(Viale, Entre Rios, 1931-Córdoba, enero de 1965).

            Apodo: “El cuervo”

            Estudio abogacía en la Universidad Nacional de La Plata.

            Con orígenes en el partido socialista, hacia 1947 acompañó a Ángel Bengoechea en la ruptura de ese espacio partidario. Lo hizo desde un núcleo platense en el que también militaban Milcíades Peña, Alberto Pla, Oscar Valdovinos, entre otros.

            Hacia 1953 militó en el sector de Frente Obrero junto a Aurelio Narvaja y Enrique Rivera. “Fuerzas que desde hace veinte años pugnan por romper la losa de infamia que la oligarquía, el imperialismo y la burocracia soviética colocaron sobre la clase obrera y el país, encuentran hoy en este periódico la ocasión de manifestarse. Eso sólo basta para dar un mentís a los que pretenden enlodarnos llamándonos ‘peronistas’. No nos sentiríamos manchados con el nombre del que se siente orgullosa la totalidad de la clase obrera argentina. Pero no somos peronistas. Somos, nada más y nada menos, que socialistas revolucionarios” (Frente Obrero, 1, octubre 1954).

            Participó de la Comisión pro – repatriación de los restos de Manuel Ugarte junto a Cooke, Palacio, Ramos, Bravo, entre otros.

            En el año 1954 se sumó al Partido Socialista de la Revolución Nacional, sosteniendo en su plataforma: “La defensa de las conquistas obtenidas por la clase trabajadora y las realizaciones tendientes a asegurar la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. La profundización del actual proceso económico, político y social hasta la realización de los objetivos socialistas”.

            Después de 1955 se sumó a la empresa periodística dirigida por Esteban Rey titulada Lucha Obrera que contaba con el apoyo de los diferentes grupos que habían dado vida al PS – RN. En las páginas de la primera entrega Saúl Hecker proponía la consigna “¡Forjemos el Partido Obrero!”, recuperando la trayectoria de la clase obrera bajo el peronismo y enfatizando su policlasismo en las circunstancias del momento adverso que vivían –retirada– no obstante lo cual planteaba que “para pasar a la ofensiva, hay que formar el Partido Obrero”. En la segunda proponía que “el proletariado para luchar y triunfar debe crear su propio partido político. Clase. Partido. Dirección”. En entregas siguientes se pronunció críticamente en relación a ciertas prácticas: “Conspiración y terrorismo: No. La lucha de masas es nuestro camino” para plantear luego la necesidad política de “Organizar la ofensiva del proletariado y las masas”.  

            Clausurada esa experiencia en enero de 1956 se sumó a la resistencia peronista. Integró el Comando Nacional junto a César Marcos y Raúl Lagomarsino.

            Sufrió cárcel.

            Salió al exilio integrándose al Comando de Bolivia, mediante una presentación que hiciera de él Florencio Monzón (h) desde Chile. Luego se sumó a las acciones del Comando Adelantado de Chile. Allí participó de las reuniones entre Cooke y los enviados de Frondizi. Su papel en este tiempo quedó registrado bajo el seudónimo “Manuel” tal como apareció en la correspondencia entre Cooke y Perón.

            Participó del “Operativo Elefante”, en marzo de 1957, organizado desde el Comando de exiliados de Bolivia que buscaba crear una zona liberada en Jujuy.  Esa iniciativa contaba con el aval de John W. Cooke, aunque no se materializó. En esa acción, junto a Ernesto Pacho y Mohamed Tatuf, fue nuevamente detenido en Jujuy.

            Más tarde, cuando se transmitió el contenido del “pacto” entre Perón y Frondizi grabó un disco “de Perón” para llamar una vez más al voto en blanco a pedido del Comando Nacional orientado por Lagomarsino y Marcos. En ese momento Hecker estaba en La Paz y los discos llegaron a Buenos Aires a través de la red ferroviaria con la complicidad de los mismos activistas que en ese tiempo trasladaban material explosivo.

            En el año 1959 dirigió el periódico El Guerrillero, en su segunda época. Por esa época se casó con la hija de César Marcos, “Pupele”.

            Incidió junto a Héctor Tristán y Manuel Buzeta en la creación de Guardia de Hierro capitaneada por Alejandro “El Gallego” Álvarez hacia 1961.

            Apoyó a Andrés Framini en la campaña a gobernador bonaerense. Desde los grupos de los jóvenes nacionalistas del Movimiento Nueva Argentina caracterizaban esa colaboración como parte de una estrategia de la “célula trotskista de Hecker”.

            Aportó a la redacción del Programa de Huerta Grande aprobado en el año 1962.

            Formó parte del elenco de redactores del periódico Rebelión, financiado por Jerónimo Remorino y dirigido formalmente por Jorge Paladino.

            Conservaba buenos vínculos con Andrés Framini y los grupos de la Asociación Obrera Textil en la que se desempeñaba como abogado.

            A principios de 1965 falleció en un accidente automovilístico en Córdoba. Sus familiares lo velaron según el rito judío en Thames y Córdoba rodeando el féretro de una mantilla negra y el Maguen David bordeado en su centro, enviado por la AMIA a tal efecto.

Referencias:

Baschetti, Roberto.  Hombres y mujeres del peronismo revolucionario. La memoria de los de abajo. 1945-2007. Buenos Aires, De la Campana, 2007.

Chávez, Fermín. Alpargatas y libros. Diccionario de peronistas de la cultura. Buenos Aires, Theoria, 2003.

Galasso, Norberto. La izquierda nacional y el FIP. Buenos Aires, CEAL, 1983.

Melon Pirro, Julio; Pulfer, Darío. Notas sobre la prensa de la(s) rsistencia(s). Compañeros en las buenas y en las malas: Lucha Obrera. en Revista Movimiento Número 11. Abril, 2019.

Julio César Melon Pirro y DarioPulfer