(Pergamino, Provincia de Buenos Aires, 1930 – Buenos Aires, s d).

Realizó sus estudios primarios en el Colegio Joaquín V. González y los secundarios en el Colegio Nacional Almirante Brown de su ciudad natal.

Se trasladó a Córdoba donde terminó sus estudios de técnico mecánico. A continuación viajó a Buenos Aires para estudiar ingeniería en petróleo, lo que le permitió ingresar a YPF.  Desde ese puesto recorrió distintos lugares del país.

Por desaveniencias con la política petrolera del gobierno de Frondizi, renunció y se radicó en Jujuy. Trabajó en la mina de la empresa “Aguilar”.

Comenzó a actuar en el seno de la “resistencia peronista” de los años ‘60, planeando operativos de asalto para recaudar fondos, del que fue disuadido por sus compañeros de militancia.

En un viaje a Buenos Aires, coincidió con Manuel “El Gallego” Mena, a quien anunció que debían “hacer una acción que levante el espíritu de la gente. Una acción de contenido espiritual para insuflar el ánimo de los compañeros”.

En ese marco, junto a Osvaldo Agosto y Luis Sansoulet, comenzó a tramar el operativo de sustracción del sable corvo de San Martín, depositado en el Museo Histórico Nacional.

Presentaron la iniciativa al triunvirato de la JP, integrado entonces por Envar El Kadre, Jorge Rulli y Héctor Spina, quienes pusieron a consideración de Héctor Villalón la cuestión. De allí volvió la aprobación de la operación, bajo la firma del Movimiento Revolucionario Peronista.

Los promotores se negaron a hacerlo bajo esa denominación y decidieron encararla como Juventud Peronista. Así las cosas, el 12 de agosto pidieron permiso para ver el sable al guardia de seguridad, haciéndose pasar por estudiantes tucumanos de visita en la ciudad. Sin forcejeos, Bonaldi rompió el vidrio y envolvió el sable en unas telas para llevárselo. Dejaron volantes con la proclama del grupo. En el texto reclamaban “Por el retorno de Perón”; “La devolución del cadáver de Evita»; la “Ruptura con el FMI”; “El fin de la proscripción del peronismo”; “Castigo a los fusiladores del ‘56” y “Libertad a los presos del Plan Conintes de Frondizi”, entre otras.

El hecho generó alarma y fue difundido por los medios de prensa de la época. Los involucrados entregaron el sable a Aníbal Demarco, quien lo llevó a la localidad bonaerense de Maipú. Tiempo después, a través de la intervención del militar Adolfo Phillipeaux, el sable fue devuelto al Ejército.

Fuentes:

Testimonio de Osvaldo Agosto. La Nación. 17 de agosto de 2023.

Referencias:

Pignatelli, Adrián. Los militantes de la Juventud Peronista que robaron el sable corvo de San Martín y el extraño ritual que hacían con él. Infobae, 12 de agosto de 2023.

Piovera, Rodolfo. El sable. Un thriller peronista. Historia secreta del robo de la espada de San Martín. Buenos Aires, Ciccus, 2022.

Darío Pulfer