[1]


[1] Entrevista a Julio Betbeder. En Instituto Nacional Juan D. Perón.  Plan Conintes y resistencia peronista. Buenos Aires, INJDP, 2010. Pág. 159-171.