(Buenos Aires, 22 de abril de1922- Marbella, España 3 de septiembre de 1979).

            Apodo: “Manolo”, “El gallego”.

            Autodidacta, periodista, publicista, bibliotecario y tipógrafo.

            Oriundo del barrio  de  Villa Urquiza, de la Capital Federal.           Trabajó en el diario nacionalista Tribuna, que fuera propiedad de Lautaro Durañona y Vedia y dirigido por José María Fernández Unsain. En la coyuntura de 1945 este medio simpatizó con la Alianza Libertadora Nacionalista, que al año siguiente participó en los comicios con sus propias candidaturas pero para la presidencia apoyó la de Juan Domingo Perón. Allí escribían José Luis Torres, el sacerdote jesuita Leonardo Castellani y un grupo de escritores y poetas entre quienes se encontraban Juan O. Ponferrada, Luis M. Soler Cañas, Alfonso Solá González,  Fermín Chávez.         Mientrastantotrabajaba como tipógrafo en los talleres “La Argentina” en Rivadavia 767.

            En el año 1948 participó del Movimiento de la Juventud, un grupo de afinidad con el peronismo.

            Ese mismo año, junto a otros jóvenes de raíz nacionalista como Jorge Perrone y Fernando García Della Costa, promovió la empresa periodística Octubre, órgano de la Liga de los Derechos del Trabajador que propiciaba la reforma constitucional. Entre sus notas se contaron: “En este 12 de octubre (9-10-48); “Definitivamente libres” (16-10-48); “Dólares, libras…Trigo y Bifes” (23-10-48), “Las Malvinas y la Antártida, anhelo de soberanía” (13-11-48), “Las Malvinas y la Antártida, expresión de soberanía” (27-11-48 y 4-12-48).

            Se desempeñó también como jefe del taller gráfico del diario católico El Pueblo, entre los años 1952 y 1955. En la labor editorial se destacó en la organización y actualización del volumen de Kraft titulado Quien es quién en la Argentina, biografías contemporáneas.

            Esas posiciones lo ubicaban en una zona de cruce entre nacionalismo, cristianismo y peronismo.

            En 1955 se sumó a la resistencia peronista participando junto a César Marcos y Raúl Lagomarsino del Comando Nacional Peronista (CNP).

            Fue detenido y estuvo preso en el penal de Caseros por espacio de once meses. En la cárcel conoció a Héctor Tristán, Manuel Damiano, Carlos Held, Fernando Enrique Torres, los hermanos Mel, Alberto Manuel Campos, Saúl Hecker, entre otros.

            Emprendió el exilio en 1957 y se trasladó a Madrid donde se vinculó con José María Rosa, quien se encontraba desarrollando actividades en el Centro de Estudios Políticos de esa ciudad. Tenía asidua correspondencia con hombres de la resistencia peronista, como Fermín Chávez y José M. Castiñeira de Dios.

            En noviembre de 1957 se trasladó a Bolivia, pasando antes por Caracas, donde mantuvo diálogos con Juan Perón.

            Se opuso al Pacto Perón – Frondizi.

            De regreso en la Argentina siguió vinculado al peronismo de diversas formas.

            Junto a Esther Vara tuvo a Rodolfo, su primer hijo. Luego de casarse con Inés Dhighiam nació Saúl,nombreque fue elegido como reconocimiento a la amistad que lo unía a Saúl Hecker, un hombre proveniente de la naciente izquierda nacional. Su esposa fue dirigente sindical de la federación de empleados de comercio, enfrentada con el dirigente Armando March. Llegó a ocupar el cargo de subsecretaria general de la organización.

            Lo emparentaron con la formación de la organización Guardia de Hierro, influyendo en Alejandro Álvarez, junto a Saúl Hecker y Héctor Tristán.

            Fue una figura clave en la organización de la campaña que concluyó con Andrés Framini electo como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Además de realizar un buen cálculo previo de los resultados en los diferentes distritos creó el lema que caracterizó la acción política de la fórmula: “Framini- Anglada, Perón en la Rosada”.

            Esa colaboración fue realizada desde el estudio de publicidad que había montado Buzeta junto a Héctor Descalzi y que funcionaba en la calle Tucumán al 900.Más tarde se trasladaron a otra oficina ubicada en Mansilla y Coronel Díaz. Desde allí organizó campañas que lo destacaron en el medio: “Belgrano, un país” para la inmobiliaria de los hermanos Mel o “Mar del Plata en cuatro horas y un ratito” para los ferrocarriles argentinos.

            Framini le asignó una participación significativa en la redacción del borrador del programa que llevó al cónclave obrero de Huerta Grande.

            En el año 1965 fue el promotor del diario Rebelión, cuya jefatura formal llevaba Jorge Daniel Paladino y cuyo financiador era Jerónimo Remorino. Allí coincidió en la redacción con Horacio Eichelbaum.

            Por ese tiempo se vinculaba a jóvenes que se acercaban al peronismo. Entre ellos se encontraba Horacio Verbitsky, quien años más tarde recordaría: “Era un tipo muy inteligente, autodidacta, leía muchísimo, marcaba todo lo que leía. Tenía un grupo de jóvenes que lo seguían, que lo escuchaban, él pontificaba siempre. Eso conformaba un núcleo fundamental de la juventud peronista de la resistencia. Yo me conecté con ese grupo, hice la crónica para el diario y además quedé personal y políticamente enganchado con ese grupo”.

            En el año 1967 visitó a Perón en Puerta de Hierro. De uno de los encuentros con el líder exiliado se desprendió una leyenda que lo caracterizaba:un político lo fue a ver a Perón y con Buzeta como testigo le dijo que iba a ser muy difícil que él pudiera volver a la Argentina algún día porque la masa en nuestro país “estaba en otra”, desesperanzada y desmotivada. Contradiciéndolo Buzeta afirmó: “¡Pamplinas! Si el compañero Jesucristo con 12 apóstoles analfabetos y pescadores instaló una religión mundial, que no podemos hacer nosotros con millones de trabajadores que dan la vida por Perón”. De ese tiempo data su enemistad con José López Rega, a quien en un ríspido intercambio le llamó  “Bonete hijo de puta”.

            En el año 1968 colaboró con Alberto Manuel Campos en la difusión de la nueva obra de Perón, titulada La hora de los pueblos que salió por la Editorial Norte, propiedad del ex – delegado. Vistosos afiches callejeros, con una imagen de Perón saludando, anunciaban: “El más argentino de los análisis y la más patriótica de las soluciones”.

            Para 1973 integró un programa radial en Radio el Pueblo, que dirigía Pedro Barraza. Ideó el eslogan escrito para los carteles de la campaña 73 Perón-Perón “Vayamos todos juntos, que juntos somos más”. No trepidó en criticar al Ministro de Bienestar Social, José López Rega, con quien sostuvo históricas diferencias.

            Entre sus amigos políticos se encontraba quien por entonces se desempeñaba como Intendente de San Martín, Alberto M. Campos, con quien compartían encuentros periódicos los días martes al mediodía. Por sus críticas al lopezrreguismo le recomendaban que se fuera del país. No aceptaba el consejo y demoró su salida hacia España.

            Su salida del país se debió a que el Ejército irrumpió en su departamento mientras él no estaba, destruyendo todo a su paso. Sin embargo, días antes Inés Dhiguiam, su ex esposa, le advirtió de un encuentro con un militar que le había informado de la intención del ejército de asesinarlo con una bomba. Esto motivó la separación de la familia, quedándose su segunda mujer A. J. con su hijo Miguel en la casa de su madre, mientras Buzeta se escondía en casas de amigos.

            En el momento de la decisión no contaba con pasaporte. Alberto Rocamora, Ministro del Interior, facilitó la rápida tramitación.

            Hasta Ezeiza fue despedido por una caravana de autos que salió desde San Martín, que incluía una escolta armada. El auto en el que viajaba Buzeta con Á.J. y el hijo de ambos, Miguel de solo unos meses, fueconducido por el intendente de esa localidad para dar garantías y seguridad a los viajantes. El auto iba escoltado.

           Tras la precipitada salida del país tuvo que afrontar con precarios medios de vida el exilio, y el  1 de enero de 1975 se incorporaron un bebe de cuatro meses y su madre. Trabajo en diversos restaurantes el exilio con medios de vida precarios antes de emprender, con otros argentinos, una efímera pizzería. Desde su llegada a España, no obstante, conto con el apoyo de la familia de Horacio Eichelbaum, viejo conocido suyo del periodismo de mediados de la década del sesenta.. En Madrid se reencontró con otro  viejo amigo, el periodista argentino Armando Puente radicado en la capital española desde hacía tiempo. Trabajó en su rubro y comenzó a elaborar un diccionario de términos políticos.

            En el año 1978, tras su separación, viaja a Colombia y Venezuel, donde trabajó en campañas electorales. En  este último paíscolaboró con la candidatura de Luis Herrera Campins, quien fue electo presidente.

            En Julio de 1979 regresó a España, ya gravemente enfermo de un cáncer de garganta, y en Septiembre de 1979 falleció en la ciudad de Málaga.

Fuentes:

Testimonio escrito de Carlos Campos, 2018 y 2022.

Colaboración de Saúl Buzeta, Rodolfo Buzeta, Miguel Buzeta y Á.J.

Referencias:

Baschetti, Roberto. Hombres y mujeres del peronismo revolucionario. La memoria de los de abajo. 1945-2007. Buenos Aires, De la Campana, 2007.

Calello, Osvaldo; Parcero, Daniel. De Vandor a Ubaldini. Buenos Aires, CEAL, 1984.

Chávez, Fermín. Alpargatas y libros. Diccionario de peronistas de la cultura. Buenos Aires, Theoria, 2003.

Chávez, Fermín; Puente, Armando. Visitantes de Juan Perón. Década 1963-1973. Buenos Aires, Instituto Nacional Juan Domingo Perón, 2010.

Verbitsky, Horacio. Vida de perro. Buenos Aires, Siglo XXI, 2018.                                    

Julio César Melon Pirro y Dario Pulfer